¡Una, Grande y Libre!

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¡Una, Grande y Libre! consiste en una frase nacionalista del concepto de España, que la define como:

Interpretación. La tríada

No es casual la elección del número tres, de claro simbolismo teológico (la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo), que implícitamente compara a España con las notas definitorias de la Iglesia, que es Católica, Apostólica y Romana. Estas comparaciones han de entenderse en el contexto del nacionalcatolicismo, componente esencial de la ideología franquista aunque no de la falangista (a veces incluso su rival), aunque ésta sí lo utilizaba como recurso retórico.

La expresión de un concepto que se pretende sublimar en un lema trinitario es muy habitual en la Historia, y se ha relacionado en alguna ocasión con los pueblos indoeuropeos, que organizaban en tríadas sus dioses y sus divisiones sociales, de un modo similar a la división en estamentos de la sociedad medieval y del Antiguo Régimen. Lemas trinitarios son también el de la Revolución Francesa Libertad, igualdad, fraternidad y algunos otros, como el de la República Dominicana (Dios, Patria y Libertad y en el ámbito ideológico de la derecha española, el del carlismo (Por Dios, por la Patria y el Rey).

Superando la categoría de lemas, como forma triádica de organización de categorías pueden citarse las también falangistas "unidades naturales de la vida política" (Familia, Municipio y Sindicato).

Utilización

Normalmente el grito se utilizaba como respuesta coral de la multitud al final de un discurso, en un juego efectista y rutinario que cerraba el acto y permitiría la ulterior dispersión de la audiencia, hasta el punto de que la entonación de los gritos era conocida como "los gritos de ritual" —sin más— en las reseñas de prensa de la época y en los documentos oficiales. Lo que puede compararse al diálogo de un predicador carismático con la congregación que le responde ¡Amén! El dirigente terminaba gritando tres veces ¡España!, y se le respondía a cada uno de los tres gritos sucesivamente ¡Una!, ¡Grande!, ¡Libre! Después gritaba ¡Arriba España!, respondiéndose ¡Arriba! por la audiencia. Muy frecuentemente se recordaba con otro grito a José Antonio, respondiéndose ¡Presente!, luego a todos los Caídos por Dios y por España, respondiéndose también ¡Presente!. También se solía añadir ¡Viva Franco!, a lo que se respondía ¡Viva!, o bien, si el acto era lo suficientemente exaltado, y estaba presente el Caudillo se repetía ¡Franco, Franco, Franco...!, rítmicamente y sin fin.

Es de señalar que José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange Española, era llamado el Ausente desde su detención y posterior fusilamiento en 1936, como trágica negación a aceptar su muerte, lo que, más prosaicamente, permitió a Franco no sustituirle por nadie en la jefatura de Falange, cosa que en la práctica le consolidó como único Jefe.

A su vez, la expresión Caídos por Dios y por España encabezaba las placas de homenaje colocadas al final de la Guerra civil española, en miles de lugares seleccionados para cumplir funciones de espacios de la memoria, en la mayor parte de las veces, la iglesias principal de la localidad. Bajo distintos símbolos, habitualmente una cruz y el yugo y las flechas, incluían una lista encabezada en todos los casos por José Antonio Primo de Rivera y continuada por los nombres de los muertos pertenecientes al bando nacional de la localidad. Solía terminarse con un marcial ¡Presentes!

Origen

El origen del grito ¡Una, Grande y Libre! se suele remontar al 18 de julio de 1932 (curiosamente, exactamente cuatro años antes del comienzo de la Guerra civil española), cuando un artículo que proponía ese lema se publicó en el número 58 de la revista Libertad, de Onésimo Redondo (creador de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista, JONS, luego integradas en Falange, junto con Ramiro Ledesma Ramos, que había editado otra revista de orientación fascista: La conquista del estado, y al que según otras fuentes se atribuye la autoría del lema). Terminaba con esta frase: "Por España libre, grande, única, respondamos con el arma en la mano a la provocación de los que preconizan el crimen. Formemos los cuadros de la juventud patriótica y belicosa. ¡Amemos la guerra y adelante!"

En realidad, en el número 49 de la misma revista (16 de mayo de 1932) ya se explicitaba el grito:

¡Viva España Única!
¡Viva España Grande!
¡Viva España Libre!

Según algunas fuentes, el grito España una había sido ya usado por Onésimo Redondo el 11 de abril de 1932 en las calles de Valladolid para provocar un enfrentamiento con la policía, que terminó a puño y pistola con otro grupo rival: España una! ¡España una! ¡Muera el Estatuto catalán!... El resultado en definitiva fue que por la Casa de Socorro pasaron unos veinte heridos marxistas y dos de las JONS"

En el mismo año 1932, Onésimo Redondo participó en el golpe de estado frustrado del General José Sanjurjo (10 de agosto de 1932) y se exilió en Portugal, desde donde siguió colaborando en otra revista de la misma orientación, continuación de Libertad, que se llamó Igualdad.

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