¿Simón Bolívar Libertador?

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Por Leonardo Castagnino


¿Quienes fueron los "libertadores"?

Es conocida la participación de los masones en la campaña independentista de Simón Bolívar,[1] que no fue otra cosa que una secesión, no una liberación de naciones invadidas por España, puesto que no había tales naciones sino provincias de la misma, que de ella recibieron su identidad Histórica.[2]

El prologuista de la obra de Carnicelli, el judío sefaradí masón Jacobo Casij de Palencia, al referirse a la conjura contra el Imperio Español, por parte de Inglaterra, Holanda y Francia, la define con sorprendente exactitud como una “alianza demoníaca”[3] detrás de la cual estaba en todas partes, inclusive en España, continental o ultramarina, la cadena de los masones, quienes actuaban en “el silencio explosivo de las logias”.[4]

Se ignora el protagonismo de los masones judíos, públicos y conversos en la conjura.[5] Entre ellos sobresalió el rico armador Luis Brión (1782-1821), judío profeso de Curazao, quien ha sido su financista y que se alistó en la expedición de 1816 para invadir Venezuela.

Cuando Bolívar se hallaba recluido en Kingston (Jamaica), Brión acudió en su auxilio, previa epístola, conduciendo un barco de guerra bien pertrechado -que adquirió en Londres- y por ello recibió el nombramiento de almirante de la Armada de la República.[6] Más tarde aquel lo designó General en Jefe de los Ejércitos de la República de Colombia.

Acerca de Brión escribe Carnicelli: “Entregó a Simón Bolívar su vida y su fortuna e hizo suya la causa de la Independencia de Venezuela y de la Nueva Granada (…) Contribuyó en gran parte con su influencia e intervención ante los Oficiales patriotas refugiados en el pueblo marítimo de Los Cayos de San Luis, en enero de 1816, para que Bolívar fuera nombrado Jefe de la primer expedición que desde allí debía invadir Venezuela en abril de 1816 (…) Hizo todas las campañas navales de 1816 a 1821. En 1817 es miembro del Consejo de Estado del Libertador Simón Bolívar y “Presidente del Consejo de Gobierno con la atribución del mando de la República, dado el caso que el Jefe Supremo (Bolívar) muriera o cayera prisionero en manos de los españoles”. Al enterarse de su fallecimiento, Bolívar dijo: “Él fue el primer compañero que he tenido en la empresa generosa de libertar Colombia (…) Colombia le debe la mitad de su dicha (…) El Almirante llevará en todos los corazones de Colombia, un altar consagrado a la gratitud”

Antes de que apareciera en escena Brión, Bolívar fue auxiliado por Mordechay Ricardo (1771-1842), influyente médico cristiano nuevo y connotado masón [7] “Después del fracaso del levantamiento encabezado por Francisco de Miranda.[8]

Bolívar se embarcó en la goleta “Jesús, María y José” en el puerto de Guayra, llegando, junto a otros patriotas, a Curazao a comienzos de setiembre de 1812. Se alojó un tiempo en casa de un judío curazoleño, Abraham de Meza, en el barrio de Otrabanda.

Mordechay Ricardo no solo ofreció ayuda a Simón Bolívar y sus amigos, sino que acogió a su propia casa, durante un período más largo, a las hermanas del Libertador.[9]

Entre 1821 y 1820 Ricardo ocupó cinco veces la presidencia de la colectividad judía curazoleña[10] cuyos miembros “veían con simpatía el noble empeño de Bolívar, porque el triunfo de éste, iba a terminar definitivamente el largo dominio de España sobre América (…) cuando el Libertador estuvo cerca de ellos alentaron su empresa para que desbaratara el poderío español. (…) Los judíos radicados allí brindan al Libertador su apoyo moral y económico para que prosiga su campaña en pro de la emancipación de América”.[11] Pariente de David Ricardo –el teórico de la economía burguesa- era, así también, primo político de Manuel de Lima,[12] el fundador de la masonería chilena.[13]

Como se advierte, no sólo los judíos masones brindaron su apoyo a Bolívar para desalojar a España de la América Hispana, sino el judaísmo en pleno, profeso y converso. Y por supuesto, no solamente de Curazao.

Referencias

  1. Abundan las fuentes masónicas al respecto. La obra más importante es la del masón Américo Carnicelli, “La Masonería en la Independencia de América”
  2. Rivanera Carlés, “Nuestra identidad histórica y la conjura independentista marrana. Ed. Instituto de Historia S.S. Paulo IV, Bs.As. 2008
  3. J.Csij Palencia, prólogo a Carnicelli, ob.cit., vol.I, p.14
  4. Ib. P.16
  5. Históricamente se da el nombre de marranos a los conversos, hayan o no retornado formalmente al judaísmo, como fue el caso de los judíos curazoleños. Acerca de la condición racial de Bolívar, aunque tengo indicios de marranismo, no pude aún realizar un estudio completo, pero señalo que un asesor suyo no pudo probar su limpieza, o sea, demostrar que era cristiano viejo (R.Carlés) (V.A. Rosas, Situación de las colonias españolas en América en vísperas de la revolución de la Independencia, Boletín de la Academia Nacional de la Historia, nº 273, pp. 23-29, Caracas, 1986)
  6. Carlos Vogel. “El almirante Luis Brión, colaborador judío de Simón Bolívar” Judaica, año XIII, nº 151, Buenos Aires, enero de 1946. En respuesta a la carta de aquél, fechada en Kingston el 16-VII-1815, Bolívar le manifiesta: “Es preciso, amigo Brión, que a usted se le tribute el honor de ser el primer protector de la América y el más liberal de los hombres”, y lo califica de “protector de mi país” (v.Carnicelli, ob.cit, t.I, p. 243)
  7. Había ingresado a la Órden en el año 1806 en Curazao (cf. Gúnter Böhm. “Manuel de Lima, fundador de la masonería chilena, en Judaica nº 3, pp. 9-35, ed. Centro de Estudios de Cultura Judaica, Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Chile, Santiago, 1979).
  8. Muy posible confeso, según he observado. No se puede pasar por alto que, alrededor de 1709, uno de los dirigentes de la comunidad judeoconversa de Madrid era Francisco de Miranda y Ayala (Caro Baroja, t, III, pp. 58 y 67)
  9. Böhm, ob.cit., pp, 29-30. Reproduce la carta que Bolívar enviara a Ricardo agradeciéndole la hospitalidad brindada a sus hermanas, datada en Kingston el 7-XI-1815 (ib. P.30) También en Eduardo Weinfeld, “La primera inmigración judía a Venezuela”. En 1998 el gobierno venezolano agradeció el respaldo a Curazao a la guerra de la independencia y emitió tres sellos postales “relacionados con el gran amigo del Libertador Don Mordechay Ricardo (cf. Paulina Camus Gallego, “La comunidad judía en Venezuela: distintas culturas, una sola fe”) Esta escritora, de origen sefaradí, participa en forma activa en la colectividad judía y dicta todos los años una conferencia en la Cátedra de Judaísmo Contemporáneo “Sigmund y Annie Rotter” de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas. Ha tenido importante actuación política en Acción Democrática, habiendo ocupado numerosos cargos electivos y gubernamentales, v.g. diputada, senadora (1998-1999), viceministra de Información y Turismo (1978), durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez, y ministra de Cultura en el gabinete de Jaime Lusinchi.
  10. Ib., p.31
  11. Armando Herrera. “La ayuda judía a Bolívar”. Judaica, año VI, nros. 68-69, p. 110, Buenos Aires, febrero-marzo de 1939. “Ya en 1818, Joseph Curiel, quien años más tarde será uno de los fundadores de la comunidad judía de Coro, se presentó ante Bolívar en Angostura, “para ofrecerle la ayuda de los judíos del Caribe”, que no se limitó al aspecto económico, ya que en la guerra de la independencia intervinieron, como militares activos: Benjamín Enriquez, quien alcanzaría el grado de teniente coronel; Samuel Enriquez, que sería capitán, y Juan (Isaac) Bartolomé de Sola, general de brigada” (v. Gamus Gallego, ob.cit,). Curazao era una posesión española que ocuparon los holandeses en 1634, a quienes sirvió de intérprete en la empresa el hebreo Samuel Cohen. Se erigió en poderoso centro marrano y base del contrabando holandés de mercaderías, oro, plata y esclavos, que en realidad hacían los marranos con bandera neerlandesa, según prueba abrumadoramente el historiador venezolano Celestini Araúz Monfante, en su original investigación “El contrabando holandés en el Caribe durante la primera mitad del siglo XVIII, 2 vols.s ed. Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia. Fuente para la Historia Colonial de Venezuela, Caracas, 1984. Böhm consigna que una parte de la población marrana de Curazao “se dedicó al comercio, preferentemente al tráfico de mercaderías entre las colonias españolas y los dominios ingleses y franceses de las Antillas. La ubicación estratégica de la pequeña isla de Curazao, próxima a las costas de Sudamérica, en especial a Venezuela y a Colombia, les permitía monopolizar virtualmente el comercio de tabaco y de cacao, en tal forma que “casi todo el cacao consumido en España pasaba por sus manos, aunque fuera cosechado en posesiones hispánicas, y los españoles pagaban por ese producto de cincuenta a sesenta por ciento más que si hubiese sido importado en sus propios bajeles”. Tal tráfico era, huelga señalarlo, intérlope. Luego de hacer notar que sus conraciales de la isla –muchos de ellos provenientes de Brasil- tenían, lógicamente, relaciones con Europa y Nueva Inglaterra, observa que en al mitad del siglo XVIII eran más de 1.500. “una cantidad mayor al total que vivía entonces en el territorio de Estados Unidos de América”, donde ya desde 1963 se habían establecido numerosos judíos curazoleños”
  12. Estaba casado con la prima carnal de Lima, Ester d´Andrade y Solá
  13. Además de los masones judíos señalados, otros sefaradítas curazoleños, que no pude averiguar si eran masones, suministraban fondos fondos para la campaña de Bolivar: el banquero Abraham de Meza, en cuya casa, según comprobamos, se hospedó aquel en Curazao, (v. entre otros a Alicia Benmergui, “Judíos del Caribe y Barraquilla”, en Milim cultural); David Castello (o Castillo) Montefiore, también banquero, “uno de los importantes financistas de la guerra de la Independencia” (v. Gamus Gallego); Joshua Naar, quien “le hacia llegar dinero a Bolívar por intermedio del Almirante Brión”. El apoyo económico de los sefaradíes curazoleños fue generalizado: “Durante toda la guerra de la independencia, los comerciantes de Curazao, incluyendo a los judíos, jugaron un papel importante en el suministro de armas y pertrechos a los ejércitos patriotas” (cf. Gerardo Dorante, “Los sefaradíes en la Independencia de Venezuela”) En realidad habría que decir que así procedieron los comerciantes sefaradíes de Curazao, asi como los escasos negociantes no-judíos de allí. Respecto a Castello Montefiore, era primo hermano de Cohen Montefiore, la mujer de Nathan Rotschild de Londres, en tanto que su mujer, Mary Da Fonseca Brandon, era prima de Benjamín Disraeli (cf. Julio César García Vázquez, “Genealogía colombiana”.vol. III, p. 1184)


Fuentes:

- Rivanera Carles Federico. El judaísmo y la masonería.

- La Gazeta Federal.www.lagazeta.com.ar

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