Antiestatismo

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El antiestatismo se opone a la intervención estatal en asuntos personales, sociales o económicos. Por antiestatismo se entienden sobre todo las ideologías que rechazan de plano al Estado, principalmente el anarquismo; y en parte a aquellas que desean reducir y limitar el Estado hasta un mínimo como el liberalismo, o a aquéllas que quieren un sociedad sin Estado como grado máximo de una evolución paso por paso, como el marxismo.

Criterios generales

El Estado es uno de los pocos entes institucionales que sobreviven sin una evolución importante en su estructura y funcionamiento, con excepción de su crecimiento. El Estado moderno fue creado con la revolución industrial, pero el mundo y la dinámica de la sociedad ha cambiado mucho desde del siglo XIX al siglo XXI. Por ejemplo, mientras las empresas modernas, que fueron creadas durante la revolución industrial, cambian ágilmente su dinámica cada vez que el mercado lo demanda, los Estados no cambian sus leyes de la misma forma como la sociedad lo demanda (véase: cálculo económico).[1]

Algunas concepciones como el anarquismo consideran conveniente la total desaparición de los Estados, en favor del ejercicio soberano de la libertad individual a través de asociaciones y organizaciones libres. Otras concepciones aceptan la existencia del Estado, con mayor o menor autoridad o potestad, pero difieren en cuanto cual debiera ser su forma de organización:

  • El anarquismo sostiene que el Estado monopoliza de manera ilegítima la seguridad, defensa, protección social, justicia; violentado la libertad individual. Los anarquistas señalan que el Estado es una institución represora de la población de un territorio, para mantener un orden económico y de poder concreto vinculado al poder público. Le atribuyen al Estado buena parte de los males que aquejan a la humanidad como la pobreza, crisis económicas, las guerras, la injusticia social, etc.[2]
  • Desde el liberalismo se aboga por la reducción del papel del estado al mínimo necesario (estado mínimo), desde un sentido civil para el respeto de las libertades básicas, es decir, el Estado debería encargarse de la seguridad (ejército y policía para garantizar las libertades ciudadanas) y de la justicia (poder judicial independiente del poder político). En ningún caso el estado debe servir para ejercer la coacción de quitar a unos individuos para dar a otros, y deben ser los agentes privados los que regulen el mercado a través del sistema de precios, asignando a cada cosa el valor que realmente tiene.[4]

Bastiat expuso las dos formas posibles de entender el Estado: Un estado que hace mucho pero debe tomar mucho, o bien un estado que hace poco pero también toma poco de sus ciudadanos. La tercera posibilidad de un estado que hace mucho por sus ciudadanos pero les pide poco a cambio (tercera vía) es, según Bastiat, una invención de algunos políticos irresponsables.

  • Las ideologías integristas defienden la concepción del Estado supeditada a la religión que profesan.

Anarquistas

El antiestatismo desde el punto de vista de los anarquistas, sostiene como generalización la eliminación total del Estado. Históricamente el anarquismo, aunque con sus múltiples facetas y sus grupos marginales, siempre ha mantenido un núcleo coherente de ideas y de proposiciones a partir del cual todo anarquista cree en: la libertad fundad sobre la igualdad, el rechazo a la obediencia a todo tipo de autoridad, la eliminación del Estado y de la propiedad privada, el antiparlamentarismo, la acción directa, y la no colaboración y eliminación de la clases sociales.[5] Sin embargo, los completamente antiestatistas difieren en sus perspectivas según lo que sostengan además del antiestatismo. Los argumentos de algunos anarquistas pueden darse en torno a la forma de propiedad. Los anarquistas tienen propuestas que van del anarcocapitalismo al anarcocomunismo, por mencionar los polos más opuestos. Evidentemente, el anarquismo busca la anarquía afirmando que una sociedad sin poder político institucionalizado, es decir, sin Estado, es la más alta expresión del orden.[5] Contrario al pensamiento común del desorden como efecto del anarquismo, los anarquistas creen que el orden existe en su más alto esplendor cuando no hay una autoridad que domine sobre otros y cuando uno no está obligado a obedecer las regulaciones de esa autoridad. La anarquía establece un espacio político no jerarquizado, pero a la misma vez organizado. Esta organización se da para y a través de la autonomía del sujeto (colectivo o individual) de su propia acción. Bakunin habla a nombre del anarquismo diciendo, "Pensamos que el pueblo no podrá ser feliz y libre más que cuando cree él mismo su propia vida, organizándose de abajo hacia arriba, por medio de asociaciones autónomas y enteramente libres, por fuera de toda tutela oficial, pero de ningún modo al margen de las influencias diferentes e igualmente libres de hombres y de partidos". La anarquía también designa un régimen social basado principalmente en la libertad individual y colectiva, de la cual fomenta la eliminación de toda forma instituida de poder político, o autoridad. Fundamentalmente, el anarquismo es una teoría de la sociedad que rechaza completamente y en todos los aspectos imaginables el principio de autoridad.[6] Para los anarquistas, el Estado es un paradigma de estructuración jerárquica de la sociedad, necesario e irreductible en el espacio del poder político o dominación. Este espacio es construido de una manera que cambia y crea la capacidad del pueblo de definir los modos de relación, de costumbres, normas y códigos reglamentados, lo que luego define y constituye el nivel humano de integración y obediencia social.[7] Esta obligación e integración social no es necesariamente a través de un acto de fuerza; ella contiene y exige el postulado de la obligacion política o deber de obediencia. El principio de la autoridad como tal es el guardián del Estado. Es decir, la autoridad es lo que sostiene el Estado y cualquier individuo que obedezca a esta autoridad mantiene la función del Estado como tal. La autoridad del gobierno es considerada injusta porque para ser estrictamente justa tiene que ser aprobada por el súbdito o gobernado. El Estado no puede tener derecho absoluto sobre uno ni sobre su propiedad si uno no lo aprueba o concede. Solo existirá un Estado realmente libre e igualitario cuando ese Estado reconozca al individuo como un poder más alto e independiente, y que de la cual se deriva el mismo poder y autoridad que tiene el Estado, y que éste reconozca y trate al individuo de esta manera [1]. Según Bakunin, "todo poder o autoridad de Estado, ubicado por su naturaleza y su posición por fuera o por encima del pueblo, debe necesariamente esforzarse por someter el pueblo a reglas y objetivos a través de la obediencia". Es por esta afirmación que los anarquistas se declaran enemigos de todo poder o autoridad de Estado, y más aún son enemigos de cualquier sistema estatal y el concepto de Estado en general. Según ellos, el poder corrompe tanto a los que están investidos de él como a los que están obligados a someterse a él. Bajo la influencia nefasta del Estado, la minoría que tiene el poder se convierten en tiranos, en explotadores de la sociedad para provecho de su clase; los otros, la mayoría, se convierten en esclavos del Estado.[5] La libertad anarquista, como principio de la organización política de la sociedad, es otra parte de la negación del principio de autoridad. La lucha sin reposo y sin fin por la libertad exige la destrucción de todo poder político y la creación de instituciones sociopoliticas que permitan la realización sin limites de la autonomía individual y colectiva.[5] Esta negación de la autoridad es un fundamento principal del concepto de anarquía, y que sostiene el acuerdo general entre todos los anarquistas y todos los que se reconocen en el anarquismo, incluyendo todas sus variantes, desde el individualismo hasta el comunismo. Bajo la libertad anarquista, existen dos elementos constitutivos de esta libertad propia e igualitaria de una sociedad anarquista. La primera es la eliminación total del principio de mando-obediencia constitutivo de toda autoridad o Estado. Segundo, es que la libertad anarquista sostiene valores en la cual la igualdad es condición necesaria de esta libertad. Cuando el poder político se autonomiza y se organiza en Estado nace una barrera que se hace infranqueable entre la libertad y la igualdad. Para el anarquista, la igualdad es la igualdad de hecho. Es la nivelación e igualdad de rangos y fortunas entre la población. Comúnmente el sistema económico preferido es el punto de discusión o de diferencia. Los anarquistas mencionan que la libertad de que gozamos esta organicamente ligada con el capitalismo, ya que existe una coexistencia entre la libertad y el mercado capitalista. Los Estados de regímenes liberal-democráticos, son el marco del desarrollo capitalista, sino vice-versa.[7] Esta libertad es falsa ya que tiene sus límites y tiene la presencia de la autoridad o poder político como reguladora de ella. La libertad anarquista sostiene que la igualdad es condición necesaria de la libertad y es por eso que el capitalismo inflige con estos principios. El antiestatismo de los anarquistas es una parte de su cuestionamiento a toda forma de gobierno. Algunos escritores y críticos diferencian el punto de vista anarquista de otros movimientos o teorías sociales. Bakunin, en su texto Socialismo sin Estado: Anarquismo, compara el ideal y las metas de los comunistas con las de los anarquistas, mencionando, "los comunistas creen que es necesario organizar las fuerzas de los trabajadores para tomar posesión del poder político estatal. Los socialistas revolucionarios (anarquistas) las organizan con vistas a destruir, o si preferís una expresión más refinada, a liquidar el Estado." Ambos son igualmente partidarios de la ciencia, sin embargo esta debe destruir y ocupar el lugar de la fe y la superstición. Según menciona Louis Sala-Molins, "la posición anarquista no deriva de la ignorancia, sino del descreimiento". El Estado es fundamentalmente una idea y existe solo porque es pensado racionalmente. Esta razón de ser de este pensamiento guarda la esencia del Estado. En general, el Estado es un pensamiento creado por el ser humano para justificar y explicar el hecho del poder político o autoridad del Estado. Los comunistas le imponen la ciencia al pueblo, a diferencia de los anarquistas que intentan difundir la ciencia y el conocimiento entre el pueblo a través de la educación y la propaganda, para que la sociedad se organice, de acuerdo con sus tendencias naturales y sus intereses reales, en federaciones y grupo [2]. El anarquismo postula la posibilidad organizacional de una estructura compleja, pero siempre conflictiva e inacabada ya que nunca es una definitiva infinitamente. Está basado sobre la negación generalizada, y la autonomía y libertad del sujeto y de sus acciones, pero no sobre una parcelación y distribución del Poder como lo crea el comunismo y otras teorías sociales.

Otros

Las propuestas antiestatistas que apuntan a minimizar el rol y la influencia del Estado son difíciles de clasificar y delimitar. Van desde la panarquía, el consejismo o el georgismo que siguen siendo cercanos al anarquismo, pasando por el marxismo o el cristianismo milenarista que ven una sociedad sin Estado pero en un futuro remoto, hasta el liberalismo que quiere limitar (en el caso del liberalismo clásico) o minimizar (como en el caso del minarquismo) mas no abolir el rol del Estado.

Una dificultad importante para saber si un pensador es antiestatista es el problema de definir el mismo Estado. La terminología ha cambiado a través del tiempo y los escritores del pasado usualmente han usado el término "Estado" en un sentido diferente del que lo usamos hoy en día; recordemos que si bien gobiernos ha habido desde hace bastante tiempo, en la civilización occidental el Estado moderno se empieza a gestar desde el Renacimiento hace unos 500 años y a definir ya en la Ilustración hace unos 300 años. Así por ejemplo el anarquista Mijaíl Bakunin usaba el término simplemente al referirse a una organización gobernante. Otros autores se han referido con el término Estado a cualquier agencia creadora y aplicadora de leyes. Karl Marx definía el Estado como una institución de la clase dominante de un país para mantener las condiciones de su dominio. Herbert Spencer determinaba el origen del Estado en la guerra y era por tanto la organización bajo la que los ganadores habían sometido a los perdedores. De acuerdo a Max Weber el Estado es una organización con el monopolio efectivo del uso de la fuerza en un área geográfica particular.

Referencias

  1. La dirección del proceso económico, por Antonio I. Margariti, El Independent
  2. El Estado, por Piotr Kropotkin
  3. El Estado y la Revolución de Lenin
  4. El Estado de Frédéric Bastiat.
  5. 5,0 5,1 5,2 5,3 Colombo, Eduardo. (2006). La Voluntad del Pueblo: Democracia y anarquia. (1a. de.). Buenos Aires: Tupac Ediciones.
  6. Guerrero, Omar . Antiestatismo: la estatolatría ante los ojos del anarquismo, el industrialismo y el neoliberalismo. (vol. 10, número 019). Méjico: Espacios Publicos.
  7. 7,0 7,1 Colombo, Eduardo. (1985). El estado como paradigma de poder. Revista Utopía. Nº 5. Buenos Aires.

Artículos relacionados

Enlaces externos

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