Barbarie (revista)

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El mensuario argentino BARBARIE fue publicado en la década del 80 y era dirigida por Héctor Fernandez.

"El tabú de una guerra"

(por Nicolás Kasanzew, extractado del mensuario BARBARIE, Año 1, Número 4, pags. 8-9, septiembre de 1984)

"El 10 de agosto de 1984 se conmemoró un nuevo aniversario de la Fuerza Aérea Argentina. Sus pilotos en su bautismo de fuego han demostrado ser verdaderos "combatientes" por Dios y por su Patria. Toda mención a su bravura es poca igual que nuestro agradecimiento a esos testigos inmutables, que no descansan en paz, hasta que nosotros, los que nos quedamos en tierra firme sin poder intervenir en el conflicto podamos decir que otra vez tenemos Patria. Ellos nos gritan en la cara que cuando se ofende a la Justicia y a la Patria la única dialéctica posible es la de la boca de los fusiles, por la cual hablan los pueblos viriles".

Cuando durante la Primera Guerra Mundial fue derribado el as alemán Oswald Boelcke, un avión británico arrojó detras de las líneas del Káiser una corona que llevaba esta inscripción: "En recuerdo del capitán Boelke, nuestro valiente y caballeresco adversario, de parte de la RAF".

La corona venía acompañada de una carta para el cuerpo de oficiales de la aviación alemana. La misiva rezaba: "Esperamos que encuentren esta corona. Lamentamos que llegue tan tarde, pero el tiempo nos ha impedido enviarla antes. Todos nosotros compartimos el duelo de la familia y los amigos del capitán Boelke y reconocemos su valor".

Los hombres cabales saben rendir justicia aun al enemigo, cuando éste lo merece.

Y a los propios compatriotas? Cómo puede ser que a dos años de finalizada la gesta, la nación desconozca todavía los nombres de los pitotos que atropellaron a la flota inglesa? Que no repare en ellos? Cómo es que los argentinos no hemos desfilado uno a uno, frente a esas casas donde todavían sangran los familiares de los héroes y no hemos dejado en cada puerta la corona de nuestro luto y nuestro orgullo?

Ocultación inexplicable

Inexplicablemente, se ha tratado de ocultar no sólo las miserias -que igualmente afloraron-, sino también las grandezas de nuestra guerra austral.

La Argentina tiene desde hace dos años a su propio Barón Rojo, a su propio Douglas Bader, a su propio Nesterov....y no se ha dado por enterada. Lo cual -amén de ser una aberrante injusticia- priva a la Nación de eso que históricamente fue el más sublime de los tónicos: el ejemplo de los héroes.

Comportamientos heróicos individuales, los hubo en las tres fuerzas. Pero es obvio decir que los de los "cazadores" son los que más saltan a vista. Y sin embargo....cuántos argentinos saben que tres pilotos ostentan un formidable e idéntico récord: tres navíos ingleses alcanzados?

Dos de esos aviadores "cruzaron los aires sin regreso, pero en las bases saben que hay estrellas convertidas en hangares": el capitán García y el teniente Vazquez. El tercero está con nosotros. Es el capitán Pablo Marcos Rafael Carballo. Alguien lo ha visto acaso en la tapa de alguna revista?

Tres camaradas

De García y Vazquez se decía -recuerdo- que estaban cebados. Ninguna duda. Se habían acostumbrado a despanzurrar fragatas enemigas. Y es que los "halcones" partian en misión siguiendo un riguroso orden, pero solía suceder que alguno -hombre al fin- se amilanara a último momento.

Quienes eran entonces los que invariablemente se ofrecían como voluntarios -fuera de turno- para reemplazarlo? García y Vazquez.

Este último había sido un suboficial que cursara la escuela de Aviación Militar. Su propio hermano supervisaba las refacciones del "Skyhawk" que habitualmente volvía hecho un colador. Nada amedrentaba a Vazquez. Y así fue como cayó en cumplimiento de una misión digna de los protagonistas de Homero; intentar colocar sus bombas en el puente del mismísimo "Invincible".

Que los aviones argentinos se acercaban a la flota a ras del agua, es harto sabido. No lo es tanto el hecho de que depositaban sus bombas aproximadamente con tanta temeridad, que en algún caso llegaron a rozar el mástil del navío inglés, como lo atestiguara, por ejemplo, en su momento la revista "Time".

"Reempleo"

En varios casos algún aparato de la escuadrilla atacante se desviaba al hacer la aproximación y salía a un costado de la escuadra. Entonces, invariablemente, el "cazador" hacía "reempleo", o sea: efectuaba el viraje para arremeter una vez más. Sólo que -alertada la flota por la acometida de los demás aviones- el piloto que había errado el rumbo era generalmente abatido.

Y por qué hacía "reempleo" el aviador en lugar de volver a la base? Porque su sentido de honor le impedía volver con las bombas. Debía a toda costa intentar descargarlas sobre el enemigo.

La "droga"

"Escuché que preguntaban si nos drogábamos antes de enfilar a una muerte casi seguro", me dijo encrespado el capitán Carballo. Sí ibamos drogados. Esta era nuestra droga. Y con gesto vehemente sacó de entre sus ropas un rosario.

Carballo -"el capitán Cruz"- comandaba una de las escuadrillas que debían atacar a los ingleses en Bahía Agradable. Sin embargo, en trayecto hacia el blanco, su aparato comenzó a fallar. Antes de regresar, Carballo le ordena a su segundo: "Teniente Cochon, forme con tres aviones adelante y dos atrás, y condúzcalos a las gloria". Comenzaba con esas palabras lo que los británicos mismos bautizaron como "el día más negro de la flota"; el "Sir Galahad" y otros tres buques fueron arrasados por esas máquinas que tripulaba el coraje argentino.

Qué experimenta un "cazador" al aproximarse a la Flota? "Sentís una explosión a la derecha: le dieron a tu camarada. Otra a la izquierda: sucedió lo mismo. Y sabés con toda certeza que la única chance de salir es embocando las bombas en el puente mismo de la fragata. Sólo habiéndola tocado, la confusión que se produce puede permitirte hacer el escape".

Al principio de la guerra, casi ningún pilota dormía. Por la noche permanecían de guardia, al amanecer presenciaban la salida de las misiones, luego esperaban el retorno y al producirse éste, todavía se quedaban en pie hasta averiguar los nombres de los caídos.

Algunos estaban nerviosos. Otros, en cambio, francamente felices. Varios acababan de abandonar la vida civil. El comandante de Aerolíneas Argentinas, Musso cambió su mastodóntico Boeing por un afilado Dagger, aparato mortífero y vulnerable a la vez, ya que su tobera de gran tamaño atrae muy especialmente a cuanto misil esté rondando. Musso arremetió contra la flota en cinco misiones. Otro aviador, Páez -de Austral- aprendió a pilotear un Pucará.

Los "Trasporteros"

Si estos casos nos hacen vibrar, qué decir entonces de la hazaña del "trasportero" metamorfoseado en bombardero? Ya hacia el fin de la contienda, un Hércules C-130 atacó el buque petrolero "Hércules", encargado de abastercer a los ingleses, dañándolo con el maravillosamente simple procedimiento de abir la puerta de carga y arrojar a traves de ella las bombas. Días más tarde el petrolero se hundió.

Al igual que en las otras fuerzas, en la Fuerza Aérea la Argentina tiene héroes muertos y héroes vivos. Tanto unos como otros conforman el corazón moral del país. Los Ardiles, Vazquez, García Cuerva, Bustos, Castillo, García, así como los Carballo, Ballesteros, Moroni, Sanchez han protagonizado combates épicos, proezas individuales que relatadas a nuestros hijos van a forjarles el espíritu que un país sano reclama.

Para eso todos los hombres deben ser proclamados, todos los detalles revelados. La Nación debe conocer a sus héroes (así como a sus estafadores, por otra parte). Es lo único que puede elevar la temperatura moral del país en los duros momentos que está atravesando.

Culto al valor

Debemos hacer un culto de esa virtud esencial que es el valor, tanto el guerrero como el civil. Una virtud particularmente honrosa y necesaria, porque es la salvaguarda del ser nacional.

Y si bien la frustración de la derrota y de la estafa propagandística ha llevado a negarles a los héroes la recompensa merecida, nosotros los civiles que hemos vivido ardientemente esta guerra por una causa noble, esperamos vivir también la embriaguez de la justicia, cuando la Nación entera aclame a los caballeros del coraje.

"No habrá olvido que nos borre su memoria y la memoria nos hará leales"

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