Blas de Lezo

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Retrato de Blas de Lezo

Don Blas de Lezo y Olavarrieta (Pasajes, Guipúzcoa, 3 de febrero de 1687 - Cartagena de Indias, 7 de septiembre de 1741), almirante español conocido como "Patapalo", o más tarde como "Mediohombre", por las muchas heridas sufridas a lo largo de su vida militar, fue uno de los mejores estrategas de la historia de la Armada Española, y al mismo tiempo uno de los mejores desconocidos.

Valor, coraje, valentía y heroísmo

Pocos marinos españoles se acercaron a su talento, bravura y genialidad, y menos murieron en un abandono y olvido más ingrato. Un hombre que dio la vida por el imperio de su patria y cuya gesta permitió a España seguir dominando los mares 60 años más.

Biografía

Blas de Lezo y Olavarrieta nace en Pasajes (Guipúzcoa, España) el 3 de febrero de 1689 (día de San Blas en España).Fue el cuarto de diez hijos de D. Pedro Francisco de Lezo y Doña Agustina de Olavarrieta. Pertenece a una familia de la nobleza (con expediente de nobleza ganado en 1659) con ilustres marinos entre sus antepasados y en un pueblo prácticamente dedicado en exclusiva a la mar. Por ello no debe extrañar que con apenas doce años, en 1701, se enrole como guardiamarina al servicio del conde de Toulouse, Alejandro de Borbón hijo de Luis XIV. Tampoco debe extrañar que a los diecisiete aparezca en Pasajes llevando apresados varios navíos de guerra ingleses y que su padre le dijera con todo el orgullo de padre:

¡Hijo, no sabes cuán orgulloso me siento de ti. Créeme que, a pesar de la pena que me causa, prefiero verte cojeando que perdiendo batallas. A tu corta edad has hecho más por España que nadie que yo conozca!

Se casó el Lima, ya general y con 34 años, con Doña Josefa Pacheco de Bustos, alta dama de lo que hoy es Chile, el 5 de mayo de 1725 y tuvo 7 hijos. El primero Blas nació once meses después y demostró a todos que aunque cojo, manco y tuerto la hombría la tenía intacta. El matrimonio tuvo siete hijos: Blas primer Marqués de Ovieco; Josefa Atanasia, nacida también en Lima (1728); Cayetano Tomás; Pedro Antonio; Agustina Antonia; Eduvigis Antonia, que profesó como su hermana mayor como agustina recoleta; e Ignacia, que con el marqués de Tabalosos. Los cinco hijos menores nacieron en la península ibérica y, de ellos, las dos hermanes menores, en El Puerto de Santa María.

Linaje de padre y madre. Hermanos.

El padre de nuestro marino, llamado Pedro Francisco de Lezo y Lizárraga, era capitán de la Armada y natural de Pasajes de San Pedro. La madre, llamada Agustina de Olavarrieta y Ubillos, era natural de San Sebastián. Agustina y Pedro Francisco, sus padres, se habían casado en San Sebastián en 1683.

Los hijos de este matrimonio fueron, por orden de nacimiento: Manuel Alberto, Agustín Cruz, Pedro Francisco, Blas, nuestro marino, don Blas de Lezo y Olavarrieta, José Antonio Jacobo, María Josefa,Teresa Antonia, José Antonio, María Joaquina, y Francisco.

Es curioso señalar la bandera que llevaba D. Blas en la nave capitana: Se distinguía del pabellón de Marina con el escudo de armas de Felipe V sobre fondo blanco. La bandera morada llevaba el escudo de España, alrededor del cual estaba la máxima condecoración de Francia, las órdenes del Espíritu Santo, y el Toisón de Oro, tan afecto a las casas reales españolas, en cuyos extremos aparecían cuatro anclas. Este distintivo se conserva hoy en el Museo Naval de Madrid.

Catolicismo y otros distintivos de su persona

Durante 40 años, de su primera a su última batalla llevó un crucifijo de plata en su bolsillo que sacaba y besaba en los momentos cruciales. Tenía dos patas de palo, una herrada que utilizaba para las calles de piedra de Cartagena de Indias y otra totalmente de madera que usaba en los barcos para no resbalar.

Vernon y Blas de Lezo ya se habían enfrentado dos veces antes. La primera en Gibraltar en 1704 de donde D. Blas salío con una pata de palo y la pierna cortada a palo seco y Vernon con gloria y 200 guineas. En la segunda ya en Cartagena D. Blas derrotó totalmente a Vernon y este tuvo que salir corriendo por no perder la vida.

Ingreso en la armada francesa

Se integra en la armada francesa porque la española era apenas inexistente, la situación era calamitosa y lamentable, fiel reflejo del descalabro económico y la decadencia de los Austrias.

Guerra de Sucesión española

Tres años más tarde estallará la Guerra de Sucesión en España, al no dejar Carlos II descendencia alguna, enfrentando a Felipe de Anjou por parte francesa y al archiduque Carlos de Austria apoyado por Inglaterra, ya que esta última temía el poderío que alcanzarían los Borbones en el continente.

Batalla de Vélez-Málaga

Fue frente a Vélez-Málaga, el 24 de agosto de 1704, cuando se produce la batalla naval más importante del conflicto. En dicho combate se enfrentaron 96 naes de guerra franco-españolas (51 navíos de línes) y 68 navíos de línea anglo-holandeses, con 1.500 y 2.700 bajas respectivamente.

Blas de Lezo participó en aquella batalla batiéndose de manera ejemplar hasta que una bala de cañón le destrozó la pierna izquierda, teniéndosela que amputar, sin anestesia, por debajo de la rodilla. Cuentan las crónicas que el muchacho no profirió un lamento durante la operación. Debido al valor demostrado en aquel trance y en el propio combate, es ascendido en 1704 a Alférez de Bajel de Alto Bordo por Luis XIV y se le ofrece ser asistente de cámara de la corte de Felipe V. Evidentemente necesitó una larga recuperación y rechazó estar en la corte, pues ambicionaba conocer las artes marineras y convertirse en un gran comandante. En 1705 vuelve a bordo y aprovisiona la asediada Peñíscola.

Las gestas de Barcelona y de la fortaleza de Santa Catalina de Tolón

Continúa patrullando el Mediterráneo apresando numerosos barcos ingleses realizando valientes maniobras con un arrojo impropio, tanto es así que se le premia permitiendo llevar sus presas a Pasajes, su pueblo natal. Pero enseguida es requerido por sus superiores y en 1706 se le ordena abastecer a los sitiados de Barcelona al mando de una pequeña flotilla. Sirviéndose de su aguda inteligencia realiza su cometido brillantemente, escapa una y otra vez del barco que establecen los ingleses para evitar el aprovisionamiento. Para ello deja flotando y ardiendo paja húmeda con el fin de crear una densa nube de humo que los protegiera, pero además carga sus cañones con unos casquetes de armazón delgada con material incendiario dentro, que, al ser disparados prendía fuego a los buques británicos. Los británicos se ven impotentes ante tal despliegue de ingenio. Posteriormente se le destaca a la fortaleza de Santa Catalina de Tolón donde toma contacto con la defensa desde tierra firme en combate contra los saboyanos. En esta acción y tras el impacto de un cañonazo en la fortificación, una esquirla se le aloja en su ojo izquierdo que explota en el acto, perdiendo así para siempre la vista del mismo.

El puerto de Rochefort

Tras una breve convalecencia fue destinado al puerto de Rochefort, en la costa atlántica francesa, donde lo ascendieron a teniente de Guardacostas en 1707. Tres años más tarde, lo ascendieron nuevamente, a capitán de fragata. Durante su estancia en Rochefort rindió unos diez navíos enemigos. Hubo lugar el combate con el Stanhope (de setenta cañones) mandado por John Combs. Las maniobras de Lezo dejaron al barco enemigo a distancia de abordaje, momento en el que ordenó lanzaran los garfios para llevarlo a cabo: «Cuando los ingleses vieron aquello, entraron en pánico». Desde entonces todas las armadas de guerra admiraron al joven capitán.

Ingreso en la Armada española

Pasó al servicio de la Armada española, a las órdenes del gaditano don Andrés de Pes.

Fin de la guerra de sucesión

El 11 de abril de 1713 se firmó la Paz de Utrech, en virtud de la cual la casa de Austria renunció a sus derechos sobre el trono español y éste pasó a manos de los Borbones. Sin embargo, el puerto de Barcelona no quiso entregarse y resistió por más de un año el asedio franco-español, el cual terminó con el asalto a la ciudad, el 11 de septiembre de 1714. En uno de los combates, el 14 de agosto de 1714, el capitán de fragata perdió el brazo derecho.

Así, a los 25 años de edad, Blas de Lezo había sido mutilado en la mitad de sus miembros. Sus paisanos guipuzcoanos lo llamaban en vascuence "Anka-Mortz" (Medio-Hombre). Luego de una corta recuperación, se reintegró al servicio y viajó a Italia con la escuadra que traería a España a la reina doña Isabel de Farnesio. En 1715, Blas de Lezo asistió a la reconquista de Mallorca que encabezó don Pedro de los Ríos.

La osadía en Génova

Fue comisionado para que Génova abonase los dos millones de pesos que el banco de San Jorge le debía a la Corona Española (Felipe V). Lezo armó hasta los topes seis barcos y los enfrento al Palacio de Los Doria en Génova. Arbolaron la bandera real de guerra en señal de comienzo inminente de las hostilidades. El Senado se reunió urgentemente y le demando cuales eran sus intenciones a lo que Lezo contestó, lacónicamente:

<< Aguardo impaciente el pago de dos millones de pesos por parte del Banco San Jorge que adeuda a la Real Hacienda española; que el plazo se ha vencido y la deuda ha de pagarse.>>

Le dijeron que le pagarían en un mes ya que no tenían dinero. Lezo les contestó dándoles un plazo de veinticuatro horas y que ya era mucho.

Unas horas antes de acabarse el plazo, D. Blas mando abrir las poternas de los cañones y toda la ciudad se dio cuenta que iba muy en serio. Así que inmediatamente llevaron los dos millones a bordo.

Don Blas cuando vio esto, dándose cuenta que se habían querido burlar de él, dijo la frase más dura:

No he de recibir el dinero hasta que en señal de desagravio las autoridades de Génova hagan un saludo excepcional a la bandera española que ondea en mis mástiles; de lo contrario, ejecutaré el plan de bombardeo.

Y claro que se hizo con la salida de todos: militares, civiles y bandas de música a hacer el saludo de desagravio ante la bandera española.

Al acabar música, fanfarria y desfiles, les dijo al Senado de Génova: Ahí os dejo la bandera de España de recuerdo y para que la RESPETEIS.

Así las gastaba D. Blas pues era un vasco decidido y valiente.

La lucha contra los piratas por los mares del sur

En 1716, como comandante de El Lanfranco, condujo los galeones de Nueva España que debían llevar a la metrópoli un cargamento de plata. Inmediatamente después pasó a formar parte de la escuadra de Urdizo y Martinet contra los piratas del Mar del Sur, en cuyo servicio permaneció catorce años, durante los cuales navegó continuamente a lo largo de las costas del Perú y de Chile. En repetidas ocasiones el marino español logró derrotar a los corsarios enemigos y se convirtió en toda una leyenda por sus sorpresivos ataques contra los bucaneros.

La limpieza de las costas del Mar del Sur le granjeó la buena voluntad de los mandos de la Marina de Guerra, hasta que en 1723, el 16 de febrero, a la edad de treinta y cuatro años, Don Blas de Lezo es nombrado general de la Armada española.

La gesta contra el pirata argelino Bay Hassan

La alianza entre el Bey Hacen y el Bey argelino, quienes lograron reunir una importante infantería que se dispuso a asaltar Mazalquivir. El nuevo gobernador de Orán, Álvaro Navia Osorio, marqués de Santa Cruz de Marcenado, acudió a su defensa y en esa empresa perdió su vida junto con la de mil quinientos hombres. Decidió Patiño, entonces, solicitar los servicios de Don Blas, quien acudió en ayuda de los defensores con los navíos Princesa, de setenta cañones y el Real Familia, de sesenta piezas, más otros cinco barcos de guerra y veinticinco de transporte. Las nueve galeras con que el Bey de Argel bloqueaba el puerto se dieron a la fuga. No contento con esto, Lezo persiguió a la flota enemiga, hasta que en febrero de 1733 avistó la nave capitana; la persecución no se hizo esperar. El Bey de Argel huyó hacia la ensenada de Mostagán, en la costa argelina, que a la sazón estaba defendida por dos fuertes, los cuales inmediatamente abrieron fuego sobre Lezo. No obstante el peligro, Don Blas, maniobrando tan decidida como osadamente, abordó la nave enemiga, reduciendo su tripulación. El 15 de febrero de 1733, Lezo entraba victorioso en Barcelona.

La heroicidad de Cartagena de Indias

Antecedentes y Objetivos

Jenkyl, un corsario inglés, fue detenido en aguas españolas y se le cortó una oreja por pirateo y – El capitán del guardacostas español, un tal Juan Fandiño -, le ha mandó al rey Jorge III de Inglaterra un insolente mensaje con Jenkins:

«Ve y dile a tu Rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve».

Este capitán fue un estúpido y un prepotente ante un vencido, pero, de todas formas, la decisión de invadir esta parte del Imperio estaba tomada a espera de un motivo.

Los ingleses y virginianos se concentraron en Kingston (Jamaica). Allí fueron espiados por el caballero D. Juan de Azpizcueta, rubio y de ojos azules, comisionado por el gobierno para ese acto. Sabía perfectamente inglés y entre juegas y mancebías se fue enterando de todo. Inmediatamente fue a Cuba a informar. Lo único que tranquilizó a España fue que al mando estaba el invicto almirante D. Blas de Lezo. Se le reenviaron los planes de batalla de Vernon.

El objetivo era entrar a saco en toda la Sudamérica hispana. Tras caer Cartagena caerían las actuales Venezuela, Colombia, Perú, Uruguay, Paraguay, Chile y Argentina. Buscaban los tesoros de metales, minerales y agricultura del Imperio.

Las fuerzas inglesas y españolas

La mas grande vista hasta la fecha (mayor que la "Invencible") y que la española en Lepanto (164 navíos). Tenía 180 navíos y casi 32.000 hombres de los que 4.000 eran de las Colonias de Norteamérica.La mandaba el Almirante Sir Edward Vernon y tenía unas 3.100 piezas de artillería. Los españoles tenían un poco más de 2.700 hombres y 6 barcos y además 300 expertísimos arqueros indígenas muy importantes por el silencio con el que mataron ingleses en las selvas derredor de Cartagena. A su favor estaba la difícil posición y los fortines armados.En detalle la flota Inglesa tenía(según Quintero Saravia) 8 navíos de tres puentes, 28 navíos de de línea, 12 fragatas, 2 bombardas y alrededor de 130 buques de transporte, y en torno a treinta y dos mil combatientes entre marinos (quince mil), soldados (nueve mil regulares y cuatro mil de las milicias norteamericanas) y esclavos negros macheteros de Jamaica (cuatro mil).

Defensas Militares

No es lo mismo llamar que abrir la puerta.

Tres líneas, o anillos de defensa.

Primer línea de defensa. Castillo llamado San Luis de Bocachica, en la isla Cárex. En total, el lado que daba al mar medía unos 117 metros de largo y las murallas tenían unos tres metros y medio de altura por dos de espesor y contaba con sesenta y cuatro cañones que batían la entrada de la bahía. La defensa del canal de Bocachica se completaría con una batería localizada casi enfrente, en la isla Barú, llamada San José, de veintidós cañones, con el propósito de cruzar fuegos con el castillo. Además enfrente se establecieron tres baterías que se llamaron Chamba, con cinco cañones, San Felipe, con seis y Santiago, con nueve del Varadero y Punta Abanicos Por lo menos 114 cañones, sin contar con los siete de Pasacaballos, cerraban el acceso a la bahía de Cartagena por su única entrada, el canal de Bocachica.

Segunda línea de defensa. Navegando por el canal de Bocachica hacia Cartagena, dos salientes donde se decide construir dos fuertes, el de Cruz Grande, a la izquierda, con unos diez cañones, y el del Manzanillo a la derecha, con treinta, para batir con sus fuegos cruzados los buques que pudiesen forzar la entrada por Bocachica. En la isla de Manga, según se cruza esta boca, se encontraba el fuerte de San Felipe del Boquerón, cuya cortina del oeste ostentaba dieciséis cañones, y las restantes dos cortinas contaban con ocho y siete cañones cada una; la misión principal del fuerte era coger con fuegos frontales a los buques que lograran cruzar la boca. En total, unos ochenta y un cañones constituían esta segunda línea de defensa de la ciudad.

Tercera línea de defensa. Eran las murallas de la ciudad, propiamente dichas, también resguardadas por el castillo de San Felipe de Barajas. Más de cien cañones enseñaban el poder militar de tan formidable fortaleza, llena de orificios por donde asomaba la fusilería que también la defendería. Calles y rampas inclinadas desplegaban un sistema de ingeniería militar acondicionado para que las balas de cañón del enemigo golpeasen y se devolviesen en dirección contraria, dada la pendiente; un sistema de túneles internos, vías de escape y escondrijos, convertían el Castillo en una encrucijada y laberinto de trampas contra el enemigo que osase penetrarlo. El Castillo formaba un conjunto de fortificaciones separadas entre sí en la superficie, pero unidas por caminos subterráneos, para permitir la retirada de la tropa a una u otra parte del recinto amurallado, o a medida en que el enemigo consiguiese tomarse las distintas fortificaciones.

En total 300 cañones en alto y estratégicamente situados.

Moneda conmemorativa inglesa

Estaba Inglaterra tan segura de su victoria, que hasta mandó acuñar monedas conmemorativas del triunfo. En ellas se leía:

«La arrogancia española humillada por el almirante Vernon» y «Los héroes británicos tomaron Cartagena, 1.º de abril de 1741»

En dichas monedas aparecía el Almirante inglés recibiendo la espada de Blas de Lezo, quien, arrodillado, la entregaba a su conquistador.

Pero Inglaterra no pudo lograrlo. Se lo impidió este heroico general de la Armada, que tuerto, manco y con una pierna amputada –por todo lo cual era llamado medio-hombre– demostró que quien los ingleses tenían enfrente era a todo un 'HOMBRE Y MEDIO'. (EL DÍA QUE ESPAÑA DERROTÓ A INGLATERRA.Pablo Victoria.2005. P.6).

Las monedas, la Armada y miles de hombres hubo de enterrarlos "la pérfida Albión".

Preliminares

El 13 de marzo de 1741, lunes, plomizo y caluroso día, apareció la Armada inglesa, por tercera vez en 3 años, a las 9 de la mañana en Punta Canoas. Todos los gentilhombres se acercaron, encabezados por el Gobernador Eslava hacia el mirador del Marqués de Valdehoyos. Allí fueron avistados línea a línea barcos sin bandera. El general Blas de Lezo, sería avisado con un cañonazo disparado desde el Fuerte de San Felipe. A los dos minutos el fuerte de San Matías situado en Punta de Icacos respondía, con otro cañonazo, que estaba alerta a cualquier eventualidad y que también se había percatado de la presencia de las extrañas naves. A estos disparos respondieron los fuertes de Santa Cruz de Castillo Grande, o Cruz Grande, y de Manzanillo que, situados el uno frente al otro, bloqueaban, como un segundo anillo defensivo en el interior de la bahía, el acceso al puerto de Cartagena. Unos minutos más tarde se alcanzaron a oír en la lejanía los disparos de los fuertes que guardaban la única entrada a la bahía por Bocachica, el castillo de San Luis y el baluarte de San José, que con sendos disparos de cañón, también avisaban del peligro que se avecinaba. Había pocos hombres pero muchas fortificaciones estratégicas en una bahía estratégica que hacían muy, muy difícil, la conquista de Cartagena de Indias. Sentidos y sabidas preparadas las defensas, los ingleses izaron su digna bandera que no debiera haber sido escondida nunca como si de naves piratas se trataran. Al grito ¡templad las cadenas! se desplegaron las dos a la entrada de Bocachica entre San Luís y San José.

Comienza la Batalla

Los Ingleses, confiados en sus fuerzas, desembarcaron en La Boquilla, Sebastián de Eslava, el virrey de Nueva Granada y, por lo tanto, primera autoridad en Cartagena, había enviado a tres compañías de granaderos bajo el mando del capitán de infantería Pedro Casellas. Enseguida estuvo a su lado D. Blas. Parece que los ingleses tantearon el desembarco y al final no lo realizaron tras descargas españolas maliciosamente engañosas para intentar hacer creer a Vernon que los españoles no sabían disparar. A partir de ese momento el mando inglés a bordo del Princess Carolina constituido, además de Vernon, por el vicealmirante Chaloner Ogle, el comodoro Richard Lestock, el general Thomas Wentworth, el gobernador de Virginia, William Gooch, el joven oficial y protegido de Vernon, el capitán Lawrence Washington (hermanastro de George) y varios generales más, decidió el ataque forzando las cadenas.

Al día siguiente, la nave capitana, La Galicia, se hizo a la mar muy pronto, seguida del San Carlos, el San Felipe y el África. A los otros dos buques, al Dragón y al Conquistador, se les dio la orden de permanecer al amparo del dique submarino de Bocagrande, como reservas navales. Su idea era cerrar la entrada con las cadenas y esos buques una vez que fuesen hundidos para impedir el acceso. Enfrente se había enviado una docena de naves de Vernon.

Las ayudas españolas no podrían venir en meses pues el Almirante Torres se había ido desde Barranquilla a La Habana que podía ser atacada también y era la llave del oro de todo el mundo hacía España y las tropas españolas habían sido terciadas (muertos mil hombres) por el vómito negro (la ahora conocida como fiebre amarilla) favorecida por los pantanales que rodeaban y protegieron, y de que manera, a Cartagena. Los españoles que quedaban estaban inmunizados de la infección viral trasmitida por el mosquito aedes aegypti. los ingleses y los americanos no tenían ninguna protección pues solo en Sudamérica y África tropical es endémico este mosquito. La enfermedad es devastadora a los seis días de picados por el mosquito y D. Blas se piensa que tenía algún conocimiento por el tiempo en que se desató la enfermedad desde que desembarcaron. ¡Había que retrasar a los ingleses como fuera!.

¿Derrota tras derrota o táctica militar?

El 15 de marzo ya estaba la armada inglesa desplegada frente a la entrada a la ensenada.Los objetivos de Vernon, que fue uno de los mejores militares británicos, fue preparar el desembarco por tierra y el avance de la armada para forzar la primera línea de defensa.

Don Blas, además de la mínima cantidad de hombres y armas, tenía la animadversión del envidioso e inepto gobernador Eslava (al que los siglos le maldigan eternamente) que quería ganar él la batalla sin conocimientos militares y con unas tácticas básicas. Menos mal que D.Blas tenía un gran carácter y en las confrontaciones entre militar y político este último tenía que ir al excusado inmediatamente.

El 16 de marzo por la tarde el enemigo intentaba desembarcar en La Boquilla y el fuego de las baterías barrieron. Los hombres que no fueron eliminados en barcas lo fueron en tierra por los disparos. Segundo fracaso inglés.

¡fuego! y ¡fire!

El 20, fondearon en Bocachica cuatro navíos y dos paquebotes. Por esos días un navío inglés de 70 cañones fue desarbolado por las baterías de la costa. Cuatro años había pasado D. Blas preparando todo el plan de defensa de Cartagena y se notaban los efectos. Empezó la primera batalla al grito de "fuego", "fire" de los valientes marinos españoles e ingleses luchando con temible valor y frente a frente. Nuevamente se vio sorprendido Vernon por las bombas tipo "boomerang" que utilizo D. Blas (el cual era creativo al extremo). Durante cuatro horas tripes fuerzas inglesas bombardearon sin piedad y los españoles se tuvieron que retirar a la posición siguiente. Era ese el objetivo ir perdiendo posición tras posición eliminando el mayor número de enemigos.

Ese día fue casi destrozado un gran barco inglés de más de cien cañones. Todo el día y noche siguieron los bombardeos sobre los dos castillos.A la mañana siguiente apareció destrozado un navío inglés de 90 cañones. Otro fue desarbolado a media mañana por las baterías del Castillo de San Luis. En ese momento apareció en la Escuadra inglesa "el vómito negro" y hasta tal punto estuvo a punto de pararlo todo que Vernon pensó de levantar el sitio. Solo la derrota del correo de Cuba y la imposibilidad del amparo de la flota de Torres en La Habana le hizo seguir.

El día 22 se hizo recuento de las bajas inglesas que ya eran de 5 grandes buques: cerca de 400 cañones eliminados. Pero un grupo de 500 hombres ya habían desembarcado por tierra. D. Blas le pidió al inepto Eslava que desplazase todos los hombres de Cartagena para eliminar a los que habían desembarcado. Este cobarde dijo que no. Estuvo a punto de perderse la guerra muchas veces por él.

El día 23 dos españoles que se fugaron de las naos inglesas informaron que los ingleses desembarcarían con 14.000 hombres y que Torres estaba en La Habana cosa que Lezo no sabía. Se mantuvo estoicamente. A partir de ese momento fecha a fecha la guerra fue una seguida caída de Castillos. y llegamos al punto final.

Desde el Castillo de Santa Cruz los hombres combatían frente a tres grandes buques ingleses, los hombres iban cayendo, a las pocas horas el Capitán ortega estaba casi derrotado y tal como le había dicho Lezo volver a San Felipe. En ese momento la Nao Dragón de 64 cañones se acerco y desarboló a un buque inglés de una terrible descarga de 32 cañones de los que 7 dieron en el objetivo. Los otros barcos se alejaron del barco español.Así poco a poco y defendiendo palmo a palmo se ganó la batalla de Cartagena.

Entre el 5 y el 6 de abril perdieron el Castillo de San Luis y tuvieron que hundir los 4 barcos que quedaban para hacer difícil la entrada a Cartagena.

El 13.4.1741, las tropas de Wentworth iniciaron el desembarco sin demasiadas dificultades y,antes del mediodía, el general había logrado situar diez mil soldados en posiciones adelantadas de las islas de la Manga, la moral inglesa era alta porque todas las defensas se iban rindiendo sin luchar hasta el final como se esperaba. Dos buques habían sido hundidos en la entrada. ¡Todo estaba ganado!.

Viéndose rodeado D. Blas mando construir zanjas, trincheras y trampas para impedir el acceso a las murallas con las escalas que tenían. Por otro lado los ingleses iban cerrando el cerco y eliminando las defensas.

¡Victoria!

Los ingleses estaban muy nerviosos, todo parecía ponerse en su contra, morían a cientos del "vómito negro", la lluvia era temible día y noche, las provisiones empezaban a escasear. Cada día que pasaba era una penalidad y los malditos españoles arriba en San Felipe tan tranquilos. Era muy fácil en esas condiciones perder la calma y varios la perdieron.

Añagaza. D. Blas busco entre la tropa a dos soldados que parecieran muy torpes y no lo fueran y les dio el siguiente encargo:

1º) Pasarse como desertores a los ingleses. 2º) Decir a los ingleses que tenéis información y que queréis una recompensa. 3º) Decirles que deben conquistar la iglesia que está encima de nosotros. 4º) Se leerá más tarde.

Así lo hicieron.

Uno de los generales virginianos, los creyó, dada su inexperiencia. Y para sus sorpresa tomaron una defensa superior a San Felipe. Cuando vieron los ingleses que los falsos desertores les habían dicho la verdad hasta ese momento empezaron a colocar los cañones y a bombardear el Fuerte y creyeron en ellos.

Tres días estuvieron así y los barcos ingleses les bombardeaban desde la bahía.

La noche del 19 al 20 de abril del año del Señor de 1741 unos 3.000 bravos ingleses atacaron el Fuerte por la peor zona aconsejados por los traidores (en eso consistió la traición). Cuando empezaron la subida en el silencio de la noche, D. Blas que los observaba llamo a 300 de sus mejores hombres y les ordenó - Id desnudos y descalzos, solo tapados con una ropa blanca, armados de un machete y un hacha y destripad ingleses: la ropa blanca es para que os reconozcáis los unos a los otros en la oscuridad de la noche, el ir descalzos es para que no resbaléis por el suelo húmedo de lluvia y hagáis poco ruido, parad cuando lleguéis al llano tras bajar toda la cuesta y volvéis a San Felipe. Volvieron una cincuentena.

Así lo hicieron y en 4 horas destriparon 1500 ingleses frente a menos de 50 españoles muertos. A la amanecida los mandos ingleses estaban desesperados y llamaron a Vernon y le contaron que "dos zarrapastrosos españoles de acento raro (eran vasco y navarro)" les habían engañado. Vernon dio la orden de atacar en vez de reorganizarse y esperar a elevar la moral, pues ver a cientos de compatriotas con las tripas fuera no era para levantar el ánimo de ningún soldado por esforzado y veterano que fuese (y los ingleses que atacaron eran de los más brillantes).

Los ingleses volvieron a atacar con dos columnas de más de 1000 soldados de frente y sin preparación, no podían acercar los cañones porque D. Blas había ordenado trincheras en zig zag y las piezas se hundían. A media distancia los agresores fueron destrozados por los cañones del fuerte, después las armas de los españoles que eran muy brillantes tiradores y que disparaban al bulto rojo tuvieron una precisión terrible. Cuando nuevos refuerzos de ingleses vinieron con escalas las escalas no llegaban hasta la cima de las murallas, por las defensas de 2 metros excavadas, y fueron destrozados en menos de dos horas. Al caer la tarde los ingleses no se retiraron porque no quedaba ninguno eso muestra su valentía. ¡Honor a los bravos soldados británicos que lucharon y dieron la vida por su Patría en el sitio de Cartagena!.

Después D. Blas, que fue gravemente herido en un pulmón, mandó bajar a 1000 españoles para hacer prisioneros y muertos, así lo hicieron durante toda la noche. Al final del día 20, más de 5.000 ingleses habían muerto gracias a los aguerridos y heroicos soldados españoles del uno y otro lado del Atlántico, pues Nueva Granada (Colombia y aledaños) era provincia española, que no colonia.

Durante varios días Vernon siguió dando vueltas alrededor de San Felipe hasta que un día levantó el sitio tras enviarle un mensaje a Lezo:

Hemos decidido retirarnos, pero para volver pronto a esta plaza, después de reforzarnos en Jamaica.

A lo que Lezo respondió con ironía:

Para venir a Cartagena es necesario que el rey de Inglaterra construya otra escuadra mayor, porque esta sólo ha quedado para conducir carbón de Irlanda a Londres.

Fueron tantas las bajas inglesas, que tuvieron que abandonar numerosos barcos y hundirlos allí mismo por falta de recursos para poderlos gobernar en la mar, no había marineros.

Hasta el 20 de mayo estuvieron saliendo embarcaciones inglesas de Cartagena. El último en abandonar el sitio fue Lestock.

De los 190 a 200 buques que vinieron, se contaron en la retirada 136 y la mitad muy desarbolados.

Los ingleses tuvieron 9.500 muertos, 7.500 heridos, perdieron 1.500 cañones y más de 50 naves.

Los españoles sufrieron 800 muertos, 1.200 heridos y perdieron 6 naves. Los fuertes de Bocachica, Castillo Grande y Manzanillo quedaron totalmente destruidas.

Esto fue un horror para los ingleses, quedaron completamente humillados. La mayor operación de la Royal Navy, hasta el momento del desembarco de Normandía en 1944, se saldó también como la mayor derrota de su historia.

D Blas de Lezo murió meses después de una enfermedad pulmonar. Era normal para los españoles de entonces morir a los 40 años o menos por que el morir a los 54 demostraba su fortaleza. Los cartageneros le han dado desde entonces los máximos honores. A título póstumo le fue concedido el título de Marqués de Ovieco, honores de teniente general, y siempre una nave de la armada española lleva su nombre desde entonces. Los ciudadanos de Cartagena de Indias elevaron una estatua a los bajos de San Felipe.

En su testamento Lezo pidió que se colocara una placa en las murallas que rezara:

Aquí España derrotó a Inglaterra y sus colonias.

Y los colombianos lo hicieron en 2009.

Marqueses de Ovieco

Titular 2 Periodos

Creación por Carlos III de España I Blas Fernando de Lezo y Pacheco Solís 1762-1790 II Blas Alejandro de Lezo y Pacheco Solís y Castro 1790-1827 III Blas Juan de Lezo y Garro 1827-  ? IV José María de Lezo y Vasco 1848-1900

Rehabilitación por Alfonso XIII V José María de Narváez y Pérez de Guzmán el Bueno 1917-1941 ... Antonio Marabini y Bérriz 1983- 2012 .. Antonio Marabini y Martínez de Lejarza 2012-actual titular

Bibliografía

Escrita

  1. Blas de Lezo. Diario formado en Cartagena de Indias desde 13 de marzo hasta 21 de mayo de 1741.
  2. Quintero Saravia. Don Blas de Lezo. Historia de un marinero español. 2016
  3. Blas de Lezo. Revista de Historia Militar. Año 1957. Página 126 y siguientes. Escrita con premiosidad y preciosismo.
  4. Pablo Victoria. El día que España derrotó a Inglaterra. 1978. Muy brillante.
  5. Alberto Vazquez Figueroa. Mediohombre. Son muy vibrantes y patrióticas sus últimas 50 páginas. Es literatura pero no está muy mal. Se puede encontrar gratis por Internet tal como el mismo autor recomienda en sus comentarios.

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