Bobby Fischer

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Bobby Fischer

Robert James "Bobby" Fischer (1943-2008) fue un ajedrecista estadounidense de origen judío que se convirtió en el primer campeón del mundo de su país, al derrotar al soviético Boris Spassky en 1972. Genio precoz del tablero, Fischer es considerado por muchos especialistas como el mejor jugador de ajedrez de todos los tiempos y se convirtió en su país en un símbolo de la lucha contra el comunismo durante la Guerra Fría. Fue también un perseguido político y se caracterizó por sus polémicas declaraciones contra Israel, el judaísmo internacional y Estados Unidos, llegando a renunciar a la ciudadanía de su país, que lo acusó de traición.

Biografía

Bobby Fischer nació en Chicago, Estados Unidos el 9 de marzo de 1943. Su padre fue el físico alemán de origen judío, Gerhardt Fischer. Su madre, la judía suiza Regina Wender, estudió medicina en la Unión Soviética en los años ' 30 y trabajó como nurse y maestra de escuela. Se dice que hablaba fluidamente 7 idiomas y asistió a seis universidades diferentes.[1] Después de la separación de sus padres cuando Bobby tenía 2 años de edad, el y su hermana mayor Joan, fueron criados por su madre. A la edad de 6 años su hermana le compró su primer juego de Ajedrez. A los 8 años tomaba lecciones en el Brooklyn Chess Club y a los 12, jugaba con los mas fuertes jugadores en el Manhattan Chess Club y el Marshall Chess Club. A los 14 años ganó el campeonato nacional de ajedrez y al año siguiente fue proclamado "Gran Maestro". Tras una serie de impresionantes victorias, entre 1970 y 1971 ganó 20 partidas; perdió una y empató 3 con el campeón soviético Tigran Petrosian. En 1972, derrotó a Boris Spassky en el match contra la Unión Soviética celebrado en Reykjavík, Islandia; convirtiéndose en el primer estadounidense campeón del mundo en Ajedrez. Tres años mas tarde rechazaría las reglas de la Federación Internacional de Ajedrez, la cual acabó despojándolo de su título, con lo cual el soviético Anatoly Karpov se convirtió automáticamente en el nuevo campeón del mundo. Tras este incidente, Fischer desapareció de la escena ajedrecística durante décadas.

A partir de 1992 fue un perseguido político por parte de Estados Unidos y organizaciones judías, a causa de su aguda crítica a ese país, sus posturas antisemitas y el no haber respetado el embargo de Naciones Unidas que pesaba sobre Yugoslavia, al celebrar la revancha con Spassky en ese país. Tras su última victoria sobre el ex-campeón soviético fue acusado de traición por las autoridades de ese país y comenzó un largo éxodo por diferentes países pasando por Hungría, Alemania, Filipinas (donde en un programa de radio justificó los ataques a las Torres Gemelas en 2001), y Japón, país que le detuvo en julio de 2004 porque su pasaporte no era válido. Al poco tiempo pesaba sobre el una orden de extradición dictada por su país. Entabló una batalla legal donde se declaró perseguido político, renunció a la ciudadanía estadounidense y fue acogido por Islandia que le otorgó la ciudadanía. Cuatro años mas tarde falleció en Reykjavík, a la edad de 64 años, debido a un fallo renal.

Vida pública

Portada de la revista LIFE el 12 de noviembre de 1977

Fischer se hizo célebre por su excentricidad y la sinceridad de sus declaraciones, que en ocasiones sobrepasaban los límites de lo políticamente correcto.

Personalidad

Solía imponer condiciones a los organizadores de eventos ajedrecísticos para participar en los torneos. Por ejemplo, exigía jugar en tableros opacos, que no reflejaran la luz, porque decía que esta dañaba su salud. También impuso condiciones sobre el diseño de las piezas de ajedrez a utilizar, al extremo de no participar en torneos donde no se siguieran sus directrices. Cuando estaba a punto de ganar el campeonato del mundo en 1972, expresó su intención de abandonar, alegando que no se estaba cumpliendo con todas las condiciones del contrato. Su negativa a seguir jugando y la posibilidad de perder el match causó gran preocupación en los Estados Unidos, cuyas autoridades intentaban en vano persuadirle para que siguiera jugando. En principio recibió llamadas del secretario de estado Henry Kissinger y al final fue el mismo presidente estadounidense Richard Nixon quién le hizo una llamada para pedirle que continuara jugando en representación de su país: "el pueblo necesita de esta victoria, necesitamos que dispute el match y lo gane". Al final Fischer aceptó continuar y ganó. Poco después de coronarse campeón del mundo, la multinacional de refrescos Coca-Cola le ofreció 500.000 dólares por hacer una publicidad con su nombre. Fischer los rechazó diciendo...

"Yo no tomo esa bebida, no me gusta, y menos voy a promocionar algo que no consumo"[2]

...desprecio que dicha compañía jamás le perdonó. Mas tarde comentaría:

"No podía hacerlo, cómo podría si yo nunca miento".

Visitó la Argentina en 1970 y 1971, país del cual llegaría a enamorarse.

"Él amaba el país. Le encantaba nuestra comida, decía que era la mejor del mundo. Le apasionaba sobre todo la carne, pero también lo volvía loco el jugo de naranja. Siempre nos juntábamos con él y con Antonio Carrizo y charlábamos por horas."
—Miguel Ángel Quinteros, Gran Maestro argentino

Opiniones sobre los judíos

Pese a ser hijo de judíos, Fischer no se sentía judío, negó abiertamente el Holocausto y criticó a Israel debido a su política genocida contra Palestina. El campeón del mundo que reportó un cociente intelectual de 181 llegó a hacer polémicas declaraciones como las siguientes:

Lo que está pasando es que los judíos me persiguen día y noche por decir las cosas como son. Quieren meterme preso, me están robando todo lo que tengo, mienten continuamente sobre mí. Ya tuve suficiente de esta mierda. Lo último que hicieron es que tuve algunas cosas almacenadas en Pasadena durante 12 años, gasté una fortuna en tarifas de almacenamiento, una fortuna en cajas fuertes... y estos malditos judíos en Estados Unidos fueron y se apoderaron de todo.
—Entrevista radial, 13 de enero de 1999[3]
A través de toda la historia los judíos fueron siempre unos bastardos mentirosos. Son unos hijos de puta mentirosos. Son un pueblo inmundo, sucio, repugnante, vil, criminal... y los peores pedazos de excremento del mundo.
—Entrevista radial, 10 de marzo de 1999[4]
Mi principal interés en este momento es exponer a los judíos. Esto es mucho más grande que yo. No sólo me están persiguiendo a mí. Esta no es sólo mi lucha, no estoy haciendo esto sólo por mí mismo... Esto es vida o muerte para el mundo. Hay que detener a estos malditos judíos. Son una amenaza para el mundo entero.
—Entrevista radial, 10 de marzo de 1999.[3]

Al preguntarle que esperaba lograr dando entrevistas radiales sobre sus puntos de vista, Fischer contestó:

Mi tesis es básicamente que los judíos son un pueblo criminal que controla completamente a los Estados Unidos y lo usan como vehículo para gobernar el mundo...[5]
Me gusta decir lo que pienso. Y si vas a trabajar para los judíos, ya no podrás decir lo que piensas. No puedes decir que el holocausto nunca ocurrió, por ejemplo. Eso es un absoluto no-no. No puedes decir que la circuncisión es un crimen. Hay tantas cosas que no puedes decir una vez que te subes al carro judío. … Antes había mucha gente como yo, pero poco a poco el espíritu judío parece conquistarlo todo.
—Hablando con Eugene Torre en Bombo Radyo Filipinas, 24 de mayo de 1999.[3]
Se supone que Estados Unidos es un gobierno de leyes, no de personas. Pero eso es mucha mierda. Estados Unidos está totalmente controlado por sucios judíos. Y éstas son gente despiadada, criminal y sin ley. Han estado mutilando a sus hijos durante miles de años, cortándoles un trozo de pene. Eso también es ilegal, pero eso nunca detuvo a los sucios judíos.
—Entrevista radiofónica, 27 de junio de 1999.[3]
Son unos subhumanos y la escoria de la tierra. Cuando hablas de judíos, estás raspando el fondo del barril de la humanidad.
—Entrevista radial, 16 de octubre de 1999.[3]
Los judíos odian la naturaleza y el orden natural porque es puro y hermoso, y también porque es más grande y más fuerte que ellos, y sienten que no pueden controlarlo por completo. La belleza y la armonía de la naturaleza contrastan marcadamente con su miseria y fealdad, y eso les hace odiarla aún más. Los judíos son destructores. Son antihumanos.
— Entrevista radiofónica, 19 de febrero de 2005.[3]

Legado al mundo del Ajedrez

Fischer en sus últimos días.

Garry Kasparov fue su gran admirador durante décadas. En su libro "My great predecessors" (mis grandes predecesores), Kasparov hace un repaso de sus mas importantes partidas. Luego del fallecimiento de Fischer, este lo recordaría con elogios por su aporte único al Ajedrez profesional, y en forma crítica en lo que respecta a su extravagante y polémica personalidad, que en palabras de Kasparov serían "políticamente inaceptables".

"A pesar de su corta estancia en lo mas alto, hay poco que debatir acerca de Bobby Fischer. El cambió el juego de un modo en que no se ha visto desde finales del siglo XIX. La brecha entre el Sr. Fischer y sus contemporáneos fue la mas grande jamás vista. El por si solo revitalizó a un juego que se había estancado bajo el control de los comunistas de la burocracia deportiva soviética... Sus contribuciones al juego, tanto sobre el tablero como desde la perspectiva comercial, fueron nada menos que revolucionarios en el mundo del Ajedrez. Al mismo tiempo su crispado y abusivo carácter dejaron al descubierto grietas que se hicieron mas profundas con cada paso que dio hacia el mas alto título."[6]
—Garry Kasparov, ex-campeón de mundo

De hecho, Fischer llegó a ser campeón de una forma poco habitual por la contundencia de victorias. Tras ganar el internacional de Palma de Mallorca en 1970 y batir a Mark Taimanov (6-0), Bent Larsen (6-0) y Tigran Petrosian (6,5-2,5) en los enfrentamientos del torneo de candidatos; se ganó el derecho a enfrentarse a Boris Spassky. Su racha de 19 victorias consecutivas representa un hito histórico que será difícil de igualar. Su amigo personal, el Maestro argentino Quinteros, que le acompañara en el match contra Spassky, lo recordó en los siguiente términos.

"Fue un hombre que nunca mintió, aún con sus errores siempre fue transparente"[7]
—Miguel Quinteros, Gran Maestro argentino

Referencias

Enlaces externos

Videos