Agencia Central de Inteligencia

De Metapedia
(Redirigido desde «CIA»)
Saltar a: navegación, buscar
Emblema de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense

La Agencia Central de Inteligencia, mejor conocida como CIA (en inglés: Central Intelligence Agency) es junto con la Agencia de Seguridad Nacional, una de las mayores agencias del gobierno de los Estados Unidos encargada de espiar a gobiernos extranjeros, corporaciones e individuos. Su sede central está ubicada en Langley, Virginia.

La CIA se ha encargado además de realizar o supervisar actividades encubiertas a menudo contrarias a legalidad internacional, como el asesinato y tortura de sospechosos de terrorismo. Los ejecutores de estas actividades pueden ser miembros de la agencia, militares del ejército de EE.UU. u otros socios gubernamentales o privados. Durante la década de los años 1970s, la división de servicios técnicos de la CIA suministró equipos de tortura a las dictaduras brasileña y argentina, entre otras, y ofreció asesoramiento sobre el grado de shock que el cuerpo humano puede resistir.

Origen

Fue creada el 18 de diciembre de 1947 por el Presidente de los Estados Unidos, Harry S. Truman, sustituyendo a la Oficina de Servicios Estratégicos (en inglés: Office of Strategic Services, conocida por su sigla OSS) de la Segunda Guerra Mundial, usando muchos procedimientos y agentes de la Organización de Servicios Especiales creada durante la guerra con misiones de espionaje y apoyo a la resistencia tras las líneas alemanas. En 1949 se le otorgan poderes para investigar sin necesidad de autorización judicial, expedientes administrativos y fiscales.

La filosofía de la organización era dotar al Presidente de un segundo punto de vista elaborado por civiles, frente al aportado por los militares de la Agencia de Seguridad Nacional.

Por la gran cantidad de ex alumnos de Yale fue llamada en código "Campus". Incluso el sistema de almacenamiento de datos fue el mismo que el de la Biblioteca de Yale.

Algunas de las personas de Yale consideraban que un organismo de ese tipo era una afrenta para la democracia estadounidense en tiempos de paz.

La Office of Strategic Services (OSS) y la Oficina de Inteligencia Naval (ONI), una madre y la otra hermana de la CIA, establecen relaciones con los dirigentes de la Mafia italiana, iniciando una labor de reclutamiento en los bajos fondos de Nueva York y Chicago para que sus miembros, entre los que se cuentan Lucky Luciano, el judío Meyer Lansky, Joe Adonis, Sam Giancana y Frank Costello, ayuden a estas agencias a contactar con los capos de la Mafia siciliana, expulsados de Italia por Benito Mussolini.

El objetivo es doble:

  • por un lado evitar el sabotaje en los puertos de la Costa Este de Estados Unidos,
  • por otro, recabar información sobre Sicilia antes de comenzar la invasión aliada y atajar el avance del pujante Partido Comunista italiano.

Encarcelado en Nueva York, el criminal Luciano es indultado por los servicios prestados durante la guerra y es deportado a Italia, donde comienza a construir un imperio basado en la heroína; en un principio mediante la diversión de suministros procedentes del mercado legal, y más tarde, creando una serie de conexiones con traficantes libaneses y turcos para que le proporcionen morfina base para sus laboratorios sicilianos.

Al tiempo, la OSS y la Office of Naval Intelligence colaboran estrechamente con el hampa china, que domina la producción de grandes cantidades de opio, morfina y heroína, ayudando a la creación del tercer punto en el comercio de la heroína en la posguerra: el Triángulo Dorado, una región formada por las zonas fronterizas de Tailandia, Birmania, Laos y la provincia china de Yunan. La heroína que la OSS trafica crecía allá, y era refinada en Shanghai.

Época de mayor auge

Durante la mayor parte de su existencia, la agencia estuvo abocada a la Guerra Fría, en la cual sus supuestas mayores contrincantes fueron la KGB soviética y la Stasi de Alemania Oriental.

No todas sus acciones fueron de espionaje. La agencia estuvo detrás de múltiples tareas de entrenamiento de insurgentes y desestabilización de gobiernos contrarios a las políticas de la Casa Blanca. Entre los fiascos se cuentan la invasión de Bahía de Cochinos, los éxitos mayores no los sabemos, porque la operación más exitosa es aquella que cumple sus objetivos sin que la agencia haya sido identificada como la autora.

Problemas de adaptación

Con la caída del Muro de Berlín y el fin de la Unión Soviética, la agencia perdió gran parte de su razón de ser, el número de agentes se vio reducido drásticamente. Durante la década de los noventa cometió varios errores graves, como la utilización de mapas anticuados de Belgrado que llevaron al bombardeo de la embajada China considerándola un centro gubernamental.

Pese a seguir afirmando que el reclutamiento de agentes no es un tema prioritario "La Compañía", como es conocida, abrió durante los años 90 una oficina de colaboración con la industria cinematográfica, según cuenta David L. Robb en su libro Operación Hollywood, para cambiar la negativa imagen que se daba de la Agencia y la actuación de sus agentes y, al mismo tiempo, conseguir más candidatos, a cambio la organización ofrecía sus instalaciones para filmar, personal como extras del reparto, banderas y sellos oficiales. De esta forma películas como Juego de patriotas con Harrison Ford muestran localizaciones reales de la Agencia.

Tras los ataques del 11 de septiembre de 2001, la agencia reenfocó sus esfuerzos hacia la lucha contra el terrorismo internacional. En el 2004, su supuesta connivencia al entregar "inteligencia" dudosa sobre armas de destrucción masiva en Irak para justificar una decisión política aún está siendo juzgada, y su éxito en la lucha contra el terrorismo está en entredicho. A mediados de la década del 2000 sus propios agentes confirmaban, según el New York Times, que les resultaba casi imposible aportar información estratégica y eran consultados mayoritariamente para cuestiones tácticas (como la resistencia de determinado puente o el estado de tal o cual carretera); lo cual ponía en duda la propia razón de ser del organismo.

Cárceles ilegales

En el año 2006 varias organizaciones internacionale acusaron a la CIA de utilizar aeropuertos europeos para transportar presos a sus presidios y de tener múltiples cárceles ilegales secretas por toda Europa donde tienen presas a diversas personas que estarían siendo torturadas. En la misma línea esta organización ha denunciado la tolerancia o colaboración táctica de varios gobiernos como Hungría, España o Suecia.

Un informe del Parlamento Europeo confirmó en 2006 que la CIA ha sido "directamente responsable del rapto, el traslado, el secuestro y la detención de sospechosos de terrorismo" en Europa.

En ese mismo año, tras la revelación del presidente George Bush de que existen efectivamente centros secretos de detención de la CIA para sospechosos de terrorismo, los eurodiputados solicitaron que se aclarase la posible implicación de gobiernos de la Unión Europea (UE) en la detención y traslado de los prisioneros por parte de la CIA, así como si existían prisiones de este tipo en territorio comunitario.

Finalmente, en 2007, Dick Marty, el senador suizo que investigaba desde el Consejo de Europa las actividades ilegales de la CIA tras los ataques del 11-S, emitió su segundo informe sobre el tema, en el que se daba por probado que Polonia y Rumanía habían albergado centros ilegales de detención de la agencia estadounidense de inteligencia entre 2003 y 2005, donde presuntos terroristas islámicos fueron sometidos a técnicas de interrogatorio "equivalentes a torturas".

Numerosos periodistas y medios de todo el mundo han realizado acusaciones sobre Estados Unidos y, en concreto, sobre la CIA de violar las Convenciones de Ginebra al recurrir a la tortura.

En diciembre de 2014, EE.UU. admitió oficialmente que la CIA no solo había torturado de manera sistemática a los acusados en la época de George W. Bush sino que intentó encubrir esas actividades engañando a la Casa Blanca y al Congreso.[1]

Referencias

  1. «EEUU descubre la brutalidad de las torturas de la CIA» - El Periódico, 10 de diciembre de 2014.

Artículos relacionados

Enlaces externos