Crisis migratoria en Europa

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Inmigrantes ilegales intentando cruzar el Canal de la Mancha hacia Reino Unido desde Calais, Francia; donde han desatado una nueva crisis.

La crisis migratoria en Europa, también conocida como crisis de los refugiados es la invasión de Europa por parte de cientos de miles de inmigrantes ilegales llegados desde el norte de África y el mundo árabe. Su número se ha incrementado de forma alarmante desde 2011. Más de un millón de inmigrantes y refugiados irrumpieron en Europa durante el año 2015, comparado con sólo 250 mil el año anterior. La magnitud de la crisis continúa su aumento, con más de 135.000 personas llegando en los primeros dos meses de 2016. La situación se ha agravado aún mas desde que la canciller alemana Angela Merkel anunció que su país recibiría a un millón de inmigrantes. El efecto llamada de Merkel produjo una avalancha migratoria a cuya entrada ilegal tuvieron que hacer frente otros países como Hungría, Grecia e Italia.

Tráfico ilegal de personas

En 2015, más de 3.700 inmigrantes murieron intentando cruzar el Mediterráneo para llegar a Europa, siendo este el año más mortal jamás registrado. En 2014, otras 3.279 personas fueron victimas del letal efecto llamada de países como Alemania al intentar cruzar el Mediterráneo de forma clandestina. Las ONG pro inmigrantes culpan a Europa por no recibir mas ilegales. Sin embargo, no demuestran el mismo interés en desalentar la llegada ilegal mediante campañas informativas y asistencia en los países vecinos para así evitar los riesgos del tráfico ilegal de personas.

Grecia y Turquía han sido uno de los principales puntos de ingreso ilegal a Europa. Miles de inmigrantes continúan llegando a las costas griegas cada día. Las tensiones han ido escalando entre dichos países y las ONG pro inmigrantes que presionan a la Unión Europea para que estos países cesen las deportaciones.

Inmigrantes económicos haciéndose pasar por refugiados políticos

En 2015 más de 300.000 personas llegaron a las costas europeas.[1]

En su mayoría, quienes llegan a Europa son inmigrantes económicos que aprovechando el caos migratorio generado por la Guerra Civil Siria y Libia intentan recibir el estatus de refugiados políticos para hacerse con jugosos beneficios, como vivienda y manutención gratuita por varios años. Muchos de estos ni siquiera provienen de países en conflicto. Entre el 72% y el 80% de quienes afirman ser refugiados son varones jóvenes, lo que resulta mas consistente con inmigrantes económicos que con desplazados por la guerra. En contraste, se sabe que aquellos que realmente cumplen con la definición de refugiado político, son en su mayoría familias completas cuyos miembros se ven obligados a huir juntos por temor a represalias.

Aunque las ONGs pro inmigrantes recurren al recurso de la lástima para pedir que Europa abra sus puertas a la inmigración en masa, la realidad es que para huir de la guerra en Medio Oriente no se necesita emigrar a países tan lejanos como Alemania o Reino Unido, donde la renta per cápita es diez veces mayor. La emigración a Europa tiene mucho mas sentido cuando se busca huir de la pobreza. Prueba de ello es que cuando los "refugiados" llegan a suelo seguro en el sur de Europa, no solicitan asilo político directamente allí sino que continúan su éxodo incluso a pie hacia el norte, para declararse "perseguidos" al llegar a países como Suecia, Austria, Alemania o incluso Reino Unido tras cruzar ilegalmente el Canal de la Mancha. Mientras tanto el grueso de los verdaderos refugiados políticos y desplazados por la guerra se encuentran en los campos de refugiados de Líbano, Turquía y al interior de Siria.

Asaltos sexuales de Colonia en Alemania

Durante el fin de año de 2015, cerca de mil hombres jóvenes fueron autores de al menos 100 violaciones y ataques sexuales contra mujeres de la ciudad alemana de Colonia[2]. En Alemania, a estas bandas se les llama Antanzer o "bailones" porque se acercan a la víctima cantando, invitándole a bailar. Para el ministro de justicia alemán Heiko Maas: "Estamos ante una dimensión nueva del delito".

Los agresores, al parecer en estado de embriaguez, rodeaban a las víctimas, bailaban a su alrededor, las aturdían con tocamientos obscenos, y les robaban todo lo que llevaban encima, fundamentalmente dinero y teléfonos móviles. La policía, alarmada por el revuelo que se había producido en las afueras de la estación, envió a unos 200 agentes que fueron incapaces de poner fin a lo que estaba sucediendo. Más aún, los agresores arremetieron contra los agentes lanzándoles todo tipo de objetos, incluido petardos y cohetes, con los que habitualmente los alemanes celebran la entrada del nuevo año.

Resistencia a la invasión

Algunos países como Hungría y Polonia están a la vanguardia de la resistencia europea a la invasión islámica. En Holanda encabeza las encuestas el político anti islamista Geert Wilders y en Alemania destaca el partido AfD.

Hungría

El parlamento de Hungría aprobó en 2015 un paquete de leyes que prevén penas de hasta tres años de cárcel por el cruce ilegal de sus fronteras, lo que podría subir hasta cinco años, si se realiza armado o dañando la valla alambrada en la frontera con Serbia. El gobierno nacionalista pretendía de esta manera aliviar la presión migratoria que registra desde hace meses, en los que más de 160.000 inmigrantes entraron al país ilegalmente a través de la frontera con Serbia[3].

"Si no defendemos nuestras fronteras, de nuevo y de nuevo vendrán decenas de millones a Europa"
Viktor Orbán, primer ministro húngaro

Hungría también rechazó la imposición por parte de la Unión Europea de cuotas obligatorias para recibir inmigrantes.

Alemania

Los gobiernos de Alemania y Suecia, los dos grandes receptores de refugiados en Europa, comenzaron a cambiar sus políticas para evitar una debacle electoral a manos de los partidos anti inmigracionistas como Alternativa para Alemania. En enero de 2016, la canciller Angela Merkel logró desatascar un acuerdo para endurecer el derecho al asilo. Merkel quiere dar la impresión de un cambio de política al intentar expulsar a los inmigrantes sin estatus de Refugiado político y su gobierno advirtió que aquellos países de origen que no acepten recibir a los deportados pueden verse privados de las ayudas económicas que reciben.

La nueva norma considerará a los países del Magreb como seguros, lo que debe facilitar la expulsión de sus ciudadanos. En esta decisión ha jugado un importante papel los ataques que más de 900 mujeres sufrieron en Colonia ocurrido en la nochevieja de 2015. La mayor parte de los sospechosos por unas agresiones que horrorizaron a Alemania y que tensaron aún más el debate sobre refugiados, venían de Marruecos y Argelia[4].

Suecia

Suecia anunció en noviembre de 2015 el fin de su política de puertas abiertas y calcula que expulsará en 2016 a entre 60.000 y 80.000 personas, según afirmó su ministro del Interior, Anders Ygeman[4]. De las 163.000 solicitudes de asilo recibidas en 2015, el número más alto en relación con la población en Europa, se han tramitado 58.802, de las que el 55% fueron aceptadas.

Según un reciente informe del FMI, Suecia fue el país europeo que más esfuerzo económico realizó el pasado año para atender a los "refugiados": el equivalente al 0,5% de su PIB. Y prevé que este año llegue al 1%. Alemania, que dedicó el 0,2% en 2015, llegaría al 0,35% en este ejercicio.

Polonia

Pancarta dejada por hinchas polacos que se marcharon del estadio como protesta al saber que parte del dinero de la entrada iba a ser donado a inmigrantes musulmanes ilegales.

En noviembre de 2015, los hinchas del equipo de fútbol polaco Slask Wroclaw expresaron su rechazo a la llegada a Europa de miles de inmigrantes ilegales, muchos de ellos de religión islámica, a través de una enorme pancarta desplegada durante un partido.

"Si Europa está siendo inundada por la plaga islámica, vamos a defender el cristianismo", rezaba la pancarta que fue exhibida durante un partido disputado entre el Slask Wroclaw y el Lech Poznan. Un suceso parecido fue protagonizado por los hinchas de otro equipo de fútbol polaco, el Lech Poznan, que decidieron boicotear el primer partido de la Europa League para protestar indignados por la decisión del director del club de donar a los inmigrantes ilegales un euro por cada entrada vendida para el encuentro. Los hinchas no acudieron al estadio y dejaron las gradas vacías como forma de protesta. En su lugar, pusieron una pancarta que rezaba: "Stop Islamización".

La sociedad polaca se ha rebelado ante la decisión de la Unión Europea de asignar al país la acogida de 12.000 inmigrantes. Desde que se conoció la cifra oficial que le correspondía a Polonia, se han sucedido las manifestaciones y las protestas en el país, de sólidas raíces cristianas.

Reino Unido

En referéndum del 23 de junio de 2016, los británicos votaron abandonar la Unión Europea en lo que fue conocido como Brexit. Uno de los principales motivos en los que se fundamentó tal decisión fue la necesidad de volver a controlar las fronteras y evitar la llegada en masa de nuevos inmigrantes. La decisión inspiró iniciativas similares en Francia y Alemania.

Corrección política

En agosto de 2015, el primer ministro británico David Cameron utilizó la palabra "enjambre" y "una plaga de gente" para referirse a los inmigrantes ilegales que tratan de llegar a Reino Unido. La oposición le reprochó duramente. "Alguien debería recordarle al Primer Ministro que estamos hablando de gente y no de insectos", declaró la líder provisional del Partido Laborista, Harriet Harman.

"Es extremadamente decepcionante escuchar al Primer Ministro usando un lenguaje tan irresponsable y deshumanizador", alegó por su parte Lisa Doyle, al frente del Consejo de Refugiados. "Esa no es la manera de describir a los hombres, mujeres y niños desesperados que han huido para salvar sus propias vidas atravesando el Mediterráneo". Además condenó "la retórica infamatoria" usada por el líder conservador y acusó al Gobierno británico de estar contribuyendo a agravar la situación "cuando debería estar trabajando con otros países europeos para responder de una manera calmada y compasiva a esta crisis humanitaria".

Zonas de riesgo

Para marzo de 2016, la Unión Europea tenía numerosas zonas peligrosas bajo la influencia de inmigrantes ilegales que según el primer ministro húngaro Viktor Orbán estarían en torno a las 900. Conocidas en inglés como "No-go area", se trata de lugares adonde no es recomendable ingresar ya que la policía ha perdido el control de la situación y existe un riesgo alto de acabar siendo víctima de criminales extranjeros[5].

Inmigración islámica y terrorismo

El 25% de los jóvenes musulmanes apoyan las acciones llevadas a cabo por el Estado Islámico entre enero y abril de 2016, y el 13% se muestra dispuesto a respaldar a los yihadistas en atentados y ataques contra la cultura occidental. Estos datos provienten de una macroencuesta realizada por el por el Instituto Asdaa Burson-Marsteller en 16 países árabes, desde el norte de África hasta el golfo Pérsico, por igual entre hombres y mujeres con edades comprendidas entre los 18 y los 25 años[6].

Referencias

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