Culto a la personalidad

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En el culto a la personalidad la adoración del líder se convierte en una religión secular.

El culto a la personalidad es la elevación y adulación a escala religiosa, de un líder vivo y carismático, generalmente un jefe de Estado o un dictador.

Historia

El término fue acuñado en 1956 por Nikita Jrushchov, Secretario General del Partido Comunista de la Unión Soviética. En el XX Congreso del Partido pronunció un discurso denunciando los crímenes contra el pueblo soviético cometidos por Josef Stalin y el Culto de la pesonalidad que fomentó para mantenerse en el poder. Aquella revelación dio origen al proceso de Desestalinización.

Sin embargo, el fenómeno es mucho más antiguo. Se desarrolló un culto a la personalidad del César en el Imperio romano (46 a. C.), en la Unión Soviética con Lenin, en China con Mao Zedong, etc.

Mas recientemente, Corea del Norte llevó el culto a la personalidad a su máxima expresión en las figuras de Kim Il-sung y su hijo Kim Jong-il.

Caracteristicas

El culto a la personalidad tuvo uno de sus máximos exponentes en Josef Stalin. Éste, a diferencia de otros líderes a los que se acusa de esta práctica, generó un vacío de personas vivas o figuras religiosas que pudieran ser objeto de adoración. Las purgas, asesinatos y persecuciones que llevó adelante, crearon el marco perfecto para que los soviéticos adoraran a un dictador que se presentaba como el único símbolo viviente de la nación, la revolución, y representante del pueblo. Las características mas comunes son:

  • Se exige una completa devoción de todas las personas por el líder y se persigue a los críticos.
  • La infalibilidad del líder, del cual se es incapaz de admitir errores.
  • Todos los logros, victorias y avances sociales importantes se le atribuyen completa y directamente al líder: está en todas partes y lo ha hecho el solo (por ejemplo el dictador norcoreano Kim Jong-il).
  • Presencia exagerada de propaganda con la imagen, nombre y pensamiento del líder a todo nivel.
  • Generación de un vacío de otras personas vivas o figuras religiosas que puedan ser objeto de adoración (aporte clave del estalinismo).

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