Demetrio Carceller Segura

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Demetrio Carceller Segura

Demetrio Carceller Segura nació en Las Parras de Castellote, Provincia de Teruel, España, el 22 de diciembre de 1894 y murió en Madrid, el 1 de mayo de 1968. Fue un ingeniero textil y político falangista español. Siendo ministro del general Franco durante el Segundo Gobierno nacional de España, le asesora sobre la necesidad de una aproximación a los Estados Unidos.[1]

Biografía

Estudia en Tarrasa la carrera de ingeniero textil. Colabora con José Antonio Primo de Rivera en la fundación de Falange Española.

Técnico formado en el mundo comercial del petróleo y en las empresas March, fogueado en los sindicatos verticales y en la jefatura provincial del Movimiento en Barcelona. Es germanófilo como casi todo el mundo pero con vivo sentido de las realidades mundiales.[2] Así Beaulac, importante testigo de los momentos importantes de las relaciones hispano-estadounidenses le consideraba como un germanófilo inicial que se volvió aliadófilo al contacto con la realidad.

La Guerra Civil Española le sorprende en zona republicana de la que logra evadirse, participando en la comisión de Industria y Comercio de la Junta de Defensa de Burgos.

Posguerra

El 13 de septiembre de 1940 Ramón Serrano Súñer parte hacia el Tercer Reich acompañado de una serie de personas inclinadas en favor del nacionalsocialismo, en este séquito figura Demetrio Carceller Segura junto con Miguel Primo de Rivera y Urquijo, Dionisio Ridruejo, Antonio Tovar, Manuel Halcón y Miguel Mora Figueroa.[3] Como experto en cuestiones económicas de esta comisión analiza las intenciones alemanas de suplantar la influencia que Francia e Inglaterra ejercían en España, señalando como España no había luchado para escapar a una dependencia y venir ahora a caer en otra.[4] Su opinión influye en la entrevista entre Ramón Serrano Súñer y Joachim von Ribbentrop celebrada el 27 de septiembre que concluye con la no adhesión de España al Pacto Tripartito (Ver: Entrevista de Hendaya).

El día 17 de octubre de 1940 sustituye en la cartera de Industria y de Comercio a Luis Alarcón de la Lastra. Según Pío Moa se trata de un germanófilo impuesto por Cataluña, en un momento histórico en que parecían ultimarse las disposiciones para la guerra.[5] Inmediatamente viaja a Berlín acompañando a Ramón Serrano Súñer a fin de preparar un proyecto de tratado con Alemania e Italia en un período de aguda tensión.[6]

El 6 de agosto de 1941 se entrevista con Willard L. Beaulac, consejero de la embajada norteamericana, proponiéndole la introducción de sus productos para pasarlos luego de contabando a Alemania y dar así impresión de colaboración. A principios de septiembre parte hacia Alemania con objeto de pedir ayuda.[7]

El periodista Ramón Garriga, enemigo absoluto del general Franco escribe:

"...A partir de 1942, o mejor después del desembarco aliado en África del norte, la economía española mejora considerablemente, llegándose a estabilizar casi el coste de la vida. Este cambio se debe a la política más inteligente de Madrid, especialmente la que practicaba el ministro Demetrio Carceller, quien, desengañado respecto a las posibilidades alemanas, empieza ainclinarse del lado de los Estados Unidos y Gran Bretaña..." [8]

Desde la instalación de los aliados en el norte de África resulta imprescindible la adquisición de armas, si Alemania no puede se intentará obtenerlas de Inglaterra o Estados Unidos. Franco alarmado entrega el mando de las fuerzas de Marruecos al general Yagüe mientras encomienda a Demetrio Carceller la negociación de un tratado comercial para resolver urgente necesidad de armas.[9]

Coincidiendo con la conmemoración del Alzamiento Nacional se celebra en julio de 1943 pleno en las Cortes Españolas presentando Carceller un informe acerca de la situación económica, el ministro estaba interesado en deshacer un espejismo:

"...podría llegar a creerse, que al estabilizar el comercio con el exterior, equilibrar la balanza de pagos y poner fin a las angustiosas deudas públicas del pasado, el país había obtenido, por fin, una situación económica satisfactoria. Pero esto no es así. La situación es preocupante, pues una de las causas fundamentales del equilibrio comercial es la reducción drástica de las importaciones y del consumo, lo cual significaba para los españoles una vida más pobre..." [10]

Industrial Cervecera Sevillana fue creada en 1957 y tuvo varios años como presidente y vicepresidente al ex ministro Demetrio Carceller y a Carlos Rein Segura.

Escritos

  • El petróleo y sus repercusiones en la economía de los pueblos. Club Español de la Energía.
  • Conferencia en el Círculo de la Unión Mercantil e Industrial. Sobre el tema genérico: problemas económicos internos y externos que se plantearán a España a la terminación de la guerra y soluciones posibles que pueden resolverlos. Madrid, Gráficas Diana, 1944.
  • Die wirtschaftliche lage Spaniens , Madrid, 1944.
  • La Situación económica en España Madrid, Publicaciones de la Dirección General de Comercio y Política Arancelaria, 1943.

Referencias

  1. Ricardo de la Cierva La Historia se confiesa, España 1930-1977, Editorial Planeta Barcelona, 1976, tomo 10, página 138.
  2. Ricardo de la Cierva, Franco, la historia, Editorial Fénix, Madrid, 2000, página 449
  3. Luis Suárez Fernández Franco, Barcelona, Ariel, 2005, página 176
  4. Herbert Feis, The Spanish Story, Nueva York, 1948, páginas 76-98. Fue el primer autor que mantuvo la tesis de que las demandas españolas estaban deliberadamente exageradas para obligar a los alemanes a dar una respuesta negativa.
  5. Pío Moa, Tiempo de hambre, tentaciones e intrigas, página 243.
  6. Luis Suárez Fernández Franco, página 180
  7. Foro Segunda Guerra Mundial, Franco ante el eje fuente principal la obra "Franco, caudillo de España", Paul Preston, Ed. Grijalbo Barcelona 1994 y secundariamente la obra "La división azul", Xavier Moreno Juliá, Ed. Crítica 2006.
  8. Ricardo de la Cierva Franco, la historia, página 597
  9. Luis Suárez Fernández Franco, páginas 228-229. Cita el Informe Likus de 16 de noviembreconvocando a Johannes Bernhardt.
  10. Luis Suárez Fernández, Franco, página 247

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