Dentición humana

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Dentición permanente humana, vista posteriormente.

Se llama dentición al conjunto de dientes característico de un animal. Los dientes, estructuras duras calcificadas presentes en la boca y que intervienen en la alimentación, varían entre especies animales en número, forma, tejidos, desarrollo y localización.

La dentición humana es el conjunto de dientes propio del ser humano. Se distinguen dos denticiones: la temporal, compuesta por 20 dientes; y la permanente, por 32. La dentición presenta pequeñas variaciones según las razas.

Dientes en otros animales

Los únicos animales que poseen dientes propiamente dichos son los vertebrados, y alcanzan su mayor perfeccionamiento entre los mamíferos. Algunos invertebrados presentan estructuras análogas, pero que no se consideran dientes como tal. Es el caso por ejemplo de las sanguijuelas, gusanos que presentan tres mandíbulas convertidas en cuchillas que utilizan para hacer incisiones en la piel de los animales de cuya sangre se alimentan. Las aves no poseen dientes, pero las ocas presentan una estructura aserrada en su pico que también es análoga a los dientes.

Los animales más primitivos con dientes reales son las lampreas, unos vertebrados acuáticos que ni siquiera presentan mandíbulas. Sus dientes se disponen en círculo, y los utilizan para adherirse a otros animales.

Muchos peces y reptiles tienen dientes, con grados variables de desarrollo, aunque siempre inferior al de los mamíferos. Los peces pueden tener dientes en localizaciones inusuales, como la lengua y la garganta. Algunos animales, como los cocodrilos y los tiburones, pueden desarrollar un número indefinido de dientes a lo largo de su vida, ya que los reemplazan siempre que los pierden.

También los anfibios presentan dientes. En su caso se trata de órganos endebles, poco calcificados y con pocos nervios, que frecuentemente se pierden y se reemplazan durante la vida del animal.

Por último, los dientes de los mamíferos son los más evolucionados, perfeccionados y complejos de todo el reino animal, siendo esta una de las características definitorias de los mamíferos. Los dientes de los mamíferos presentan los mismos tejidos en todas las especies, con excepciones en grupos muy concretos. Estos tejidos son la pulpa, la dentina y el esmalte. La organización histológica (es decir, de los tejidos) de un diente humano es semejante a la de cualquier otro mamífero.

Histología dental

La histología se define como el estudio de los tejidos [1]. La siguiente ilustración representa un corte vertical transversal de un diente humano y sus tejidos circundantes (el periodonto):

Diente.png

Las estructuras y tejidos señalados son:

  • A: la corona, parte del diente visible en la boca.
  • B: la raíz, la parte del diente que permanece bajo la encía.
  1. Esmalte: la parte más externa de la corona. Es muy duro (difícil de desgastar), pero frágil. Semeja un cristal. Es completamente inerte.
  2. Dentina: se sitúa justo bajo el esmalte, y es más resistente a las fuerzas, pero también más blanda. Se asemeja a un hueso, pero no lo es. El marfil es la dentina de ciertos animales como los elefantes.
  3. Pulpa: la parte más interna y viva del diente. Donde se sitúan los vasos sanguíneos, los nervios y las células. Sería semejante a un trozo de carne.
  4. Encía: una mucosa de la cavidad oral.
  5. Cemento: muy parecido al hueso, forma una capa fina que recubre la raíz del diente.
  6. Hueso alveolar: hueso con una forma especializada para alojar al diente.
  7. Vaso sanguíneo.
  8. Nervio.

Tipos de dientes y morfología general

Radiografía panorámica de la dentición permanente dividida en cuatro cuadrantes.

El ser humano es, como la mayoría de los mamíferos, un animal bifiodonto, es decir, que a lo largo de su vida presenta dos denticiones: primero una temporal o de leche, y luego una definitiva, permanente o adulta, que sustituye a la temporal. Cuando un niño tiene tanto dientes temporales como permanentes en la boca, se dice que tiene dentición mixta.

El conjunto de dientes de un maxilar recibe el nombre de arcada. Cada arcada se puede dividir a su vez en dos partes iguales, conocidas como hemiarcadas o cuadrantes. En los seres humanos, los cuatro cuadrantes tienen el mismo tipo y número de dientes, tanto en dentición permanente como temporal, por lo que se puede describir perfectamente la dentición humana completa centrándose en los cuadrantes.

Tipos de dientes

  • Incisivos: son los más adelantados y visibles en la boca. Son filosos, se utilizan para cortar los alimentos. Hay 2 por cuadrante, uno central y otro lateral. Coloquialmente se llaman paletas o palas.
  • Caninos: situados justo a continuación de los incisivos. Son puntiagudos, de forma más bien cónica, y ayudan a desgarrar. Tienen una raíz larga y son resistentes a las fuerzas horizontales. Hay 1 por cuadrante. Más informalmente se llaman colmillos.
  • Premolares: situados después de los caninos, presentan varias fosas y cúspides afiladas. Intervienen tanto para machacar alimentos como para desgarrar. Sólo están presentes entre los dientes permanentes, es decir, no existen premolares de leche. Hay 2 por cuadrante. Pegando al canino está el primer premolar, y después, pegando ya a los molares, está el segundo premolar. Más raramente se los llama bicúspides, término que no es del todo correcto, ya que no todos presentan solo dos cúspides (el segundo premolar inferior habitualmente tiene tres).
  • Molares: situados al fondo de la boca, son los principales dientes usados para masticar los alimentos. Tienen una superficie masticatoria amplia, con más fosas y cúspides. Sus cúspides son más redondeadas que las de los premolares. En dentición adulta hay 3 por cuadrante, distinguiéndose el primer, el segundo y el tercer molar. En dentición temporal hay 2 por cuadrante, distinguiéndose un primer y un segundo molar temporal, que ocupan el lugar que en el futuro ocuparán los premolares. También se llaman muelas.

De esta forma, se puede establecer la fórmula dental, una forma simple y rápida de expresar el número y el tipo de dientes en la dentición, aprovechando que los cuatro cuadrantes son iguales. La fórmula dental tiene la forma de i/c/pm/m (indicando el número de incisivos, caninos, premolares y molares en cada cuadrante).

Dentición temporal

Arcada superior temporal.

Su fórmula es 2/1/0/2, lo que significa que en cada cuadrante presenta 2 incisivos, 1 canino, ningún premolar y 2 molares. En total existen 20 dientes de leche, 10 en cada arcada y 5 por cuadrante.

Son más pequeños que los dientes permanentes, con un esmalte más fino, y con una pulpa más voluminosa. Su color es más claro, y son más propensos a la caries y al desgaste que los permanentes.

Los dientes de leche erupcionan aproximadamente entre los 6 meses y los 2 años de edad. Sobre los 5 o 6 años empiezan a caerse, tras un proceso de reabsorción de sus raíces, y en su lugar erupcionan los dientes permanentes. Los incisivos y caninos temporales son sustituidos por sus equivalentes permanentes, pero los molares temporales lo son por los premolares. Habitualmente los niños conservan algún diente de leche hasta los 10, 11 o 12 años.

Dentición permanente

Su fórmula es 2/1/2/3, lo que significa que en cada cuadrante presenta 2 incisivos, 1 canino, 2 premolares y 3 molares. En total existen 32 dientes definitivos, 16 en cada arcada y 8 por cuadrante.

Los dientes permanentes son más grandes que sus equivalentes temporales, y de color más amarillento. Su esmalte es más grueso, y son más resistentes a la caries y al desgaste que los temporales.

Los premolares son exclusivos de la dentición permanente, ocupando el lugar de los molares temporales cuando se caen.

Los molares permanentes erupcionan por detrás del resto de dientes, sin sustituir a ningún diente de leche. Por eso, la salida de los molares permanentes suele pasar desapercibida para niños y padres.

Los primeros dientes permanentes en erupcionar suelen ser los primeros molares, sobre los 5 o 6 años habitualmente. Más o menos al mismo tiempo comienzan a caerse los primeros dientes de leche, y a ser sustituidos por los permanentes. A los 12 o 13 años, la mayoría de los niños han perdido todos los dientes de leche, y les han salido los permanentes correspondientes, además de haberles salido el primer y el segundo molar (que, recordemos, no sustituyen a ninguno de leche).

El último diente permanente en erupcionar sería el tercer molar, cordal o muela del juicio. En promedio lo hace al final de la adolescencia o al comienzo de la edad adulta, pero puede adelantarse o retrasarse enormemente, no erupcionar en absoluto o hacerlo solo en parte. En alguno de esos casos es necesario extraerla, porque provoca dolor e infección. Además, la muela del juicio es el diente que con más frecuencia está ausente en la dentición humana.

Con todo, no hay razón para considerar al tercer molar un diente inútil o vestigial, ya que en muchos casos erupciona y participa en la masticación de forma normal. No está demostrado que pueda mover los otros dientes cuando no tiene espacio. Además, es posible que una dieta blanda y que requiera de poco esfuerzo masticatorio, no estimule el crecimiento de los maxilares, y que la muela del juicio entonces dé problemas por falta de espacio. Por tanto, las muelas del juicio problemáticas no tendrían una base genética o evolutiva, sino de hábitos.

Diferencias raciales en la morfología dental

Se ha reportado que los individuos de raza negra tienen unos dientes más grandes, y con un esmalte más grueso, que los blancos. Los dientes de la gente de piel oscura pueden parecer más blancos, pero esto se debe al contraste de los dientes con la piel y las encías. En las encías también hay células productoras de melanina, por lo que pueden pigmentarse. No se han descrito diferencias significativas de color dental entre razas.

Incisivos

Algunos grupos mongoloides presentan un pequeño y profundo surco en la cara lingual de los incisivos inferiores permanentes, que no se encuentra en otras razas.

Caninos

Entre los negroides se ha descrito el canino bosquimano: un abultamiento muy marcado en la cara lingual de los caninos inferiores permanentes.

Premolares

Imagen de un premolar uto-azteca, con el abultamiento característico.

Algunos grupos amerindios presentan en exclusiva el llamado premolar uto-azteca, que consiste en un abultamiento en la cara distal (la que da al diente de atrás) del primer premolar superior [2]. Se cree que este peculiar rasgo apareció por primera vez en el suroeste de Norteamérica hace al menos 6.000 años, y de allí se expandió hacia el norte y el sur. El premolar uto-azteca se encuentra hasta en poblaciones indígenas del norte de Sudamérica, y se ha encontrado también, testimonialmente, en especímenes de la zona de Mongolia y el extremo oriente siberiano, aparentemente por influencia amerindia en ese lugar. Se cree que se debe a un gen recesivo, y su prevalencia es baja. No llega ni al 20% en las poblaciones en las que más abunda. Entre los indios navajo, por ejemplo, sólo lo presenta un 2% de la población. Con todo, se considera un rasgo dental propio amerindio, porque no se ha encontrado en otras razas.

Molares

La cúspide de Carabelli es una cúspide accesoria, que muy frecuentemente se encuentra en la cara palatina de los primeros molares permanentes superiores. Más raramente, puede aparecer también en segundos molares temporales superiores [3]. Su tamaño y su forma son muy variables, y no todos los individuos la presentan. El porcentaje de individuos con cúspide de Carabelli varía entre grupos étnicos [4]. Se ha reportado que abunda especialmente entre los blancos (con hasta un 85% de los blancos presentando esta cúspide), y que es menos frecuente entre los isleños del Pacífico (con entre un 30% y un 50% de prevalencia de la cúspide). Un estudio observacional hecho en la India, con una muestra de 1.885 niños (presumiblemente australoides), halló que sólo el 40% de ellos presentaban la cúspide de Carabelli [5].

Como ya se ha mencionado, el diente que con más frecuencia está ausente en la dentición humana es el tercer molar o muela del juicio. El porcentaje de individuos con agenesia (ausencia) de este diente también varía significativamente entre razas. Un estudio halló que prácticamente no existían aborígenes australianos con ausencia de este diente [6], mientras que otros estudios indican que entre un 30% y un 40% de los asiáticos orientales (personas de origen chino y coreano) presentan agenesia de alguna muela del juicio. Asimismo, la agenesia del tercer molar puede ser tres veces más común entre los blancos estadounidenses que entre los afroamericanos [7]. En general, las agenesias dentales son más comunes entre blancos y asiáticos que entre los negros.

Edades de erupción dental

Promedio

En la mayoría de los dientes, la erupción suele ocurrir algo antes en la arcada inferior que en la superior.

Las edades promedio de erupción dental, tal y como se exponen en la literatura odontológica, son aproximadamente las siguientes (varían ligeramente según el autor):

En dentición temporal:

  • Incisivo central inferior: 6 meses.
  • Incisivo central superior: 7 meses.
  • Incisivo lateral superior: 9 meses.
  • Incisivo lateral inferior: 10 meses.
  • Primeros molares: 14 meses.
  • Caninos: 18 meses.
  • Segundos molares: 20-30 meses.

En dentición permanente:

  • Primeros molares: 6 años.
  • Incisivos centrales inferiores: 6 años.
  • Incisivos centrales superiores: 7 años.
  • Incisivos laterales inferiores: 7 años.
  • Incisivos laterales superiores: 8 años.
  • Caninos inferiores: 9 años.
  • Primeros premolares: 9-10 años.
  • Segundos premolares: 11 años.
  • Caninos superiores: 12 años.
  • Segundos molares: 12 años.
  • Terceros molares: 18-21 años.

Estas estimaciones son correctas, y permiten hacerse una idea de cómo se producen el desarrollo y el recambio dental, pero enmascaran ciertas cosas. Viéndolas, se puede pensar que el recambio de los dientes es progresivo, cuando en realidad suele ocurrir en dos fases diferenciadas: primero una en la que se recambian los incisivos, y luego otra, años después, en la que se recambian los caninos y molares temporales. Al hacer estos promedios, sin embargo, esas dos fases no se aprecian. Un ejemplo realista de recambio dental podría ser el siguiente: un niño al que se le caen los primeros dientes de leche poco antes de los 6 años, y poco después de cumplir los 7 ya ha recambiado todos los incisivos. Pasa varios años sin perder ningún diente, y luego entre los 10 y 11 pierde los caninos y molares temporales.

Además, la edad a la que salen los dientes varía significativamente entre individuos, y entre grupos humanos.

Variaciones

Influyen en ello muchos factores, como el sexo, el peso, las hormonas, la nutrición, la genética [8], y por supuesto, la raza.

Las niñas son algo más precoces que los niños, y el sobrepeso también se vincula con un desarrollo dental más rápido. Desórdenes hormonales como el hipertiroidismo y el gigantismo se manifiestan con un desarrollo dental acelerado; por contra, en casos de hipotiroidismo o diabetes el desarrollo dental se puede retrasar, lo mismo que en niños malnutridos. Se ha sugerido también que una función masticatoria vigorosa y potente aceleraría el desarrollo dental [9].

Como ocurre con otros aspectos del desarrollo físico, la erupción dental ocurre en las razas oscuras (negros, árabes, aborígenes australianos... ) más pronto que en los blancos, y en los blancos ligeramente más pronto que en los asiáticos.

En la velocidad de desarrollo dental influyen más factores, y no se conocen todos. Por tanto, dentro de cualquier raza es factible encontrar niños con velocidades de desarrollo dental muy diferentes. Jamás se debería considerar, por ejemplo, el desarrollo dental precoz como un rasgo negroide, dada la variabilidad que existe en velocidad de desarrollo dental dentro de una misma raza, incluso a nivel de los genes que la regulan [8].

Con todo, las edades promedio de erupción dental sí que varían significativamente entre razas. Se trata de un tema bien estudiado, ya que el desarrollo y la erupción dental son de gran relevancia para muchas disciplinas odontológicas, en especial la ortodoncia.

Ejemplos

Referencias

Bibliografía

  • Nelson y Ash, Wheeler's Dental Anatomy, Physiology, and Occlusion, novena edición.

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Enlaces externos