Enrique P. Osés

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Enrique Pedro Osés Cassina (29 de junio de 1899, Buenos Aires, Argentina - 11 de diciembre de 1954, Buenos Aires, Argentina) fue un periodista nacionalista argentino. Se destacó por haber dirigido los diarios El Pueblo, Crisol y El Pampero, y también la revista Criterio.

Periodista católico

Hijo de un inmigrante español y de una inmigrante italiana, Osés fue criado como católico.

Comenzó a trabajar desde muy joven como periodista, oficio que también ejercía su padre. Ingresó como redactor al diario El Pueblo, del cual luego sería director a partir de 1925. Por aquella época Osés promovía al catolicismo social como opción política para la Argentina.

En 1927 se vinculó a los Cursos de Cultura Católica. Al año siguiente comenzó a colaborar con la revista Criterio, publicación que, vertiginosamente, ganó un enorme prestigio debido a la alta calidad de sus páginas. Por pedido del Arzobispado de Buenos Aires asumió en 1930 la dirección de la revista, luego del alejamiento de Atilio Dell'Oro Maini.

Militancia nacionalista

A principios de 1932 el sacerdote Alberto Molas Terán convenció a Osés para sumarse a Crisol, un diario que acababa de fundar. La repentina y prematura muerte del religioso acaecida unos meses después impulsó a Osés a responsabilizarse por la publicación que había fundado su amigo, renunciando así a la dirección de Criterio.

La breve presidencia de José Félix Uriburu desarrollada entre el 6 de septiembre de 1930 y el 20 de febrero de 1932 había despertado en la Argentina el fervor nacionalista en la población. Sin embargo a ese ímpetu faltaba organizarlo políticamente para llevarlo al poder y lograr así la plena soberanía. Osés asumió esa tarea, posicionándose como un tenaz opositor a la partidocracia de los liberales y como un firme enemigo de la penetración comunista. Como alternativa a esos sistemas perversos promocionó el nacionalismo popular revolucionario, lo que implicaba exhortar a la realización de un cambio total de régimen político, pues entendía que el individualismo y la plutocracia debían ser sustituidos por un comunitarismo arraigado en las tradiciones del pueblo.

Desde las páginas de Crisol se denunciaba, día tras día, todos los males de la Década Infame: la dominación imperialista, la complicidad oligárquica, el envilecimiento de las leyes y de las instituciones, el mito farisaico del cuarto poder servidor de los intereses ajenos al país, la falsificación de la historia, el fariseísmo de los mentores espirituales del pueblo, el abandono del hombre argentino, la acción de las logias internacionales, la incuria administrativa, el fraude político, y todas y cada una de las calamidades nacionales que se encarnaban en hombres y en intereses poderosísimos.

En 1939, al comenzar la Segunda Guerra Mundial, Osés lanzó El Pampero, un diario cuyo objetivo era combatir la desinformación y la propaganda que difundía la prensa argentina para empujar al país a romper con su neutralidad e ingresar al conflicto del lado de las Potencias Aliadas. Apoyándose en el comentario de los hechos cotidianos, esta publicación proponía las soluciones que el país requería en materia económica, política y social.

Crisol y El Pampero le trajeron más de un problema a Osés. La Comisión Investigadora de Actividades Antiargentinas -un grupo parlamentario encabezado por el diputado masón Raúl Damonte Taborda- lo hostigó sistemáticamente, provocándole en varias oportunidades su encarcelamiento. El cautiverio le sirvió al periodista para elaborar Medios y fines del nacionalismo, una exhortación a terminar de una vez y para siempre con las lacras gobernantes.

La persecusión que sufrió el periodista despertó en muchos militantes nacionalistas de todo el país la simpatía hacia su persona. Osés, más allá de su tarea de editorialista de los diarios que dirigía, colaboró también con la prensa antisubversiva de la época como La Maroma, El Fogón, Bandera Argentina y Clarinada. A muchas de las conferencias que dictó a lo largo y ancho del país las editó como una serie de folletos titulada "Cuadernos Nacionalistas".

Buscando que el movimiento nacionalista argentino se encolumnara detrás de su figura, creó a la Junta de Gobierno del Nacionalismo Argentino. Desde allí, asumiendo el puesto de presidente, convocó a personalidades como Fernando García Della Costa, Emilio Samyn Ducó, Alberto Álvarez Hidalgo, Olegario V. Andrade, José Biancardi, Adelqui Santucci, Fausto de Tezanos Pinto y Guillermo Voss, quienes se ocuparon de organizar actos públicos y coordinar movilizaciones populares para demostrarle a la sociedad la fuerza que los nacionalistas poseían.

Apoyó al Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, pues valoraba mucho sus esfuerzos para vindicar las raíces criollas y católicas del país.

Cuando se produjo la Revolución del 4 de Junio de 1943, Osés la abrazó con entusiasmo. Debido a ello dejó de circular Crisol, ya que dicha publicación se trataba de un diario de crítica de la actualidad y con el nuevo gobierno era hora ya de empezar a construir. De todos modos a principios de 1944 el periodista se enemistó con el régimen cuando el presidente Pedro Pablo Ramírez firmó un decreto que llevó a la Argentina a romper relaciones con Alemania y Japón. La dureza con la que El Pampero atacó al gobierno hizo que el diario fuese finalmente clausurado. Osés, poco después, creó El Federal, una publicación de características similares al diario prohibido que duró menos de un año antes de caer en desgracia.

Últimos años

En compañía de Adelqui Santucci invirtió en la editorial La Mazorca a comienzos de la década de 1940. Ya por esa época Osés buscaba colocar su dinero en el desarrollo de diversas empresas. Después de 1945 abandonó definitivamente el rubro periodístico para convertirse en el propietario de Celulosa Río Segundo, una importante papelera.

Adhirió al peronismo, considerando que este movimiento político estaba llevando a cabo casi todas las consignas planteadas por él en sus libros y periódicos. Su lealtad al nuevo gobierno fue recompensada con un nombramiento como funcionario en el Ministerio de Obras Públicas.

Falleció a fines de 1954. Sus restos fueron despedidos por el poeta catamarqueño Juan Oscar Ponferrada.

En 2014, es decir sesenta años después de la muerte de Osés, el historiador Hernán Capizzano se ocupó de rescatar los textos más célebres escritos por el periodista.

Bibliografía

  • Medios y fines del nacionalismo. Buenos Aires: La Mazorca, 1941.
  • Discursos y textos. Buenos Aires: Memoria y Archivo, 2014.

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