Europe-Action

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Portada del Nº21 de Europe-Action, septiembre de 1964
Europe-Action fue una revista mensual francesa de orientación nacionalista que existió entre 1963 y 1966. Su director fue el dibujante Jacques de Larocque-Latour, conocido como "Coral". En torno a la publicación se constituyó un movimiento político homónimo dirigido por Dominique Venner.

Tanto la revista como el movimiento participaron de la renovación de las ideas nacionalistas, logrando una síntesis teórica que fue el germen de lo que en Francia se conoce como Nouvelle Droite.

Revista

Origen

Europe-Action nace como un proyecto de Dominique Venner. Prisionero político desde los inicios de 1961 por su participación en el movimiento Jeune Nation, Venner redactó el panfleto Pour une critique positive y lo publicó en la revista Politique-Éclair en agosto de ese año. El texto causó una gran impacto entre los nacionalistas, quienes lo llegaron a considerar el equivalente derechista del famoso ¿Qué hacer? de Lenin, escrito ruso que estableció las bases organizacionales del movimiento bolchevique.

En el texto, Venner sostiene que el nacionalismo francés debe deshacerse de los resabios conservadores, y debe fijar un objetivo: hacer una revolución nacionalista, para lo cual es condición sine qua non que exista un partido revolucionario, una doctrina revolucionaria, una ética revolucionaria, y una cultura revolucionaria al servicio del mismo ideal (muchos juzgarán la propuesta de Venner como la creación de un proyecto deliberadamente metapolítico).

Pour une critique positive (corregido, aumentado y reeditado varias veces después por su autor) intenta analizar la experiencia de la O.A.S. en Argelia. Maurice Gingembre, justamente un miembro de esa organización encargado del área de finanzas, leyó el texto y se contactó con Venner para ofrecerle lanzar una revista. La misma se pondrá en marcha a mediados de 1962 –cuando Venner es liberado–, y sacará su primer número a la calle en enero de 1963.

Historia

Durante los dos primeros años la revista es producida como un panfleto de tamaño pequeño. A partir de 1965 adquiere un nuevo formato, similar al de las revistas comunes. Tanto sus textos como su diseño e ilustraciones dejaban en evidencia que se trataba de una publicación de alta calidad. Europe-Action llevaba el subtítulo "La revista del hombre occidental".

Jean Mabire se convirtió en jefe de redacción a partir de 1965. Entre los colaboradores de la revista había toda clase de escritores y periodistas consagrados, pero se destacaban especialmente las plumas de la extrema derecha como Alain de Benoist, Henry Coston, Jacques Ploncard d'Assac, Saint-Loup y Lucien Rebatet. La revista también apoyó a Paul Rassinier, y, por inciativa de Alain de Benoist, promovió la obra de Louis Rougier (a quien lo consideraban como el anti-Jean-Paul Sartre) y la de Jean Rostand (que era visto como el anti-Teilhard de Chardin).

En su mejor momento Europe-Action tuvo una tirada de 10.000 ejemplares. Sin embargo las complicaciones financieras hicieron que la revista entrara en crisis en 1966, publicando su último número en diciembre de ese año.

Movimiento

Origen

Con la publicación del primer número de Europe-Action en 1963, Venner recluta a antiguos miembros de Jeune Nation, formando el grupo Volontaires d’Europe-Action (VEA). Pronto consigue el apoyo de la Fédération des Étudiants Nationalistes (FEN), organización que acepta operar como el brazo juvenil de VEA, y funda el Centre d'Études pour l'Économie Organique para desarrollar una doctrina económica de Tercera Vía. El cuartel de la organización estaba ubicado en París, más precisamente en la Librairie de l'Amitié, pero tuvieron secciones en Marsella, Lyon, Toulon y en varias ciudades del sudeste francés que acogían a los expatriados de Argelia (los llamados "pied-noirs").

Historia

En 1965 Europe-Action se une a los Comités Tixier-Vignancour para impulsar la candidatura a presidente del abogado Jean-Louis Tixier-Vignancour. Tras la derrota en las elecciones, los miembros de Europe-Action intentan canalizar toda esa energía nacionalista que había despertado Tixier-Vignancour organizando el partido revolucionario con el que soñaba Venner. Nace así el Mouvement Nationaliste du Progrès (MNP) en enero de 1966 (la idea de usar la palabra "progreso" era para dejar en claro que no se trataba de una fuerza conservadora). Hacia finales de ese año el MNP lanza el Rassemblement Européen de la Liberté (REL), una coalición de fuerzas nacionalistas creada para presentarse en las elecciones legislativas de 1967. Esta agrupación fue fuertemente criticada por otras organizaciones de extrema derecha debido a que promovían abiertamente el neopaganismo, rechazando por tanto al cristianismo.

Cuando todo parecía que el REL ganaría algo de espacio en el mundo político francés, el 3 de diciembre de 1966 el joven trotskista Pierre Rousset (hijo del escritor izquierdista David Rousset) se involucró en una trifulca con miembros de la FEN de la que salió con una grave fractura en su cráneo. El episodio fue muy difundido por los medios de prensa, quienes iniciaron una campaña de linchamiento mediático que terminó por demonizar a la FEN, al MNP y al REL.

Todo ello llevó a que Europe-Action –junto a la FEN– decida disolverse en 1967, luego de que el REL no cosechara más que un puñado de votos en las elecciones. Un grupo de militantes de la agrupación disuelta, el encabezado por Pierre Bousquet, se acercará a Occident, en tanto que otro, el dirigido por Édith Gérard, intentará acercarse a la ultraizquierda parisina. Antiguos miembros de Europe-Action y de la FEN formarían un tiempo después el GRECE.

La cultura Europe-Action

La influencia de Europe-Action fue enorme en la Francia de la década de 1960. Debido a ello muchos historiadores comparan al movimiento de Venner con la Action Française de Charles Maurras.

Culto de los orígenes

Una de las intiuciones fundamentales de Europe-Action es que el pensamiento ateniense y el heroísmo espartano, vale decir la conquista de la racionalidad y el sentido trágico de la existencia, son dos aspectos indisociables de la cosmovisión europea. El estudio de la Antigüedad Clásica, o sea de la herencia greco-latina, se vuelve entonces clave para comprender y enmendar el mundo contemporáneo.

También las raíces germánicas y celtas –y, más generalmente, toda la cultura indoeuropea– deben ser exaltadas debido al hecho de que constituyen el soporte material de la Europa actual.

Rechazo del tradicionalismo conservador

Para Europe-Action el revisionismo histórico es una actividad fundamental, pero ello no significa un intento por retornar al pasado. De allí que, por ejemplo, un autor contra-revolucionario como Joseph de Maistre no sea recomendado como lectura doctrinaria. Esto los puso en las antípodas del monarquismo francés. Por ese motivo reivindicaron a figuras como el jacobino Louis-Antoine de Saint-Just, uno de los líderes de la izquierda durante la Revolución Francesa, y a los miembros de la Comuna de París de 1871.

Crítica al cristianismo

La década de 1960 fue testigo del Concilio Vaticano II, una operación masónica que convirtió a la Iglesia Católica en una suerte de ONG internacional más comprometida con la lucha contra el racismo (especialmente contra el antisemitismo) y con la asistencia de las poblaciones pobres del Tercer Mundo, que con la difusión de un mensaje religioso milenario. Esto provocó una ola de rechazo hacia el catolicismo.

Europe-Action fue parte de la ola, por lo que promocionaron el neopaganismo y optaron por defender el laicismo para evitar que la versión pauperizada del cristianismo influyese sobre el Estado francés.

Realismo biológico

En Francia el realismo biológico o racialismo tuvo un gran impulso después de la Segunda Guerra Mundial gracias a René Binet. Europe-Action adhirió a esa filosofía sosteniendo que los pueblos y las culturas son necesariamente desiguales, por lo que no se puede considerar a los individuos humanos en abstracto. Ello le permitió condenar tanto a la doctrina de los derechos humanos como al mestizaje y a la inmigración a Francia de no-europeos, para asegurar de ese modo la preservación de la raza blanca.

La revista Europe-Action también le abrió las puertas en Francia a las ideas antropológicas desarrolladas en el mundo anglosajón.

Topología de los círculos de pertenencia

Europe-Action puso en discusión el concepto mismo de Nación. Sostuvo que si las patrias culturales, vale decir las regiones, son las naciones históricas, entonces Europa es la nación estratégica que permite la subsistencia de esas patrias culturales. A su vez, Europa es un subgrupo de una entidad mayor: Occidente, que es la comunidad global del mundo blanco (de allí que Europe-Action hiciera campaña en Francia a favor del apartheid sudafricano, de la segregación racial en el sur de los EEUU y de los blancos que combatían en Rhodesia). Por tanto lo más recomendable es avanzar hacia un mundo etnopluralista, formado por grandes bloques continentales e intercontinentales, los cuales deben subdividirse en bloques más pequeños.

De esta teoría promovida por Venner se deriva el hecho de que el regionalismo cobra una importancia mayúscula y el nacionalismo francés es minimizado a favor del europeísmo. Francia deja de ser una entidad fundamental para convertirse únicamente en el nexo entre las regiones que la componen y la Europa entendida como la comunidad blanca que habita en el continente. El nacionalismo francés es visto así como un elemento de balcanización, que resulta incapaz para frenar al internacionalismo comunista y al liberalismo cosmopolita.

Miembros

Entre los miembros más famosos de Europe-Action aparecen Alain de Benoist, Jean Mabire, Pierre Vial, François Duprat, Pierre Bousquet, los periodistas Jean-Claude Valla y François d'Orcival y el nacionalista bretón Georges Pinault.

En Bélgica un grupo de adherentes a Europe-Action formó el grupo Révolution Européenne, el cual difundiría el ideario del movimiento en ese país.

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