Julián Licastro

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Julián Licastro
Francisco Julián Licastro (26 de marzo de 1940, Buenos Aires, Argentina - 27 de enero de 2022, Buenos Aires, Argentina) fue un político, diplomático, militar y escritor argentino que militó en las filas del Movimiento Nacional Justicialista. Fue muy cercano a Juan Domingo Perón a principios de la década de 1970 y llegó a desempeñarse como Embajador de Argentina en el Perú entre 1989 y 1993.

Biografía

Licastro asistió al Colegio Militar de la Nación, de donde egresó como Subteniente de Artillería con el más alto promedio de su promoción. En 1969, mientras se desempeñaba como instructor de cadetes en el CMN, fue señalado por oficiales de inteligencia del Ejército Argentino como miembro de una célula peronista opuesta al régimen de la Revolución Argentina. Ese grupo, al que el propio Perón bautizaría como Tenientes de la Revolución, mantenía contactos con Juan José Hernández Arregui, Arturo Jauretche y Fermín Chávez (como así también con un joven Jorge Bergoglio) y admiraba el modelo político de Juan Velasco Alvarado. A causa de ello fue obligado a retirarse de la vida militar.

Convertido en civil, Licastro se volcó a la militancia política a tiempo completo. Por ello viajó varias veces a España para entrevistarse con Perón, quien lo consideraba como un referente de la oficialidad joven de las Fuerzas Armadas de Argentina (en unos de esos viajes convenció al caudillo de que filmase el documental Perón: Actualización política y doctrinaria para la toma del poder que produjeron Fernando Solanas y Octavio Getino). Sus vínculos con el movimiento nacional y popular se tradujeron también en periodos de encarcelamiento.

En 1972, junto a un grupo de estudiantes y profesores de la Universidad del Salvador y secundado por José Luis Fernández Valoni, creó el Comando Tecnológico Peronista, una suerte de think tank orientado a formar en la doctrina peronista a los futuros funcionarios estatales. Durante la breve tercera presidencia de Perón, Licastro asumió el puesto de Secretario Político del caudillo y fue miembro del Consejo Superior Justicialista. Fue también reincorporado al Ejército Argentino, donde lo ascendieron al rango de Capitán. En ese periodo se mostró como enemigo de los grupos guerrilleros que anteriormente había apoyado como parte de la estrategia de resurgimiento del peronismo.

Tras la muerte de Perón en 1974 se incorporó al Servicio Exterior de la Nación, siendo designado primero como cónsul argentino en la ciudad estadounidense de San Francisco y un año después con el mismo cargo en la ciudad peruana de Lima.

Al producirse el derrocamiento de la presidente María Estela Martínez de Perón, Licastro se exilió en el Perú y luego pasó a Venezuela. Allí consiguió convertirse en funcionario del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, por lo que recorrió Hispanoamérica como formador de líderes comunitarios.

Regresó a su país en 1982 para sumarse a la reconstrucción del Partido Justicialista. Durante la década de 1980 fue referente de la agrupación Doctrina y Conducción y trabajó como asesor del Bloque Justicialista en el Senado de la Nación.

Licastro se sumó a la campaña presidencial de Carlos Menem. Tuvo la misión junto a Héctor Flores de convencer a Mohamed Alí Seineldín para que coordinara un plan de acción junto con el candidato del justicialismo, prometiéndole que, de triunfar en la elección, el Ejército Argentino sería reorganizado como una fuerza nacional y popular. En 1989 el presidente electo lo designó como Embajador de Argentina en Perú, cargo que ocupó hasta 1993. Al retornar al país estuvo cerca de ser nombrado Secretario de Seguridad Interior de la Nación, pero finalmente ese cargo lo ocupó Andrés Antonietti. En 1995 fue promovido al puesto de asesor presidencial en asuntos relativos a la seguridad ciudadana.

En 2000, encolumnado detrás de Gustavo Béliz, integró una lista de diputados para la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires como parte de la coalición Encuentro por la Ciudad. Eso le permitió en 2002 asumir la banca que había dejado Víctor Santa María. Al año siguiente lanzó su candidatura a Jefe de Gobierno de CABA, cargo que anhelaba desempeñar desde 1973. Usando el sello del Partido Blanco y acompañado en la fórmula por Federico Pinto Kramer (que ese mismo año había secundado a Enrique Venturino en su aventura presidencial), obtuvo sólo 1.717 votos.

Posteriormente consiguió ser reincorporado al Servicio Exterior de la Nación mediante un fallo judicial, por lo que la presidente Cristina Fernández de Kirchner lo nombró Jefe de la Delegación de Argentina en la Junta Interamericana de Defensa para el periodo 2008-2010.

Al igual que muchos otros peronistas, durante el siglo XXI fue opositor tanto del kirchnerismo como del macrismo -aunque su tono de desacuerdo con ambas fuerzas políticas nunca cayó en la violencia.

Artículos de opinión

El rol integral de las fuerzas políticas, por Julián Licastro, 17 de marzo de 2015


En la Constitución Nacional, los partidos políticos son instituciones fundamentales del sistema democrático (Art.38). Su creación y el ejercicio de sus actividades son libres dentro de una normatividad que debe garantizar su organización y funcionamiento, la representación de las minorías, la competencia de los candidatos a cargos electivos, el acceso a la información pública y la difusión de sus ideas. A tal efecto, el Estado contribuye al sostenimiento de sus actividades y la capacitación de sus dirigentes; con la obligación de las distintas agrupaciones de dar publicidad del origen y aplicación de sus fondos y patrimonio.

Se describe así un régimen de funciones articuladas, destacando el rol integral del partido político, especialmente por la necesidad de concordar el principio de elección, con el principio de selección. El primero destaca la votación, por la mayoría, de los candidatos que ocuparán los cargos dispuestos en la convocatoria electoral; mientras el segundo, fundado en la formación y capacitación, tiende a remarcar la idoneidad necesaria para la gestión ejecutiva o legislativa que les corresponde. De esta doble condición surge el aforismo que indica que: una de las faltas más graves en una república, es aceptar un cargo para el cual no se está preparado.

Es imprescindible ratificar la amplitud operativa y las múltiples misiones de las agrupaciones políticas. En particular, de cara a la transición hacia un nuevo ciclo gubernativo, para no volver a cometer los errores y las fallas de los períodos anteriores. Sobre todo, hay que superar la acepción de “partido” como un aparato profesionalizado y cerrado en una tarea excluyente de carácter proselitista. Una estructura inerte, fuera de las campañas periódicas, con vacíos en la formulación programática, y en la preparación política y técnica de cuadros y dirigentes.

El arte de conducir seres libres es distinto al oficio de mandar en un régimen de sumisión. En la conducción democrática ya el pensar es una praxis, porque tiene un método para priorizar los argumentos motivantes de militantes, afiliados y adherentes. Luego, la prédica coherente va logrando una unidad de acción voluntaria enriquecida detrás del interés general. Éste ideal no desconoce el principio realista de que “todo poder tiende a expandirse”, potenciando la ambición de personajes venales y círculos de influencia. Pero estos males se moderan, o se vencen, cuando prevalece el rumbo y la templanza de los verdaderos estadistas.

El buen rendimiento de una fuerza no empieza en la tarea partidaria; ella requiere el precedente de la educación familiar y comunitaria donde se siembran las primeras nociones y aspiraciones espirituales. Y aunque las vicisitudes de la vida muchas veces parecen desmentirlas, siempre están allí como un faro orientador que hace posible las relaciones humanas que tejen la trama de la sociedad. Por el contrario, cuando el respeto mutuo desaparece, la estructuración social se paraliza y la comunidad se autodestruye. En consecuencia, el ideal ético existe para exigir gobernabilidad, estabilidad y destino al instinto gregario.

Elevar el debate de contenidos que faltan en los paneles mediáticos, impulsar el diálogo entre distintas corrientes para constituir alianzas perdurables; y lograr el clima tolerante que debe facilitar las discusiones racionales, siendo metas importantes no agotan el desafío que enfrentamos de madurar ahora o decaer definitivamente. También necesitamos mejorar el nivel de las conversaciones cotidianas que entablamos en los lugares de trabajo y en los espacios públicos; ya que muchos de los problemas que sufrimos lo son por nuestros hábitos individualistas y prejuiciosos, que nos impiden construir una identidad ciudadana pluralista y confiada en sí misma.

Bibliografía

  • Curso de actualización doctrinaria. Buenos Aires: Sindicatos del Seguro, 1973.
  • Fe en Perón. Buenos Aires: Secretaría Política de la Presidencia de la Nación, 1974.
  • La unidad política está en la cultura política. Buenos Aires: Secretaría Política de la Presidencia de la Nación, 1974.
  • Institucionalización para la revolución. Buenos Aires: Secretaría Política de la Presidencia de la Nación, 1974.
  • Hacia el proyecto nacional. Buenos Aires: Secretaría Política de la Presidencia de la Nación, 1974.
  • En la víspera del modelo argentino. Buenos Aires: Secretaría Política de la Presidencia de la Nación, 1974.
  • El legado político del General Perón. Buenos Aires: Secretaría Política de la Presidencia de la Nación, 1974.
  • Manual de conducción política y sindical. Teoría y técnica de la estrategia aplicada al campo social. Lima: CAES, 1980.
  • Soberanía política. Buenos Aires: Autoedición, 1982.
  • Julián Licastro: un hombre de Perón. Buenos Aires: CTP, 1985.
  • Actualización política. Buenos Aires: CTP, 1985.
  • Estrategia y organización. Buenos Aires: CTP, 1985.
  • Propuesta peronista (junto con J. L. Fernández Valoni). Buenos Aires: CTP, 1985.
  • Apuntes de la militancia. Buenos Aires: Autoedición, 1987.
  • Peronismo, nueva etapa. Buenos Aires: Autoedición, 1988.
  • Estado, Defensa Nacional y Producción. Buenos Aires: Autoedición, 1989.
  • Justicialismo y Defensa Nacional. Buenos Aires: Autoedición, 1989.
  • Pueblo protagonista. Lima: ADT, 1990
  • El nosotros político. Buenos Aires: FUNDECBA, 1994.
  • La transformación municipal (junto con A. M. Pelizza). Buenos Aires: FUNDECBA, 1997.
  • Política y técnica municipal (junto con A. M. Pelizza). Buenos Aires: FUNDECBA, 1997.
  • Liderazgo, municipio y comunidad (junto con A. M. Pelizza). Buenos Aires: FUNDECBA, 1997.
  • Doctrina social de la ciudad (junto con A. M. Pelizza). Buenos Aires: FUNDECBA, 1997.
  • Formación de dirigentes para la nueva política. Buenos Aires: FUNDECBA, 1999.
  • Los municipios en la comunidad organizada (junto con A. M. Pelizza). Buenos Aires: Fundación Editorial de Belgrano, 1999.
  • Líderes comunitarios: el quinto poder (junto con A. M. Pelizza). Buenos Aires: Fundación Editorial de Belgrano, 1999.
  • Ciudad segura y solidaria (junto con A. M. Pelizza). Buenos Aires: Fundación Editorial de Belgrano, 2000.
  • La voluntad de conducción: las ideas y la política. Buenos Aires: Lumiere, 2001.
  • Política y antipolítica: el desafío argentino. Buenos Aires: Lumiere, 2002.
  • Mi encuentro con Perón: memorias e ideales (junto con G. Gasió). Buenos Aires: Lumiere, 2004.
  • El pensamiento estratégico. Buenos Aires: Lumiere, 2004.
  • Filosofía de la acción. Instituciones, empresas y organizaciones de la comunidad. Buenos Aires: Catálogos, 2006.
  • Estado y Defensa: el poder de la identidad cultural y la unión regional (junto con A. M. Pelizza). Buenos Aires: Lumiere, 2008.
  • Crisis global, estrategia regional. Apuntes desde Washington (junto con A. M. Pelizza). Buenos Aires: Lumiere, 2009.
  • El destino de la guerra. Apuntes desde Washington (junto con A. M. Pelizza). Buenos Aires: Lumiere, 2009.
  • Política y Estrategia en el Bicentenario Argentino (junto con A. M. Pelizza). Buenos Aires: Lumiere, 2010.
  • Comunidad, trabajo y poder (junto con A. M. Pelizza y R. Magliano). Buenos Aires: Lumiere, 2011.
  • Peronismo o populismo. Debate sobre la identidad política (junto con A. M. Pelizza). Buenos Aires: Fabro, 2012.
  • Diálogos con Perón: lecciones acutales (junto con G. Gasió). Buenos Aires: Lumiere, 2012.
  • Entre todos o nadie. Democracia, concertación y actualización política. Buenos Aires: Dunken, 2016.

Artículos relacionados

Enlaces externos

Videos

Julián Licastro: "Estamos en un apogeo de la decadencia política."

En TLV1, Julián Licastro, ex embajador argentino en Perú, Militar retirado, Político y escritor. PublicÓ: "Diálogos con Perón" y "Peronismo o Populismo" entre variados libros publicados. En esta charla habla sobre la realidad, la política y los medios, la destrucción de valores, el populismo y sus encuentros con Perón.