Franz Boas

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Franz Boas, 1915.

Franz Boas (Minden, Westfalia, 9 de julio de 1858 – Nueva York, 21 de diciembre de 1942) fue un antropólogo estadounidense de origen judío.

Fue fundador de la American Anthropological Association y en 1931 fue presidente de la "Asociación Angloamericana para el Desarrollo de la Ciencia". No obstante sus tesis científicas carecen completamente de rigor científico, a pesar de ello todavía es presentado como un autor de cierto prestigio por la sociedad "progresista" y decadente impregnada del marxismo cultural. Como varios judíos, fue uno de los primeros en negar la existencia de las razas humanas.

Biografía

Los padres de Franz Boas eran socialistas radicales en el movimiento revolucionario que barrió a Europa en 1870. Melville Herskovits escribió en la biografía de Boas que las simpatías políticas de Boas "se inclinaban hacia una variedad del socialismo". La Cámara de Representantes de los Estados Unidos mencionó la relación de Boas con 44 organizaciones cripto-comunistas.

Su tesis doctoral fue sobre los colores del agua. Boas introdujo lo que él llamó "antropología cultural" dentro de la disciplina antropológica. Hasta su llegada a ese campo, la antropología pertenecía exclusivamente a las ciencias naturales. Boas prácticamente dividió la antropología en las disciplinas separadas de antropología cultural y antropología física.

La antropología física estudiaba al hombre y su desarrollo evolutivo a través del estudio de las características físicas mensurables de las razas humanas, pasadas y actuales. Este conocimiento fisiológico fue vital para clasificar los restos excavados del hombre primitivo y reconstruir la prehistoria del hombre y su desarrollo evolutivo. La antropología cultural se ocupaba más de las diferentes culturas contemporáneas de la humanidad y los temas culturalmente relacionados de la antigüedad y la prehistoria, convirtiéndola en una ciencia mucho menos precisa y abierta a un sinnúmero de interpretaciones.

Tras estudiar en varias universidades alemanas (Heidelberg, Bonn) se doctoró en la de Kiel. Rechazó el evolucionismo y el difusionismo, ya que no creía que los mismos hechos en lugares y tiempos separados entre sí puedan provenir de leyes universales que dirigirían el espíritu humano, lo que niega la existencia de los "arquetipos" de Carl Jung. Fue representante de la escuela relativista y, a su vez, precursor del particularismo histórico.

Al comienzo fue estudiante de física. En 1886, durante unas investigaciones, viajó al norte de Canadá para estudiar distintos manantiales de agua. Se extravió y fue rescatado por los inuit. A raíz de este hecho decidió quedarse en los Estados Unidos y se convirtió en antropólogo, pasando a impartir clases en la Universidad de Columbia, en la que creó y dirigió el departamento de Antropología.

En 1921 realizó trabajos relacionados con las consecuencias de las migraciones; estos consistían en comparar la primera y segunda generación de inmigrantes en las poblaciones de origen, que habían permanecido sedentarias. El objetivo de estos estudios era medir el impacto del nuevo entorno sobre los emigrantes.

Inicios del negacionismo de la raza

Véase también: Negacionismo de la raza


Antes de llegar a ser tan prominente antropólogo, Boas expresó su aceptación de las diferencias raciales en las características mentales. En La Mente del Hombre Primitivo, escribió:

Diferencias de estructura deben ir acompañadas de diferencias de función, fisiológicas y también psicológicas; y, como hemos hallado clara evidencia de diferencias en estructura entre las razas, debemos pues, anticipar que las diferencias en características mentales serán halladas.

Coincidiendo con el crecimiento del nacionalsocialismo en Alemania y la cada vez mayor influencia de los antropólogos conscientes del racialismo en la comunidad científica mundial, Boas empezó a acomodar su influencia antropológica al servicio de sus simpatías políticas. Empezó a promocionar la falsa idea de que no existen realmente cosas tales como las razas humanas. Argumentó que, a pesar de que hay variaciones en el color de la piel y en las fisionomías, los grupos llamados razas presentaban, genéticamente, diferencias muy pequeñas. Aseguró que tan sólo el entorno inmediato creaba todas las diferencias superficiales.

En 1938, Boas suprimió el párrafo citado en su nueva edición de su libro sin dar mayor explicación. Reunió a muchos discípulos judíos incluyendo a Gene Weltfish, Isador Chein, Melville Herskovits, Otto Klineberg y Ashley Montagu. También tuvo entre sus seguidores al científico afroamericano K.B. Clark, y dos mujeres, Ruth Benedict y la falsificadora Margaret Mead. Boas y todo su grupo de discípulos tenía extensas conexiones comunistas. Repetidamente proclamó que "estaba en una guerra santa contra el racismo", y murió de repente en un banquete en que, una vez más y por última vez, insistió en la necesidad de luchar contra el "racismo".

Como ha sucedido dentro de otras disciplinas que han cedido ante la presión política de un lobby ideológico que muestra poco interés por la verdad científica, Boas y sus camaradas consiguieron el control sobre los departamentos de antropología de la mayoría de universidades al animar a sus camaradas igualitaristas a ayudar siempre a los suyos en sus nombramientos académicos. Mientras los antropólogos tradicionales no tenian nada que ganar ni causa sagrada que defender, Boas y sus seguidores se embarcaron en una santa misión dedicada a extirpar el conocimiento racial del moderno círculo académico cosa que finalmente lograron.

Allí donde los igualitaristas consiguieron posiciones de influencia o poder, ayudaron a la promoción de sus camaradas en los departamentos de enseñanza de colegios y universidades que administraban. Fervientemente ayudaron a sus correligionarios, así como a los igualitaristas gentiles, a alcanzar titularidades en las aulas y en centros de investigación y promoción. Una confabulación parecida tuvo lugar en los rangos y en las juntas de las asociaciones antropológicas y en las revistas. En todo caso, el golpe de gracia fue el soporte masivo dado al dogma igualitario por los "mass media" del Sistema, que se hallaban mayoritariamente en manos judías.

La igualdad racial es desde entonces presentada al público como un hecho científico, al que sólo se oponen los "fanáticos" y los "ignorantes". Escritores igualitaristas tales como Ashley Montagu y otros recibieron grandes alabanzas en revistas, periódicos y, más tarde, en la televisión. Fuérase judío o gentil, profesar la creencia en la igualdad racial se convirtió en un dogma esencial para quien deseara progresar en la antropología o en cualquier otro segmento del mundo académico. La fidelidad a la línea "políticamente correcta" de pensamiento proporcionaba prestigio, dinero y éxito. Decir la verdad sobre el tema racial conducía al ataque personal, a la marginalización, a la destrucción de una carrera, y a menudo, a problemas económicos.

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