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Hans von Seeckt
Johannes Friedrich Leopold von Seeckt nació el 22 de abril de 1866 y murió el 27 de diciembre de 1936. Fue un alto oficial alemán que participó en la Primera Guerra Mundial. Fue considerado el "padre" de la Reichswehr que era el Ejército de la República de Weimar, y con el cargo de Jefe de Estado Mayor, ejerció de facto el control del mismo.
Sumario
En el Ejército Imperial
Hans von Seeckt nació en Schleswig, Prusia. En 1885 se unió al Ejército Imperial alemán. En 1899 ya era miembro del Estado Mayor, siendo tan sólo un Teniente, permaneciendo en ese cargo por dos décadas.
Iniciada la Primera Guerra Mundial, el Coronel Seeckt se le asignó el cargo de Jefe de Estado Mayor del III Cuerpo. En febrero de 1915, después de haber sido promovido a Mayor General, fue nombrado Jefe de Estado Mayor del 11º Ejército, que era comandado por el Mariscal August von Mackensen. En su puesto colaboró en la planificación de las campañas contra Serbia y Rusia, en el Frente Oriental. Después de la éxitosa ofensiva de Gorlice-Tarnów, el papel que jugó el General Seeckt fue reconocido al otorgarséle la Pour le Mérite o Max Azul.
Luego de la ofensiva de Brusilov rusa, que reveló la relativa debilidad de las fuerzas aliadas de Alemania, el General Seeckt fue nombrado Jefe de Estado Mayor de diversos ejércitos austro-húngaros, con el objetivo de determinar su verdadero valor combativo y mejorarlo. Su obra en el Ejército de Austria-Hungría fue considerada provechosa y fue enviado al ejército del Imperio Otomano en diciembre de 1917 para ayudar al Comandante İsmail Enver. No obstante, con los otomanos el General Seeckt no pudo ofrecer los resultados esperados.
Hombres de acero detrás de armas de madera
Un año antes que Hitler ascendiera al poder en 1933, el ejercito alemán seguía limitado por el tratado de Versalles a apenas 100,000 hombres. Las condiciones del tratado prohibían a los alemanes tener armas modernas, incluidos tanques y otros equipos pesados. El tratado también impedía la formación de un estado mayor, que es el cerebro y el sistema nervioso de un ejercito del siglo XX.
Para la mayoría de extranjeros el ejercito alemán parecía poco mas que una fuerza anti disturbios domestica, incluso en su nombre Reichswehr significa "defensa del estado". En realidad, este ejercito estaba siendo cuidadosamente entrenado como núcleo de una futura maquina de guerra. Su líder era el General Hans von Seeckt, un comandante que, pese a su monóculo y a su linaje prusiano, era cualquier cosa menos el rígido conservador del estereotipo. Por el contrario, era un astuto innovador que eludió las sanciones del tratado con consumada ingenuidad para crear una fuerza experta de jóvenes listos y fornidos a quienes se pagaba bien y se reclutaba por 12 años.
Para proporcionar a sus hombres experiencia en las tácticas de la guerra con tanques, Seeckt simulaba tanques envolviendo coches con telas, cartón, o planchas de hojalata. Las baterías antitanque y otras armas prohibidas se limitaban con madera, excepto los mecanismos clave útiles para el entrenamiento, como era la recamara que eran de metal.
Los aviones blanco para las baterías antiaéreas de madera eran modelos que giraban en el extremo de una cuerda, o globos. Para camuflar el potencial de combate del Reichswehr, Seeckt alentó una publicidad que daba la impresión de que los reclutas estaban siendo preparados para reintegrarse a la vida civil.
Aunque unas cuantas personas bien informadas en Inglaterra y otros lugares estaban al tanto de lo que estaba ocurriendo, tendían a ignorar o a menospreciar el ejercito de juguete. Después de todo, Alemania estaba cercada por el poderío francés al oeste y por el polaco y su esplendida caballería al este.
Pero luego llego Hitler y, demasiado pronto para los observadores, desapareció el Reichswehr de juguete y en su lugar se levanto la enorme fachada de acero del ejercito mas moderno del mundo. Cuyos lideres no eran otros que los hombres de acero que poco antes estaban jugando a la guerra con armas de madera.
En la Reichswehr
Ya finalizada la guerra, en el verano de 1919, el General Seeckt reemplazó al Mariscal Paul von Hindenburg como Jefe de Estado Mayor del nuevo Ejército de la República de Weimar, el Reichswehr.
El Tratado de Versalles le impusó una díficil misión al nuevo Jefe de Estado Mayor: el ejército alemán no debía superar los cien mil efectivos, unas siete divisiones. No obstante, el General Seeckt se encargó de hacer a las Fuerzas Armadas lo suficientemente flexibles para incrementar abruptamente su tamaño en caso de ser necesario. La labor del General Seeckt fue visible en la Alemania de Hitler, cuando se incrementó drásticamente el número de efectivos: la gran mayoría de los cien mil de la Reichswehr fueron hechos oficiales casi de inmediato.
A pesar de que constitucionalmente el General Seeckt estaba subordinado al Ministro de Defensa Nacional, idealmente un civil, éste mostró gran independencia en sus decisiones y en el manejo del Ejército. Durante el golpe de Kapp, en marzo de 1920, el General Seeckt desoyó los llamados del Presidente Friedrich Ebert y de su Ministro Gustav Noske, y solamente una huelga general organizada por los sindicatos logró salvar a la República de Weimar y a su gobierno socialdemócrata. En 1922 se descubrió un plan para asesinarlo organizado por un teniente de apellido Thormann.
En 1923, el gobierno francés, molesto por la demora alemana en el pago de las indemnizaciones de guerra impuestas en el Tratado de Versalles, ocupó el Ruhr, una zona industrial clave. Después de que la resistencia no violenta fracasara, el Canciller Gustav Stresemann anunció el 26 de septiembre el reinicio de los pagos a Francia, que estaban causando hiperinflación. Preparándose para lo peor de parte de los grupos nacionalistas y comunistas, Stresemann declaró el Estado de emergencia y el General Seeckt se convirtió en la máxima autoridad en Alemania. Luego de que el gobierno de Baviera, representado por Gustav von Kahr, desconociera el estado de emergencia decretado por el gobierno de Berlín, el Presidente Ebert citó al General Seeckt y le preguntó a que lado apoyaba el Ejército, a lo que el General respondió: "El Ejército, señor Presidente, me apoya a mí."
Tanto republicanos como monarquistas no estaban satisfechos con el papel político del General Seeckt, ya que si bien éste era conservador, los monarquistas lo consideraban un obstáculo para el reestablecimiento de la monarquía alemana. Hitler, en aquel momento poco conocido, tampoco estaba satisfecho con el papel del General Seeckt y de todo el gobierno socialdemócrata. En efecto, el General Seeckt veía en aquel momento a la República de Weimar como el único gobierno que podía prevenir una guerra civil entre monarquistas, comunistas, socialdemócratas y nacionalistas, y por la tanto, en 1923, decidió apoyarla.
Después de reprimir a los izquierdistas en Sajonia, Turingia, Hamburgo y el Ruhr, el General Seeckt le dio al gobierno nacionalista de Baviera un ultimátum para desistir de su revuelta, así como el cierre del períodico nacionalsocialista, el Völkischer Beobachter.
Para aquel entonces el NSDAP era una fuerza política local desconocida fuera de Baviera y Hitler temió por la supervivencia de los muchos movimientos nacionalistas bávaros si el Ejército lograba destruir la autonomía que hasta entonces tenía Baviera. Después de que el general Seeckt amenazara con enviar tropas a esta región a reestablecer la autoridad central, Hitler decidió actuar. Los nacionalistas ejecutaron entonces el Putsch de Múnich, que fracasó rápidamente y que fue aplastado por la polícia y las tropas prometidas por el General Seeckt. Hitler fue arrestado y enviado a prisión, donde escribió Mein Kampf (Mi Lucha).
A inicios de 1924, el General Seeckt regresó al Presidente Friedrich Ebert los poderes extraordinarios que había recibido durante el estado de emergencia, que lo habían convertido brevemente en un dictador militar. No obstante, el Ejército siguió siendo "un estado dentro del Estado". El 1 de marzo terminó el período de ley marcial.
A pesar de que la Comisión Aliada de Embajadores solicitaba la renuncia del General Seeckt desde hace tiempo, éste se vio obligado a renunciar en 1926 debido a un escándalo revelado por los comunistas. Se descubrió que el General Seeckt había accedido a una petición personal de la Princesa Cecilia de permitir que su hijo Guillermo, hijo de Guillermo de Prusia, sirviera en el 9º Regimiento, regimiento en el que tradicionalmente habían servido los principales miembros de la depuesta Dinastía Hohenzollern. El General Seeckt entregó personalmente su renuncia al Presidente Hindenburg, quien le agradeció sus "extraordinarios servicios a la Madre Patria en paz y guerra". Fue reemplazado por el Teniente General Wilhelm Heye.
El General Seeckt apoyaba la formación de una alianza con la Unión Soviética como medio para acabar con Polonia. Promovió la formación del Reichswehr negro, que implicaba el intercambio de oficiales entre los gobiernos germano y soviéticos para el entrenamiento e intercambio de ideas. El General Seeckt rechazaba completamente la existencia de Polonia: "La existencia de Polonia es intolerable, incompatible con las condiciones esenciales de vida de Alemania. Polonia debe irse y se irá, como resultado de su debilidad interna y de la acción de Rusia, con nuestra ayuda."
Los deseos del General Seeckt se cumplirían con la Campaña de Polonia en 1939, cuando Alemania y la Unión Soviética invadieran el país en septiembre de 1939, dando inicio a la Segunda Guerra Mundial en Europa.
Últimos años
En 1930 aceptó la nominación del Partido Conservador Popular alemán para el Reichstag, siendo electo.
En 1932 escribió a su hermana, instándole a votar por Adolf Hitler en las elecciones presidenciales, en lugar de Paul von Hindenburg.
Continuaba siendo miembro del Reichstag cuando los nacionalistas llegaron al poder en 1933, y para aquel entonces ya era aliado de Hitler. Fue enviado a China en 1934 para ayudar al General Chiang Kai-shek en la construcción del Ejército Nacional Revolucionario de China.
En 1936 Hitler renombró al 67º Regimiento de Infantería como Regimiento General von Seeckt, y lo nombró comandante honorífico. Ese mismo año falleció en Berlín.
