Movimiento 14 de Mayo

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El Movimiento 14 de Mayo para la Liberación de Paraguay (M-14) fue una agrupación guerrillera que entre 1959 y 1960 intentó provocar una insurrección en contra del presidente Alfredo Stroessner. Sus principales líderes fueron Arnaldo Valdovinos, Benjamín Vargas Peña y Juan José Rotela.

Antecedentes

La aparición del M-14 se da en el marco de una campaña de acciones violentas que intentaba deponer al presidente Stroessner. En 1956 hubo un intento de golpe de Estado en el que un grupo de militares –que eran alentados por miembros del Partido Liberal– quiso acceder al poder utilizando sus armas. Sin embargo la sublevación fue sofocada por tropas leales a Stroessner. La represión posterior envió al exilio a muchos paraguayos que empezaron a tramar el modo de retornar y desplazar al presidente, quien, por su parte, había comenzado a centralizar cada vez más al gobierno sobre su propia persona.

La mayoría de los exiliados escogió Argentina como nuevo hogar, ya que las autoridades de ese país mantenían una pésima relación con Stroessner. Así, en 1958, se registraron los dos primeros intentos de incursión armada al Paraguay por parte de exiliados en Argentina: el sorpresivo ataque al pueblo de Coronel Bogado por parte de un pequeño comando que fue detenido por la policía local, y el aborto de invasión que la Gendarmería argentina realizó al secuestrar un camión que, cerca de la localidad de Colonia Bouvier, en la provincia de Formosa, transportaba a cincuenta hombres armados.

Fundación

El M-14 recibió ese nombre en homenaje a la fecha original de la Independencia Paraguaya en 1811. El lugar de nacimiento de esta organización terrorista fue Lanús, un suburbio de la ciudad de Buenos Aires.

Entre sus fundadores se hallaban Arnaldo Valdovinos (1908-1991) y Benjamín Vargas Peña (1910-2003), quienes, respectivamente, provenían de sectores disidentes del Partido Revolucionario Febrerista y del Partido Liberal. Ambos eran veteranos de la Guerra del Chaco y estaban exiliados en la Argentina desde el final de la Guerra Civil Paraguaya en 1947.

Más tarde se incorporaría Juan José Rotela, un joven criptomarxista que, gracias a su carisma y a sus dotes para el liderazgo, se convirtió en la cara más visible del M-14 (se suponía incluso que, en caso de que la guerrilla triunfase, Rotela sería consagrado presidente de Paraguay, al menos provisoriamente).

Acciones

Entre los miembros del M-14 habían dos grupos: los que tenían la experiencia en combate después de haber participado de la Guerra del Chaco y/o de la Guerra Civil Paraguaya, y los que nunca habían estado involucrados en una situación bélica. Ninguno de los grupos dominaba la idea de guerra de guerrillas.

Los milicianos entrenaron en campos de Corrientes y Misiones, cuyo acceso les fue facilitado por los dueños de los mismos (muchos eran empresarios yerbateros argentinos que apoyaban al M-14 con la esperanza de que luego les retribuirían el favor si llegaban a derrocar a Stroessner). El militar antiperonista Carlos Toranzo Montero, con autorización del presidente Arturo Frondizi, les dio asesoramiento técnico y armamento a los guerrilleros.

La presencia cubana

Además del subrepticio apoyo argentino, el M-14 contaba también con asistencia de Cuba. Se cree que este hecho fue decisivo para explicar la (desastrosa) suerte de la primera ofensiva de la organización guerrillera lanzada en diciembre de 1959.

En efecto, un poco antes del inicio de la acción militar, Valdovinos se reunió con el Che Guevara en Venezuela. Aparentemente el guerrillero argentino al servicio de Cuba le habría otorgado una gran suma de dinero al líder rebelde paraguayo, aunque el propósito de ello es poco claro, ya que Valdovinos nunca admitió abiertamente haber recibido los billetes.

Poco después, en la víspera del inicio de la invasión del M-14 al territorio paraguayo, la agencia cubana de noticias Prensa Latina envió un cable a Chile notificando que se estaba produciendo el ataque. Esa información, como no podía ser de otro modo, fue interceptada por los paraguayos, quienes rápidamente organizaron una estrategia de defensa que probó ser efectiva. De allí que se sospecha que la dirigencia del M-14 vendió a sus militantes para convertirlos en mártires, y permitir que sólo los comunistas sobrevivieran para conducir la rebelión (pues, de hecho, únicamente la columna capitaneada por Rotela retornó sin un rasguñón, mientras que las demás terminaron capturadas o aniquiladas).

Primera ofensiva

El primer intento de invasión fue un rotundo fracaso. Se prepararon cinco columnas: cuatro penetrarían a Paraguay desde diversas ubicaciones, y una asaltaría un buque de guerra de bandera paraguaya que se encontraba anclado en Corrientes. Se suponía que las columnas ocuparían pueblos, levantarían a los campesinos en armas, y en pocos meses avanzarían hasta Asunción, en donde una célula local generaría un levantamiento urbano agitando a obreros y estudiantes.

Empero, antes de la navidad de 1959, el M-14 se había retirado del territorio paraguayo, dejando detrás a decenas de sus militantes muertos, y a más de una centena de sus combatientes y colaboradores detenidos.

Segunda ofensiva

Tras la desastrosa primera incursión, Vargas Peña denunció en el diario argentino La Prensa que el M-14 estaba infiltrado por comunistas (alimentando así la versión sobre la "venta de mártires" de Valdovinos a Guevara). Acto seguido se desentendió de la derrota. Los paraguayos exiliados comenzaron entonces a retirarle el apoyo a la guerrilla, al igual que lo hicieron las autoridades argentinas.

Rotela, pese a todo, decidió partir nuevamente a Paraguay en abril de 1960. Esta vez la ofensiva del M-14 contaba con sólo dos columnas. Al entrar a territorio enemigo, los guerrilleros fueron hostigados por hombres el Ejército Paraguayo al mando del General Patricio Colmán. El M-14 mostró ser incapaz para ganar apoyo popular, ya que de hecho los campesinos formaron milicias que contribuyeron activamente en la persecución y represión de los guerrilleros.

La segunda ofensiva no tardó en fracasar. Casi todos los miembros del M-14 cayeron en combate, pero más tarde, y por razones propagandísticas, se acusaría al ejército de haber capturado a los guerrilleros, haberlos torturado, y haberlos ejecutado sin ningún tipo de juicio previo, arrojando luego desde aviones a sus cadáveres a las selvas o a los ríos.

Los últimos hombres del M-14 ingresaron a Paraguay en dos oleadas: unos para intentar rescatar a Rotela, sin saber que el líder guerrillero ya estaba muerto (ese grupo, que también fue aniquilado, es el que asesinaría a Raúl Arsenio Oviedo, un político del Partido Colorado que se convertiría en héroe nacional del anticomunismo), y los otros para intentar coordinarse con militares descontentos con Stroessner en Asunción y detonar así un golpe de Estado, fracasando obviamente ambos en su misión.

Disolución

Sin poder de fuego, el M-14 desapareció hacia finales del año 1960. Entre sus antiguos miembros comenzaron a cruzarse las acusaciones de traición. Aquellos que fueron capturados por el ejército sufrieron diversa suerte: algunos permanecieron en prisión hasta ser liberados, otros murieron detrás de los muros, y hubo un grupo que hasta logró escapar (la mayoría de los fugitivos huyó a Brasil, donde fueron acogidos como asilados políticos y hasta llegaron a ser recibidos por el presidente Jânio Quadros).

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