Orden y disciplina en la Europa Viril

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Tapa del libro

Nota del editor

Nos encontramos ante un documento que generará discordia y alterará la consciencia de más de un lector llegando al punto de crear alarma, pero por ello no debemos privar de la posibilidad a que el escritor vierta las inquietudes y pensamientos que desde su punto de vista es necesario plasmar en la juventud, más que en la sociedad, rompiendo tabúes con lo considerado "políticamente correcto"...

Como bien dijo Ortega y Gasset: "Nos hayamos comprometidos en la difícil faena de descubrir con irrecusable claridad, esto es, con genuina evidencia, qué cosas, hechos fenómenos entre todo los que hay merecen por su diferencia con todos los demás llamarse 'sociales'".

Si con ello Oscar Panadero ha tenido que recurrir a los fascismos que una vez recorrieron Europa, para mostrar una nueva (o vieja) concepción ética, es plausible el disponer del coraje a lanzarse a tal delicada empresa, en los tiempos que hoy corren...

Si Ediciones Camzo tiene o debe lanzarse de envestida a publicar esta obra, tan solo con el motivo existencial de que el gran publico analice el pensamiento y reflexione sobre un escrito que vierte la ética y el estilo de lo que se conoce como "La Otra Europa", así sea...

Sin intención de incurrir en tipo alguno de apología o régimen político y discrepando sobre las opiniones en la presente obra vertidas, tan solo ponemos a disposición del lector una lectura reflexiva totalmente subjetiva, donde el escritor expresa parte de su concepción interior sobre el ORDEN y la DISCIPLINA en los tiempos que vivimos, quizás de forma "utópica".

Si tuviera que resumir en una sola frase lo que el libro pretende reflejar diría que "Seamos en perfección lo que imperfectamente somos por naturaleza. Si sabemos mirarla, toda realidad nos enseñará su defecto y su norma, su pecado y su deber".

(Manuel Quesada Campos)

Prólogo de la obra

Toda sociedad se rige por un determinado Orden, establecido mediante parámetros de corte filosófico (del que subyacen las ramificaciones culturales, artísticas e ideológicas) y otro de tendencias metafísicas (del que derivan carácter y comportamiento, ética y estilo) que navegan entrelazados en simbiosis total.

Los pueblos de estirpe Indoeuropea no escapan a tal regla. Por el contrario, precisan de un Orden implantado bajo la Viril tutela de la Jerarquía y la Disciplina de sus ciudadanos, conceptos actualmente reducidos a un plano meramente militar y ocultos a los ojos del entendimiento y la sabiduría popular con la insana intención de alejar al ciudadano de ideas Tradicionalmente ligadas a su sangre. Ideas que puedan desembocar en un mar de inquietudes que no pueden más que ser interpretadas como "filo-fascistas".

Es la intención del presente opúsculo revelar como única solución para nuestras decadentes sociedades el reencuentro con las posiciones estrechamente ligadas a la Tradición Popular Indoeuropea, amparada por el sentido de Orden (Jerarquía y Disciplina) y el concepto Viril de la vida.

La virilidad, la milicia, el heroísmo, el sacrificio… son virtudes que se pierden en el tiempo. Son cualidades que han caminado en paralelo con la estirpe europea. Evidentemente, como toda cualidad, si no se cultiva, sin no se trabaja, acaba adormeciéndose, relajándose.

Esto es lo que pasó en los años 20-30 hasta las llegadas de las primeras revoluciones habidas en Europa (italiana primero, alemana después) en este periodo es donde centraré este pequeño estudio. Ahora en el 2008 también se está viviendo como en ese período del 20 al 30, o peor.

En Europa la Virilidad, el Heroísmo, las grandes empresas siempre han existido. Basta recordar la grandeza de Roma, la Roma del Imperium, consiguió una duradera unión en Europa, ¡unidos por un mismo nexo! ¿Qué contrapuso Roma al mundo aquel que vivía Europa antes de ellos? Su idea de Orden, de Virilidad, de Heroísmo, Grandeza, hasta que acabó por diversos factores en una total decadencia.

Con Grecia sucedió lo mismo........

Lo malo de la historia europea es que cuando se infiltran elementos ajenos a nuestra estirpe europea, en la tierra se producen también las peores bestias, como la Revolución Francesa, el Comunismo, el Capitalismo....

Este libro es un llamamiento a la reflexión, un canto a esa máxima que es la Virilidad que ha hecho en los movimientos ideológicos de Europa auténticamente revolucionarios un auténtico punto angular de sus actuaciones así como un imprescindible estereotipo estético.

La Fe era extirpada del seno del pueblo producto de la infecta Revolución Francesa (madre del marxismo y de la anarquía). El Indoeuropeo, no ha querido nunca eliminar su vida espiritual, pagana, protestante católica, pero siempre con miras metafísicas y elevadas. La vida castrense, la milicia era vapuleada y ninguneada pues según los liberales marxistoides eran escuelas retrogradas y caducas.

Cuando la familia, núcleo inicial de un orden europeo, era desintegrada, negando incluso hasta la autoridad paterna, dando unas falsas igualdades e intentando convertir el sagrado núcleo familiar en baratos lupanares.

Cuando la producción de un país era un difícil resultado de una bárbara lucha entre clases, en busca solo de los fines bastardos del marxismo pues, como se vio mas adelante, no fueron ellos precisamente los que dignificaron la vida del trabajador.

Cuando en Las Españas, la escala mas baja del pueblo, la auténtica hez social, se erigió ni más ni menos que como élite, la que haciendo controles en las carreteras, controles de "Trabajadores", se dedicaban a cobrar ¡impuestos a los pobres ciudadanos! porque si.

Y si te veían con una pequeña posibilidad de ser Fascista, de decidir quién vive y quién no, tres cuartos de lo mismo, pues como no va a ser para el ciudadano europeo decente el estereotipo viril que antes citaba un soplo de aire fresco que aliviase lo que veía.

Frente a la decadencia absoluta que se vivía, aquellos hombres uniformados, en marcial desfile, con bizarras poses viriles, suponían tan solo al mirarlos la Esperanza, el Orden frente al caos, el Espíritu Ario contra la barbarie.

La sana juventud europea, veía en ese Orden, en esa forma de vivir en milicia, un potente foco de atracción que le hacía creer ciegamente en la ideología que ello representaba aún sin haber leído prácticamente su ideario, pero esa virilidad, ese Orden, era la antítesis de lo que el hombre honrado distinguía como el mal, como el caos.

En Alemania, la juventud no dedicaba su tiempo y lucha a formarse en un plano literario, como solemos hacer hoy en día absorbiendo infinidad de libros sobre filosofía, nacionalsocialismo, fascismos varios etc.

Quizás no habían leído nada, pero ellos, cuando veían a las Juventudes Hitlerianas desfilar en Orden Marcial, uniformados, con banderas, idealistas y haciendo gala de un motivo superior de existencia, escuchaban el grito de su sangre que les decía, "ve tu también, se como ellos, únete".

El hombre Indoeuropeo y las revoluciones que sacudieron Europa en los años 30 clamaban por una vuelta a la virilidad, una vuelta a la milicia. Puro canto a la virilidad de la milicia del combatiente Indoeuropeo.

Podrían pasear orgullosos, el uniforme más hermoso que había en Europa, el uniforme negro con la runa de la Victoria, pero a cambio de... una absoluta, total y sin fisuras aptitudes de ENTREGA, SUFRIMIENTO, SACRIFICIO, y en la guerra, el primero a dar la vida, sin retroceder, a dar la vida antes que el deshonor, y sin pensárselo pensar que todo ese esfuerzo surgía del voluntariado propio y del concepto de auto disciplina del joven no me produce más que anhelo y se tenía que decir que NO a muchísimos jóvenes, que marchaban a casa con lagrimas en los ojos de no poder servir en el cuerpo mas fuerte y disciplinado de la gran revolución nacionalsocialista.

Igualmente pasó con todas las Waffen SS europeas en la gran cruzada contra el Bolchevismo Ruso, en el estado español, sin ir mas lejos, la División Azul era de carácter heroico donde un puñado de españoles decidían dar su vida en la otra punta de Europa a cambio de honor, de virilidad, de milicia y lucha, a cambio de sufrimiento, frío, de añorar a los suyos, pero vaya... había que poner hombres haciendo los alistamientos con los ojos bien abiertos, pues eran innumerables los jóvenes menores de edad, que pretendían ir a la lucha. Así en todos los países de nuestra gran patria europea.

Era el punto en el que giraba el intelecto y la acción. Observen lo que decía Joseph Goebbels: "No estamos sobre la tierra para atestarnos el cráneo de conocimientos. ¡Todo esto es secundario cuando queda desligado de la vida!¡Tenemos que cumplir nuestro destino!. Educar gente con agallas, eso debería ser la misión de las casas de altos estudios".

Y el genio de Joseph Goebbels enarbola toda la razón del mundo, no se educa a los jóvenes para tener agallas y, en consecuencia, cuando vienen los problemas el militante se asusta.

A nadie se le ocurre enseñar a que con la lucha va el sacrificio, y el dolor muchas veces junto a los problemas, en estos tiempos eso no se dice, el sacrificio, el valor, el aprender a dominar el miedo son actitudes relegadas a un tercer y cuarto plano generalmente inexistentes. Todo ser humano tiene miedo, de no tratarse de un loco temerario, la cuestión está en señalarlo y conducirlo, en juntar ese dominio con un férreo adoctrinamiento, uno va con el otro, así se crea un militante fuerte, dispuesto a ganar vencer gigantes-molinos y a recuperar para su pueblo y su raza el tan ansiado Imperium.

Eso y nada más constituyen los pilares de la Formación Integral. La virilidad es innata al Indoeuropeo, simplemente hay que educarla y encauzarla.

Tenemos, cuanto menos, que reflexionar este punto que el genial organizador de una revolución, Goebbels, nos enseñó, ¿Cómo adoctrinamos a un militante revolucionario europeo?

Pues ni más ni menos como dice Goebbels, atestamos de libros sus mentes, importantísimos pero también debe darse una educación viril, caminar por el sacrificio y por la idea, saber que la lucha también trae disgustos graves, problemas, pero el premio vale la pena...

El premio es la fidelidad, el honor de luchar por algo, el no sumergirte en este pantano de inmundicia que es la sociedad actual en la que el hombre se convierte en un animal esclavo de vicios y placeres. El lema a aplicar es "Vale quién Sirve".

Nadie deberá interpretar esta virilidad, con una violencia gratuita e innecesaria, eso sería de necios, se debe de educar esa virilidad y ese auto-control de tus emociones pues la grandeza del hombre europeo está en el dominio y alzamiento de la Voluntad. Esto hay que planteárselo como una necesidad de superación como persona.

El futuro hombre revolucionario no podrá ser un hombre afeminado por pacifismos, ni podrá ser un hombre esclavo de sus bajas pasiones. Habrá de educarse y educarlos en el cultivo de la única cultura europea, alejarlo de músicas ajenas a nuestra sangre, de espectáculos decadentes, de vicios y formas de diversión indignas de un hombre de ese Imperio llamado Europa.

Al igual que se hizo en los años 30 en que la juventud sumergida en el nihilismo, la mas feroz anarquía, con una inversión de valores escandalosa, que es lo que vivimos ahora, hay que contraponer, al hombre de milicia, viril, sacrificado que igual que sedujo con un potente magnetismo a la juventud de aquellos años, estoy seguro que los jóvenes de hoy, a pesar de todo, muchos caerían prendados de la Estética Viril, por una simple cuestión, eso solo lo entiende su sangre.

(por Oscar Panadero)

Indice

  • Nota del Editor
  • Prólogo
  • La mujer en la Europa Viril
  • Coraje y Virilidad:
  • Breviario político Nacionalsocialista
  • Cobardía y espíritu de defensa
  • Lo heroico de la autodisciplina
  • El porque de una vida de orden: - Codreanu – Guardia de Hierro
  • Servir es un honor: - La juventud bajo el signo de la Cruz Gamada (Hitler Caudillo por Otto Dietrich)
  • La trascendencia de lo jerárquico
  • Disciplina y Autodisciplina: - Conclusiones futuristas a los futuristas españoles - Manifiesto Futurista
  • Reflexiones concluyentes
  • Anexo: Un ejemplo en vida…un recuerdo en muerte.

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