Programa nuclear de Israel

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El misil israelí Jericho 3 es capaz de transportar una ojiva nuclear hasta Irán

Como parte del Programa nuclear de Israel se cree que este país habría desarrollado su primer bomba a finales de los años 60s y en la actualidad, se estima que posee entre 75 y 400 ojivas nucleares, con la capacidad de lanzarlas por medio de bombarderos, submarinos o misiles balísticos intercontinentales[1]

Aunque oficialmente Israel no niega ni afirma poseer esta clase de armamento, es considerado por la organización NTI y por la mayoría de los expertos, como el sexto país en el mundo en haber desarrollado armas nucleares. Para la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA), Israel es la quinta potencia del mundo en lo que a armas nucleares se refiere. Según un estudio publicado por la CIA, su arsenal le permitiría "borrar de la faz de la tierra cualquier objetivo que se proponga en la mayoría de los países árabes"[2].

Israel se ha negado a firmar el Tratado de No Proliferación Nuclear, a pesar de la presión internacional por hacerlo y ha sostenido que firmar el NPT iría en contra de sus intereses en seguridad nacional.[3] Al mismo tiempo amenaza con un ataque preventivo sobre Irán a quien acusa de querer desarrollar un arsenal atómico.

Historia

Desde su creación en 1948, Israel tuvo ambiciones de convertirse en potencia nuclear. Ya en 1948, se formó un Cuerpo Científico (Hemed Gimmel) dentro del ejército israelí.

En 1949 el Hemed Gimmel inspeccionó el desierto del Negev durante dos años, en busca de reservas de uranio.

El inicio del programa nuclear de Israel se da en 1952, cuando se creó la Comisión de Energía Atómica, dirigida por Ernst David Bergmann, experto en el campo de la química orgánica y considerado el padre del programa nuclear israelí.

En el 1956, Francia aceptó proveer a Israel de un reactor nuclear de 18 megavatios. Después de la invasión de Egipto por parte de Israel y Francia en 1956, el acuerdo fue revisado para proveer un reactor de 24 megavatios. Francia adquirió agua pesada para el reactor en Noruega, traicionando la palabra dada al gobierno noruego de que no habría trasladado del agua a terceros países. Además los funcionarios aduaneros franceses fueron engañados sobre el destino de las partes del reactor.

Francia ayudó a Israel a establecer una base para la producción de plutonio apto para armas. Según un acuerdo secreto franco-israelí firmado en 1956, los franceses construyeron en Dimona (desierto de Negev, a 120 kilómetros al sureste de Tel Aviv) el reactor IRR-2 con una capacidad eléctrica inicial de 26 MW. Este reactor fue construido en 1963 y modernizado en los años 70, haciendo que su capacidad eléctrica aumentara hasta un rango de entre 75 y 150 MW. Como resultado, la producción de plutonio para armas nucleares aumentó de entre 7 y 8 a 20 o 40 kilogramos por año. Entre las estratagemas adoptadas por Israel para esconder la naturaleza del proyecto Dimona, fue describirlo como una "instalación de manganeso".

Del proyecto nuclear de Israel también fueron informados los Estados Unidos, es decir su principal fuente de ayuda militar. Según Sir Timothy Garden, docente de la Universidad de Indiana: en 1954 Israel firmó un acuerdo de cooperación nuclear con Estados Unidos.

Entre los años 50 y 60, los expertos israelíes participaron en el programa para la creación de la bomba nuclear francesa y la parte israelí recibió los datos obtenidos en el transcurso de las pruebas nucleares francesas en el desierto del Sahara entre 1960 y 1964.

En 1958 aviones espía de Estados Unidos fotografiaron el complejo de Dimona. Israel adquirió de Estados Unidos un reactor más pequeño, que habría sido difícilmente útil en la producción de armas nucleares. Tal reactor se puso operativo en 1960, pero con la llegada de John F. Kennedy a la presidencia, EE.UU. empezó a preocuparse sobre las intenciones del estado judío.

En 1960, el gobierno israelí y el francés, bajo presión estadounidense, tuvieron un enfrentamiento por el proyecto. Francia pidió a Israel que hiciera público el proyecto Dimona y autorizara inspecciones internacionales de su estructura. A pesar de esto, Francia aceptó acabar el envío de partes del reactor, e Israel aseguró a París que no construiría armas nucleares.

En mayo de 1963, el presidente estadounidense John F. Kennedy dijo al entonces primer ministro israelí David Ben-Gurión que el reactor Dimona "había puesto seriamente en peligro las relaciones entre EE.UU. e Israel". Según las informaciones publicadas, era evidente que EE.UU. e Israel estaban fabricando una bomba atómica para "escarnio de Kennedy, para quien el Tratado de No Proliferación era sagrado". Sin embargo, los israelíes fueron increíblemente evasivos sobre el tema emprendiendo una febril actividad diplomática con Washington y solicitándole que inspeccionara la zona. Hoy en día, EE.UU. evita cuidadosamente hablar del programa nuclear de Israel y manifestar si está o no a favor de las inspecciones internacionales del arsenal israelí. Cuando se le pregunta a EE.UU. en concreto sobre Israel, los responsables estadounidenses simplemente reiteran que EE.UU. "mantiene desde hace mucho tiempo su inquebrantable aceptación del Tratado de No-proliferación de armas nucleares".

En 1964 el reactor de Dimona se puso operativo.

Hacia finales de los años 60s, las inspecciones de la Comisión de Estados Unidos para la Energía Atómica en las instalaciones de Dimona fueron obstaculizadas por la actitud de no-cooperación del gobierno israelí. Además de controlar el equipo de los inspectores y su alcance, Israel construyó falsos paneles de control y tapió pasillos para engañar a los inspectores.

En la década de los 70s, Israel realizó pruebas nucleares con Sudáfrica. Según informes de la inteligencia estadounidense, una de estas pruebas tuvo lugar el 22 de septiembre de 1979. La explosión detectada sobre el Océano Índico por un satélite espía de EE.UU. se conocería luego como el Incidente Vela.

Producto de su más de medio siglo de programa nuclear, Israel tiene ahora una amplia gama de vehículos de lanzamiento de armas nucleares, y un arsenal nuclear de tamaño considerable para los estándares regionales.

Más desconcertante si cabe es la insistencia sobre la inspección de las armas nucleares y químicas en Irán, cuando al mismo tiempo se rechaza tratar el tema de Israel. El programa nuclear de Israel ha avanzado muy rápidamente desde sus inicios en la década de 1950. Actualmente, Israel es capaz de lanzar un ataque nuclear por tierra, mar y aire, con sus submarinos Dolphin fabricados en Alemania y equipados específicamente con modificadores de rumbo de misiles crucero. Se dice que los submarinos alemanes son los submarinos diésel más avanzados del mundo únicamente susceptibles de destrucción por EE.UU.

Representantes de NNUU han expresado su preocupación acerca del programa nuclear israelí. A finales de 2003, Mohamad al-Baradei declaró al periódico israelí Ha'aretz que creía que Israel poseía armas nucleares y que para mantener la paz en Oriente Medio había que destruir su arsenal. Al-Baradei hizo hincapié en que Israel nunca ha intentado negar o desmentir la su capacidad nuclear.

Submarinos con capacidad nuclear

En junio de 2012, en la imagen de portada del semanario más influyente de Alemania, Der Spiegel, aparecían los rostros de la canciller alemana Angela Merkel, el del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y un submarino[4].

En 2013, Alemania entregó a Israel su quinto submarino del modelo Dolphin AIP, propulsado con diésel y capaz de portar misiles con ojivas nucleares.

El nuevo submarino bautizado como Rahav junto al Tanín, suministrado en mayo de 2013, y un sexto submarino de la misma serie que todavía no ha sido entregado, han costado a Israel 1.800 millones de dólares[5]. El Gobierno alemán subvenciona una tercera parte del precio del fabricante que será abonada por el contribuyente alemán, tal y como lo autorizó el Parlamento Federal en marzo del 2012.

El submarino puede disparar varios misiles de crucero con ojivas nucleares, con un alcance de 1.500 kilómetros. Entre otras posibles misiones los militares israelíes mencionan las de ataque con torpedos y espionaje.

Chantaje moral a Alemania con el Holocausto

En 2012, el presidente alemán Joachim Gauck, en su primera visita oficial a Israel, pedía disculpas por el Holocausto y defendía el derecho de Israel a defenderse, mientras semanas antes el Nobel de literatura Günter Grass polemizaba acerca del programa nuclear israelí con su poema "Lo que hay que decir"[6].

La ayuda económica a Israel es parte de la indemnización que paga Alemania al Estado judío por los "crímenes nazis" y es oficialmente una deuda de la antigua Alemania del Este a raíz de los bienes judíos confiscados por el Tercer Reich, antes y durante la Segunda Guerra Mundial[7].

La subvención de los submarinos está incluida en el presupuesto del Ministerio de Finanzas alemán para el 2012; en el apartado de "construcción de sistemas defensivos para Israel". El dinero será transferido en los próximos cuatro años a la compañía de navegación alemana HDW, que construye los submarinos para Israel.

Alemania sabía para que se usarían

Israel estaría armando con cabezas nucleares los submarinos alemanes y esto lo sabe Berlín hace mucho tiempo[8]. Lo que contradice la versión oficial que Alemania siempre ha alegado desconocimiento sobre las actividades nucleares de Israel. Según informa Der Spiegel, “fuentes de alto nivel” del ministerio de defensa alemán reconocen que conocían esa capacidad desde el principio. Hans Rühle, un conocido experto en temas de armamentos dice que habló con los militares israelíes sobre la capacidad nuclear de los submarinos cuando era jefe de planificación del ministerio de defensa alemán. Lothar Rühl, ex secretario de estado de defensa, afirma que siempre hubo un entendimiento de que Israel instalaría misiles nucleares en los submarinos.

Los misiles nucleares de crucero son capaces de ser lanzados a través de un novedoso sistema de eyección hidráulica para lo que los submarinos han sido preparados. Los archivos del Ministerio de Exteriores alemán obtenidos por Der Speigel revelan que Berlín tuvo conocimiento del programa israelí desde 1961. La última discusión en este sentido tuvo lugar en 1977 entre el entonces canciller Helmut Schmidt y el ministro de Exteriores israelí Moshe Dayan.

"Los alemanes pueden sentirse orgullosos de haber asegurado por muchos años el derecho a la existencia del Estado de Israel", dice el ministro de defensa israelí, Ehud Barak al semanario.

Referencias

Artículos relacionados

Enlaces externos