Requeté

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La bandera tradicional carlista.

Los requetés fueron soldados carlistas navarros durante la Primera Guerra Carlista. A principios del siglo XX, la fuerza paramilitar carlista adoptó este nombre, siendo más tarde llamadas así las fuerzas navarras que participaron en el Bando Nacional durante la Guerra Civil Española de 1936–1939.

Historia

Los primeros cuatro batallones carlistas que se formaron en el otoño de 1833 al iniciarse la Primera Guerra Carlista recibieron motes para distinguirse entre ellos, dada la ancestral costumbre existente en Navarra de dar mote a todo. Los motes de estos cuatro batallones fueron "Salada", "Morena", "Requeté" y "Hierbabuena". Sobre el extraño mote sin raíz "requeté", escritores contemporáneos dicen que, debido al pésimo estado en que se encontraba la vestimenta del tercer batallón tras las escaramuzas habidas a finales de 1833 en las montañas navarras cuajadas de matorrales, los de los otros batallones se reían de ellos y les cantaban: Tápate soldado, tápate, que el culo se te ve. Los de este batallón tomaron a bien esta burla y la convirtieron en su canción. Pero al entrar en un pueblo, para no escandalizar a las mujeres, cambiaban la letra y cantaban: Tápate soldado, tápate, que se te ve el requeté.[1]

A principios del siglo XX varias organizaciones carlistas utilizaron esta denominación para ellas o sus publicaciones periódicas en distintos lugares de España: Cataluña, Aragón, Andalucía. Una de ellas fue fundada por Joan Maria Roma como una organización juvenil del carlismo en 1907. Tenía como órgano de expresión a Lo Mestre Titas.

Bajo la dirección de Joaquín Llorens se convirtió a partir de 1913 en la organización paramilitar del carlismo siguiendo el ejemplo de los Camelots du Roi la organización juvenil de extrema derecha del Action Française. Mantuvo escasa actividad en los años de la Primera Guerra Mundial, reactivándose en 1920 bajo la dirección de Juan Pérez Nájera y sobre todo tras la proclamación de la Segunda República Española, fundamentalmente en Navarra, donde había unos 10.000 requetés organizados.

En 1932 José Enrique Varela se hizo cargo de la jefatura de los requetés, a los que estructuró militarmente: desde la unidad básica, la patrulla, que se componía de 5 boinas rojas y un jefe, el requeté que formaba una compañía de 246 hombres y por último el tercio que estaba formado por tres compañías. Ricardo Rada se puso al cargo de la organización en 1935 y en julio de 1936 los requetés sumaban 30.000 hombres.

El 15 de abril de 1934, se celebró el Acto de Quintillo en Sevilla, que consistió en la presentación y desfile, públicamente de la milicia armada carlista. En dicho acto, participaron 650 boinas rojas andaluces, uniformados e instruidos militarmente, que supuso una exhibición sin precedente a la que asistieron los dirigentes carlistas nacionales, para demostrar la fuerza que tenía el requeté fuera de sus feudos tradicionales.

Guerra Civil Española

Durante la Guerra civil española los tercios de requetés, que combatieron junto a Franco, tuvieron una actuación destacada. En total se constituyeron 41 tercios: 10 compuestos por navarros, 8 por vascos, 8 por castellanos, 7 por andaluces, 6 por aragoneses, 2 por asturianos y 1 por catalanes.

Los nombres de todos ellos se encuentran grabados en las estaciones del Via Crucis de Montejurra. Se calcula que alrededor de 60.000 requetés participaron en la guerra civil y de ellos unos 6.000 murieron.

Referencias

  1. José M. Azcona. Zumalacárregui. Estudio crítico de las fuentes históricas de su tiempo. Madrid, 1946. Págs. 39-41

Bibliografía

  • Francisco de Paula Madrazo: Historia militar y política de Zumalacárregui, Madrid 1844
  • Julio Aróstegui: Los combatientes carlistas en la Guerra Civil española 1936–1939, Madrid 1991

Artículos relacionados

Enlaces externos

Videos

Mitos al descubierto - Requetés: soldados de otro siglo

Video que analiza la Guerra Civil Española. El trabajo, elaborado por el Instituto de Estudios Históricos del CEU, cuenta con dirección y guión de los historiadores Alfonso Bullón de Mendoza y Luis Togores, e incluye gran cantidad de imágenes históricas, así como recreaciones fidedignas elaboradas con elementos de época.