Seiðr

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La seiðkona era la mujer practicante del seid.

Seid (nórdico antiguo: seiðr) es un término para referirse a un tipo de magia, chamanismo o brujería nórdica de carácter esencialmente femenino, practicada en la sociedad nórdica durante la Edad del Hierro escandinava tardía. La expresión también puede ser utilizada para referirse a reconstrucciones del neopaganismo moderno o a emulaciones de dichas prácticas.

Descripción

El seid involucraba el encantamiento con hechizos, y conjuros (galðrar). y se enfatizaba en trances extáticos. Los practicantes de seid eran predominantemente mujeres (llamadas völva o seiðkona, lit. «mujer que ve») El seid era una especie de chamanismo femenino donde la oficiante, llamada sidkona o völva, entraba en trance para comunicarse con los espíritus y, se creía, sanaba o provocaba enfermedades, muertes, tormentas y hasta creaba ilusiones en la mente de los hombres. Incluso, las völvas estaban asociadas a la adivinación y la visión del futuro y las profecías. A veces actuaban acompañadas de otras figuras femeninas de la granja que supiesen entonar los cánticos para la ocasión, el vardlokur.

Los anglosajones tenían palabras que al parecer eran cognados de seiðr: siden y sidsa, ambas utilizadas en contextos que sugieren que eran usadas por elfos (ælfe); estas al parecer tenían un significado similar a seiðr (Hall 2004, pp. 117-30). Entre las palabras en inglés antiguo para designar a los practicantes de magia estaban las palabras wicca (m.) o wicce (f.), etónimos de la palabra en inglés moderno witch (bruja) pero sin conexión alguna entre wiccan y siden o sidsa.

Uso entre varones

Si bien el seiðr habría sido un concepto eminentemente femenino, se tiene constancia de que hubo algunos hombres que lo practicaban, llamados seiðrmennir (seiðmaðr, sjåmadhr, lit. «hombre que ve».), cosa que socialmente no era bien vista en general. Incluso hubo hombres que desempeñaron esta función a los que se llamó seiðskratti. Estos individuos no tenían buena reputación y eran marginados por la sociedad. Estos practicantes de magia se encontraron especialmente relacionados con el culto a los dioses Vanir, dioses de una moralidad sexual más relajada y asociados a cultos matriarcales. Saxo Gramático menciona en su Gesta Danorum a unos "sacerdotes" del culto al dios Freyr de aspecto y ademanes claramente afeminados, aunque respecto a si tenían alguna condición homosexual sólo puede especularse. Estudiosos mucho más actuales como el filólogo e historiador francés Georges Dumézil también nos hablan de estos "sacerdotes" de Freyr e incluyen a los del dios Njörð que, además del aspecto y los ademanes femeninos, habrían llevado peinados y ropajes exclusivos de las mujeres de aquella época.

Se consideraba que las mujeres tenían una conexión más fuerte con la espiritualidad, la magia y los procesos inconscientes, por lo que, el acto de vestirse con ropa de mujer no tenía ninguna relación con la sexualidad ni con los trastornos psicoafectivos de la modernidad, sino que estaba basado en la magia simpatética, en la que se imita a algo para ganar sus poderes.

No obstante, en la Era Vikinga, el seid tenía por ello connotaciones de ergi («poco viril o afeminado») ya que era condenado como un arte impropio de un hombre, por ser una forma poco honrosa de realizar propósitos como influir en las personas o vencer a los enemigos, por sus aspectos manipuladores y subrepticios, que iban en contra del ideal de hombre franco, de conducta sincera. Una justificación para esto puede encontrarse en la saga Ynglinga donde Snorri opina que quien practicase el seid era considerado como débil e impotente.

Mitología

Freyja y quizás algunas de las otras diosas de la mitología nórdica eran practicantes de seid. Según la mitología nórdica, la diosa Vanir Freyja introdujo el seid entre los dioses Æsir y le enseñó a Odín, cuando se produjo la guerra entre estos dos grupos y el intercambio de dioses como rehenes.

La hija de Njörðr era Freyja. Ella presidía sobre los sacrificios. Fue ella quien primero puso a los Æsir en conocimiento del seiðr, que era una costumbre entre los Vanir.

En el Lokasenna, el traicionero Loki insulta a Odín acusándolo de ser un afeminado por practicar seid, a lo cual Odín le responde enfadado. Esto demuestra que el homosexualismo no estaba bien visto entre los antiguos nórdicos. Aunque este hecho sería para algunos, motivo de vergüenza, en general se considera que por ser el más importante de todos los dioses, estaba por encima de esas leyes morales.

Un posible ejemplo de seid en la mitología nórdica es la visión profética que en la Völuspá, le da a Odín la völva, vala, o profetisa de la cual el poema lleva su nombre. Su visión no está conectada explícitamente con la práctica de seiðr, sin embargo la palabra se encuentra en el poema en relación al personaje llamado Heiðr, que tradicionalmente es asociado con Freyja, pero también puede ser la völva (McKinnell 2001). Hay una fuerte similitud entre la völva en este relato y las nornas.

Otro notable practicante mitológico de seiðr era la bruja Groa, que intentó asistir a Thor, y que fue convocada desde su tumba en Svipdagsmál.

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