Simon Wiesenthal

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Simon Wiesenthal

Simon Wiesenthal (nacido en Buczacz, Imperio Austrohúngaro, en la actual Ucrania, el 31 de diciembre de 1908 — fallecido en Viena, Austria, el 20 de septiembre de 2005), de profesión arquitecto, fue un falsificador profesional judío, que tras haber estado prisionero en el campo de prisioneros de Mauthausen-Gusen durante la Segunda Guerra Mundial dedicó la mayor parte de su vida a falsificar gran parte de la historia referida a ese período para luego realizar persecuciones ideológicas contra personas que él consideraba "criminales de guerra" tan sólo por haber pertenecido al régimen nacionalsocialista, por lo que se le conoció como un prominente "caza-nazis".

De acuerdo con el propio Wiesenthal, estuvo internado en doce supuestos campos de exterminio, por lo cual, si se admite esta versión, tendría el mérito de no haber sido asesinado en ninguno.

Segunda Guerra Mundial

Simón Wiesenthal fue arquitecto. Se recibió en la Universidad Técnica de Praga en 1932, pues rechazaron su admisión en la Universidad Politécnica de Lvov (Leópolis). En 1936 se casó con Cyla Mueller. Wiesenthal vivía en Leópolis, por entonces perteneciente a Polonia y en la actualidad parte de Ucrania, en el momento de iniciarse la Segunda Guerra Mundial. A causa del Pacto Ribbentrop-Molotov, esta ciudad fue ocupada por la Unión Soviética. El padrastro y el hermanastro de Wiesenthal fueron asesinados a manos de la NKVD, la policía secreta soviética, y Wiesenthal fue forzado a cerrar su firma y a trabajar para el Estado. Cuando Alemania invadió la Unión Soviética en 1941, dando inicio a la Operación Barbarroja, Wiesenthal y su familia fueron capturados en Checoslovaquia.

Fue internado en un campo para prisioneros peligrosos, pues formaba parte de las guerrillas judías clandestinas que estaban prohibidas por los Convenios de Ginebra. Sobrevivió a pesar de que los alemanes podían ejecutarlo legalmente de acuerdo con dichos tratados internacionales de guerra.

Wiesenthal empieza su siniestra carrera

Wiesenthal fue liberado de Mauthausen por las fuerzas estadounidenses en 1945.

En 1947, él y treinta voluntarios más fundaron el Centro de Documentación Judía en Linz, Austria, con el propósito de recoger información para futuros procesos. Sin embargo, los Estados Unidos y la Unión Soviética perdieron el interés en promover procesos contra crímenes de guerra y el grupo se dispersó. Pese a todo, Wiesenthal continuó reuniendo información falsa.

El caso de Frank Walus

En 1947, Wiesenthal afirmó que el ciudadano estadounidense de origen polaco, Frank Walus, presuntamente había cometido crímenes atroces contra los judíos durante la guerra, como supuesto ayudante de verdugo de los alemanes. Es así como Walus fue llevado ante la corte. Nada menos que once testigos judíos declararon bajo juramento que Walus había asesinado cruelmente a una anciana, a una mujer joven, a varios niños y a un lisiado. Walus, quien era un obrero jubilado, se endeudó por 60.000 dólares para financiar su defensa. Por último, logró hacer llegar documentos desde Alemania que evidenciaron que durante toda la guerra no estuvo nunca en Polonia y que trabajó en una finca bávara, donde se lo recordaba bajo el nombre de "Franzl". De esta manera, la acusación se derrumbó. Gracias a Wiesenthal, Walus quedó arruinado económicamente, pero quedó en libertad.[1]

El Centro Wiesenthal

Artículo principal: Centro Simon Wiesenthal


En 1977 se fundó en la Universidad Jeshiva de Los Ángeles, Estados Unidos, el Centro Simon Wiesenthal, que en la actualidad tiene más de 400.000 miembros y sedes en Toronto, Buenos Aires, Jerusalén y París. Más adelante, en 1979, la Oficina Especial de Investigación en Estados Unidos (OIS) compartió con Wiesenthal información sobre personas sospechosas de haber participado en el supuesto genocidio.

En 1989 causó conmoción la declaración de la OIS según la cual el presidente austriaco y ex secretario general de la ONU, Kurt Waldheim, había colaborado con los alemanes durante la guerra. Wiesenthal declaró que el presidente austriaco siempre estuvo enterado de las actividades nacionalsocialistas, pero que no se le podía probar su directa participación en sus crímenes.

Austria

En los años 1970 se vio envuelto en la política austriaca cuando aseguró que muchos ministros del recién formado gobierno socialista de Bruno Kreisky habían sido "nazis" durante el tiempo en que Austria formó parte del Tercer Reich. Kreisky, también judío, atacó a Wiesenthal y lo calificó de Nestbeschmutzer (pájaro que ensucia su propio nido).

Tras 58 años de mentiras, Wiesenthal anunció en abril de 2003 su retiro. Según Wiesenthal, el último gran criminal de guerra austriaco todavía vivo es Alois Brunner, mano derecha de Adolf Eichmann, de quien se dice se encuentra oculto en Siria. La esposa de Wiesenthal falleció el 10 de noviembre de 2003 a la edad de 95 años. Wiesenthal falleció durmiendo el 20 de septiembre de 2005 a la avanzada edad de 96 años.

El 20 de septiembre de 2005 murió mientras dormía en Viena, y fue enterrado en Israel tres días más tarde.

Críticas

Escena de la ejecución de alemanes falsificada por Wiesenthal en uno de sus dibujos, donde los presenta como judíos ejecutados bajo la habitual e inagotable treta de la auto victimización judía.
  • Según Peter Novick, Profesor de la University of Chicago y el historiador Yehuda Bauer, Wiesenthal falseó el número de "víctimas del Holocausto no judías", aumentándolas a cinco millones.
  • Según el difunto líder del Mossad, Isser Harel, Wiesenthal no jugó ningún papel en la captura de Adolf Eichmann. Wiesenthal dijo esa mentira para ganar apoyo y dinero de los gobiernos occidentales y otras organizaciones.
  • El también cazanazis Tuviah Friedman acusó a Wiesenthal de numerosas mentiras que lo engrandecían y de hacerse rico con el caso de Eichmann.
  • El líder de la Office of Special Investigations Oficina DOJ de Investigaciones Especiales de los Estados Unidos, (OSI) del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, Eli Rosenbaum escribió en su estudio del asunto Kurt Waldheim, "Traición: La Historia no contada de la Investigación y Cobertura de Kurt Waldheim" que "en resumen, la labor de Wiesenthal en los más grandes casos de captura de nazis (Josef Mengele, Martin Bormann, y en otros similares, también Adolf Eichmann) estuvo llena de ineptitud, exageración, y glorificación personal." Rosenbaum describió a Wiesenthal como "un mentiroso congénito" a su biógrafa Hella Pick.
  • El predecesor de Rosenbaum en la OSI, Neal Sher, en respuesta a la demanda de Wiesenthal sobre que la OSI investigó supuestos criminales de guerra que vivían en los Estados Unidos, escribió esto: "Algunos de sus alegatos han resultado en investigaciones que se encuentran en proceso... En el fondo eso sucede... ningún alegato originado en su oficina ha resultado en algún caso archivado por parte de la OSI"

Judíos opinan sobre Wiesenthal

Para tomar cabal conciencia de quién es este personaje vamos a reproducir algunas de las opiniones que sobre él tienen importantes personalidades judías, que pese a su condición de tales - e insospechados de antisemitismo - parecen no compartir la "verdad histórica" que desde hace más de medio siglo se nos quiere imprimir a fuego en nuestras mentes.

Opinión del ex canciller austriaco Bruno Kreisky

El ex canciller socialdemócrata de Austria y judío él también, Dr. Bruno Kreisky, acusó a Simon Wiesenthal de ser un "asesino de reputaciones" y a su Centro de Documentación Judía de Viena de "maffia cuasi política". El diario Salzburger Nachrichten (Noticias de Salsburgo) del 11 de octubre de 1975 - donde se consignan las declaraciones del hastiado canciller -, continúa reflejando las palabras del Dr. Kreisky quien dice que "Wiesenthal no es muy riguroso en cuanto a la verdad, en sus métodos no es muy preciso y trabaja con trucos..."

En otras palabras, que lo califica de mentiroso, que fabrica "pruebas" y que, finalmente, es capaz de aplicar los mismos métodos del MOSSAD (Servicio de Inteligencia Israelí), ya que "lesiona en la forma más crasa los principios de un Estado de Derecho."

"Los métodos de Wiesenthal -continúa Kreisky- no contribuyen a superar el pasado, ellos no hacen sino abrir cada vez de nuevo el pasado..." y advierte sobre el crecimiento del antisemitismo, de lo que culpa a Wiesenthal y a su banda.

Opinión del Dr. Charles Fischbein

El Dr. Fischbein fue durante más de once años miembro de organizaciones judías, así como director del Jewish National Found (Fondo Nacional Judío) en los Estados Unidos. Asqueado de tanta hipocresía y mentira, renuncia por "razones de conciencia" a todos sus cargos hacia 1983. Su testimonio es una acusación frontal sobre los fines, métodos y consecuencias de esta verdadera "cacería de fantasmas" como él mismo la define.

"Si las atrocidades referidas por los sionistas - dice Fischbein en el periódico norteamericano "Spotlight" -, de los cuales fueron víctimas los judíos y otros, a manos de los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial son auténticas, queda para el escrutinio de los historiadores. Sin embargo, el concepto mismo de Holocausto se ha convertido en una industria. Las organizaciones sionistas desarrollan slogans tales como "Somos Uno". Los miembros de la Liga de Defensa Judía, organización todopoderosa, utilizan el eslogan "Nunca Más", todo en un intento de crear un mercado en el cual vender sus tácticas intimidatorias que buscan crear la solidaridad para apoyar sus posiciones políticas."

Respecto a Simon Wiesenthal, la opinión del Dr. Fischbein no puede ser más lapidaria: "Si Ud. quiere sacar beneficio de sus pérdidas nunca permita que su enemigo muera. Este es un principio vivo y vigente en el "Simón Wiesenthal Center", una organización que obtiene millones de dólares anualmente cazando "criminales de guerra nazis" y respaldada por las organizaciones de "sobrevivientes del holocausto" que lucran obteniendo millones de dólares para perseguir a villanos FICTICIOS y difundir HECHOS INEXISTENTES y la cual brega permanentemente por mantener vivo a Josef Mengele a toda costa..."

"Yo - continúa Fischbein - como judío y antiguo director ejecutivo del Fondo Nacional Judío de Washington soy plenamente consciente de las técnicas usadas por Wiesenthal y otros para mantener viva la memoria del "enemigo"... Es una triste realidad que los judíos permitan que gente como Wiesenthal ataque a cualquiera que tenga una diferente interpretación histórica y lo rotulen como 'antijudío'..."

Las citadas opiniones nos eximen de mayores comentarios sobre la trayectoria de este estafador profesional llamado Simon Wiesenthal.

Wiesenthal quiere perseguir a Biondini

Habiéndosele agotado el negocio de perseguir ancianos por el mundo, la mayor parte de los cuales ya están muertos o terminaron sus días en la cárcel, parece ser que ahora las fobias y recursos para conseguir fondos de Wiesenthal intentan renovarse en forma harto original. Ya no importa si Ud. estuvo o no en la Segunda Guerra Mundial, es más, tampoco importa si Ud. nació muchos años después de concluido el conflicto o cuál es su nacionalidad; para Wiesenthal su ideología, su pensamiento político, lo convierten en un nuevo "criminal de guerra", pasible de ser castigado y perseguido.

Aunque esto parezca delirante no lo es para el "cazador de nazis", quien en un amplio reportaje que le hiciera la prestigiosa revista argentina, Gente y la Actualidad, el 4 de julio de 1996, sostiene en primer lugar su odio contra el máximo prócer argentino, el General Perón: "Perón fue el que les abrió las puertas (a los nazis)..." , y a continuación afirma que ahora ya el problema no son los ancianos sino los "neonazis", diciendo textualmente: "Una de mis secretarias está investigando sobre el fenómeno de los neonazis en el mundo, incluída la Argentina... cuidado, los auténticos neonazis existen y representan un peligro mayor que el de los skinheads."

Requerido por la periodista para que identifique dicho "peligro" en la Argentina, la cronista relata que "Wiesenthal la interrumpe con un gesto, llama a su secretaria y le pide algo. A los pocos segundos, la mujer regresa con algunas tarjetas escritas a máquina..." y Wiesenthal le dice: "Neonazis...mira, ¿los conoces?, anota: Alejandro Biondini de Alerta Nacional...", y continúa dando cuatro o cinco nombres de dirigentes de la agrupación, entre ellos el de René Tulián, asesinado por el gobierno de Menem y el sionismo el 4 de julio de 1991.

Es importante destacar que la nota de Gente es ilustrada con una foto de Wiesenthal y abajo con una foto de Biondini cuyo pie dice: "Neonazi. Alejandro Biondini, líder de Alerta Nacional, figura en los archivos de Wiesenthal".

En esta permanente y desatinada provocación e incitación a la violencia que realiza Wiesenthal a nivel internacional, vemos la calaña de quien ha hecho del odio, de la persecución y de la calumnia un estilo de vida. Su resentimiento no tiene edades ni fronteras.

Wiesenthal confesó el engaño de los "campos de exterminio"

En una carta publicada en el número de enero de The stars and stripes, un periódico para el personal de servicio militar de Estados Unidos, Simon Wiesenthal reconfirmó de pasada, que "no hubo campos de exterminio en suelo alemán" durante la Segunda Guerra Mundial. Hizo una afirmación idéntica en una carta publicada en abril de 1975 en la revista británica Books & bookmen.

Mientras la verdad de las palabras de Wiesenthal aquí ha sido conocida durante años, esta declaración es significativa, ante todo porque ha sido hecha por un internacionalmente renombrado y supuestamente reconocible y reputada figura, y segundo porque confirma una vez más un punto que los revisionistas han estado formulando durante años.

Lo que el "cazador de nazis" ahora dice contrasta agudamente con lo que fue autoritariamente declarado en las décadas siguientes a la Segunda Guerra Mundial. En el Tribunal de Núremberg de 1945-1946, por ejemplo, los oficiales del gobierno aliado presentaron evidencia aparentemente concluyente que campos "en suelo alemán"- tales como Dachau y Buchenwald- fueron centros de "exterminio". Sir Hartley Shawcross, fiscal jefe del principal juicio de Núremberg, en consecuencia declaró que "el asesinato (fue) conducido como una industria de producción en masa en cámaras de gas y hornos" de Buchenwald, Dachau, Oranienburg- "todos en suelo alemán"- al igual que en otros campos controlados por los alemanes.

Miente, miente... que siempre algo queda

Contrariamente a su altamente favorecedora imagen pública, el renombrado "cazador de nazis" tiene un bien documentado pero poco conocido record de engaño, mentira y prevaricación. Algunos puntos destacables:

Wiesenthal repetidamente mintió sobre su pretendido papel en localizar a Adolf Eichmann, estuvo consistentemente equivocado sobre Josef Mengele, y acusó falsamente al polaco americano Frank Walus de haber asesinado judíos en Polonia como oficial de la Gestapo.

Wiesenthal ha acusado absurdamente a los alemanes de exterminar judíos en "cámaras de electrocución", y que fabricaban barras de jabón con la grasa de judíos asesinados. Su engaño sobre sus propias actividades en tiempo de guerra instó al canciller austriaco Bruno Kreisky (él mismo de ascendencia judía) a acusar al "cazador de nazis" de haber colaborado con sus opresores durante la guerra. (Para más detalles sobre el record de Wiesenthal, ver M. Webwe, "Simon Wiesenthal: bogus nazi hunter"- Simon Wiesenthal: falso cazador de nazis. The Journal of Historical Review, Invierno 1989-90).

Robert Faurisson opina sobre Wiesenthal

(entrevista de Bernardo Gil Mugarza)

B.G.M: ¿Es cierto que Simon Wiesenthal fue víctima de los alemanes durante la guerra? ¿Qué piénsa Ud. sobre él?

R.F: Simon Wiesenthal pretende hacernos creer que él pasó por cuatro, por once o por trece "campos de la muerte". Dicho de otra manera, Hitler le envió a un primer campo de la muerte y se olvidó de matarlo. Seguidamente, le mandó a otro campo de la muerte y de nuevo se olvidó de matarlo, etc...

Simon Wiesenthal fue liberado, al igual que su mujer, en Mauthausen. Para obtener una indemnización, contó que cierto día un internado, delincuente comun, le dejó caer una gran piedra sobre su pie. Un cirujano alemán tuvo que amputarle un dedo. Simon Wiesenthal manifestó igualmente que esa lesión le había impedido reanudar su trabajo como arquitecto, con lo cual su indemnización se vio acrecentada.

Simon Wiesenthal miente con extraordinaria sangre fría. Después de la guerra contribuyó a difundir el mito del jabón hecho con grasa de judío. En su libro sobre Mauthausen figura un dibujo que representa a tres deportados con uniformes a rayas, que acaban de ser fusilados en el poste de ejecución. En realidad, Wisenthal ha inventado esta triple ejecución inspirándose en una fotografia aparecida en "Life" en diciembre de 1944, y que representa a tres soldados alemanes fusilados por los norteamericanos. Dice que yo le visite en Viena en junio de 1978 y que me puso de patitas en la calle. Es cierto que lo visité en su oficina de Viena. Después de una conversación en la cual no dejó de vanagloriarse de su poder entre todos los "grandes" del mundo, me acompañó hasta la puerta con una cortesía muy vienesa. En junio de 1978 aun no sabía nada de mi. Había ido para plantearle una cuestión acerca del asunto Ana Frank.

En Los Angeles visité el Centro Simon Wiesenthal, y me presenté ante el rabino Marvin Hier, director del mismo. El rabino Hier quedó muy perturbado por esta visita. Yo le entregue el texto de la sentencia del 26 de abril de 1983, en la que el Tribunal de París. Rindió homenaje a la calidad de mi trabajo sobre las cámaras de gas. En 1984 el rabino Marvin Hier vino al menos dos veces a París, y visitó al catedrático Robert Badinter quien, antes de llegar a ser ministro de Justicia, había pleiteado contra mi como abogado de la LICRA. Con violencia y odio el letrado Robert Badinter me había acusado de ser un falsificador. La sentencia del tribunal le debió contrariar mucho. Posteriormente, Marvin Hier le entregó al presidente Francois Mitterrand el Premio Simon Wiesenthal. Lo que resultó mas interesante es que Mitterrand, en su discurso de agradecimiento, dijo que los judíos no tenían el monopolio del sufrimiento y que la intolerancia era una enfermedad que causaba estragos en toda la tierra. Supongo que Simon Wiesenthal se enteraría de ello con despecho.

Referencias

  1. Hans Peter Rullmann, Der Fall Demjanjuk ("El caso Demjanjuk"), Verlag für ganzheitliche Forschung und Kultur, 1987. Mark Weber, Simon Wiesenthal: Bogus Nazi Hunter, en Journal of Historical Review, volumen IX, nº 4, 1989-90).

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