Teoría de las tres funciones

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Tapiz sueco del siglo XII representando a los tres dioses Odín, Thor y Freyr quienes se corresponden con los grupos de la división trifuncional: Autoridad, Guerra y Productividad.

La teoría de las tres funciones o hipótesis trifuncional indoeuropea es un modelo hipotético que postula la existencia tres elementos bien definidos que formarían la estructura de todas las sociedades indoeuropeas. Establece que los pueblos indoeuropeos desarrollaron un esquema psicológico, religioso, ideológico, social y político tripartito y esto habría derivado a que desarrollasen sociedades divididas fundamentalmente en tres castas o estamentos donde cada uno de ellos desarrollaba una función, sin tener mucho en cuenta su poder económico. La hipótesis constituye un modelo explicativo de la sociedad indoeuropea que básicamente y a muy grandes rasgos se dividía en tres castas: la primera de sacerdotes y filósofos (sacerdotal), la segunda de guerreros (militar) y la tercera de agricultores, ganaderos, cazadores y artesanos (laboral, productora y reproductora).

Esta estructura social se puede encontrar desde Islandia hasta la India, pasando por Roma y Persia. La mayoría de culturas a las que no se atribuye raíz indoeuropea, como las sociedades antiguas de Arabia y China, tienen una estructura marcadamente diferente, con menos o más estamentos y de notable diferencia en cuanto a su significado y organización (por ejemplo, los chinos entremezclaban la casta guerrera con la sacerdotal).

Origen

Este planteamiento fue sustentado y desarrollado principalmente por el filólogo y mitógrafo francés Georges Dumézil, a partir de sus análisis comparativos de los mitos indoeuropeos, pero aunque esta estructura trina se encuentra esencialmente en los mitos, también es evidente en las estructuras narrativas y en la organización social. No obstante, Jean Boissel sostiene que la primera descripción de la trifuncionalidad indoeuropea la hizo Joseph Arthur de Gobineau, que la propuso en 1929 en su libro Flamen-Brahman.

Asimismo, Platón (428-347 a.C.) planteó en La República, que el Estado ideal se compone de tres clases: La estructura económica reposa en la clase de los comerciantes; la seguridad, en los soldados, y el liderazgo político debe ser asumido por los filósofos-reyes.

Tito Livio (59 a. C.-17 d. C.) también hablaba de las tres tribus que dieron origen a Roma: Los Ramnes (latinos descendientes de Rómulo, función político-religiosa), los Luceres (etruscos, la función guerrera) y los Tites (sabinos, la función productora). Estrabón ya contaba algo similar a su Geografía, donde definía Europa como un continente donde "por todas partes se encuentran tanto la clase campesina como la política y la guerrera a la vez". Con ello Estrabón quiere dar una visión de equilibrio y la presencia por todo el continente de las tres funciones y, para él, esto justifica la preeminencia de Europa respecto a otras tierras.

También Adalberón de Laon (fallecido cerca del año 1030), y aunque en su época aún no se poseía el concepto de «indoeuropeo», postulaba una teoría de los tres órdenes sociales: el de «los que rezan» (oratores), el de «los que combaten» (bellatores) y el de «los que trabajan» (laboratores).

Las tres funciones

Según Dumézil, las sociedades indoeuropeas abarcaban tres grupos principales, cada uno con una función social muy clara:

  1. Grupo de la autoridad: el primer grupo se asocia con la autoridad, que abarca dos aspectos sacerdotales distintos y complementarios, el aspecto jurídico y mundano, y el aspecto mágico enraizado en el mundo sobrenatural.
  2. Grupo de la guerra: el segundo se vincula con la aristocracia guerrera, el ejercicio de la fuerza, lo político y lo militar.
  3. Grupo de la productividad: el tercer grupo cumple la función del trabajo en la tierra (o el agua) para obtener sus frutos, artesanos y granjeros.

Lo anterior es una teoría bastante adecuada para estudiar la religión, la literatura y las costumbres de los pueblos indoeuropeos. Sin embargo, evidentemente hay excepciones importantes, una de ellas es la sociedad persa mazdeista que no fue trifuncional, sino dual, en todas las esferas de su sociedad. El propio Dumézil también opinaba que la religión griega no acaba de distinguir claramente las funciones primera y segunda de su clasificación tripartita, y lo mismo sucede con la germánica, en la cual no hay sacerdotes y los reyes ejercían la función sacerdotal. Aunque en el caso griego hay autores que justifican su teoría como George Nagy, que afirma que los tres elementos están muy bien delimitados en la sociedad griega y aporta una serie de pruebas que parecen demostrarlo. Pero también hay otros que, basándose en nuevos descubrimientos arqueológicos, añaden dudas en la aplicación total de la trifuncionalidad y sus pruebas también parecen ser bastante coherentes.

Las excepciones claras, como la mazdeísta o la germánica, muestran que esta estructura no es inmutable ni absoluta, y tal como el propio Dumézil reconoce, constituye un concepto o esquema ideal que ha evolucionado según los lugares y el tiempo, por lo que la sociedad reflejada en los mitos, historias y narraciones, a veces puede ser sólo una idealización de la sociedad real.

En lo religioso-mitológico

Véase también: Religión indoeuropea


La mitología protoindoeuropea se dividiría del mismo modo tripartito y a cada grupo social le correspondería su propia deidad o familia de dioses. Según Terje Leiren, este orden tripartito del mundo divino, que refleja el orden de la sociedad humana, se ve llamativamente ilustrado en la agrupación de dioses que se ve en un tapiz sueco del siglo XII. En el tapiz puede verse a Odín (el dios supremo, con un solo ojo, patrono de los sacerdotes y los magos), a Thor (el dios que guerrea con su martillo tonante) y a Freyr (un dios menor, patrono de la fertilidad y la agricultura, que en la imagen del tapiz sostiene trigo).

  • Primera función: divinidades relacionadas por una parte con la magia y por otra con la justicia: Mitra, Varuna (India védica), los héroes Yudhishthira (Majabhárata), Odín y Tyr (mitología nórdica), Júpiter (uno de los tres dioses de la tríada precapitolina de la mitología romana).
  • Segunda función: divinidades relacionadas por una parte con la guerra y la fuerza física, y por otra con el mando, la victoria y la sabiduría. Indra (India védica), los héroes Arjuna y Bhima (Majabhárata), Thor (mitología nórdica), Ares y Atenea (la fuerza física y la sabiduría, respectivamente, en la mitología griega), Marte (uno de los tres dioses de la tríada precapitolina de la mitología romana).
  • Tercera función: divinidades relacionadas con la paz, la belleza física, las cosechas, el ganado, la prosperidad, la productividad, la riqueza y abundancia, el amor, la fertilidad, la reproducción y la sensualidad. Los dos Ashuín (India védica), los héroes Nakula y Sajádeva (Mahábharata), Freyr, Freyja y Njord (mitología nórdica), Quirino (uno de los tres dioses de la tríada precapitolina de la mitología romana).

Cabe notar que algunas divinidades participan de las dos primeras funciones: Odín, Dagda, Nuada, Lug, Atenea, Indra, etc. Algunos representan la función real, plurifuncional: Nuada, Lug, Indra. Otras figuran entre la primera función, pero son igualmente guerreros: Odín, Dagda.

Según autores como F. X. Dillmann, gran conocedor del dominio nórdico, los paralelismos entre relatos sobre enfrentamientos de los respectivos dioses de las tres castas, en distintas culturas consideradas de raíz indoeuropea, podrían confirmar la teoría de las tres funciones.[1]

Estos son algunos ejemplos que propone:

Tarpeia es esa joven Vestal que, en la primera guerra de Roma, es corrompida por el oro de los sabinos. Les entrega el Capitolio. Rómulo desciende del Palatino con sus guerreros, pero es rechazado. Los Romanos huyen. Su rey invoca a Júpiter, y el combate cambia de alma, como decía Víctor Hugo. Los Romanos son vencedores. Esto puede resumirse así: el oro (la tercera función) es vencido por la magia del soberano (la primera función). Y los guerreros de Roma se alían a los ricos Sabinos.

A este episodio legendario responde un mito nórdico. En Escandinavia, en la primera de las guerras, que opuso los Æsir (Dioses de primera y segunda función) a los Vanir (Dioses de la producción y de la riqueza), vemos la bruja Gullveig (su nombre significa: ebriedad por el oro) capturada y vencida por las lanzas de Odín y de los suyos. Victoria del mago y del guerrero, como en Roma. Pero la fortuna es cambiante: un día el castillo de los Ases es tomado por los Vanes. Luego Odín decide de la victoria de su campo tirando su lanza en el ejército adverso, y la potencia mágica gana otra vez. Para terminar, la paz viene con la alianza de todos los Dioses, Ases y Vanes.

El Mahabharata conoce un episodio análogo. Los gemelos Nasatya, "médicos de los Dioses" (pertenecen pues a la tercera función), tratan de corromper a la esposa del viejo asceta Cyavana: la rejuvenecen (la corrupción fracasa). Para agradecérselos, el asceta les ofrece el soma al cual tienen derecho. El Dios guerrero Indra blande el rayo para impedir semejante usurpación, pero, finalmente, hacen las paces, y los gemelos son admitidos al rango de Dioses. Misma conclusión, entonces, que en Escandinavia, y en Roma.

Referencias

  1. Georges Laffly (Julio de 2003). «ODIN, RÓMULO, INDRA Y LAS TRIADAS INDOEUROPEAS». La brújula del espíritu pagano (en español castellano traducido del francés).

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