Un mundo feliz

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Un mundo feliz (título original: Brave New World) es una novela de ficción distópica, publicada en 1932. Su autor fue el británico Aldous Huxley, de quien es, con diferencia, su obra más importante y conocida.

Un mundo feliz es considerada una de las distopías más importantes, junto a las dos grandes novelas de Orwell, 1984 y Rebelión en la granja, además de Fahrenheit 451.

Resumen

Estamos en el año 632 después de Ford. Después de una terrible guerra mundial, la Guerra de los Nueve Años, se ha impuesto a nivel mundial un sistema que reduce al mínimo al ser humano. Las personas son concebidas y gestadas en laboratorias de fecundación, son aborregadas por el soma (una droga que no crea dependencia, y que tiene pocas consecuencias negativas en el organismo, pero que permite evadirse de la realidad), no sienten amor por sus semejantes (sólo deseo sexual), ni sienten miedo ante la muerte, ni curiosidad ante el mundo (no se hacen preguntas trascendentales). No existen la religión ni la filosofía, y la pornografía es lo más parecido al arte que hay. La gente vive permanentemente pendiente del trabajo, el sexo, el soma y el consumo, sin preocuparse por nada, pues hasta las enfermedades, el envejecimiento y los insectos molestos han sido eliminados del mundo civilizado. Los niños son adoctrinados en el sueño mediante una práctica conocida como hipnopedia. Los ciudadanos se agrupan en cinco clases sociales que se llaman como las primeras letras del alfabeto griego, y que van desde los Alfa, con una gran capacidad cognitiva, aptos para la ciencia y el liderazgo, hasta los Épsilon, que son poco más que animales de trabajo, incapaces incluso de hablar.

La historia comienza hablando de Bernard Marx, un Alfa que, por un error químico en su fecundación, es físicamente inferior a otras personas de su clase. Debido a esto, está disconforme con el mundo que lo rodea. Por su mentalidad rebelde y por su físico, no tiene éxito con las mujeres, y se siente un desgraciado. Otro personaje, también importante, es Helmoltz Watson, otra Alfa, que debido también a otro error químico en la probeta en que se gestó, posee una inteligencia superior a la que le corresponde, motivo por el cual es más consciente del mundo en el que vive, y más crítico con él.

Bernard consigue empezar una relación sexual con Lenina, otra Alfa. La convence para ir a pasar unos días a Malpaís, una reserva situada en Nuevo México. Las reservas son lugares que, por su clima hostil, o por su escasez de recursos naturales, permanecen sin civilizar, y son habitadas por salvajes, que conservan todas las características perdidas por los habitantes del feliz mundo exterior, como son la vejez, las enfermedades, el amor y la religión. En la reserva, habitada por indios zuñi, encuentran a una mujer de raza blanca llamada Linda, con un hijo llamado John (de ahora en adelante, el salvaje). Linda era una mujer de clase Beta que trabajaba en el centro de fecundación de Londres, y que hizo un viaje a Malpaís con Thomas, el director del centro. Allí, por un fallo de los métodos anticonceptivos, Linda quedó embarazada, y Thomas la abandonó a su suerte entre los salvajes, donde se vio obligada a dar a luz y a criar a su hijo, como una auténtica mujer salvaje, cosa que le causó muchísimo pesar y sufrimiento.

Bernard, que trabaja en el mismo centro del que es director Thomas, decide aprovecharse del salvaje para jugarle una mala pasada, ya que pensaba exiliarlo a Islandia, para que sus ideas revolucionarias y antisistema no contaminaran la perfecta sociedad fordiana. Bernard convence al salvaje para salir de la reserva e ir a Londres con él, a conocer el mundo civilizado. Los indios tienen prohibido salir de la reserva, pero el salvaje, al ser blanco, puede eludir esa prohibición. Con él va también su madre, Linda.

Una vez en Londres, Bernard, Linda y el salvaje van al centro de fecundación, donde dejan en ridículo a Thomas, por haber dejado embarazada a una mujer y tener un hijo. Éste, avergonzado, tiene que dimitir, y así Bernard se asegura de que no lo van a exiliar. Además, es nombrado «guardián» del salvaje, que se convierte en un «objeto» de admiración en toda la sociedad, fascinada por ver a un salvaje auténtico, de los que viven en las reservas, y de los que no han sido adoctrinados en el buen obrar fordiano.

Entre otras cosas, el salvaje descubre el mundo civilizado, está a punto de hacer el amor con Lenina, y habla sobre Shakespeare con Helmoltz, quien, para su disgusto, lo desprecia y ridiculiza, siendo incapaz de comprender que, por ejemplo, en el mundo defendido por el salvaje, el mundo de las obras de Shakespeare, los cadáveres se entierren sin más, en lugar de reciclar sus compuestos químicos.

Pasado un tiempo, el salvaje se harta de que todos lo contemplen como si fuera un animal exótico, y se encierra en una habitación, negándose a salir. Debido a esto, Bernard pierde todo el éxito sexual que había estado cosechando gracias al salvaje, y otra vez tiene posibilidades de ser exiliado. El salvaje, sin embargo, abandona la habitación cuando se entera de que su madre, Linda, está ingresada en un hospital de moribundos, al borde de la muerte. La acompaña durante sus últimos instantes de vida, y después, consternado por su pérdida, se pone, junto con Helmoltz, a hablar a todos los presentes en el hospital de la libertad, la razón, la conciencia y demás conceptos desconocidos en la sociedad fordiana. Además, destruyen las pastillas de soma allí presentes. Entre tanto, llega la policía, y mediante soma pulverizado, consigue reducir a Helmoltz y al salvaje. Se los llevan detenidos junto a Bernard, que también estaba presente.

Los tres son conducidos antes su fordería Mustafá Mond, interventor de Europa Occidental, uno de los grandes líderes mundiales, para acordar su exilio. Allí, descubren libros como la Biblia, efectivamente ocultos a la población, y discuten sobre la necesidad de la existencia de la sociedad fordiana. Finalmente, Bernard y Helmoltz son exiliados a las Malvinas, que son unas de las muchas islas que hay en el mundo destinadas a acoger a los expulsados de la sociedad fordiana. Al salvaje, sin embargo, no se le permite ir con ellos, y es obligado a permanecer en el mundo civilizado.

Asqueado por la sociedad fordiana, el salvaje se procura varias herramientas y semillas, y se instala en un faro abandonado. En principio vive tranquilo, comiendo de su trabajo e inflingiéndose castigos físicos cada vez que se sale de una estricta senda espiritual que él mismo se marca por la muerte de su madre. Sin embargo, la visión del salvaje autoflagelándose atrae, primero, a algunos campesinos Delta curiosos, y, finalmente, a toda una tropa de reporteros y periodistas, que lo acosan continuamente, ridiculizan sus creencias, lo invitan a tomar soma y lo provocan sexualmente.

Finalmente, una tarde, viéndose incapaz de llevar una vida acorde con sus convicciones, el salvaje se ahorca en el interior del faro. El libro termina con los periodistas encontrando colgado su oscilante cadáver.

Personajes de la novela y equivalentes reales

  • Henry Foster: señala un paralelo con William Foster, un comunista estadounidense que se lanzó a la presidencia en 1924, 1928 y 1932, todo alrededor de la época de la publicación del libro. También, con Henry Ford
  • Mustafá Mond: La cabeza de la sociedad local es nombrado por una particularmente modernística pareja, Mustafa Kemal Atatürk y Sir Alfred Mond. El primero era un líder que desenlazó a Turquía de sus raíces islámicas, y el último era la cabeza de las Industrias Químicas Imperiales, un líder en relaciones laborales modernas.

Dos personajes son nombrados a partir de fascistas e industrialistas contemporáneos:

Además, hay referencias a los autores de El manifiesto comunista:

  • Bernard Marx: es una referencia obvia a Karl Marx.

Otros personajes menores que toman su nombre de científicos, líderes políticos e industriales:

  • Polly Trotsky: es una referencia a Lev Trotsky, el revolucionario ruso y teórico marxista.

Comentarios

Es con diferencia el libro más importante de Huxley, y en base a él escribió otros dos libros: Nueva visita a un mundo feliz, una recopilación de ensayos sobre el libro, y La isla, una utopía.

Se lo suele citar junto a 1984 como máximo exponente de la ficción distópica. Si bien ninguno de los dos libros fue hecho con intenciones de preveer el futuro, las cosas en el mundo occidental se acercan muchísimo más a lo escrito por Huxley que a lo de Orwell [1]. El aborregamiento mediante los medios de comunicación, la degeneración sexual, la destrucción de la familia y la normalización del consumo de drogas, cosas todas ellas presentes en Un mundo feliz, son cosas cada vez más presentes en Occidente. Por otro lado, la existencia de un estado totalitario y controlador concebida por Orwell está lejos de ser real, si bien eso no quiere decir que en la sociedad occidental actual no haya también elementos orwellianos. El doblepensar es el más importante de ellos.

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Referencias

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