Ventana Overton

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Diagrama de la "Ventana de Overton".

En teoría política, la ventana Overton es el rango de ideas que el público puede encontrar aceptables. Esta teoría establece que la viabilidad política de una idea depende principalmente de si dicha idea cae dentro de ese rango antes que las preferencias individuales de los políticos. Para cada momento, esta "ventana" incluye un rango de ideas consideradas políticamente aceptables de acuerdo al clima o corriente vigente de la opinión pública, que un político puede recomendar sin ser considerado demasiado extremista para acceder o mantener su cargo público.

El término "Overton Window" fue acuñado por colegas de Joseph P. Overton (1960-2003) después de su muerte, quien fue vicepresidente del Centro Mackinac de Políticas Públicas.

Resumen

Overton desarrolló un espectro que va de "más libre" a "menos libre" relativo a la intervención gubernamental, en un eje vertical. Cuando la ventana se mueve a lo largo de este eje, una idea en un lugar determinado puede volverse más o menos aceptable políticamente. El grado de aceptación de la ideas puede describirse someramente como:

  • Impensables
  • Radicales
  • Aceptables
  • Sensatas
  • Populares
  • Políticas

La ventana Overton es un medio de visualizar qué ideas definen el rango de aceptación de acuerdo a cuáles entran en ella. Quienes proponen políticas fuera de la ventana buscan persuadir o educar al público para que la ventana pueda tanto moverse como expandirse a fin de abarcarlos. Los opositores de las políticas en curso u otras que estén dentro de la ventana, por el contrario, buscan convencer al público que éstas deberían ser consideradas inaceptables.

Otras formulaciones desarrolladas luego de la muerte de Overton añaden el concepto de mover la ventana, por ejemplo promoviendo deliberadamente ideas aún menos aceptables que aquellas que ya se encuentran fuera de la ventana, con la intención de hacer a éstas más aceptables en comparación con las nuevas.

Etapas ejemplificadas en la idea radical del canibalismo

Afiche sobre el marxismo cultural y una serie de ideas políticas, promovidas por éste, que ahora cuentan con respaldo político pero anteriormente eran 'impensables', junto con otras ideas impensables que todavía no tienen aceptación social. Las ideas mostradas son: inmigración masiva, integración racial, matrimonio interracial, derechos de los gays, adopción de niños por gays, matrimonio gay, pedofilia, zoofilia y necrofilia.

La ventana Overton consiste en una secuencia concreta de acciones con el fin de conseguir el resultado deseado. En un artículo, el columnista Evgueni Gorzhaltsán pone el ejemplo radical de cómo convertir en aceptable la idea de legalizar el canibalismo paso a paso, desde la fase en que se considera una acción repugnante e impensable, completamente ajena a la moral pública, hasta convertirse en una realidad aceptada por la conciencia de masas y la ley. Eso no se consigue mediante un lavado de cerebro directo, sino en técnicas más sofisticadas que son efectivas gracias a su aplicación gradual, coherente y sistemática sin que la sociedad se dé cuenta del proceso.

Este proceso se asemeja a la metáfora de la rana hirviendo: Si se deja caer una rana en una olla de agua hirviendo, la rana saltará y tratará de huir de la olla. Pero si se le coloca en una olla con agua templada y se enciende la estufa con un fuego inicial bajo, la rana nadará plácidamente. A medida que el agua es calentada y poco a poco se eleva la temperatura, la rana seguirá en el agua y no percibirá el peligro. En poco tiempo, sin ninguna resistencia la rana se dejará hervir hasta la muerte.

Primera etapa: de lo impensable a lo radical

Siguiendo este ejemplo, la cuestión de la legalización del canibalismo se encuentra en el nivel más bajo de aceptación en la 'ventana de posibilidades' de Overton, ya que la sociedad lo considera como un fenómeno absurdo e impensable, un tabú.

Para cambiar esa percepción, se puede, amparándose en la libertad de expresión, trasladar la cuestión a la esfera científica, pues para los científicos normalmente no hay temas tabú. Por lo tanto, es posible celebrar, por ejemplo, un simposio etnológico sobre rituales exóticos de las tribus de la Polinesia y discutir la historia del tema de estudio y obtener declaraciones autorizadas sobre el canibalismo, garantizando así la transición de la actitud negativa e intransigente de la sociedad a una actitud más positiva.

Simultáneamente, hay que crear algún grupo radical de caníbales, aunque exista sólo en Internet, que seguramente será advertido y citado por numerosos medios de comunicación. Como resultado de la primera etapa de Overton, el tabú desaparece y el tema inaceptable empieza a discutirse.

Segunda etapa: de lo radical a lo aceptable

En esta etapa, hay que seguir citando a los científicos, argumentando que uno no puede blindarse a tener conocimientos sobre el canibalismo, ya que si alguna persona se niega a hablar de ello será considerado un hipócrita intolerante.

Al condenar la intolerancia, también es necesario crear un eufemismo para el propio fenómeno para disociar la esencia de la cuestión de su denominación, separar la palabra de su significado. Así, el canibalismo se convierte en 'antropofagia', y posteriormente en 'antropofilia'.

Paralelamente, se puede crear un precedente de referencia, histórico, mitológico, contemporáneo o simplemente inventado, pero lo más importante es que sea legitimado, para que pueda ser utilizado como prueba de que la antropofilia en principio puede ser legalizada.

Tercera etapa: de lo aceptable a lo sensato

Para esa etapa, es importante promover ideas como las siguientes: "el deseo de comer personas está genéticamente justificado", "a veces una persona tiene que recurrir a eso, si se dan circunstancias apremiantes" o "un hombre libre tiene el derecho de decidir qué come".

Los adversarios reales a esos conceptos, es decir, la gente de a pie que no quiere ser indiferente al problema, intencionadamente se convierten para la opinión pública en enemigos radicales cuyo papel es representar la imagen de psicópatas enloquecidos, oponentes agresivos de la antropofilia que llaman a quemar vivos a los caníbales, junto con otros representantes de las minorías.

Expertos y periodistas en esta etapa demuestran que durante la historia de la humanidad siempre hubo ocasiones en que las personas se comían unas a otras, y que eso era normal.

Cuarta etapa: de lo sensato a lo popular

Los medios de comunicación, con la ayuda de personas conocidas y políticos, ya hablan abiertamente de la antropofilia. Este fenómeno empieza a aparecer en películas, letras de canciones populares y videos. En esta etapa, comienza a funcionar también la técnica que supone la promoción de las referencias a los personajes históricos destacados que practicaban la antropofilia.

Para justificar a los partidarios de la legalización del fenómeno se puede recurrir a la humanización de los criminales mediante la creación de una imagen positiva de ellos diciendo, por ejemplo, que ellos son las víctimas, ya que la vida les obligó a practicar la antropofilia.

Quinta etapa: de lo popular a lo político

Esta categoría supone ya empezar a preparar la legislación para legalizar el fenómeno. Los grupos de presión se consolidan en el poder y publican encuestas que supuestamente confirman un alto porcentaje de partidarios de la legalización del canibalismo en la sociedad. En la conciencia pública se establece un nuevo dogma: "La prohibición de comer personas está prohibida."

Esta es una técnica típica del liberalismo que funciona debido a la tolerancia como pretexto para la proscripción de los tabúes. Durante la última etapa del 'movimiento de las ventanas' de Overton de lo popular a lo político, la sociedad ya ha sufrido una ruptura, pues las normas de la existencia humana se han alterado o han sido destruidas con la adopción de las nuevas leyes.

Gorzhaltsán concluye que el concepto de las 'ventanas de posibilidades', inicialmente descrito por Joseph Overton, puede extrapolarse a cualquier fenómeno y es especialmente fácil de aplicar en una sociedad tolerante en la que la llamada libertad de expresión se ha convertido en la deshumanización y donde ante nuestros ojos se eliminan uno tras otro todos los límites que protegen a la sociedad del abismo de la autodestrucción.

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