Atentado terrorista en la Plaza de Mayo del 15 de abril de 1953

De Metapedia
Saltar a: navegación, buscar
El atentado terrorista en la Plaza de mayo del 15 de abril de 1953 consistió en la detonación de dos bombas mientras se realizaba un acto sindical organizado por la Confederación General del Trabajo (CGT) en la Plaza de Mayo. Como resultado murieron de 5 a 7 personas[1] y más de 90 quedaron heridas, entre ellos 19 mutilados. El atentado se realizó en la céntrica Plaza de Mayo de Buenos Aires y la línea A de subterráneos que corre por debajo de la misma, mientras el entonces presidente Juan Domingo Perón se dirigía a los presentes desde la Casa Rosada.

Historia

El atentado se realizó mientras el presidente Perón realizaba un discurso en el acto sindical organizado por la (CGT) en apoyo a la política del gobierno peronista para combatir la inflación y el desabastecimiento.

Dos bombas explotaron durante el discurso del presidente Juan Domingo Perón, desde los balcones de la Casa Rosada. Al promediar la exposición, detonó la primera bomba de 50 cartuchos de gelignita, ubicada dentro de un hotel sobre una de las calles laterales de la plaza.[2]

Al detonar la primera bomba, Perón interrumpió su discurso y después de un instante dijo:
"¡Compañeros! Estos, los mismos que hacen circular rumores todos los días, parece que se han sentido más rumorosos, queriéndonos colocar una bomba."[3]

En ese momento explotó la segunda bomba, construida con 100 cartuchos de gelignita, en la estación Plaza de Mayo de la línea A de subterráneos, matando a varios manifestantes, hiriendo a decenas de personas y provocando el pánico entre la multitud que se encontraba en el lugar.

Al oir la explosión el Presidente volvió a interrumpir el discurso para decir:
"Ustedes ven que cuando yo, desde aquí, anuncié que se trataba de un plan preparado y en ejecución, no me faltaban razones para anunciarlo. Compañeros: Podrán tirar muchas bombas y hacer circular muchos rumores, pero lo que nos interesa a nosotros es que no se salgan con la suya, y de esto, compañeros, yo les aseguro que no se saldrán con la suya. Hemos de ir individualizando a cada uno de los culpables de estos actos y les hemos de ir aplicando las sanciones que les correspondan. Compañeros: Creo que, según se puede ir observando, vamos a tener que volver a la época de andar con el alambre de fardo en el bolsillo."

La multitud entonces aclamó a Perón y empezó a repetir la palabra "leña", término que siguiendo el argot argentino estaba referido al reclamo de castigo a los terroristas.

El Presidente Perón tomó la expresión que repetían los manifestantes y dijo:

"Eso de la leña que ustedes me aconsejan ¿por qué no empiezan ustedes a darla? Compañeros: Estamos en un momento en que todos debemos de preocuparnos seriamente, porque la canalla no descansa, porque están apoyados desde el exterior. Decía que es menester velar en cada puesto con el fusil al brazo. Es menester que cada ciudadano se convierta en un observador minucioso y permanente porque la lucha es subrepticia. No vamos a tener un enemigo enfrente: colocan la bomba y se van. Aumentan los precios y se hacen los angelitos. Organizan la falta de carne y dicen que ellos no tienen la culpa. Al contrario, por ahí, en un diario, sacan un artículo diciendo que ellos, en apoyo del Gobierno, quieren que venga la carne, pero la carne no viene. Todo esto nos está demostrando que se trata de una guerra psicológica organizada y dirigida desde el exterior, con agentes en lo interno. Hay que buscar a esos agentes, que se pueden encontrar si uno está atento, y donde se los encuentre, colgarlos en un árbol.[4][5][6]

Luego Perón se extendió largamente sobre la inflación y el desabastecimiento, propuso establecer el control de precios y convocó a los trabajadores a cuidar los precios y controlar las medidas especulativas. También se refirió a la corrupción de los funcionarios, sosteniendo que sería inflexible y que irían a la cárcel. Cerca del final de su discurso volvió a referirse al atentado diciendo:

"Señores: aunque parezca ingenuo que yo haga el último llamado a los opositores, para que en vez de poner bombas se pongan a trabajar en favor de la República, a pesar de las bombas, a pesar de los rumores, si algún día demuestran que sirven para algo, si algún día demuestran que pueden trabajar en algo útil para la República, les vamos a perdonar todas las hechas."

En el cierre del discurso, el Presidente pidió a los trabajadores que regresen a sus casas y sostuvo que la manera responder a los ataques era produciendo:

"Compañeros: como en la horas más críticas de nuestra lucha en 1945, pediré a todos los compañeros que, como entonces, estén activos y vigilantes; pediré a todos que vayan al trabajo confiados y decididos. Todos los problemas que puedan presentarse, se resuelven produciendo. A esos bandidos los vamos a derrotar produciendo, y a los canallas de afuera los vamos a vencer produciendo. Por eso, hoy como siempre la consigna de los trabajadores argentinos ha de ser: producir, producir, producir.

Terroristas

En los días siguientes, la policía detendría a varios activistas antiperonistas que confesaron ser miembros del grupo terrorista causante del atentado. Entre ellos se encontraban el radical Roque Carranza (años después sería Ministro de Defensa del presidente Raúl Alfonsín), el demócrata progresista Carlos González Dogliotti, Miguel de la Serna y Rafael Douek, que fueron condenados por la justicia y amnistiados por el presidente Perón en 1955. Por su parte, Félix Luna ha identificado a los terroristas como miembros del ala unionista de la Unión Cívica Radical.[7]

Con posterioridad, González Dogliotti reconoció haber puesto las bombas. Por su parte, Carranza negó haber colocado las bombas, aunque reconoció haber conocido el lugar donde las mismas se armaban, en tanto que los testimonios de sus conocidos son coincidentes en sostener que "la actividad de Carranza durante los nueve años de gobierno peronista fue un incesante trajinar por los laboratorios caseros, donde se fabricaban explosivos".

En 2008 el diputado Carlos Kunkel ha implicado también en los hechos al abogado y periodista Mariano Grondona, quien habría reconocido su participación directa públicamente, en su programa de televisión Hora Clave.[8]

Las víctimas mortales fueron Santa Festigiata de D´Amico (84 años), Mario Pérez, León David Roumeaux, Osvaldo Mouché y Salvador Manes.

Estación Ministro Carranza

El historiador peronista Daniel Brión ha criticado duramente la decisión del presidente radical Raúl Alfonsín de designar a una de las estaciones de subterráneos de Buenos Aires con el nombre de Roque Carranza, precisamente quien fuera condenado como jefe de la organización terrorista que ejecutó el atentado en la Plaza de Mayo, con el agravante que una de las bombas fue colocada en una estación del subte. Brión califica la decisión de Alfonsín del siguiente modo:

"¿Una estación de subte? ¡Al autor del más trágico atentado en la historia de los subterráneos porteños se lo homenajeó con una estación en ese mismo medio de transporte contra el que atentó! Surgen muchas incógnitas al respecto. Y preguntas, muchas preguntas: ¿Qué criterio utilizaron las autoridades de Subterráneos de Buenos Aires para cambiar el nombre de General Savio por Ministro Carranza? ¿Habrán buceado aunque sea un poquito en la historia antes de tomar la decisión o ésta fue meramente política? ¿Habrán sabido del explosivo pasado del ministro Carranza? Y la pregunta más dolorosa de todas. Es de suponer que buena parte de los muertos en el atentado han dejado en este mundo a parientes, amigos o descendientes que lloraron su partida. Y seguramente algunos de los heridos aún vivan. Y tal vez arrastren secuelas de esa tragedia. ¿Cómo se sentirán, si es que alguna vez utilizaron el subte línea D, al ver el nombre del responsable de su desgracia inmortalizado en un andén? ¿Alguna vez habrán pensado en las víctimas quienes hayan sido responsables de este desgraciado homenaje?

Referencias

  1. Félix Luna afirma que fueron 7 los muertos, en Bombas e incendios en 1953 publicado en revista Todo es Historia de Buenos Aires número 235 de diciembre de 1986. Hugo Gambini afirma que los muertos fueron 5, en Historia del peronismo vol. II, Buenos Aires, 2001, Editorial Planeta, Argentina S.A., Tomo II, pág. 210.
  2. Brión, Daniel (2008). "A propósito de la memoria por el Nunca Más: Estación de subte, línea D, 'Mtro. Carranza'", Pensamiento Nacional.
  3. Luna, Félix: Bombas e incendios en 1953 pág. 22 publicado en revista Todo es Historia de Buenos Aires número 235 de diciembre de 1986
  4. "Discurso de Juan Domingo Perón del 15 de abril de 1953", Discursos de Perón, Partido Justicialista Bonaerense.
  5. Luna, Félix: Bombas e incendios en 1953 pág. 22 publicado en revista Todo es Historia de Buenos Aires número 235 de diciembre de 1986
  6. Hace 50 años, Buenos Aires vivía un día de furia publicado en diario Clarín de Buenos Aires del 15 de abril de 2003.
  7. Félix Luna (1997). Historia Integral de la Argentina, Buenos Aires: Planeta, Tomo IX, citado por Armando Vidal en "Hace 50 años, Buenos Aires vivía un día de furia", Clarín, 15 de abril de 2003.
  8. "Argentina: abogado y periodista Mariano Grondona puede ser acusado por crímenes de lesa humanidad", Mercosur Noticias, 27 de febrero de 2008.

Artículos relacionados

Enlaces externos