Discursos memorables de Goebbels

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Goebbels en 1933, durante un discurso en Berlín.
Pero al final venceremos porque lo bueno y lo verdadero siempre triunfa en este mundo.

—Joseph Goebbels

Año 1933

"Fiesta del Trabajo Nacional"

Alemania, Berlín, 1 de mayo de 1933

Extractado de "Auge y Victoria de la Juventud Hitleriana"

"No es acto casual que el día de la Fiesta del Trabajo Nacional, se inicie con una llamada a la juventud alemana. Por especial disposición del Presidente del Reich y de acuerdo con el Gobierno iniciamos este día en unión de la juventud portadora del futuro aleman. La juventud tendrá que recibir, alguna vez, la herencia que deseamos depositar en sus manos. Y es la tarea más noble de esta joven Alemania, que encuentra su expresión de poderío político bajo el gobierno de Adolf Hitler, educar a la juventud en el orgullo y corrección, en hábitos de virtud y disciplina. El total del pueblo aleman, en todas sus clases y oficios, se manifiesta en el día de hoy a favor del trabajo y su prosperidad. Donde antes disparaba la ametralladora y se cantaba el himno del odio de clases y de la internacional, el gobierno de Hitler logra en su primer año de acción reunir a todo el pueblo aleman en este primero de mayo, a exteriorizar su apoyo al Estado, al pueblo y a la Nación. Se derrumbaron todas las diferencias, se destruyeron todas las barreras que por medio siglo distanciaban al pueblo en odio de clases y tinieblas de castas y hoy se dan la mano todos los alemanes, todas las clases, castas, oficios, profesionales o creencias y alzan su promesa de vivir unidos y trabajar luchando por la Patria.

En este día se detienen las ruedas y calla la máquina, pero no por edicto del odio de claes, ni porque una internacional ajena al pueblo y a la tierra quiera protestar y sublevarse contra el Estado, sino que el gobierno mismo ha dado la orden para detener el trabajo en el día de hoy, a fin de que todos los alemanes, se pongan a retaguardia de la bandera de la revolución nacional y proclamen ante el pueblo y ante el mundo, que Alemania despertó ya de una larga pesadilla, que el pueblo y el Estado son ya uno, que las banderas que flamean hoy en Alemania no son ya el símbolo de un gobierno ajeno al país y al pueblo, sino que los emblemas que brillan hoy son el símbolo de la total Alemania despierta de hoy. Enmudecieron los cantos odiosos de lucha de clases; en cambio, se entona hoy el reconocimiento iluminado del pueblo por nuestro destino, que es el porvenir de la Nación; su himno se escucha en todo Alemania, en la capital, en las grandes ciudades, en la provincia, como en el más pequeño paraje de un grupo de campesinos.

Terminó la lucha de clases, sobre las ruinas del desastre de un Estado liberal capitalista, se alza la vida de comunidad popular, la idea de voluntaria conexión responsable, que tendrá cada cual frente al Estado y a la nación. El gobierno que detuvo la lucha de clases con la orden "hasta aquí y no más alla", tomó para sí una grandiosa obligación y responsabilidad. Y al reunirse hoy en esta mañana de sol en este histórico sitio del Lustgarten de Berlín, la juventud alemana de los bancos escolares, universidades, de las fábricas y establecimientos de enseñanza, no es sólo para manifestar su apoyo al Estado, sino también para demostrar por el trabajo y sus atributos.

Habla Goebbels

Las juventud puede estar hoy orgullosa, pues, fue ella la que alcanzó la conquista del Estado, es ella que con júbilo tomó la responsabilidad sobres sus espaldas y por eso, que en los mástiles de los edificios públicos y particulares, flamean hoy en todas las calles y caminos, no sólo el glorioso emblema negro, blanco y rojo de la Alemania antigua, sino que flamea también gloriosa y coronada por la victoria, la bandera de la cruz esvástica de las revolución nacionalsocialistas. La juventud alemana marchó tras este emblema, hacia la revolución y reconoce hay ante Dios y ante el mundo que esta revolución no se detendrá jamás, que la revolución sólo encontrará su término, cuando hay conquistado al total del Estado y con ello al total del pueblo aleman.

En las semanas y meses pasados, hemos abierto la brecha gloriosa de una nueva doctrina, de una nueva conformación de la vida, una nueva relación para con el Estado, la economía el pueblo y la cultura. Vivimos la época del más grandioso trastorno histórica, como sólo vive un pueblo cada mil años de su existencia. Feliz juventud que no sólo es testigo, sino cooperadora y cómplice de tan grandiso acontecimiento histórico. El pueblo alemán se empobreció por la guerra y la revolución, así como por 14 años de la política de Noviembre, pero desde el 30 de enero, desde la fecha en que hemos vuelto a nosotros mismos, hemos ganado ya algo en la mentalidad popular. A través de las masas surca ya un regocijo interior y parece que no fuera acto casual, que precisamente este año de primavera, llegue tan pronto sobre Alemania. Parece que el sol volviese a despuntar sobre nuestra tierra.

Alemania perdió la guerra pero ya está capacitada para ganar la revolución. Todo lo que se hizo mal en años pasados, nosotros la juventud alemana queremos mejorarlo y por eso anunciamos al país: Nosotros, la juventud alemana, pondremos término al pesimismo, arrojaremos de nuestro camino al cruel destino y llenos de fe y de optimismo, nosotros, muchachos de los bancos escolares, de las fábricas y oficinas, nosotros jóvenes trabajadores y estudiantes, seremos portavoces de este resuelto optimismo. La juventud alemana combatió con interminable idealismo, durante catorce años al Pseudo Estado de 1918; con porfía aceptó la humillación, persecuciones y calumnias y con banderas aladas marchó hacia el Tercer Reich, el 30 de enero, hacia el nuevo Estado, por el cual combatió.

Esta juventud tiene el derecho de exigencias y alza hoy ante el mundo entero su petición, exigiendo trabajo, pan, honra y facilidades de vida, exigencias para la conformación de la vida popular de acuerdo con las prácticas de la vida alemana. Pero esta juventud experimentada por el purgatorio de la guerra y de la época posterior, sabe también que sólo tiene derechos a exigencias, quien toma para sí las obligaciones de su desempeño. Y, por eso, queremos en esta luminosa maãna, alzar promesa de trabajo y no titubear, rendir ante el templo de la Patria la donación completa de nuestros corazones y manifestarnos con todo el alma por Alemania y su grandioso destino histórico.

La juventud saluda a los trabajadores, la juventud saluda a toda la Alemania productora; jóvenes y ancianos, superiores e inferiores, todos deben darse la mano en este día y formar la unión que sea por siempre indisoluble. Así marcha hoy la juventud alemana que va hacia el futuro, y nosotros, juventud vanguardia de la revolución alemana, somos los portadores de las flameantes banderas coronadas de gloria del resurgimiento alemán y de la brecha abierta por la nación. En vuestro poder, muchachos, va a depositarse un día el Estado y esperamos con fe que depositaremos en vuestras manos un Estado superior al que recibimos en las nuestras. La juventud se reconoce para con el Estado en obligación, virilidad y disciplina, saluda al viejo Reich con apego a las tradiciones del pasado y marcha valeroso y resuelto hacia el destino común aleman. Nuestro saludo va dirigido a la Patria, al Pueblo, a los trabajadores y a la Nación.

Renovamos nuestra promesa por una Alemania unida con un llamado: El Canciller del Reich, el Führer del pueblo, el portaestandarte de la juventud alemana, Adolf Hitler, Sieg Heil !"

"La quema de libros"

Alemania, Berlín, 10 de mayo de 1933

(Extractado del diario Der Angriff)

"Ha pasado la hora del intelectualismo. El triunfo de la revolución no llegó desde arriba sino de abajo. No fue dictada, el pueblo la quiso. La revolución es el cumplimiento de la voluntad popular en el mejor sentido de la palabra.

Cuando las revoluciones son verdaderas no hacen alto en ninguna parte, las revoluciones son la manifestación de nuevas ideas; deben abrazar todos los dominios de la vida pública. Un revolucionario debe poderlo todo. Debe ser tan grande en la destrucción como en la construcción. Si vosotros os atribuís el derecho de echar a las llamas las indecencias intelectuales, tenéis el deber de abrir el camino a un espíritu verdaderamente alemán.... Camaradas ! Hombres y mujeres alemanes ! La idea de un intelectualismo judío llevado a su paroxismo ha pasado ahora y el triunfo de la revolución alemana ha abierto el camino al genio alemán. En esta hora sombría, hacéis bien en echar a las llamas el mal genio del pasado. Es una acto de gran importancia, simbólico, un acto que debe anunciar al mundo la verdad: aquí se derrumba la base espiritual de la República de Noviembre. De esas ruinas va a surgir triunfante el fénix de un espíritu nuevo...

El pasado está en las llamas de vuestros propios corazones. Que esas llamas iluminen vuestro juramento: Viva nuestro Führer Adolf Hitler ! Viva el Reich y la Nación ! Heil ! Heil ! Heil !"

Año 1943

"Guerra total"

Ante un selecto auditorio, Goebbels pronunció un histórico discurso el 18 de febrero de 1943.

El 18 de febrero de 1943, Joseph Goebbels pronunció su mas famoso discurso en el Palacio de Deportes de Berlín. El mismo fue una respuesta al anuncio de los Aliados de que solo aceptarían la rendición incondicional de Alemania. El marco estuvo dado por la incertidumbre de la población alemana ante la derrota en Stalingrado y la difícil situación de las tropas en el frente africano. Este discurso puso de manifiesto el talento sin límites del ministro de propaganda y logró efectivamente levantar el ánimo del pueblo y prepararlo para el último esfuerzo bélico contra los Aliados.

"¿Quieren ustedes la guerra total?" (Clamor: "Sí, sí, sí" - Aplausos) "Si fuera necesario, ¿quieren ustedes una guerra más total y más radical que lo que hoy no podríamos ni siquiera imaginar?" (Clamor: "Sí" Aplausos) "El inglés afirma que el pueblo alemán ha perdido la fe en el Führer." (Clamor: "¡Guerra, guerra, guerra!". La muchedumbre se levanta como un solo hombre. Demuestra un entusiasmo sin precedentes. Una ola con un sólo clamor de Sieg Heil!" fluye por el recinto. Como si fuera una orden, las banderas y los estandartes ondean en lo alto como la más grande explosión de un momento en que la muchedumbre honra al Führer. Miles de voces se unen y gritan:"¡Führer ordena, te seguiremos!" "Yo les pregunto: ..." Siguen los gritos: "¡Führer ordena, te seguiremos!")

"Yo les pregunto: ¿Es la confianza de ustedes en el Führer más grande, más fiel e inquebrantable que nunca? ¿Están ustedes completa y absolutamente listos para seguirlo donde quiera que él vaya y hacer todo lo que sea necesario para llevar la guerra a un victorioso final? "

(Aplausos)

"Yo les pregunto: ¿Están ustedes listos para, de ahora en adelante, hacer todo el esfuerzo necesario para proporcionar al Frente del Este todos los hombres y municiones para darle al Bolchevismo el golpe mortal?

Yo les pregunto: ¿Toman ustedes el sagrado juramento ante la Patria de mantenerse firmes detrás de ella y que darán todo lo que sea necesario para lograr la victoria final?

Yo les pregunto: ¿lo juran ustedes, especialmente las mujeres, que quieren que el gobierno haga todo lo posible para estimular a las mujeres alemanas a poner todo su esfuerzo en el trabajo para apoyar el esfuerzo de la guerra, y a alentar a los hombres para que vayan al frente cuando sea necesario, ayudándoles así en su lucha en el frente?

Yo les pregunto: ¿aprueban ustedes las más radicales medidas en contra de ese pequeño grupo de farsantes traficantes quienes pretenden hacer creer que hay paz en medio de la guerra y que usan las necesidades de las naciones para sus egoístas propósitos personales? ¿Están ustedes de acuerdo que aquellos que menoscaban el esfuerzo de la guerra deban perder sus cabezas?

Yo les pregunto: que por sobre todo en la guerra, de acuerdo con la plataforma del Partido Nacionalsocialista, ¿los mismos derechos, las mismas obligaciones se les deben aplicar a todos, que la patria deba soportar las pesadas cargas de la guerra y que todo el peso deba ser compartido por todos, por igual, altos y bajos, ricos y pobres?

He preguntado. Ustedes me han dado sus respuestas. Ustedes son parte del pueblo, y sus respuestas son las respuestas del pueblo alemán. Ustedes les han dicho a nuestros enemigos lo que deben oír para que no se hagan falsas ilusiones.

Ahora, como en las primeras horas de nuestro gobierno y a través de los diez años que siguieron, estamos firmemente unidos en hermandad con el pueblo alemán. El más poderoso aliado en la tierra, el pueblo mismo, se para detrás de nosotros y está determinado a seguir al Führer, pase lo que pase. El pueblo acepta los peores peligros para lograr la victoria. Qué poder en la tierra puede impedirnos alcanzar nuestros propósitos. Ahora debemos, podemos y tendremos éxito. Yo me paro ante ustedes no sólo como el vocero del gobierno, sino como el vocero del pueblo.

Mis viejos amigos del partido están aquí a mí alrededor, unidos con los altos oficiales del gobierno y del pueblo. El camarada del partido Speer está sentado cerca de mí. El Führer le ha dado la gran responsabilidad de movilizar la industria alemana de armamento y suministrar al frente todas las armas que necesita. El camarada del partido, Dr. Ley estás sentado cerca de mí. El Führer le ha encargado el liderazgo de la fuerza de trabajo alemana, enseñándoles a trabajar infatigablemente por el esfuerzo de guerra. Nos sentimos profundamente agradecidos con nuestro camarada de partido, Sauckel, quien ha sido encargado por el Führer de llevar cientos de miles de trabajadores del Reich a respaldar nuestra economía nacional, algo que el enemigo no puede hacer. Todos los líderes del partido, el ejército y el gobierno se unen a nosotros también.

Nosotros somos hijos de nuestro pueblo, forjados juntos para esta crítica hora de nuestra historia. Nosotros les prometemos, nosotros prometemos al Frente, nosotros le prometemos al Führer, que juntos convertiremos nuestra patria en una fuerza en la que el Führer y nuestros aguerridos soldados pueden confiar ciegamente. Nosotros empeñamos nuestra palabra, que haremos todo lo que sea necesario con nuestra vida y trabajo por alcanzar la victoria. Nosotros llenaremos nuestros corazones con la pasión política, con el fuego inextinguible que flameó durante las grandes luchas del partido y del estado. Nunca durante esta guerra caeremos presa del falso e hipócrita objetivismo, que trajo a nuestra nación alemana tantos infortunios a lo largo de toda su historia.

Cuando la guerra comenzó, volteamos nuestros ojos a nuestra nación. Todo aquel que lucha por el triunfo es bueno y debe ser alentado. El que impide el triunfo es malo y debe ser eliminado y desechado. Con los corazones encendidos y la cabeza fría, nos sobrepondremos a nuestros mayores problemas en esta fase de la guerra. Estamos en el camino de la eventual victoria, esa victoria descansa en nuestra fe en el Führer.

Esta noche, una vez más, le recuerdo a toda nuestra nación, cuál es nuestro deber. El Führer espera de nosotros que desechemos todo lo que en el pasado nos llevó a las sombras. Nosotros no queremos fallarle. Así como nosotros estamos orgullosos de él, él estará orgulloso de nosotros.

La gran crisis y perturbación de nuestra vida nacional, nos muestra quienes son los verdaderos hombres y mujeres. Nos otros no tenemos derecho de hablar más de sexo débil, porque ambos sexos están mostrando la misma determinación y fuerza espiritual. La nación está lista para todo."

"El Führer ha ordenado y nosotros le obedeceremos. En esta gran hora de contemplación y reflexión nacional, nosotros creemos en la firme e inquebrantable victoria final. La vemos ante nosotros, la vemos y sólo tenemos que tocarla. Debemos estar resueltos a subordinar todo ante ella. Esa es la obligación de todos en esta hora crucial. Hagamos que nuestra consigna sea: ¡Pueblo levántate y haz que la tormenta se desate!"

Las palabras finales de Ministro se perdieron en el estruendo de aplausos y clamores interminables.

Año 1944

La llama del entusiasmo

(Mas información aquí, "Minuto 32:00")

La brillante llama de nuestro entusiasmo nunca será extinguida, él solo da luz y calidez al creativo arte de la moderna propaganda política. Proviene del pueblo profundo y de este pueblo profundo debe siempre nuevamente encontrar sus raíces y su fuerza... puede ser bueno disfrutar de autoridad basada en la fuerza, pero es mejor ganar y mantener el corazón de un pueblo.

Año 1945

Alemania terminará dividida

Berlín, 19 de abril de 1945

"Alemania terminará dividida. Austria terminará librada a su propio destino. Los soviets extenderan su influencia hasta el Atlantico. Inglaterra tarde o temprano perdera la totalidad de su Imperio. Hasta Estados Unidos pronto pensara distinto sobre este estremecedor fenómeno mundial.

Guerras raciales internas y una decadencia indetenible les hara perder su prestigio y poder mundial. Alemania renacera en pocos años después de esta guerra. Y no será solo por su propio esfuerzo. Alemania es tan imprescindible para Europa que hasta nuestros propios actuales enemigos tendran que impulsar su reconstrucción. Toda Europa y el mundo participara de los avances que le hemos dado a la Ciencia. Pero la pregunta decisiva es la de si en este mundo mas nuevo y brillante viviran también personas más felices. Si nuestros enemigos imponen su voluntad, la humanidad naufragara en un mar de sangre y lágrimas. Habra guerras y mas guerras que se sucederan prácticamente sin interrupción. Sin duda seran mas reducidas y mas aisladas geopoliticamente. Pero si bien podran ser guerras mas reducidas seran tanto mas deshonrosas. El honor en el campo de batalla será definitivamente sepultado por la fria y sistemática decision de matar.

Los hombres se mataran por poseer las cosas más superfluas y banales. Las plutocracias naufragaran en una desesperada carrera por dar cada vez más lujos a la humanidad corrompida por la molicie. Al final las plutocracias terminaran por no poder dar de comer a una población cada vez mas numerosa. Habrá otra vez hambre de desocupados. Y vendra otra vez el bolcheviquismo a ofrecer tentadoramente las mismas soluciones falsas que nos ofrecieron a nosotros. Y aquellos que querran poner remedio a este estado de cosas no tendran otra alternativa que volver la vista hacia lo que nosotros hicimos.

Aquellos que quieran mejorar este mundo decadente y corrupto tendran que comprender que plutocracia y bolcheviquismo no son los dos únicos caminos transitables para redimir a la Humanidad de la miseria y el fracaso. Porque hay un tercer camino que es el nuestro, que es el único y el mejor. Vendran hombres que aun sin mencionarnos, porque les estara prohibido o porque temeran hacerlo, intentaran transitar por este camino nuestro. Y seran combatidos y traicionados al igual que nosotros lo fuimos. Pero al final venceremos porque lo bueno y lo verdadero siempre triunfa en este mundo."

Nosotros no entramos en el Parlamento para usar métodos parlamentarios. Sabemos que el destino de las personas está determinado por las personalidades, nunca por mayorías parlamentarias. La esencia de la Democracia parlamentaria es la mayoría, la cual destruye la responsabilidad personal y glorifica a las masas. Una docena de pícaros y ladrones se mueve tras la escena.

La aristocracia depende del talento, la regla del más válido y la subordinación de los menos aptos a la voluntad del Liderazgo.

Lo que demandamos es nuevo, decisivo, radical y revolucionario en el más estricto sentido de la palabra. No tiene que ver con disturbios y barricadas. Las Revoluciones son actos espirituales. Aparecen primero en la gente, después en la política y la economía.

La nueva gente forma nuevas estructuras. La primera transformación es espiritual, que cambiará la forma que tienen las cosas ahora.

El acto revolucionario es visible en nosotros. El resultado será una nueva persona: el Nacionalsocialista. Consecuente con su actitud espiritual, el nacionalsocialista hace demandas inflexibles en el campo de la política. Para el nacionalsocialista no hay si... o cuando..., solo hay o todo o nada.

El retorno del Honor alemán. Sin Honor, uno no tiene derecho a vivir. La Nación que empeña su honor, ha empeñado su pan. El Honor es el fundador de cualquier comunidad. La pérdida de nuestro Honor es la verdadera causa de la pérdida de nuestra Libertad.

En lugar de una colonia esclava, queremos un Estado Nacional Germano restaurado. Para nosotros el Estado no es un fin en sí mismo, sino una manera de conseguir otro fin. El verdadero fin es la Raza, la suma de las fuerzas creativas de la gente. La estructura que hoy se llama República Alemana no es una forma de mantener nuestra herencia Racial. Se ha convertido en un fin en si mismo sin conexión con la gente y sus necesidades.

Queremos trabajo y pan para todo camarada productivo. La paga debería concordar con el talento. Esto significa, ¡más sueldo para los trabajadores alemanes! Esto parará la lucha en la que estamos sumidos. Primero, proveyendo comida y alojamiento a la gente, para después pagar indemnizaciones. Ningún demócrata, ningún Republicano, tiene el derecho de quejarse por esta reclamación, porque fue uno de los estandartes de la Alemania de Noviembre (la República de Weimar comenzó en el Noviembre de 1918).

Solo queremos convertir el eslogan en realidad. ¡Proveer lo esencial es un deber! Primero debemos saber las necesidades críticas de la gente y después ya haremos productos de lujo. ¡Proveer trabajo a los que quieren trabajar!, ¡Darles tierras a los granjeros! La política exterior alemana que vende lo que tenemos a precios bajísimos debe ser transformada y se debe enfocar radicalmente el la necesidad alemana de espacio. ¡Paz entre los trabajadores! Cada uno debe hacer su tarea por el bien de la comunidad. El Estado tiene la responsabilidad de proteger al individuo, garantizándole el fruto de su trabajo.

¡Una guerra contra la corrupción!

¡Una guerra contra la explotación, libertad para los trabajadores!

Queremos la eliminación de la influencia Capitalista en la política Nacional.

¡Una solución para la cuestión judía! Queremos la expulsión sistemática de los elementos raciales extranjeros en cada área de la vida pública. Debe haber una separación sanitaria entre alemanes y no-alemanes solo en el aspecto racial, no en el aspecto nacional o en las creencias religiosas.

Queremos el retorno de la Lealtad y la Fe en la vida económica. La inversión del proceso de injusticia que ha robado a millones de alemanes sus posesiones. Los alemanes siempre tendrán preferencias antes que los extranjeros y judíos.

¡Una batalla contra el veneno de la cultura Internacionalista judía! El fortalecimiento de las fuerzas alemanas y sus costumbres. La eliminación de los principios semíticos corruptos y la degeneracion Racial. ¡La pena de muerte para los aprovechados y usureros!

Un programa firme puesto en práctica por hombres que quieran implantarlo con pasión.

Sin eslógans, solo energía vital.

¡Eso es lo que demandamos!

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