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La judaización del mundo según Marx
Sumario
La percepción del judaísmo por parte de Marx
Karl Marx, el famoso fundador ideológico del comunismo, judío descendiente de una familia de talmudistas, escribió las líneas que reproducimos arriba en el epígrafe de esta entrada, en su obra Sobre la cuestión judía, escrita en 1843 y publicada al año siguiente. Ciertamente esas declaraciones de Marx, junto a otras del mismo tenor, no tienen nada que envidiar a las denuncias antisemitas de tradicionalistas, nacionalistas y cristianos opositores al poder destructivo del judaísmo y su expresión política contemporánea, el sionismo.
Frente a eso cabe preguntarse ¿porqué Marx, siendo judío, denunciaba de manera tan abierta y cruda las bajezas de su propia raza? La respuesta no es simple, pues para contestarla se debe seguir el hilo argumentativo de la obra mencionada.
El núcleo del escrito Sobre la cuestión judía
De modo sintético puede decirse que en ese escrito Marx desnuda la verdad del judaísmo dejando al descubierto su verdadera naturaleza, así como el rol que le toca jugar en el mundo contemporáneo. Pero su denuncia no parte de la defensa de valores tradicionales, como en el caso del antisemitismo tradicionalista, nacionalista y cristiano, sino de su aspiración a fundar una sociedad totalmente carente de jerarquías y principios de orden: sin clases, sin familia, sin diferencia sexual, sin razas, y sin organización jerárquica de ningún tipo. Pues esa utopía nihilista representaba para él la auténtica liberación de la humanidad.
Ahora bien, antes de realizar esa utopía, según Marx, debía superarse la fase capitalista de la historia. Fase gobernada por la burguesía, y cuya esencia para Marx era el judaísmo. De modo que, de acuerdo con sus propias palabras, el triunfo del capitalismo es idéntico a la judaización del mundo, y su superación, la superación de esa judaización, desembocaría en la sociedad libre. Siendo la libertad sinónimo -para él- de la total asusencia de principios de orden.
Las líneas principales de la argumentación marxista
El trabajo de Marx parte de una discusión con Bauer, cuyas posiciones acerca del judaísmo alemán le sirven para desarrollar sus propias ideas al respecto.
La tesis de Bauer, muy resumidamente, puede expresarse así: para Bauer el conflicto de los judíos dentro del Estado alemán era de naturaleza religiosa. Por eso la aspiración judía a la igualdad de derechos dentro de dicho Estado, le parecía una quimera mientras ambos, judíos y Estado alemán, no abandonaran sus respectivas religiones. Es decir, según Bauer, en la medida que los judíos se diferenciaran religiosamente de los cristianos, y el Estado se identificara al cristianismo, la situación de aquellos dentro de la nación alemana seguiría siendo conflictiva.
Marx expone lo esencial de la posición de Bauer y criticándola expresa su propio punto de vista. Y lo esencial de la concepción de Marx reside en las siguientes ideas:
1. A diferencia de lo que piensa Bauer, para Marx el conflicto de los judíos dentro de los Estados nacionales no es religioso sino profano. Y reconducirlo a su raíz profana es para él la clave de su solución. Dice explícitamente:
2. Al plantear la cuestión en términos profanos, Marx ya no identifica a los judíos con una herencia religiosa sino que los caracteriza por su funcionamiento concreto dentro de la sociedad. Y lo central de ese funcionamiento es el manejo del dinero. Dice:
3. Dado que Marx identifica al judaísmo con el culto del dinero, considera que la burguesía y el capitalismo (en pleno ascenso en ese momento) son esencialmente judíos. Es decir independientemente de que se trate de burgueses hereditariamente judíos o no, y de capitales de proveniencia judía o no, el imperio del dinero en el mundo moderno es un fenómeno esencialmente judío.
Para Marx el ascenso de la burguesía y el desarollo del capitalismo equivalían a la universalización del judaísmo. En sus palabras:
Y también:
4. Si bien el caldo de cultivo histórico del fenómeno de la judaización del mundo fue la Europa de los siglos XVIII y siguientes, su cenit, su máxima expresión, es alcanzada en Norteamérica. En los EEUU ve Marx ya en su tiempo la materialización del imperio judío sobre el mundo. Dice al respecto:
Es decir, EEUU era para Marx la expresión política más acabada de la judaización del mundo. Y por eso mismo la religión en ese país se convirtió en un comercio, y por lo tanto ya no tiene otro fundamento que el meramente utilitario.
5. En un mundo judaizado los hombres se convierten ellos mismos en mercancía. Por eso, dice Marx, al ser el cristianismo absorbido por el judaísmo profano, se realiza la total transformación de los hombres en meras mercancías. Esto lo expresa con total claridad en el siguiente pasaje:
6. Dado que para Marx el capitalismo, es decir el imperio del judaísmo y del dinero, debía ser superado por la abolición de la propiedad y de toda diferencia de clase y jerárquica, la liberación del mundo significaría también la liberación del judaísmo.
La sociedad comunista significaría según Marx la liberación del hombre por medio de la previa liberación del judaísmo y del imperio del dinero. En sus palabras:
En la práctica esa utopía, la llamada sociedad "comunista", derivó en la creación de un capitalismo de Estado, que lejos de desjudaizar el mundo y de carecer de jerarquías sometió a grandes masas de población (Rusia, Europa del Este, China, Cuba, etc.) al dominio de una jerarquía política constituída por judíos o controlada por ellos.
Referencias
Sobre la cuestión judía, de Karl Marx. Hay muchas ediciones en diversos idiomas, las citas de esta entrada están tomadas de Páginas malditas, sobre la cuestión judía y otros textos, Karl Marx, editada por Anarres, Bs. As. Argentina, ISBN: 978-987-1523-XX-X