Leyes de Manu

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Manu redactado sus Leyes

El Manusmṛiti (sánscrito: मनुस्मृति), también conocido como Mānava-Dharmaśāstra o las Leyes de Manu o el Código de Manu, es uno de los muchos textos legales y constituciones entre los muchos Dharmaśāstras del hinduismo. Según el texto, esas doctrinas fueron dictadas por el sabio Manu (quien en la religión védica e hinduista es el antepasado común de toda la humanidad) a los rishis que le habían pedido que los iluminara. En la antigua India, los sabios a menudo escribían en los manuscritos sus ideas sobre cómo debería funcionar la sociedad.

El texto métrico está en sánscrito, data del siglo I al III d.C. y se presenta como un discurso pronunciado por Manu (Svayambhuva) y Bhrigu sobre temas del dharma como deberes, derechos, leyes, conducta, virtudes y otros. Históricamente, la influencia del texto se había extendido fuera de la India. El texto influyó en los reinos hindúes de Camboya e Indonesia.

Manusmriti fue uno de los primeros textos sánscritos traducidos al inglés, en 1776, por el filólogo británico Sir William Jones, y se utilizó para construir el código legal hindú, para los enclaves administrados por la Compañía de las Indias Orientales.

Nomenclatura

El título Manusmriti es un término relativamente moderno y una innovación tardía, probablemente acuñado porque el texto está en forma de verso. Los más de cincuenta manuscritos descubiertos del texto nunca usan este título, pero lo indican como Manava Dharmasastra (sánscrito: मानव धर्मशास्त्र) en sus colofones al final de cada capítulo. En la erudición moderna, estos dos títulos se refieren al mismo texto.

Datación

Como todos los textos hinduistas, carece de datación. Por el tipo de idioma sánscrito clásico, se desprende que es posterior en varios siglos al sánscrito védico, que se utilizó en el norte de la India hasta el siglo VII a. C. aproximadamente.

Varios historiadores creen que el texto fue escrito durante o después del reinado del rey hinduista Púsiamitra Shunga (alrededor del siglo III a. C.), quien persiguió a los budistas y los echó de la India. Después de la ruptura de los imperios Mauria y Shunga, hubo un periodo de incertidumbre que llevó a un aumento del interés en normas sociales ultraconservadoras. Según Romila Thapar, «La severidad de los dharma shastras (escrituras sobre religión) fue sin duda un comentario que surgió de la inseguridad de los ortodoxos ante una era de fluctuaciones».

Los filólogos Jones y Karl Wilhelm Friedrich Schlegel, en el siglo XVIII, fecharon Manusmriti alrededor de 1250 a. C. y 1000 a. C. respectivamente, lo que, a partir de desarrollos lingüísticos posteriores, es insostenible debido al lenguaje del texto, que debe ser posterior a los textos védicos tardíos como como los Upanishads, que datan de unos siglos más tarde, alrededor del año 500 a.C. Los eruditos posteriores cambiaron la cronología del texto entre el siglo I o II d.C. Olivelle añade que la evidencia numismática y la mención de monedas de oro como multa sugieren que el texto puede datar del siglo II o III d.C.

La mayoría de los estudiosos consideran que el texto es una composición producida por muchos autores reunidos durante un largo período. Olivelle afirma que los diversos textos indios antiguos y medievales afirman que las revisiones y ediciones se derivaron del texto original con 100.000 versos y 1.080 capítulos. Sin embargo, la versión de texto en uso moderno, según Olivelle, es probablemente obra de un solo autor o de un presidente con asistentes de investigación.

Manusmriti, afirma Olivelle, no era un documento nuevo: se basaba en otros textos y refleja "una cristalización de un conocimiento acumulado" en la antigua India. La raíz de los modelos teóricos dentro de Manusmriti se basa en al menos dos shastras que lo anteceden: artha (arte de gobernar y proceso legal) y dharma (un antiguo concepto indio que incluye deberes, derechos, leyes, conducta, virtudes y otros discutidos en varios Dharmasutras, mayor que Manusmriti). Su contenido se remonta a los Kalpasutras de la era védica, que llevaron al desarrollo de los Smartasutras que consisten en Grihyasutras y Dharmasutras. Los textos fundacionales de Manusmriti incluyen muchos de estos sutras, todos de una era anterior a la era común. La mayoría de estos textos antiguos ahora se han perdido y sólo cuatro han sobrevivido: los códigos legales de Apastamba, Gautama, Baudhayana y Vasishtha.

Es posible que parte del contenido de las Leyes de Manu, así como de otros textos antiguos hindúes haya sido transmitido oralmente desde el período védico antes de ser eventualmente codificado por escrito en una fecha posterior. La tradición oral era una forma común de preservar y transmitir conocimientos en la antigua India, especialmente durante los primeros períodos de su historia. Es probable que las enseñanzas y los principios éticos y legales hayan sido transmitidos de generación en generación a través de narraciones orales antes de ser registrados por escrito en textos como el Manusmriti.

Actualmente se conocen más de cincuenta manuscritos del Manusmriti, pero la versión más antigua descubierta, más traducida y presuntamente auténtica desde el siglo XVIII ha sido el "manuscrito de Kolkata (antes Calcuta) con comentario de Kulluka Bhatta".

Algunos opinan que esta supuesta autenticidad es falsa, y que los diversos manuscritos de Manusmriti descubiertos en la India son inconsistentes entre sí y dentro de sí mismos, argumentando que hubo inserciones e interpolaciones realizadas en épocas posteriores con comentarios y opiniones de los escritores, ya que, al igual que sucede con otros textos antiguos, contiene una variedad de enseñanzas y preceptos que pueden interpretarse de diversas maneras, lo que a veces puede llevar a aparentes contradicciones

Contenido

Las leyes de Manu son uno de los 18 smritis [‘recordado’, texto tradicional] del Dharmashastra. No es parte de la literatura shruti (‘escuchado’, texto revelado por los dioses). Contiene 2031 (o 2648) versos, repartidos en 12 capítulos, que presentan reglas y códigos de conducta que debían ser aplicados por los individuos y la sociedad. Algunas de esas leyes codifican el sistema de cuatro castas y las etapas de la vida de los «nacidos dos veces» (miembros de las tres castas superiores).

El primer capítulo relata la creación del mundo (mediante una serie de emanaciones de la Deidad autoexistente, Swaiambhu), el mítico origen del propio texto, y las grandes ventajas espirituales que se pueden obtener si se estudia su contenido.

Los capítulos dos a seis relatan el modo de vida y la regulación de la conducta apropiada de los «nacidos dos veces» (los miembros de las tres castas superiores, que han sido iniciados en la religión mediante la investidura con el cordón sagrado).

Primero se describe el periodo de estudiante brahmachari (un tiempo de disciplina ascética dedicada al estudio de los Vedás bajo un maestro brahmán).

Luego se explican las principales obligaciones del grijasta (que vive en el hogar), cómo elegir una esposa, el matrimonio, el mantenimiento del fuego sagrado, los sacrificios a los dioses, las fiestas para los familiares fallecidos, el ejercicio de la hospitalidad. También las numerosas restricciones, regulando su conducta diaria, son discutidas en detalle especialmente en lo relativo a su ropa, comida, relaciones sexuales, y limpieza ceremonial.

Después de esto viene la descripción del tipo de vida exigida a aquellos que eligen pasar sus años de declinación como ermitaños y ascetas. El séptimo capítulo da cuenta de la dignidad divina y de las diversas obligaciones y responsabilidades de los reyes, ofreciendo en conjunto un alto ideal del oficio real.

El capítulo octavo trata del procedimiento en los pleitos civiles y criminales y del castigo apropiado que deberán enfrentar las diferentes clases de criminales.

Los siguientes dos capítulos hacen conocer las costumbres y leyes que gobiernan a la mujer, el divorcio, los derechos de propiedad, la herencia, y las ocupaciones legales de cada casta.

El undécimo capítulo se ocupa principalmente de los varios tipos de penitencia a que deben someterse aquellos que quieren liberarse de las malignas consecuencias de sus malas acciones.

El duodécimo capítulo expone la doctrina del karma, involucrando la reencarnación en la escala ascendente y descendente, de acuerdo a los méritos o deméritos de la vida presente. Los versos de cierre están dedicados al esquema panteísta de salvación que conduce a la absorción en la Deidad impersonal Brahman.

Citas

Los hombres que están tan enamorados como para casarse con mujeres de casta inferior rápidamente reducen a sus familias, incluidos los descendientes, al estatus de no arios.

Un hombre cae cuando se casa con una mujer no aria, o cuando tiene un hijo con ella, o cuando tiene hijos con ella.

Un ario que se mete en la cama con una mujer no aria va al infierno; si engendra en ella un hijo, pierde el estatus de ario.

Los ancestros y los dioses no comen las ofrendas que tal hombre hace con ella, y por eso no va al cielo.

No se prescribe ninguna redención para un hombre que bebe la saliva de los labios de una mujer no aria o se contamina con su aliento o engendra a su hijo.
—Capítulo 3, versículos 15-19[1]
Un hombre desconocido, de ninguna casta visible pero nacido de una mujer contaminada y, por tanto, no ario, puede parecer que tiene la forma de un ario, pero puede ser descubierto por sus propias actividades innatas.

El comportamiento no ario, la dureza, la crueldad y el incumplimiento habitual de los rituales son las manifestaciones en este mundo que indican que el hombre nace de un útero contaminado.

Un hombre nacido de un vientre malo comparte el carácter de su padre, o el de su madre, o ambos; pero nunca podrá suprimir su propia naturaleza.

Un hombre nacido de la confusión de úteros, incluso si proviene de una familia importante, heredará ese mismo carácter, en mayor o menor grado.

Pero el reino en el que nacen estos bastardos degradados, que profanan las castas, perece rápidamente, junto con la gente que vive allí.
—Capítulo 10, versículos 57-61[2]
Si alguien nacido de un [hombre] ario y de una mujer no aria engendra un hijo con alguien de la casta superior, la casta inferior alcanza el estado de nacimiento de la casta superior después de la séptima generación.

Así, un no ario alcanza el rango de ario, y el ario desciende al rango de no ario; y debes saber que esto también le puede pasar a alguien nacido de un gobernante o de un plebeyo.

Pero si surgiera esta pregunta: "¿Qué es más alto, alguien nacido por casualidad de un padre ario en una madre no aria, o de un padre no ario en una madre de casta aria?"

Esta es la decisión: "Alguien nacido de un padre ario en una mujer no aria puede llegar a ser ario en sus cualidades; pero alguien nacido de un padre no ario en una madre aria no es ario".

La ley ha sido establecida: ninguno de los dos puede someterse a los rituales transformadores, porque el nacimiento del primero es deficiente en características arias, y el segundo nace "a contrapelo".

Así como una buena semilla, sembrada en un buen campo, culmina en un nacimiento, así el hijo nacido de un padre ario en una madre aria merece todo ritual transformador.

Algunos sabios valoran la semilla, otros el campo y otros tanto la semilla como el campo; pero esta es la decisión final sobre el tema:

La semilla sembrada en el campo equivocado perece dentro de él; y un campo por sí solo sin semilla también permanece estéril.
—Capítulo 10, versos 64-72[3]
Comparando a un no ario que lleva a cabo las actividades innatas de un ario y a un ario que lleva a cabo las actividades innatas de un no ario, el Creador dijo: "Los dos no son ni iguales ni no iguales".
—Capítulo 10, versículo 73[4]

Recepción

Figuras hinduistas prominentes, como Rabindranath Tagore (1861-1941), Swami Vivekananda (1863-1902), Srila Prabhupada (1896-1977), Dayananda Sarasvati y Sarvepalli Radhakrishnan sostuvieron que el texto es auténtico y una fuente de información válida acerca del dharma.

También fue apreciado por figuras occidentales como Annie Besant (1847-1933) y Piotr Uspenski (1878-1947).

En el primer volumen de La voluntad de poder, Friedrich Nietzsche escribió: «Cerrad la Biblia y abrid el Manusmriti para conocer la realidad». También lo menciona en El Anticristo y El crepúsculo de los ídolos:

Yo leo con sentimiento opuesto el Código de Manu, obra incomparablemente más intelectual y superior: sería un pecado contra el Espíritu el nombrarle juntamente con la Biblia. Pronto se comprende por qué: porque tiene detrás de sí una verdadera filosofía; la tiene en sí, y no solamente un judaísmo maloliente, mezcla de rabinismo y de superstición: da a morder algo, hasta al psicólogo más estragado. No olvidemos lo principal, la diferencia fundamental de toda especie de Biblia; con el Código de Manu, las clases nobles, los filósofos y los guerreros conservan su poder sobre las masas: por todas partes valores nobles, un sentido de perfección, una afirmación de la vida, un sentimiento triunfal de satisfacción de sí mismo y de la vida; el sol luce en ese libro iluminándole. [...] Yo no conozco libro alguno en que se diga a la mujer tantas cosas buenas y tiernas como en el Código de Manu; aquellos viejos santones tratan a la mujer con una gracia y delicadeza que acaso no ha sido superada nunca. «La boca de una mujer ―se lee allí―, el seno de una joven, la oración de un niño, el humo del sacrificio, son siempre puros». Y en otro lugar: «No hay nada más puro que la luz del sol, la sombra de una vaca, el aire, el agua, el fuego y la respiración de una joven». Un último pasaje, que es quizá también una santa mentira: «Todas las aberturas del cuerpo por encima del ombligo son puras, las de debajo son impuras. Solo en la virgen es puro todo el cuerpo».

El anticristo

Examinemos ahora el otro caso de lo que llaman moral: el de la cría de una raza y una especie determinada. El ejemplo más grandioso nos lo ofrece la moral hinduista, sancionada como religión en la Ley de Manu. Aquí se plantea la tarea de criar a un mismo tiempo nada menos que cuatro razas: una sacerdotal, otra guerrera, otra de comerciantes y labradores, y otra de siervos (los sudras). Está claro que aquí no estamos ya entre domadores de animales: solo para planificar una cría semejante se requiere un tipo de hombres cien veces más apacibles y racionales. Si venimos de respirar ese aire de hospital y de cárcel que es el aire cristiano, respiraremos aliviados al entrar en este mundo más sano, más elevado y más amplio. ¡Qué miserable resulta el Nuevo Testamento en comparación con Manu!

El crepúsculo de los ídolos

Por el contrario, Las leyes de Manu es la escritura del hinduismo que más ha sido criticada por los eruditos coloniales británicos, los defensores de los dalits y por los historiadores marxistas. Ha sido quemado en público por varios de estos grupos.

Referencias

  1. Laws of Manu 3.15-19 Sacred Texts.com
  2. Laws of Manu 10.57-61 Sacred Texts.com
  3. Laws of Manu 10.64-72 Sacred Texts.com
  4. Laws of Manu 10.73 Sacred Texts.com

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