Falange Socialista Boliviana

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Símbolo de la Falange Socialista Boliviana
Manifestación de la Falange Socialista Boliviana

La Falange Socialista Boliviana es un movimiento político fundado por Óscar Únzaga de la Vega en Santiago de Chile el 15 de agosto de 1937, fundado bajo claras bases falangistas, recibió apoyó en su mayoría por estudiantes y ciertas facciones militares. Su ideología se baso en el antimarxismo y el anticapitalismo, su saludo era el brazo en alto, sus lemas "Dios, Patria y Hogar", tenían gran parecido con los adoptados por la Acción Integralista Brasileña (Deus, Pátria e Família), su grito de guerra SABER (¡Por Bolivia! y ¡Saludemos A Bolivia Engrandecida y Renovada) y sus brigadas de acción usaron camisas blancas. Pero el parecido no se limitó solo al tema simbólico y organizativo, también ideológicamente buscó el bolivianismo de gran parecido con el Brasilianidade Integralista o la "Italianità" y "Romanità" en Italia, buscó un "Nuevo Estado Boliviano" ese mismo "Estado Novo" que tanta emoción genero entre los Integralistas Brasileños, fomentó el indigenismo en contra del hispanismo de la Falange Española, el partido defendió los derechos del indígena y se opuso al racismo, conducta claramente inspirada en su contraparte Española FE de JONS y por esta razón su doctrina por sobre todas las cosas era el catolicismo.

El movimiento fue en síntesis -corporativo, católico y autoritario- y su inspiración fue falangista más que fascista.[1] A pesar de el gran parecido con las tácticas e ideologías usadas históricamente por el fascismo, [2][3][4][5][6], nunca se mostró a favor del falangismo y en posteriores declaraciones de su líder Óscar Únzaga de la Vega, se negó tal influencia. Lideró, una fuerte oposición a los movimientos que por aquella época venían desarrollándose en Bolivia tales como el MNR (Movimiento Nacionalista Revolucionario), grupo que trato de declararse como el verdadero portador de la ideología católica en Bolivia. Por su doctrina nacionalista al igual que otros partidos de esté carácter nunca acepto el colaboracionismo, ni la sumisión al extranjero internacionalista.

Antecedentes

La Falange Socialista Boliviana, nació como un movimiento juvenil que integraba en su seno a estudiantes universitarios y de colegios. Nació de una juventud que se llamó la "generación del Chaco". Una generación de jóvenes, que se manifestaron como resultado de las interrogantes que despertaron en ellos, la derrota militar y diplomática de Bolivia en la Guerra del Chaco con el Paraguay (1932-1935). Eran interrogantes sobre el destino nacional y los problemas mundiales, que se expresaron en diversas posiciones políticas y aun religiosas. Su líder, Oscar Unzaga de la Vega, era un joven de veintiún años de edad, cuando fundó este partido. Los otros cuatro jóvenes universitarios que lo acompañaron en la fundación de FSB, contaban con la misma edad. Estos eran Guillermo Koening, Hugo Arias, Federico Mendoza y Germán Aguilar.

Otros personajes importantes que formaron parte de la Dirección Nacional de FSB, fueron el Dr. Gonzalo Romero y el Dr.Gustavo Stumpff. Promulgó al fundarse en 1937, su programa de principios constituido por 17 puntos. Estos principios formaban parte de la tesis del Nuevo Estado Boliviano. Uno de sus encabezados sintetizaba así los propósitos que perseguía: "...el Nuevo Estado Boliviano será un organismo integral que basado en la voluntad de ser de una Nación, subordinará los intereses personales, de grupo o de clases, al supremo interés de la bolivianidad".

La doctrina

La FSB nació como una fuerza política nacionalista, opuesta a la dependencia extranjera. Dio inicio a la formulación ideológica del nacionalismo Indigenista boliviano. Propugnó una ideología que no estuviese moldeada en las corrientes políticas importadas del exterior; pues es un pensamiento bolivianista, proveniente de la propia identidad nacional. Por su socialismo, preconizó la justicia social,que debía realizarse por medio de la solidaridad de las clases sociales y la armonización del factor productivo con el factor social; en oposición a la lucha de clases marxista y a las plutocracias liberales. La Falange propugnó la realización de la Reforma agraria y la redención del indio, en una época cuando la población indígena de Bolivia se encontraba en un estado de inicua explotación. Este punto consideraba al indio como la raíz de la nacionalidad boliviana; constituyéndose así FSB, en el primer partido político boliviano que propugnó esta medida de reivindicación social.

Un punto muy importante es la instauración de un Nuevo Orden Económico. Otros puntos expresaban la aspiración a la nacionalización de todos los medios estratégicos de producción. Una economía socialista que evite la lucha de clases diría Oscar Unzaga. Junto con ello, promover la inversión privada en otras áreas necesarias y fomentar el capital industrial y la instauración de empresas mixtas.

Concepción nacionalista de Únzaga

El siguiente texto fue extraído del libro Hacia la revolución integral, de Rodolfo Surcou Macedo, publicado en 1961. En la segunda parte, titulada Documentos aprobados en grandes concentraciones nacionales de Falange Socialista Boliviana (1958-1960) se encuentra el capítulo XII, que titula Concepción nacionalista de Únzaga (fragmentos). y abarca desde la página 141 hasta la 148. El preámbulo fue escrito por el autor del libro y el resto es palabra viva de don Únzaga de la Vega, quien se explaya acerca de la visión nacionalista de sus ideales. El líder falangista describe desde un punto de vista filosófico cómo se debe percibir el sentimiento de amor por una nación.

A modo de preámbulo

Bolivia necesita, sobre todo, una regeneración moral, un ejemplo de recta conducta, que partiendo de arriba, pueda seguir el pueblo entero. La interpretación de esa aspiración fue don Óscar Únzaga de la Vega, que condujo al pueblo y a su partido con heroicas exhortaciones y con entereza, porque le correspondió levantar la bandera de la patria a la altura de su verdadero destino. Únzaga, siendo maestro y apóstol de las generaciones, fue el santo del patriotismo y de su convicción ideológica hasta llegar al seno de la gloria con honor y dignidad.

Se convirtió con el martirio de su vida corta y austera, como ningún jefe político lo hiciera, en el paladín de la justicia, de la libertad y la abundancia económica para beneficiar a la colectividad boliviana. Fue héroe que significó la pureza y grandiosidad del alma nacional hasta que dio cara y pecho a la muerte por el noble ideal de ver a Bolivia feliz y respetada.

Las generaciones jóvenes que recibimos su enseñanza y herencia histórica, somos las depositarias de sus valores morales y de su filosofía que exaltan doblemente la memoria de aquel gran conductor incomparable, que santificó a su tierra con la sangre sagrada de su vida incorruptible. Muchos hombres que no le comprendieron, le combatieron con arma vil de ignominia, pero ya se darán cuenta de lo que significaba aquel inolvidable genio americano

Sin embargo, el pueblo que le conoció, le llora porque sabe lo que significa Únzaga para él, y este fue para el pueblo el símbolo de su fe bolivianista. Las generaciones jóvenes de la patria, constituimos el fundamento de todo orden social, creadoras de alegrías, sembradoras de deseos nobles y de la confianza viva que nos legara don Óscar Únzaga de la Vega.

Por eso, en memoria de nuestro jefe espiritual y como un homenaje justo a él y a los cientos de mártires que le acompañaron, en este capítulo insertamos un fragmento de un trabajo en borrador sobre nacionalismo que planteara el forjador de las generaciones y campeón de las luchas anticomunistas. La exposición es la siguiente:

Interpretación filosófica de los fenómenos sociales

Al referirnos a los conceptos de nación y Estado que precisamos para entender el pensamiento político llamado nacionalismo, no haremos otra cosa que interpretar fenómenos sociales. Mas, la interpretación de la fenomenología social requiere un sistema filosófico a la luz de cuyo pensamiento se analicen, comprendan y clasifiquen en los hechos de la sociedad humana.

La política tiene por objeto encontrar las formas capaces de cumplir las aspiraciones de la vida individual y colectiva, o sea encontrar nuevas formas de vida.

Primordial es, por tanto, saber qué es, a qué obedece y qué fin tiene la vida. O sea tener un concepto filosófico de la vida. De este concepto filosófico que tengamos de la vida deduciremos sistemas de interpretación de los fenómenos sociales, que determinen la conducta de los hombres y de sus sociedades. Para conocer o interpretar el fenómeno social es preciso admitir un sistema filosófico, que nos permita tener un método de interpretación.

La teología y la filosofía escolástica de los doctores de la Iglesia interpretaban todo como condicionado al espíritu, desestimando las causas económicas y biológicas, relegadas a un plano inferior en cuanto a motores de la actividad humana y la evolución social.

El pensamiento racionalista de 1800 puso en duda todos estos valores conceptuales que, aplicados al terreno de la sociología, tenían un desconocimiento verdadero de la naturaleza humana sus necesidades, que influyen en el acontecer histórico. Pero el nacionalismo, de una y otra escuela, llegó a los mismos extremos de exageración y de unilateralidad; el mismo error de perspectiva y de súper estimación de uno de los factores o causas del desenvolvimiento social. Como hijo de este racionalismo desmedido nació el materialismo histórico, fundamento filosófico del marxismo. 1.- “Partiendo de la realidad de la evolución de las sociedades, esta escuela cree encontrar el primitivo y verdadero motor de esta evolución en la vida económica,. Confundiendo las simples transformaciones económicas con la evolución social misma sostiene el concepto de evolución subordinada a las necesidades naturales; y del hecho de una gradual substitución de la producción individual con la colectiva, no solo infiere el determinismo evolutivo en el orden económico, sino que eleva hasta proclamar que todos los fenómenos sociales en general, inclusive los políticos, éticos y estéticos, están determinados por los hechos económicos. Este es un grave error del materialismo histórico, actualizado hoy por la expansión de la doctrina marxista, cuyos adeptos, en su mayoría, solo prestan atención a las finalidades revolucionarias de su política y no al errado pensamiento filosófico que la inspira.

Padece de la misma desmedida hipertrofia en la consideración de un solo factor, de un solo modelo en el engranaje de la maquinaria social. Bernstein, Berdielff, Ortega y Gasset, Spengler, etc., para no citar más el plano de la elucubración filosófica han analizado el materialismo histórico y sus errores científicos, pero el marxismo ha respondido al análisis filosófico solo desde el plano político, y le basta para defenderse de la crítica con fustigar a los pensadores de burgueses excéntricos reaccionarios, etc., y sitúa así al investigador filosófico en el terreno de la lucha política inmediata, lo abandona o por el interés proletario, o por el interés burgués, y nos deja con la enorme sensación de desconcierto de que todo se hace o se dice o se piensa por un interés económico que lógicamente, impediría que los pensadores nos hablen de la unidad por la unidad misma y no por su interés particular o de clase

Nadie negará, ni puede negar que los hechos económicos tienen una importancia decisiva en la vida de las sociedades, pero esto no excluye la consideración racional y verdadera de los otros factores, múltiples y diversos, que determinan la aspiración, y la evolución de la vida de la humanidad. La vida humana no solo está determinada por el fatalismo del proceso económico que conduce, según el marxismo, a la dictadura del proletariado, ni es tampoco la sola presencia de un alma, como sostiene la teología escolástica. Ni la razón teológica nos explica todo, ni el materialismo económico. La verdad es la síntesis del conocimiento de todos estos factores múltiples.

La política y la filosofía que desestimen los procesos económicos serían o miopes o falsas. La economía, los sistemas de producción, la distribución de la riqueza, además de satisfacer las causas éticas de justicia, erran del “clima” diríamos así, para que todos los hombres y las colectividades puedan cumplir los grandes y trascendentales destinos a que están llamados.

Amar, pensar y orar en la vida no solo son procesos psicológicos que determinan “las necesidades del hombre”. La cultura y la moralización no solo son el producto del proceso histórico de los sistemas de producción. El espíritu ha puesto toen todo su sello de divinidad; hay algo más profundo, más trascendental, más eterno que el comer y multiplicarse.

Por eso la filosofía marxista además de ser científicamente errónea, es perjudicial y oprobiosa porque niega los valores del espíritu. No podemos aceptar que “no se come lo suficiente como para crear fuerzas morales”. Por eso, nuestro pensamiento filosófico no solo nos da el sistema de interpretar los fenómenos y procesos sociales, sino nos comunica un concepto trascendental de la vida, auspicia, alienta ye ilumina nuestro pensar político. Por eso, antes de hablar de política, he tenido necesidad de hablar de filosofía.

Nación

La nación es un conjunto de individuos que puede ser homogéneo o heterogéneo en la raza, en la lengua, la religión, que necesita un territorio para vivir o coexistir, pero que está unificado por un sentimiento: la conciencia de la nacionalidad. Podrá existir un pueblo de unidad religiosa, de idioma y de raza, pero si carece de este sentimiento de nacionalidad que le da la conciencia de su personalidad histórica, se disgregará al menor tropiezo para ser absorbido por otros pueblos u otras naciones.

En cambio, una colectividad que pueda tener varios credos religiosos, dos o más lenguas y no tuviera unidad técnica, subsistiría por su conciencia nacional.

Por tanto lo esencial, lo fundamental para que exista una nación, es su propia conciencia como nación; y la voluntad de existir que le infunde esa conciencia. El jurista argentino José María Rosa, define la nación bajo ese concepto verdaderamente exacto: “Toda nación es un culto”. “La nación es el primero de los cultos sociales. No ha sido formada teniendo en cuenta el interés de los individuos que la integran. La historia de toda nación nos descubre el móvil religioso que ha dado origen e impulso a su desenvolvimiento. La nación no es un conglomerado; es una sociedad. Y como todo ente social, su causa, su razón de existencia, es tan extraña, tan inasequible a la lengua individual, como lo es todo culto religioso”.

La idea de la nación se dirige al sentimiento, no a la razón de los hombres. Ese culto es el único motivo de la existencia de una nación; es la nación misma, por encima de sus gobernantes, de sus gobernados y del territorio que pueda ocupar. De allí que el primordial deber de todo gobierno, consiste en mantener y afianzar ese culto. Ningún otro puede parangonarse con este fundamental concepto; no es posible suponer interés de orden individual, prevaleciendo ante ese gran interés de orden social. Usando una magnífica frase de Avellaneda, “nada hay en la nación superior a la nación misma”.

De manera que el territorio, la geografía, la raza, el idioma, la religión, la unidad política, etc., son materiales diremos así de ese edificio social que llamamos una nación pero que no tome forma ni estructura sin el mortero o la fragua que los cohesione y les dé personalidad, entidad histórica y que ese culto a que hace referencia Rosa, “una sola conciencia y una sola voluntad de que habla Mussolini y el sentimiento que dice Zimmera”.

El Estado no debe ser clasista

La lucha de clases no es una concepción colectiva como se puede creer y se dice que es, al proponer colectivizar los medios de producción filosóficamente es por esencia individualista.

¿Qué es un partido de clase? Es un concepto de individuos unidos para defender intereses económicos. Un socialista de tipo clasista lucha por el interés colectivo solo por cuanto él se refiere al interés individual de todos y cada uno de los que pertenecen a su clase. Excluye al que tenga un interés contrario al suyo, como sucede con la clase dueña de los medios de producción.

Los intereses económicos son, por esencia, de momento, es decir, de tiempo presente. De ahí que a un clasista nada le importa, por ejemplo, revivir la tradición incaica ni padece privación por efectuar una obra artística para el futuro. Lo esencial es que el individuo cumpla sus necesidades. Por eso, los partidos de clases son negadores de la nacionalidad y pierden su estructura, su destino, etc., a menos que después, como sucede con Rusia, se vuelvan en cierto sentido nacionalistas.

Nacionalismo

De nuestras consideraciones anteriores se refiere a lo que es el nacionalismo. Es el sentimiento de la nacionalidad interpretado en el terreno político. Y entiéndase que en lo político han de comprenderse también la realización de aspiraciones permanentes y superiores, como el arte, la ciencia y otras manifestaciones del espíritu humano.

La nación es, repetimos, un conjunto de individuos que orbitan y actúan como unidad histórica por la presencia de un sentimiento nacional. La patria representa, en cambio, el suelo donde uno ha nacido. Generalmente es una división política que debe, para sobrevivir, corresponder una nación. El sentimiento patriótico es fuerte, es histórico, es eterno cuando concuerda con el sentimiento nacional.

La patria es, sin embargo, ante todo y sobre todo, un concepto ético y filosófico. Podríamos acercarnos algo al concepto con una comparación. La familia es la nación y el hogar es la patria. La patria, es ante todo y sobre todo, un concepto filosófico y moral. Amamos a nuestra patria, como amamos a nuestra madre. La amamos sin reflexión y sin conciencia, aunque la supiéramos que nos engendró por pecado y aunque no nos diera pan.

La patria no da nada al obrero, se dice. Sin embargo, entiéndase que no es la patria, sino su gobierno el culpable de la injusticia; lo que sean patriotas sabrán que si se padece injusticia, hay que servir a la patria, y con el trabajo y la honradez reflejados en todas las actividades del país y también en el gobierno, la patria será un hogar de paz y de justicia.

El interés económico como moral política y social, convierte al hombre en un ser egoísta y calculador. La reivindicación debe hacerse por un sentimiento de justicia, y la justicia es un concepto moral. Pero si la hacemos por propio interés, por rencor, por venganza, como se postula, la noble acción política está prostituida.

Los marxistas postulan que solo los partidos de clase podrán hacer justicia social, porque ellos son parte interesada, porque son sus intereses los que los obligan. Actúan, entonces, por egoísmo. Nosotros postulamos que todos los hombres que pertenecieron a una colectividad nacional, deben evolucionar sus espíritus hacia ideales éticos como la justicia, y luchar por el criterio de los demás con renuncia de sus propios intereses. Actuar por altruismo.

La esencia humana, el espíritu del hombre, es capaz de comprender conceptos que estén sobre sus intereses y actúan como fuerzas que no son filosóficas. La cantidad y el heroísmo no obedecen a móviles económicos, y son los santos y los héroes los que han iluminado el camino de la humanidad.

Por eso la patria es un concepto ético de naturaleza superior. Porque podemos morir por ella, casi como una abstracción, como un ideal y los hombres y pueblos que son capaces de sacrificarse valen más que los hombres que viven vida vegetativa y los pueblos incapaces de luchar.

La patria, el ideal, el bien, la belleza, son concepciones superiores que dignifican y elevan la naturaleza humana. Hemos venido al mundo a cumplir ideales y no solo a satisfacer necesidades. La sabia filosofía popular nos dice: “No vivimos para comer, sino comemos para vivir. Y vivimos para crear y ser mejores”. Y aquí está el lema de la fórmula política: No vivimos para comer, por tanto la evolución de la sociedad, la historia, no está determinada por las necesidades del hombre, sino que comemos para vivir y que es necesario, por tanto, facilitar a todos el cumplimiento de sus necesidades para que puedan cumplir sus aspiraciones.

Por eso, defendemos la patria, porque los hombres se dignifican, se elevan, se sacrifican por ella. “La patria es el campo de nuestros destinos, reservando a la justificación de nuestra existencia la realización de nuestros ideales”. Es una disciplina espiritual, un campo de realización, de aspiración de justicia y de bien, un ente moral al que sacrificamos nuestros egoísmos. Y es por ello que el nacionalismo de cualquier clima o paralelo que fuese, sostiene como primer aspecto la defensa del concepto de patria.

El nacionalismo se basa, pues, en un concepto ético, la “patria”, y una realidad social: la nación. La humanidad está compuesta de diversos grupos sociales, que están unidos por su tradición histórica, su alma nacional, sus costumbres, su unidad mental, su voluntad de ser. Por tanto, la política que es ciencia de realidad ha de partir de este hecho, de esta realidad. Cada grupo tiene su historia y su destino y debe cumplirlos de acuerdo a sus propias modalidades y a sus virtudes.

En esta diversidad de los grupos sociales está el secreto de la civilización y la cultura. Ahora bien, no hay que entender el nacionalismo como odio, como destrucción. Acabo de leer en una revista yanqui, esta frase: “Los males de Europa no provienen como se ha dicho, de sus nacionalismos: provienen de una causa más sencilla: del mal gobierno”. El nacionalismo no excluye un internacionalismo bien entendido, sino como solidaridad humana, convivencia internacional. Un internacionalismo de la índole del que define un político americano, no excluye el nacionalismo. Dice así:

“Porque el internacionalismo bien entendido no consiste en la unión entre los Estados; ni es la unión entre quienes están por encima del nacionalismo y los cosmopolitas que han roto los vínculos con su patria. El verdadero internacionalismo es conocimiento mutuo entre las naciones, entre sus más altos, mejores y más característicos representantes”. Y este bello pasaje: “Es gracias a la exploración más profunda y al disfrute de los infinitos tesoros de las nacionalidades del universo por hombres y mujeres que, por estar íntimamente ligados a una nación que es su patria, poseen visión certera y sensibilidad refinada, como se podrán forjar algún día los nexos duraderos del internacionalismo y establecer la armonía del recuerdo en un mundo de diversidad incontrastable”.

La paz universal, el entendimiento internacional, la armonía en progreso, han de ser logrados justamente no negando el principio de las nacionalidades, que son realidades incontrastables y benéficas, sino reconociéndolas y respetándolas.

El internacionalismo marxista o el de los grandes banqueros y mercaderes del mundo, ese sí que no admite nuestro nacionalismo. Porque destruye lo verdadero, endiosa la clase y postula una patria universal irrealizable, porque para gobernarla habrá que fragmentarla de nuevo, habrá que admitir nuevos grupos sociales, todo sometido a organización internacional y todo desprovisto del sentimiento de la nacionalidad que es el más grande de los fenómenos históricos.

Es decir, los nacionalistas no pueden transigir con los sin patria, según los utilitarios de la derecha o los materialistas de la izquierda. El nacionalismo no es guerra. Todo lo contrario: la falta de respeto a la nacionalidad engendran las conquistas. Las conquistas son o no son posibles, porque se debilita el nacionalismo de un pueblo. Nosotros somos el país de América que más guerras hemos soportado, no por nacionalistas, sino por falta, por debilitamiento del espíritu nacional.

Primeras acciones políticas

Posteriormente a la fundación de FSB en 1937, se formaron los partidos políticos Partido de la Izquierda Revolucionaria (PIR) en 1940 y el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) en 1942. En 1936, había sido creado el Partido Obrero Revolucionario (POR), de línea trotskista. FSB disputó la lucha política con estos partidos, logrando un importante crecimiento y protagonismo en los campos universitarios, estudiantiles y sindicales. Su oposición a los gobiernos de entonces, ocasionaron la represión y consiguientes medidas de expulsión del país que obligaron a Unzaga, junto a los dirigentes y militantes de su partido, a vivir por tiempos en el ostracismo.

A pesar de la derrota del fascismo la Falange Boliviana continuaron su batalla como si nada hubiera pasado.

FSB participó por primera vez en las elecciones de 1947, presentando la candidatura del General Bernardino Bilbao Rioja a la presidencia, y la del Dr. Alfredo Flores Belloni a la vice presidencia. Unzaga fue también diputado en 1947, y desde el Parlamento, fustigó duramente la política de los regímenes oligárquicos dirigidos por los barones del estaño Patiño, Aramayo y Hostschild.

Dictadura Roja

En 1952, un golpe de estado llevó al poder a Víctor Paz Estenssoro, el líder del Movimiento Nacionalista Revolucionario, que propuso el FSB a participar en el poder, dándole un importante número de puestos ministeriales. La respuesta de Oscar Unzaga de la Vega, sin apelación: la Falange no trabajará más con un gobierno que considera ‘infiltrado de comunistas y trotskistas’… Por el contrario, Unzaga elige la confrontación. El FSB criticó la influencia cada vez mayor, tanto en asuntos políticos como económicos de Bolivia por los Estados Unidos, acusando al gobierno de estar bajo el control directo de los embajadores de EE.UU. en La Paz a pesar de su retórica de izquierda.

Reforma agraria e intentos de llegar al poder

También se queja de que la reforma agraria, dividiendo la tierra, ha creado una masa de pequeños agricultores pobres, mientras que para la Falange, la solución es el retorno a la explotación colectiva de la tierra por las comunidades rurales. El 19 de abril de 1959, pensando que había llegado el momento, la Falange Socialista Boliviana intentó tomar el poder por la fuerza de las armas. El intento fracasó y Unzaga de la Vega murió en los combates. Siguió un largo período de represión contra activistas de Falange durante la cual fueron creados algunos grupos de guerrilleros en las zonas montañosas del país.

En 1964, estos grupos armados participaron en el golpe de Estado que le dio poder al general René Barrientos. La Falange no se integró directamente en el poder, pero su influencia en el gobierno fue grande. En 1971, volvió a participar en el golpe militar del general nacionalista, a menudo denunciado como "fascista", Hugo Banzer. La correlación de pensamiento entre él y los elementos más moderados de la FSB y más derechistas significó que algunos de sus cuadros y militantes pasaron con armas y bagajes a Acción Democrática Nacionalista, partido de derecha nacionalista que fundó el General en 1978.

Los que permanecieron fieles a Oscar Unzaga de la Vega, se dividieron entre ortodoxos y una fracción de la izquierda que se separó en 1987 para fundar el Movimiento al Socialismo-unzaguista que cambió su nombre por el Movimiento al Socialismo, al que diez años después accedería a su dirección Evo Morales.

Actualidad

En la actualidad la línea nacionalista de FSB tomó el rumbo de la actuación sin transacciones, presentando sus aportes políticos a la sociedad civil; actuando en corporación o individualmente. Desde la implantación del modelo neoliberal en 1985, los líderes nacionalistas de FSB emitieron diversos documentos de oposición a este sistema. En mensajes a la Nación; emitidos el 15 de agosto de 1988 y el 15 de enero de 1990; los dirigentes de entonces, Héctor Peredo Peredo, como Jefe, junto con Raúl Portugal Montalvo y Raúl Espinoza Uzquiano, como presidentes de los consejos nacionales, demandaron ante los poderes públicos, dar lugar a la instauración de la Asamblea constituyente, para hacer posible la realización del Nuevo Estado Boliviano.

Esta Constituyente, debía estar conformada por representantes de las fuerzas sociales e institucionales del país, bajo lo que denominaron el PACTO DE INTEGRACIÓN NACIONAL. Con este instrumento, generar las transformaciones políticas, económicas y sociales, junto con la reforma de la Constitución Política del Estado.

Más tarde, los militantes falangistas y ex dirigentes, volvieron a insistir con esta propuesta, añadiendo la necesidad de convocar al pueblo a un referéndum nacional, como parte de las reformas constitucionales; en un manifiesto público enviado a los medios de comunicación, en octubre de 2000; a nombre de la Comisión Nacional de Organización de FSB, que actuó independientemente,sin vinculación con organismo alguno de Dirección oficial. El falangismo se constituyó en el único partido político que propugnó este instrumento de acción popular y de cambios para el país. Los partidos políticos y los gobiernos de turno, criticaron y rechazaron estas propuestas; sin embargo,actualmente las están aplicando y las incluyeron en la Nueva Constitución Política del Estado, vigente desde el año 2004.

Es más, la propuesta falangista de Nuevo Estado Boliviano fue empleada por diversos analistas en la sociedad civil, como una aspiración de la sociedad boliviana a la transformación del sistema político y económico, por un nuevo modelo nacionalista. Sin embargo, diversos partidos políticos de diferente signo ideológico; así como el gobierno del MAS de Evo Morales que antes de llegar al poder se declaraba Unzaguista (Antes de llegar al poder y el cambio ideológico se llamaban MAS-U, Movimiento al Socialismo Unzaguista) para luego rechazarlo y aceptar las tesis marxistas que a través de sus personeros oficiales; tanto como los directivos de la Asamblea Constituyente; y otros organismos institucionales del país, han utilizado también como rótulo el nombre de Nuevo Estado Boliviano; aunque sin precisar ellos el contenido ideológico y programático que debería contener esta propuesta.

Falange Socialista Boliviana es un grupo inexistente en la actualidad, el único grupo que todavía recobra una existencia verdadera y combativa es la Falange 19 de Abril que realiza hoy una valerosa resistencia ante las imposiciones marxistas de Evo Morales.

Referencias

  1. Franco Savarino "Juego de ilusiones: Brasil, México y los "fascismos" latinoamericanos frente al fascismo italiano" Un estudio crítico acerca del fascismo y el falangismo latinoamericano
  2. El extraño devenir del falangismo boliviano Estudio sobre la historia de la Falange Socialista Boliviana.
  3. Phil Gunson, Andrew Thompson, Greg ChamberlainThe dictionary of contemporary politics of South America
  4. Bolivian Socialist Falange Estudio enciclopédico de la historia de "La Falange Socialista Boliviana" el cual habla de la inicial adherencia de la ideología al Falangismo Español.
  5. Cyprian Blamires, Paul Jackson "World fascism" Enciclopedia, que habla de la historia del fascismo.
  6. Stanley G. Payne A history of fascism, 1914-1945

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