Impuesto

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"Jesus come con pecadores y recaudadores de impuestos" en un grabado de Alexandre Bida (1875)
Los impuestos castigan a quienes producen y recompensan a quienes no producen.

Robert Kiyosaki

El impuesto es un tributo o carga que las personas u empresas están obligadas a pagar sin que exista una contraprestación directa. Esto es, sin que se le entregue o asegure un beneficio directo por su pago.

Etimología

La palabra impuesto tiene su origen en el término latino "impositus".[1] Sus componentes léxicos son: el prefijo "in" (hacia dentro) y "positus" (puesto).[2] En sentido más simple, la palabra proviene de «imponer» o «imposición».[3]

Orígenes

Puede decirse que el tributo o impuesto es milenario para la humanidad, y su aparición se debe a la religión, a la guerra y al saqueo. En el antiguo Egipto, el primer sistema fiscal conocido data del 3000 al 2800 a. C. Los faraones de Egipto tenían recaudadores de impuestos conocidos como escribas, que comenzaban recaudando el impuesto del aceite de cocina.

Más tarde, la antigua Grecia también estableció una Hacienda Pública responsable de la recaudación de impuestos. Pagar impuestos era algo necesario para cubrir ciertos gastos del estado y se usaba para pagar los costos de la guerra.

En el Imperio Romano los primeros impuestos fueron los de las aduanas y los derechos de importación y exportación llamados Portoria. Históricamente, el emperador César Augusto es considerado el estratega fiscal más consumado del Imperio Romano.

En la Biblia, los recaudadores de impuestos, también conocidos como publicanos, se mencionan muchas veces sobre todo en el Nuevo Testamento. De hecho trabajaban para los contratantes de impuestos y se les describe generalmente como codiciosos, ya que pedían más dinero del que debían.

Necesidad de los impuestos

Los impuestos son necesarios ya que permiten que el Estado pueda ofrecer a los ciudadanos determinados bienes y servicios que están dirigidos a incrementar el bienestar social. En este sentido, son utilizados para pagar las nóminas de aquellas personas que trabajan en el sector público, la construcción de infraestructuras que permiten el desarrollo de la sociedad, las pensiones, salud, seguridad, educación y defensa.

La mayoría de los que se oponen a los impuestos, promulgan la adopción del Estado mínimo al entender que su rol es indispensable en áreas como justicia y defensa. El interés de los políticos para elevar el gasto público a menudo se debe a la posibilidad de utilizarlo para el clientelismo que les permita perpetuarse en poder, haciendo que una minoría cargue de manera desproporcionada con los gastos del resto de la sociedad.

La necesidad de generar un relato que justifique extraer la mayor cantidad posible de impuestos, queda reflejada en el pensamiento del mercantilista francés del siglo XVII Jean-Baptiste Colbert, cuando insta a minimizar la cantidad de protestas:

El arte de los impuestos consiste en desplumar al ganso de forma que se obtenga la mayor cantidad de plumas con el menor número de graznidos.

Legitimidad

Para el filósofo inglés John Locke la autoridad gubernamental surge del consentimiento de los gobernados y no al revés. Por lo tanto, si todos nos hemos puesto de acuerdo en financiar al Estado y recibir una serie de servicios y prestaciones, ese "contrato social" puede legitimar que se nos exija el pago de impuestos. Sin embargo, el abogado y filósofo político Lysander Spooner explicó que un supuesto contrato social no puede usarse para justificar los impuestos, porque el gobierno utilizará la fuerza contra cualquiera que no desee aceptar voluntariamente dicho contrato. Por el mero hecho de haber nacido en un determinado territorio y permanecer allí, se nos exigirá un tributo y éste será extraído por la fuerza de ser necesario.

Los defensores de los impuestos argumentan que las nociones del derecho legal a la propiedad privada están definidas por el marco legal del Estado, y por lo tanto los impuestos estatales no representan una violación de la ley de propiedad, a menos que el impuesto en sí sea ilegal. Por ello, el filósofo francés del siglo XIX Frédéric Bastiat, describió los impuestos como un "saqueo legal".

Impuestos como una forma de solidaridad social

Aunque los socialdemócratas aseguran que pagar impuestos es una forma de solidaridad, los impuestos se diferencian de esta al tratarse de tributos que deben ser pagados de forma obligatoria. La propia etimología de la palabra impuesto indica que proviene del verbo activo transitivo "imponer". La no existencia de un impuesto, no significa que los ciudadanos no puedan donar voluntariamente su dinero para cualquier causa.

Según el principio de capacidad contributiva, quienes más tienen deben aportar en mayor medida al financiamiento estatal. Se alega que de este modo se estaría consagrando el principio constitucional de equidad. Aunque el principal objetivo de los impuestos es financiar el gasto público, quienes mas impuestos aportan reciben exactamente los mismos servicios que el resto. Unos servicios que en muchos casos no utilizan ya que disponen de proveedores privados.

La corrupción de las democracias procede inmediatamente del hecho de que una clase social fija los impuestos y otra los paga. De esta manera, el principio constitucional: ningún impuesto sin la representación oportuna, queda totalmente reducido a la nada.
—William Ralph Inge, escritor inglés anglicano

Según el periodista catalán Francesc-Marc Álvaro, hablar de solidaridad para justificar una subida de impuestos "es una forma bastante tosca de chantaje moral".

Por solidaridad, uno paga una cuota a una ONG. Por solidaridad, uno decide libremente y según su conciencia dedicar euros y/o tiempo a cualquier proyecto social, cultural, ambiental que sea de interés general. Por solidaridad, uno envía material de primera necesidad a poblaciones de países en desarrollo o entrega comida y ropa en la parroquia del barrio para que la distribuyan entre aquellos que lo están pasando peor. Por solidaridad, se hacen muchas cosas, pero incluir las obligaciones fiscales en este apartado es una desfiguración.
No pagamos impuestos por solidaridad, no nos engañemos. Pagamos impuestos por obligación (la inmensa mayoría) y por sentido cívico (la inmensa minoría). Algunos también pagamos impuestos por interés y por pragmatismo. Yo tengo interés en que los servicios públicos funcionen bien, en que existan unos mínimos de protección que estén asegurados, en que la base material de la cohesión social sea firme y sólida. A partir de esta distinción, puedo y debo discutir la mayor o menor presión fiscal del Gobierno de turno y, sobre todo, la forma como las administraciones gastan los recursos públicos...[4].
—Francesc-Marc Álvaro, periodista español

Referencias

  1. «Impuesto» - Definicion, 09 de julio de 2022.
  2. «Impuesto» - Etimologias, 09 de julio de 2022.
  3. «Impuestos, imposición e impostura» - El Periódico, 17 de marzo del 2018.
  4. Opinión: Impuestos y solidaridad por Francesc-Marc Álvaro

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