Michel d'Herbigny

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Michel-Joseph Bourguignon d'Herbigny (8 de mayo de 1880, Lille, Francia - 23 de diciembre de 1957, Aix-en-Provence, Francia) fue un escritor y sacerdote católico francés. Estuvo involucrado en una operación secreta del Vaticano destinada a crear una iglesia subterránea en la URSS para ayudar a la población local a resistir el avance del ateísmo.

Juventud

Miembro de una familia de la burguesía francesa, recibió desde niño una rigurosa educación católica. En 1897 ingresó a la Compañía de Jesús para iniciar su formación sacerdotal, la cual culminaría con su ordenación el 7 de agosto de 1910. Para obtener su doctorado en teología escribió una tesis sobre la obra del pensador ruso Vladímir Soloviov, la cual sirvió para introducir al autor al mundo francófono (por ello la Académie Française le otorgaría un premio).

Profesor en Enghien

En 1912 su congregación lo envió a Bélgica para trabajar como profesor en la Escuela de Teologia de Enghien. Su interés por Rusia lo impulsó a viajar varias veces a ese país en calidad de misionero católico. Al observar el abandono de la Iglesia Ortodoxa Rusa en algunas comunidades pensó que había oportunidad para la penetración del catolicismo entre la gente; a raíz de ello montó un proyecto para que jóvenes rusos pudieran estudiar como seminaristas en Enghien, pero la invasión de los alemanes a Bélgica durante la Primera Guerra Mundial acabó con la iniciativa.

Por esa época ganó fama en Europa gracias a la redacción de un pequeño tratado sobre el sacramento de la confesión en el cual explicaba un método que había desarrollado para que un sacerdote que hablase latín confesase correctamente a un creyente sin necesidad de entender su idioma.

Fue cercano al Cardenal Désiré-Joseph Mercier.

Campaña rusa

Cuando en 1922 los jesuitas se hicieron cargo del Pontificio Instituto Oriental de la Universidad Gregoriana de Roma, Herbigny fue convocado para ocupar el puesto de rector. Poco después pasaría a presidir la Comisión Pro Rusia de la Congregación para las Iglesias Orientales.

Pío XI, preocupado por el afianzamiento del comunismo en el viejo Imperio Ruso, le encomendó la tarea de diseñar una estrategia para combatir a la persecución religiosa y mantener vivo al cristianismo en aquel territorio ahora bajo el control de los bolcheviques. De allí surgiría el plan de establecer una estructura eclesiástica en el país oriental sin informarle al gobierno soviético, para que de ese modo los católicos se multiplicasen y participaran de maniobras de sabotaje e infiltración que ayudaran a acabar con el reinado del PCUS. El sacerdote creía que la aparición del demonio rojo podía unificar a católicos y ortodoxos en una causa común, por lo que a partir de ello se podía conseguir que los cismáticos retornasen a la comunión con Roma.

Fue por ello que Herbigny, a comienzos de 1926, fue consagrado obispo por Eugenio Pacelli en una ceremonia secreta en Berlín. Se le asignó la titularidad de la Diócesis de Troya, en un gesto simbólico en referencia al famoso caballo que permitió el fin de la guerra. Monseñor Herbigny se desplazó hasta Moscú con la excusa de que había sido asignado por el Vaticano para darle asistencia espiritual a los extranjeros católicos que se encontraban en la ciudad como miembros de diversas misiones diplomáticas. Durante su estadía consagró como obispos a cuatro sacerdotes -Pie Neveu, Alexander Frison, Boleslavs Sloskans y Anton Malecki-, los cuales tenían la tarea de poner en marcha una campaña subrepticia de evangelización, dirigida especialmente a convertir a la fe católica a personas vinculadas a la esfera del poder soviético.

De todos modos al cabo de unos meses el proyecto fracasó. La GPU había estado espiando las actividades del prelado francés, por lo que no vacilaron en encarcelar y/o desterrar a sus colaboradores. Las autoridades soviéticas lo expulsaron del país y le prohibieron reingresar. Al retornar al Vaticano le planteó al Papa que podían entrenar a los sacerdotes católicos armenios de la República Federal Socialista Soviética de Transcaucasia para crear un polo de resistencia anticomunista desde allí. Por ese motivo viajó varias veces a la zona para coordinar a sus hombres. A su vez se concentró en intentar convertir a la comunidad de exiliados rusos -ya que suponía que ellos o sus descendientes podrían obrar como agentes contra los comunistas- y a los musulmanes de Asia Central -que debían quebrar territorialmente a la URSS.

El Papa fundó el Collegium Russicum en 1928, reflotando el viejo proyecto de Herbigny para educar a los futuros sacerdotes rusos en el espíritu occidental.

Últimos años

Por una disputa con sus superiores jesuitas, Monseñor Herbigny fue apartado en 1931 del Pontificio Instituto Oriental y del Collegium Russicum, pese a seguir siendo un miembro de la Curia Romana. Al año siguiente el prelado quedó vinculado al escándalo que se había suscitado cuando Alexander Deubner -un sacerdote ruso que colaboraba con él- fue acusado de ser un espía soviético. Por esa causa terminaría dejando el Vaticano en 1934 para retornar a Bélgica, viéndose obligado a renunciar a la presidencia de la Comisión Pro Rusia.

Viajó por diversos países dando conferencias y entrevistas a laicos y clérigos en las que afirmaba que la URSS no era una fuerza independiente que había nacido como una utopía igualitarista impulsada por los obreros, sino que se trataba más bien de un instrumento creado por un siniestro grupo de oligarcas mamonistas complotados para destruir a la Iglesia Católica y hacer colapsar al orden occidental. Lo curioso de su denuncia era que sostenía que esa sociedad secreta que operaba desde las sombras no era la judeomasonería, sino algo peor.

Asimismo publicó diversos artículos en periódicos y revistas de gran tirada como la Revue de Deux Mondes, desde donde filtró información acerca del funcionamiento del Komintern (en uno de ellos comentó que el Kremlin de Moscú financiaba no sólo a los comunistas sino también a cualquier fuerza que colaborara en la subversión del orden establecido, señalando al APRA del Perú como un ejemplo de esa táctica).

Dada su trayectoria, Monseñor Herbigny era un hombre muy influyente entre las víctimas del comunismo. Su prédica antisoviética y antimarxista incomodó a los jesuitas, quienes suponían que el prelado podía llegar a desviar a la nueva estrategia vaticana para abordar el problema de la URSS. A causa de ello en 1937 le ordenaron mantenerse en silencio, pudiendo conservar el diálogo sólo con otros jesuitas, con obispos o con familiares directos.

El conflicto deprimió a Herbigny, que renunció a su cargo episcopal y se mudó a la pequeña aldea de Mons en el sur de Francia. El sacerdote fallecería a fines de 1957.

Bibliografía

  • Un Newman russe: Vladimir Soloviev (1853-1900). París: Beauchesne, 1911.
    • Editado en español como Vladimir Soloviev, el Newman ruso. Santiago de Chile: Difusión, 1945.
  • De Sanctissima Trinitate. Enghien: Delwarde, 1914.
  • Prudens sexdecim linguarum confessarius. París: Beauchesne, 1914.
  • Dieu et ma raison. Reims: AP, 1914.
  • De Patre et Filio et Spiritu Sancto. Enghien: Delwarde, 1915.
  • De deo peccata dimittenta post. Enghien: Delwarde, 1917.
  • Assurons aux russes des prêtres catholiques russes. La grande détresse de cent millions d'âmes. París: Action Populaire, 1920.
  • Théologica de Ecclesia. París: Beauchesne, 1920.
  • La Théologie du Révélé. París: Beauchesne, 1921.
  • L'anglicanisme et l'orthodoxie gréco-slave. París: Bloud et Gay, 1922.
  • La vrai notion d'orthodoxie. Roma: PIO, 1923.
  • L'unité dans le Christ. París: Louis de Soye, 1923.
  • La tyrannie soviétique et le malheur russe. París: Spes, 1923.
  • L'âme religieuse des russes d'après leurs plus récentes publications. Roma: PIO, 1924.
  • L'aide pontificale aux enfants affamés de Russie. Roma: PIO, 1925.
  • Après la mort du patriarche Tykhon. Roma: PIO, 1925.
  • Pour l'unité chrétienne. Roma: PIO, 1925.
  • Pâques 1926 en Russie. París: Spes, 1926.
  • L'aspect religieux de Moscou. Roma: PIO, 1926.
  • L'appel douloureux des âmes russes: voix des catacombes. Roma: PIO, 1928.
  • L'Islam naissant. Roma: PIO, 1929.
  • Le Front Antireligieux en Russie soviétique. París: Spes, 1930.
  • Évêques russes en exil. Roma: PIO, 1931.
  • Les "Sans Dieu" militants et la propagande mondiale du communisme. París: Féderation Nationale Catholique, 1933.
  • Le message du Christ et de l'Eglise aux civilisations. Lyon: Chronique Sociale de France, 1942.

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