Ion Antonescu

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Ion Antonescu

Ion Antonescu nació en Piteşti, el 15 de junio de 1882 y murió en la prisión de Jilava, el 1 de junio de 1946. Fue un militar y estadista rumano.

Sus cargos, a lo largo de su vida, incluyeron: el jefe de la sección Operaciones del Gran Cuartel General del Ejército de Rumania, agregado militar en Londres y París, comandante de la Escuela Superior de Guerra, jefe del Gran Estado Mayor y ministro de guerra. Desde el 4 de septiembre de 1940 hasta el 23 de agosto de 1944 fue primer-ministro de Rumania y después dirigente del Estado. Antonescu fue el que decidió la entrada de Rumania en la Segunda Guerra Mundial, que él llamó "La santa guerra para la reintegración territorial", de parte de Alemania y del Potencias del Eje, los únicos que ofrecieron garantías a Rumania para la devolución de los territorios anexados por la Unión Soviética en 1940.

Biografía

Ion Antonescu nació en el seno de una familia de tradición militar. Asistió a las escuelas militares de Craiova y de Iaşi, aprobando en 1904, y luego a la Academia Militar de Saint-Cyr, en Francia, donde llegó a ser jefe de promoción, en 1911.

Con el grado de teniente, Antonescu tomó parte en la represión de la revuelta campesina de 1907, en los alrededores de la ciudad de Galaţi. En 1913 participó en la Segunda Guerra Balcánica, recibiendo por sus méritos la más alta condecoración rumana.

Durante la participación de Rumania en la Primera Guerra Mundial (1916-1918), Antonescu actuó como jefe del Estado Mayor del mariscal Constantin Prezan. Con este cargo, fue el que definió los planes para defender a Moldavia frente a la invasión alemana, organizada por el Feldmareschal August von Mackensen, en la segunda parte del año 1917 (en el contexto de la ocupación de Bucarest por las fuerzas alemanas).

Los planes para defender a Moldavia tuvieron éxito y los méritos de Antonescu en la guerra fueron reconocidos por el rey Fernando I de Rumania.

Entre 1922 y 1926, Antonescu ocupó el cargo de agregado militar en Francia y Gran Bretaña. Después de volver a Rumania fue director de la "Şcoala Superioară de Război" (Escuela Superior de Guerra) entre 1927 y 1930, Jefe del Estado Mayor General entre 1933 y 1934 y Ministro de la Defensa entre 1937 y 1938.

El régimen antonesciano

Las cesiones territoriales del verano de 1940 marcaron la bancarrota total del régimen carlista (régimen de Carol II, quien entre 1938-1940 instauró un controvertido régimen autoritario). Durante el reinado de Carol II, Rumania perdió 99.738 km² de su superficie y 6.821.000 habitantes, que entonces representaban casi un tercio del territorio y de la población del país. Las protestas en contra del Dictado de Viena llegaron a ser protestas en contra del rey Carlos II, considerado el principal responsable por la situación del país. Con la intención de rehabilitarse y seguir en el mando del Estado, Carlos II nombró al entonces general Antonescu para formar el gobierno, el 4 de septiembre de 1940. Sin embargo, el siguiente día, en el 5 de septiembre de 1940, Antonescu obligó al rey a suspender la Constitución de 1938 (Constitución elaborada por Carlos II, quien se otorgó a sí mismo poder supremo en el Estado), a disolver el Parlamento y a acordar poderes totales a Antonescu. En el mismo día el rey se vio obligado a abdicar y abandonar el país. Carlos II abdicó en el 6 de septiembre de 1940, cediendo el trono a su hijo, Mihai I, que entonces tenía 19 años.

Disponiendo de poderes totales, el general Ion Antonescu transfirió a si mismo algunas de las prerrogativas del ex soberano Carlos II, proclamándose Conducător al Statului. En ésta posición no tenía que responder frente a ningún foro político para sus acciones, conduciendo al estado a través de leyes-decretos. Quierendo mantener bajo control la institución monárquica, Antonescu redujo bastante sus prerrogativas, que llegaron a ser simbólicas: nombrar al primer-ministro, comandar al ejército, otorgar condecoraciones, nombrar embajadores etc.

El general intentó formar un gobierno con los dos partidos importantes, el Partido Nacional de los Campesinos y el Partido Nacional Liberal, pero no tuvo éxito, puesto que los miembros de esos partidos rechazaron colaborar con un régimen dictatorial. Por lo tanto, en el 14 de septiembre de 1940 Antonescu formó un gobierno de especialistas y legionarios, siendo él presidente del Consejo de Ministros, y Horia Sima, el líder de los legionarios, vicepresidente. En el mismo día Rumania fue declarada Estado nacional-legionario.

Se instauró de esa manera un régimen dictatorial, con las siguientes características: el anular de los derechos y libertades civiles, la eliminación de la separación de los poderes en el estado, el suprimir las instituciones democráticas, el dirigir a través de leyes-decretos, y el favorecer el antisemitismo y el ultranacionalismo. Sin embargo, durante este gobierno, se mantuvieron algunos derechos y libertades del período de entre guerras. El embajador alemán en Rumania, Manfred von Killinger, le comentó a Hitler que era bastante hablar dos minutos con Ion Antonescu para saber su respuesta, por su manera sincera y directa de hablar, mientras que al hablar con Mihai Antonescu (que era profesor universitario de Derecho), después de dos horas sabías menos que al principio, por su manera refinada, indirecta y ambigua de hablar.

Ion Antonescu, adepto del "orden legal" y de la "tranquilidad pública", emitió en el 28 de noviembre una ley-decreto acerca de suprimir las infracciones en contra del orden público y los intereses del Estado y, en el 5 de diciembre de 1940, otro decreto, acerca del castigo con la muerte para los que instigaban a la rebelión.

En enero de 1941 anuló las "comisiones de romanización", controladas por los legionarios, dimitió al ministro de interior (legionario) Constantin Petrovicescu, reemplazó a todos los prefectos y cuestores legionarios. Estas medidas aceleraron la rebelión legionaria, que estalló entre 21-23 de enero de 1941. Como respuesta, los legionarios empezaron a asesinar, robar, devastar instituciones, produciendo daños importantes. Ion Antonescu, apoyado por el ejército, que estaba en contra de los legionarios, intervino y suprimió la rebelión.

Aproximadamente 8000 legionarios fueron capturados, juzgados y condenados a varias penas, y el movimiento legionario terminó de tomar parte en el dirigir del Estado.

En el 27 de enero de 1941 Ion Antonescu formó un nuevo gobierno, de militares y técnicos, en el cual Mihai Antonescu fue nombrado vicepresidente del Consejo de Ministros. Con el decreto número 314 del 14 de enero de 1941 quedó eliminada la denominación de Estado nacional-legionario y quedaron prohibidas todas las actividades políticas.

En el contexto de la participación en la Segunda Guerra Mundial, el gobierno Antonescu intensificó las medidas de represión en contra de la vida política. Tuvieron lugar detenciones, deportaciones, se crearon campos de trabajo, quedaron prohibidos los sindicatos.

Entre los años 1941 y 1944 la economía rumana se vio obligada a hacer frente a las presiones alemanas. En el 4 de diciembre de 1940 se firmó el Acuerdo económico rumano-aleman (válido por 10 años), pero Antonescu no cedió a las demandas constantes de los alemanes, para aumentar la producción de materiales necesarias en la guerra, y la entrada de capital aleman en la economía rumana quedó limitada.

Al nivel político, si bien fue prohibida la actividad de los partidos políticos, Antonescu toleró la actividad de los lideres liberales y nacional-campesinos.

El gobierno de Antonescu promovió una política antisemita, con la intención de aislar a los ciudadanos rumanos de origen judía del resto de la sociedad.

En cuanto a la política externa, el principal objetivo de Antonescu fue una alianza firme con Alemania. En 1940, la Alemania nacionalsocialista era el único poder europeo que podía apoyar a Rumania frente a las amenazas y a las agresiones soviéticas. Por éste motivo, durante su visita en Alemania, firmó, en el 23 de noviembre de 1940, el acto de adhesión de Rumania al Pacto Tripartito (o Eje: Alemania, Italia, Japón) y solicitó el envio de una misión militar alemana a Rumania.

Entre noviembre de 1940 y agosto de 1944 se pueden distinguir dos étapas en lo que concierne la implicación de Rumania en la política del Eje:

1.- noviembre de 1940 - junio de 1941: adhesión al Eje, sin participar en la guerra;

2.- junio de 1941 - agosto de 1944: participación en la guerra, al lado del Eje.

La guerra contra la Unión Soviética

Ion Antonescu y Adolf Hitler.

En el 22 de junio de 1941 Rumania entró en la guerra, al lado de Alemania y sus aliados, atacando a la Unión Soviética. Era el inicio de una guerra considerada en Rumania "Guerra santa, anticomunista, justa y nacional", que fue apoyada por la mayoría de la población. Rumania quería principalmente liberar las provincias ocupadas por los soviéticos - Besarabia, el norte de Bucovina y Herţa - en junio de 1940. Hasta el fin de junio 1941 fueron liberadas Besarabia y el norte de Bucovina. En agosto de 1941, el general Antonescu fue ascendido a mariscal. Fue también condecorado, por los Decretos Reales nr.2240/7 de agosto de 1941 y 2352 bis/21 de agosto]] de 1941, con la Orden Mihai Viteazul segundo, respectivamente primer clase.

A las insistencias de Hitler, Antonescu aceptó continuar la guerra más allá del Nistru al lado de Alemania, y Antonescu esperaba conseguir de esta manera la anulación del Dictado de Viena (que concedía el norte de Transilvania a Hungría). Es posible que fuera también una decisión influenciada por su concepto del honor militar. El ejército rumano participó en batallas muy complicadas, como las de Odessa, en Crimea y en las montañas Cáucaso, sufriendo pérdidas importante. Sólo en la Batalla de Stalingrado (julio de 1942 - febrero de 1943) hubo 180.000 muertos, heridos o desaparecidos - pérdidas humanas y 1 billón de dólares (el equivalente de 1938) en pérdidas materiales.

La zona entre el Nistru y el Bug Meridional, llamada Transnistria, entró bajo administración rumana, siendo gobernador Gheorghe Alexianu. Hitler ofreció a Antonescu, en cambio por los territorios cedidos a Bulgaria y Hungría, el norte de Maramureş (Óblast de Transcarpatia) y Voivodina. El mariscal Antonescu se opusó a la ocupación de esas zonas y pidió que la administración de Voivodina fuese alemana.

Hitler, tenía un respeto especial para el mariscal Antonescu. Durante las entrevistas de 14 de enero de 1941, Hitler declaró que "En toda Europa conozco solo dos lideres con los cuales me gusta trabajar: Mussolini y el general Antonescu". Hitler lo condecoró con la Cruz de Hierro de primera clase).

La derrota de Stalingrado hizo al mariscal entender que la guerra estaba ya perdida. Empezó a buscar una oportunidad para salir de la guerra. Así, a lo largo de 1943, en el nombre del gobierno de Bucarest, los diplomáticos rumanos contactaron a representantes de los Aliados, con el propósito de firmar una paz separada. Por otro lado, la oposición, que consiguió atraer al rey de su parte, usó su influencia para obtener de los Aliados un armisticio favorable. En las condiciones de la fuerte ofensiva soviética del comienzo de 1944, se aceleró la firma del armisticio. Las negociaciones más importantes se llevaron a cabo en Ankara (septiembre de 1943 - marzo de 1944) y Estocolmo (noviembre de 1943 - junio de 1944) - de parte del gobierno Antonescu, y en El Cairo (marzo-junio de 1944) - de parte de la oposición. En las discusiones llevadas a cabo en Estocolmo la solución del armisticio fue abordada por Frederic Nanu - embajador de Rumania en Suecia - en nombre del mariscal Antonescu, y por Alexandra Kollontay - embajadora de la Unión Soviética en Suecia.

En el 12 de abril de 1944 fueron comunicadas a la delegación rumana de Cairo, dirigida por Barbu Ştirbey, las condiciones del armisticio : capitulación incondicional. Los siguientes tratativos, sin embargo, fracasaron al ser rechazadas por el gobierno rumano. Antonescu no confiaba en las promesas de los soviéticos, mientras no fueran apoyadas por Gran Bretaña y los Estados Unidos.

En el 20 de junio de 1944, los partidos de oposición, Partido Nacional de Campesinos, Partido Nacional Liberal, Partido Social Demócrata y el Partido Comunista Rumano, sentaron las bases de una coalición nacional, "El Bloque Nacional Demócrata", con los siguientes objetivos: eliminar a Antonescu, firmar el armisticio con las Naciones Unidas y regresar al régimen democrático. El rey estuvo de acuerdo con eliminar al mariscal Antonescu, si éste rechazara el armisticio con las Naciones Unidas. Empezó a planearse el golpe de estado del 23 de agosto de 1944, cuando el rey Mihai, apoyado por los principales políticos, destituyó a Antonescu y lo detuvo.

Juicio y muerte

Después de su detención, Antonescu fue entregado a los soviéticos. Prisionero de los soviéticos, fue mantenido en detención por dos años en la Unión Soviética, tras los cuales fue mandado a Rumania para ser juzgado de manera "ejemplar". Condenado a muerte por el "Tribunal del Pueblo" en el 17 de mayo de 1946, fue ejecutado en Jilava, junto a sus colaboradores más cercanos, en el 1 de junio de 1946.

El informe oficial hizo constar que "Ion Antonescu pidió ser ejecutado por soldados del ejército, no por los guardianes de la prisión", pero su solicitud fue rechazada, y él replicó "¡Los canallas, los canallas!". Antes de ser ejecutado, el mariscal Antonescu declaró también : "¡La historia me juzgará!".

La condena por crímenes contra la paz fue parcialmente anulada en el 5 de diciembre de 2006, por la Corte de Apelación de Bucarest. La decisión especifica el hecho que el contexto internacional del año 1940 justificaba de manera objetiva la entrada en una guerra de defensa preventiva contra la Unión Soviética, así que, el artículo 3 de la Convención de 1933 para definir la agresión, no se puede aplicar. Sin embargo, la continuación de la guerra al lado del Eje después de la recuperación de Besarabia y Bucovina es considerado acto de agresión, así que las acusaciones del Tribunal Popular de 1946 fueron declaradas válidas en gran parte. Aun así, el gobierno de la República de Moldova se declaró indignado por lo que considera la "parcial rehabilitación" de Antonescu.

Antonescu y los judíos

Hasta 1942, Antonescu permitió y ayudó al movimiento sionista, pensando que la emigración de los judíos a Palestina (entonces controlada por los británicos) resolvería "la cuestión judía". Las ayudas terminaron debido al rechazo de las autoridades británicas de aceptar en Palestina judíos procedientes de Rumania.

En 1941, después del avance del ejército rumano más allá de la frontera del Nistru, basándose en informes que describían ataques organizados por grupos de resistencia judíos, Antonescu ordenó la deportación en Transnistria de la mayoría de los judíos de Besarabia y Bucovina, considerados como agentes comunistas.

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