Alcohol

El alcohol (alcohol etílico, etanol) es una de las drogas fuertes más comunes utilizadas por los seres humanos. Tiene una larga historia de uso y sus efectos tóxicos están bien estudiados y documentados.

Consumo

La teoría prevaleciente en cuanto al origen del consumo de alcohol, lo sitúa hace unos 9.000 años, con el surgimiento de la agricultura. Tras acumular granos y frutas, los primeros neolíticos descubrieron que podían conservar el producto de sus cosechas mediante la fermentación, transformándolo en bebidas alcohólicas.

Según el estudio, fue una mutación ocurrida hace 10 millones de años en uno de los centenares de aminoácidos que conforman la enzima lo que le permitió a nuestro ancestro común con los gorilas y chimpancés metabolizar el etanol. El orangután, por ejemplo, no tiene esta enzima modificada. Se cree que la enzima mutante se activó poco de después de que se separaran el linaje de los orangutanes del de los humanos, chimpancés y gorilas. Por lo tanto, el linaje de primates del que descienden los humanos, comenzaron a ingerir alcohol hace unos 10 millones de años.

Dado que las frutas encontradas en el suelo de la selva está generalmente más maduras y más fermentadas que las que están en el árbol, las frutas con etanol pudieron ser un elemento importante en la dieta de nuestros ancestros cuando empezaron a caminar.

—Matthew Carrigan, autor principal del estudio

Clasificación de efectos

Positivo

• Relajación.
• Aumento del humor, la felicidad y el vértigo.
• Mayor sociabilidad.
• Reducción de la ansiedad social.
• Analgésico.

Neutral

• Dificultad para hablar.
• Enrojecimiento de la piel.
• Somnolencia.
• Dificultad para enfocar los ojos.
• Aumenta la respuesta a los estímulos sexuales.
• La tolerancia aumenta con el uso repetido.
• Cambia la apreciación estética: normalmente las cosas bellas parecen feas, cosas normalmente vistas como feas parecen hermosas.
• Los demás parecen más atractivos.
• Distorsiones visuales leves a dosis altas.

Negativo

• Disminución de la coordinación.
• Náuseas, vómitos (vomitar mientras estás inconsciente puede matar).
• Reduce el control de impulsos.
• Inestabilidad emocional (ira, violencia, tristeza, etc).
• Disminución de la capacidad para lograr / mantener la erección en la mayoría de los varones.
• Mayor dificultad para alcanzar el orgasmo en algunas mujeres.
• Micción frecuente (más de cerveza o vino), efecto diurético.
• Mareo y confusión.
• Desmayos y pérdida de memoria en dosis altas.
• Coma y muerte en dosis extremas.
• Daño al hígado.
• Inhibiciones bajas, y una mayor confusión puede llevar a mantener relaciones sexuales no deseados y negativos.
• Resaca, que dura de 12 a 36 horas, de leve a severo después de un uso intensivo.
• Daño fetal en mujeres embarazadas en altas dosis o dosis frecuentes.

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