Coprofagia
Se entiende por coprofagia la ingestión voluntaria de heces. El término proviene del griego, κόπρος copros (‘heces’) y φαγειν phagein (‘comer’). En la naturaleza existen especies animales que practican este acto, otras especies normalmente no lo hacen, excepto bajo condiciones inusuales. Solo en ocasiones es practicada por humanos, denominándose coprofilia (una parafilia).
Los hámsteres comen sus propias deposiciones, ya que son una fuente de vitaminas B y K, producidas por las bacterias del tracto intestinal.
Los rumiantes pueden digerir sustancias que los neumogástricos no pueden y en algunas explotaciones se utiliza estiércol como suplemento alimentario. Los rumiantes pueden digerir la celulosa y recuperar el fósforo de los fitatos, es una fuente de nitrógeno no proteico, además añade minerales a la dieta. El estiércol también suele contener paja y otros alimentos digestibles por los rumiantes. Antes de suministrarlo a los animales, se puede tratar mediante un compostado, un ensilado, tratado con invertebrados coprófagos o simplemente secado.
Los cerdos poseen particular preferencia por comer excrementos, lo cual puede ayudar a evitar la contaminación ambiental (principalmente del suelo y las aguas).
Esta práctica permite ahorrar en alimentos y producir menos desechos orgánicos, pero aumenta los riesgos de contagio.