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Enrique García-Rendueles
Biografía
García-Rendueles creció en el tradicional barrio de Cimadevilla en Gijón. Estudió en el Colegio de la Inmaculada, el cual era regenteado por los jesuitas. Al completar el bachillerato, escogió seguir la carrera eclesiástica, por lo que asistió al Seminario Conciliar de Oviedo. Fue ordenado como sacerdote en 1903.
Estrechamente vinculado a la vida religiosa y cultural de Asturias, promovió el uso frecuente del bable, el dialecto que se habla en la región.
En 1912 la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas lo premió en Madrid por su trabajo Jovellanos y las ciencias morales y políticas, un texto en el que expone el pensamiento de Gaspar Melchor de Jovellanos.
Otra obra por la que recibió el elogio fue su "Himno de Covadonga", escrito por él y musicalizado por Eulogio Llaneza en 1918 para celebrar el décimo segundo centenario de la batalla en la que los ejércitos de Don Pelayo vencieron a los invasores sarracenos en territorio asturiano.
En el año 1921 se incorporó al plantel docente del prestigioso Instituto Jovellanos de Gijón, siendo designado como profesor de religión. Permaneció allí hasta 1952, educando a varias generaciones de jóvenes estudiantes entre los que se destacaron el hispanista Mariano Baquero Goyanes y la escritora María Elvira Muñiz.
García-Rendueles fue colaborador de diversos periódicos de la región, pero especialmente de Las Libertades, una publicación vinculada al movimiento carlista del cual formaba parte (al igual que el resto de su familia).
En 1925 dio a imprenta su libro quizás más conocido: Los nuevos bablistas. Se trata de una antología de poemas escritos en asturiano por una treintena de autores, entre los que se incluyen algunas piezas de propia pluma. Fue el tercer trabajo de este tipo, continuando a la Colección de poesías en dialecto asturiano que editase José Caveda y Nava en 1839 y al volumen Poesías selectas en dialecto asturiano que publicase Fermín Canella en 1887.
El sacerdote fue enemigo de la Segunda República Española, a la que interpretó como una calamidad que su país estaba obligado a tolerar. Por ese motivo militó en las filas de la Comunión Tradicionalista. En 1934 temió que la insurrección de los obreros se descontrolara, pues se sabía que si triunfaban iban a ejecutar a los clérigos -como de hecho después hicieron los rojos en 1936.
En 1949 el Instituto de Estudios Asturianos lo incorporó como miembro en reconocimiento por su arduo trabajo para revalorizar al asturianismo.
Al momento de fallecer, García-Rendueles estaba trabajando en un diccionario y una gramática del bable que no llegó a completar.
Obra
- Jovellanos y las ciencias morales y políticas. Madrid: Real Academia de Ciencias Morales y Política, 1913.
- Los nuevos bablistas: las mejores poesías en dialecto asturiano de los poetas del siglo XIX (editor). Gijón: La Reconquista, 1925.
- Liturgia popular. Oviedo: IDEA, 1950.
