G. K. Chesterton

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G.K. Chesterton.

Gilbert Keith Chesterton (1874-1936) fue un poeta, narrador, ensayista y periodista británico, nacido en Campden Hill (Londres) en 1874 y fallecido en Beaconsfield (Buckinghamshire) en 1936. Autor de una extensa y prolija producción literaria en la que, sirviéndose de un estilo llano y directo que llegaba fácilmente a todo tipo de lectores, abordaba -desde unos valores ideológicos tradicionales acentuados por su conversión al catolicismo- la crítica del materialismo propio de las modernas sociedades industriales, fue uno de los autores más populares de las Letras inglesas del primer tercio del siglo XX. Su serie de narraciones policíacas protagonizada por el padre Brown -un sacerdote que actúa como sabueso aficionado, y que muestra mayor interés en salvar las almas de los criminales que en procurar su detención- gozó de numerosos seguidores entre los lectores ingleses de su tiempo y constituyó uno de los grandes éxitos de ventas del momento.

Vida y Obra

Alentado desde su temprana juventud por una acusada vocación literaria, cursó estudios en la afamada St. Paul's School, donde pronto se dio a conocer por su afición a la escritura, plasmada primero en una composición lírica que fue galardonada con el Premio Milton de Poesía, y poco después en la fundación del periódico estudiantil The Debater, en cuyas páginas comenzaron a aparecer algunas de las principales señas de identidad que después habrían de caracterizar el conjunto de su obra (tendencia a la abstracción mental, suave pero tenaz firmeza en la defensa de sus ideas y valores, y profundo interés por las grandes cuestiones debatidas por las corrientes filosóficas que estaban en boga en la época). Ya por aquellos años de su adolescencia se hicieron también patentes en él los rasgos físicos que habrían de perfilar esa imagen de hombre grandón, corpulento y desgarbado con la que luego pasaría a la galería de retratos de la literatura universal, imagen cuya rareza y extravagancia se fueron progresivamente acentuando con el desaliño en la indumentaria que cultivó durante toda su vida.

Tras completar brillantemente su formación secundaria en la citada St. Paul's School durante un lustro (1887-1892), mostró un especial interés por las artes plásticas que le condujo hasta la Slade School of Art, donde adquirió una serie de conocimientos que pronto habrían de serle muy útiles para ejercer como crítico de arte en diferentes rotativos y revistas. Al mismo tiempo, se matriculó en la Universidad de Londres para cursar estudios de Literatura, pues su afición a las artes plásticas no lograba ocultar esa innata vocación literaria que, por aquellos años, halló un adecuado cauce de expresión en la escritura periodística. En calidad de crítico artístico y literario, comenzó a colaborar asiduamente en la revista The Bookman, de la que pasó, a finales del siglo XIX, a la plantilla de The Speaker, donde se consolidó finalmente como una de las plumas más brillantes del periodismo inglés de su tiempo. Por aquel entonces, el joven Gilbert Keith Chesterton -como el resto de los colaboradores de The Speaker- hacia gala de un ideario liberal que en nada podía preludiar los valores tradicionalistas y conservadores característicos de su producción literaria de madurez.

En el último año del siglo XIX, el joven escritor londinense dio a la imprenta sus dos primeros libros de poemas, The Wild Knight (1900) y Greybeards at Play (1900), en los que la presentación de las inquietudes literarias de Chesterton corría pareja a la exhibición de sus dotes artísticas, bien manifiestas en los dibujos propios con los que ilustró ambos poemarios. A partir de entonces y a lo largo de la primera década de la centuria siguiente, Chesterton se enfrascó en una fecunda actividad creativa que le permitió escribir -sólo durante aquel período de 1900 a 1910- unos veinte libros, además de miles de artículos periodísticos en los que ya no se conformaba con pasar revista al mundo de las artes, pues abarcaba en ellos todos los aspectos de la sociedad contemporánea (política, religión, pensamiento, etc.). En 1901, año en el que contrajo matrimonio con Frances Bolgg -hija de un rico comerciante de diamantes londinense-, publicó una primera recopilación de sus escritos periodísticos bajo el significativo título de The defendant (El Demandado, 1901), obra en la que la nota común dominante era la crítica de Chesterton al pesimismo que se había apoderado de los conservadores victorianos a finales del siglo recién rebasado. Otros títulos relevantes de esta fructífera etapa literaria de G. K. Chesterton son El Napoleón de Notthing Hill Gate (1904), una de sus novelas más recordadas; Heretics (1905), donde aparece una feroz censura de la obra de Kipling y la ideología de los imperialistas; Robert Browning (1903) y Charles Dickens (1906), en los que el escritor londinense hizo alarde de su capacidad para el género biográfico y su agudeza y penetración en el análisis de los textos literarios; El hombre que fue jueves (1908), reputada también entre sus más afortunadas narraciones, y, de forma muy destacada, Orthodoxy (Ortodoxia, 1908), una de las obras más significativas en la particular evolución espiritual de Chesterton hacia el cristianismo, doctrina que aparece aquí considerada como la única capaz de ofrecer una respuesta universalmente válida para cualquier actitud frente a la vida. En opinión de sus modernos editores en castellano (Barcelona: Alta Fulla, 1988), "es éste, sin lugar a dudas, el libro intelectualmente más representativo de G. K. Chesterton [...], una especie de autobiografía vagabunda concebida, en el estilo polémico que le caracteriza, como un conjunto de ensayos sobre lo obvio y lo permanente, que sólo pueden serlo en medio de la paradoja, ya que para Chesterton «el cristianismo queda representado por el hombre en la encrucijada» y la ortodoxia viene a ser «la única garantía posible de la libertad, de la innovación, del adelanto». Esta visión irónicamente conservadora del mundo, tan peculiar de los conversos católicos edwardianos, ha hecho que no pocas veces se considere al autor de El hombre que fue jueves y El Napoleón de Notthing Hill Gate, fino humorista de la novela y ensayista mordaz, como un simple reaccionario. Nada más lejos de él, sin embargo, que la añoranza del pasado, aunque el presente le resultara no menos insoportable".

Una segunda etapa en la producción literaria de Gilbert Keith Chesterton puede ubicarse entre 1911 y el comienzo de la Primera Guerra Mundial, cuando, después de haber fundado El Semanario de G. K. e iniciado su colaboración regular en el prestigioso Illustrated London News, acentuó aún más su presencia en los medios de comunicación británicos por vía de la fundación de la revista New Witness (1912), iniciativa que compartió con el poeta, prosista y político Hilaire Belloc (1870-1953). Ambos escritores, a los que unía una entrañable amistad, coincidieron en su conversión al catolicismo y en su firme rechazo de la deshumanización impuesta por la avasalladora implantación del sistema capitalista. La influencia de Belloc -autor tan prolífico y versátil como el propio Chesterton, pero mucho más sereno en la exposición de sus ideas- fue decisiva no sólo en la posterior conversión de su amigo al catolicismo (que no habría de hacerse realidad hasta 1922), sino también en la actitud adoptada por Chesterton a raíz de esta evolución espiritual, que le convirtió en uno de los más vehementes apologistas de la fe que acababa de abrazar y le impulsó a terciar en todos los debates sociales (el divorcio, el control de la natalidad, etc.) siempre desde la óptica más conservadora.

El ya amplio repertorio biográfico de Gilbert Keith Chesterton se incrementó, en esta segunda etapa, con un nuevo volumen de versos titulado La balada del caballo blanco (1911), que coincidió en los anaqueles de las librerías con la primera entrega de esa serie de narraciones detectivescas que habrían de granjearle un reconocimiento literario universal. Se trata de The Innocence of Father Brown (El candor del padre Brown, 1911), obra en la que aparece por vez primera en la prosa de ficción del escritor londinense la figura amable y simpática del padre Brown -inspirada en el sacerdote católico O'Connor, amigo del escritor-, más preocupado por la moral de los criminales que por los casos que le ocupan. Esta actitud vital del padre Brown permite a Chesterton desplegar en todas sus novelas policíacas protagonizas por este peculiar detective aficionado un moralismo fácil, sencillo y bonachón que, a pesar de ese lastre ideológico que amenaza con arrastrarles hacia posturas excesivamente retrógradas, no resta un ápice de vigor e intriga a la narración de los hechos.

La serie detectivesca protagonizada por ese trasunto literario del padre O'Connor, continuada a lo largo de dicha segunda etapa (La sensatez del padre Brown, 1914), prolongó sus títulos durante el resto de la trayectoria creativa de Chesterton (El secreto del padre Brown, 1927; El escándalo del padre Brown, 1935; etc.). Otras obras del autor londinense publicadas antes de la I Guerra Mundial fueron las novelas La esfera y la cruz (1914) y La hostelería volante (1914), así como su magnífico ensayo literario titulado The Victorian Age in Literature (La época victoriana en la literatura, 1913).

Al pesimismo colectivo generado por el estallido del conflicto bélico internacional se sumó, en el caso particular de Chesterton, un grave deterioro de su salud provocado por la agitada vida que había venido llevando hasta entonces, en la que su infatigable entrega a la creación literaria y a la escritura periodística no era óbice para la comisión de numerosos excesos en la ingestión de alimentos y el consumo de bebidas alcohólicas. Seriamente enfermo, buscó refugio y consuelo en su cada vez más acentuado cristianismo, y a partir de la publicación de Short History of England (Breve Historia de Inglaterra, 1917) quedó ya claramente plasmado por escrito su acercamiento a la doctrina católica. En julio de 1922 -año en el que dio a la imprenta otra de sus grandes obras poéticas, La balada de Santa Bárbara- fue finalmente bautizado por el padre O'Connor, y desde entonces la mayor parte de las obras de Chesterton -como St. Francis of Assisi (1923) y The Everlasting Man (1925)-, trataron de convencer a su amplia legión de fieles lectores de que el cristianismo conservaba, en pleno siglo XX, todo el vigor y la pureza del mensaje de Cristo, y toda su capacidad primaria para resolver la problemática espiritual del ser humano en medio de la hostilidad de las modernas sociedades industrializadas. Durante los postreros años de su vida, el escritor londinense mantuvo viva su asombrosa capacidad de trabajo -que fructificó en otras obras tan notables como el bellísimo poema extenso Lepanto (1929), una de las cotas cimeras de la poesía narrativa contemporánea-, al tiempo que seguía desplegando una intensa actividad intelectual que le llevó a realizar prolongados recorridos por los Estados Unidos de América y Canadá, impartiendo lecciones y conferencias. Siempre volcado, además, a su faceta de periodista, sobresalió también en este último trecho de su vida por sus brillantes colaboraciones radiofónicas en la B.B.C.

El sello editor barcelonés Plaza & Janés publicó en España, a lo largo de los años sesenta, las Obras Completas de Chesterton, impresas en cuatro volúmenes. Otras obras suyas vertidas al castellano y no citadas hasta ahora en esta breve semblanza bio-bilbiográfica son las tituladas Aventuras del padre Brown: La cabeza del César (Buenos Aires: R.E.I. Argentina, 1992); Aventuras del padre Brown: El paraíso de los ladrones (Buenos Aires: R.E.I. Argentina, 1993); Aventuras del padre Brown: La peluca color púrpura (Madrid: Compañía Europea de Comunicación e Información, 1991); El caso del extraño visitante (Buenos Aires: Coquena Grupo Editor, 1996); Charlas (Madrid: Espasa-Calpe, 1972); El club de los negocios raros (Barcelona: Ediciones del Cotal, 1980); La cruz azul y otros cuentos (Madrid: Hyspamérica Ediciones Argentina, 1988); Enormes minucias (Madrid: Espasa-Calpe, 1975); Ensayos sobre el hombre y la mujer, el amor y la familia (Barcelona: Planeta-De Agostini, 1996); El jardín secreto (Buenos Aires: Nuevo Siglo, 1997); El hombre común (Buenos Aires: Lumen, 1996); El ojo de Apolo (Madrid: Ediciones Siruela, 1988); Las paradojas de Mister Pond (Madrid: Espasa-Calpe, 1979); El poeta y los lunáticos (Santa Fe de Bogotá: Panamericana Editorial, 1997); Santo Tomás de Aquino (Madrid: Espasa-Calpe, 1985); y La superstición del divorcio (Buenos Aires: Club de Lectores, 1986).

Bibliografía

  • ALLEGRI, Eduardo B. M. Aproximación a Chesterton (Buenos Aires: Ed. Universitas, 1996).
  • PARELLADA FELIÙ, Dídac. Recordatori a Chesterton (Barcelona: Editorial Portic, 1974).
  • PEARCE, Joseph. G. K. Chesterton (Madrid: Ed. Encuentro, 1998).
  • SECO GARCÍA, Luis Ignacio. Chesterton: un escritor para todos los tiempos (Madrid: Ediciones Palabra, 1988).
  • WOODRUFF, Douglas. Newman, Chesterton y los católicos ingleses de hoy (Madrid: Ediciones Rialp, 1980).

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