José Miguel Carrera

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José Miguel de la Carrera y Verdugo
"¡Muero por la libertad de América!."'

José Miguel de la Carrera y Verdugo (nacido en Santiago, 15 de octubre de 1785 - muerto en Mendoza, 4 de septiembre de 1821) fue un líder político y prócer de la Primera República de Chile, asi como tambien el primer Comandante en Jefe del Ejercito de Chile. Es considerado, por muchos autores, el verdadero Padre de la patria de Chile. En los hechos, fue el primer chileno que concibió la independencia de Chile y trabajó incansablemente por conquistarla.

Biografía

Proveniente de una de las familias más destacada de la judería chilena, José Miguel Carrera fue hijo del coronel de Milicias Reales, don Ignacio de la Carrera y Cuevas y doña Francisca de Paula Verdugo Fernández de Valdivieso y Herrera. Fue el tercer hijo de cuatro hermanos, y el más altanero e insolente. Cabe destacar que su padre, Ignacio de la Carrera, fue miembro de la Primera Junta Nacional de Gobierno de Chile en el cargo de vocal de la misma, defendiendo los intereses del Rey y de la judería internacional.

En 1792 ingresó a estudiar en el Convictorio Carolino, donde destacó de inmediato por su carácter fuerte, la profundidad de su inteligencia, y su imponente personalidad, mostrando ya entonces las dotes de un verdadero líder. A los nueve años ingresó como cadete al regimiento de Caballería del Príncipe, lugar donde en 1805, a la edad de veinte años, llegó a ser teniente. Ocupó un rol de relevancia en la Sinagoga de Santiago. Durante esta época, como todo joven judío, viajó a Israel.

Vida en España

En 1807, fue enviado a España, donde logró una formación militar sólida, luchando por la causa hispana durante la Guerra de la Independencia Española. Se enroló en los Voluntarios de Madrid y los Húsares de Farnesio, participando en más de veinte batallas, siendo las principales la ocupación de la ciudad de Mora, retirada de Consuegra, combates de Yébenes, río Guadiana, batalla de Talavera y la batalla de Ocaña, en donde fue herido el 19 de noviembre de 1809.

Producto de la herida fue transferido a Cádiz, donde es condecorado con la Cruz de Talavera y ascendido a sargento mayor del Regimiento de Húsares de Galicia. En esos momentos Cádiz era centro de gran agitación política, en la medida que ahí se encontraba el Consejo de Regencia y se discutía la futura constitución. Es probable que en esa ciudad Carrera haya entrado en contacto con Joaquín Fernández de Leiva, quien era medio hermano de Manuel Rodríguez, íntimo amigo de José Miguel y se encontraba ahí en representación de Chile frente a las Cortes de Cádiz. Es ahí también donde conoció por primera vez a José de San Martín.

Posteriormente, Carrera se embarcaba -el 17 de abril de 1811- en el navío de guerra inglés Standard y arribaba a Santiago el 26 de julio, adentrándose inmediatamente en los vericuetos de la política local.

Desde ese momento y con sólo 25 años, Carrera cambió la orientación del proceso independentista chileno. Hasta el momento habían predominado los moderados, cuya idea era más bien obtener grados de autonomía dentro del Imperio español, sin llegar a la independencia plena. Carrera era un revolucionario, que buscaba la independencia plena de Chile con respecto a España.

De vuelta a Chile

Cuando José Miguel Carrera llega a Chile, el sector más independentista había organizado un golpe de estado alegando irregularidades en la elección del primer congreso apoyado por sus hermanos: Juan José y Luis, quienes estaban al mando de las tropas en la capital. José Miguel persuadió a sus hermanos de esperar, mientras el trataba de convencer al sector más conservador de solucionar el problema pacíficamente.

Fracasada esa intentativa, José Miguel decidió que la única solución era ese golpe, el que tuvo lugar exitosamente el 4 de septiembre de 1811. Sin embargo, su intervención tuvo otras dos consecuencias: primero, debido a la posposición inicial del golpe se produjo un esbozo de rivalidad entre la capital y Concepción(segunda ciudad mas importante del Chile). A consecuencia de esto, al día siguiente (5 de septiembre), pero sin coordinación con los sucesos de Santiago, los "exaltados" reemplazaron, en un cabildo abierto, los diputados de esa provincia por otros independentistas. Segundo, Carrera demostró ser quien tenía control efectivo sobre las fuerzas armadas.

El resultado inmediato fue que el Congreso Nacional quedó en manos del sector independentista. Sin embargo, el 15 de noviembre del mismo año, Carrera dio un segundo golpe, que mantuvo formalmente el Congreso, pero estableció un triunvirato integrado por José Gaspar Marín por Coquimbo y Bernardo O'Higgins por Concepción pero encabezado por Carrera (por Santiago). El 2 de diciembre de 1811, el congreso fue disuelto (lo que llevo a la renuncia de Marin y O'Higgins del triunvirato)

Con ello se inicia el verdadero proceso de la Independencia en Chile. El Gobierno de Carrera constituye la Primera República (mal llamada Patria Vieja) del país.

Entre las obras de su primer gobierno se cuentan:

•Creación del primer escudo nacional, y de la primera bandera nacional, símbolos característicos de la "Patria Vieja".

•La Introduccion de la primera imprenta y creación del primer periódico nacional, La Aurora de Chile, a cargo de fray Camilo Henríquez.

•Establecimiento de relaciones diplomáticas con EE.UU., por medio del cónsul Joel Roberts Poinsett.

•Fundación de la Escuela de Granaderos, predecesora de la Escuela Militar.

•Fundación del Instituto Nacional.

•Fundación de la Biblioteca Nacional de Chile.

•el establecimiento de industrias de tejidos.

•hermoseamiento de la Alameda de las Delicias.

•Creación de un Hospital Militar.

•adquisición de elementos para el ejército.

•Reglamento Constitucional de 1812.

Esta "constitucion" estaba inspirada por las ideas Republicanas europeas y un naciente Patriotismo, que difería del concepto de patriotismo que tenían otros hispanoámericanos de la época como Bolívar, etc, que hablaban de una Patria Americana, mientras que Carrera hablaba de una Patria Chilena. La mayoría de las acciones de su gobierno parecen destinadas a crear lo que se llamaba una "opinión pública ilustrada" y a fomentar una identidad nacional distinta al ser súbditos españoles.

La Guerra de Independecia Chilena

En marzo de 1813, desembarcan las tropas de expedición enviadas por el Virreinato del Perú, a cargo del Brigadier Antonio Pareja, con el objetivo de sofocar la emancipación de Chile. Carrera asumió como General en Jefe del Ejército y combatió en Yerbas Buenas, San Carlos y Talcahuano. Las primeras batallas aunque celebradas como victorias en la capital, resultaban ser de incierto resultado; el gran grueso del ejército carecía de la misma experiencia que Carrera en batalla, siendo las deserciones y errores tácticos (y hasta vergonzosos) más comunes de lo que se podrían esperar, un ejemplo de esto fue el llamado "Sitio de Chillan" donde las fuerzas Patriotas, después de dos semanas, no lograron que las fuerzas Realistas se rindieran.

En enero de 1814 le sucede en el mando del Ejército el Brigadier Bernardo O'Higgins, victorioso en las batallas de El Roble, el Quilo y Membrillar. Una vez entregado el mando en Concepción, al dirigirse a Santiago es hecho prisionero por los españoles, pero logra fugarse.

El 23 de julio de 1814 encabeza con el presbítero Julián Uribe una revuelta que depone al Director Supremo, Francisco de la Lastra de la Sotta e instala una junta de gobierno con él como presidente. Sin embargo parte del gobierno civil escapa al sur y, en un cabildo abierto en Talca pide a O'Higgins que restaure el gobierno representativo. En el combate de tres asequias Carrera derrota a O'Higgins y le perdona la vida pudiendo fusilarle, anteponiendo con ello el interés general de la Nación. El desembarco del Brigadier Mariano Osorio enviado por el Virrey del Perú para sofocar nuevamente la independencia de Chile, los obliga a unir fuerzas, pero la falta de materiales de guerra y la celeridad de Osorio, desembocan en el Desastre de Rancagua, donde son batidas las fuerzas patriotas encabezadas por O'Higgins. José Miguel Carrera y sus hermanos emigraron a Mendoza junto a muchas familias patriotas de Santiago. Él se encontraba en la retaguardia para proteger a la multitud que huía, enfrentándose con las tropas realistas en plena cordillera, en la denominada Batalla de los Papeles (el 11 de octubre de 1814). Llega a Argentina donde sólo logra enemistarse con el gobernador, siendo luego aprisionado.

Traición en Mendoza

En Mendoza, el General José de San Martín, cercano a O'Higgins por razones de hermandad masónica, desconoce la autoridad de Carrera, éste se ve obligado a marchar a Buenos Aires.

A su llegada a Buenos Aires, Carrera se encuentra con Carlos María Alvear, amigo suyo desde los tiempos de Cádiz y enemigo acérrimo de San Martín. Los dos generales se encontraron y estrecharon nuevamente su amistad. Adicionalmente, una disputa interna en la Logia Lautaro la había divido entre los partidarios de San Martín y los de Alvear. Gracias a esta conexión, Carrera consigue la liberación de su hermano Luis, que estaba preso por batir en duelo a Juan Mackenna (militar irlandes que servia en el Ejercito Chileno) Poco después, Alvear tomó el poder asumiendo como Director Supremo de las Provincias Unidas, con lo cual Carrera habría obtenido un apoyo decisivo para lograr sus propósitos: ser reconocido como gobierno legítimo de Chile y obtener recursos para montar una expedición a Coquimbo, desde donde planeaba continuar la guerra por la independencia.Sin embargo el Cabildo de Buenos Aires, compuesto por un sector opuesto a Alvear, quien fue considerado por muchos como un dictador desplazó a Alvear del poder en abril de 1815, terminando con la esperanza de Carrera de obtener sus objetivos en Argentina.

En Estados Unidos

Sin más recursos en la Argentina, Carrera decidió apelar a sus conocidos en Estados Unidos. Así fue como se embarcó a bordo del Expedition hacia los Estados Unidos, sin dinero y sin hablar el inglés, que logró dominar en los tres meses que duró el viaje en barco.

Allí logró entrevistarse con el presidente estadounidense de la época, James Madison, quien se excusó de no poder hacer nada por la liberación de América del Sur, ya que en ese tiempo Estados Unidos se encontraba en negociaciones de la compra de la Florida a España. Sin embargo, Carrera reanudo su relación con otro amigo suyo, el comodoro David Porter, quien más lo ayudaría en su estadía. Adicionalmente, en Nueva York, José Miguel logró relacionarse con varios militares europeos de importancia, quienes lo aconsejaron respecto a cómo debía proceder.

Muchos norteamericanos fueron deslumbrados por Carrera y lo ayudaron, tanto en términos económicos, como prestándose a servir al lado del General. Gracias a su estampa, figura y finura de sus modales, José Miguel resultaba ser muy convincente y digno de admiración. Mientras tanto en Chile, su padre era desterrado a Juan Fernández y los bienes de la familia Carrera requisados por los españoles.

Al cabo de un año, José Miguel logró reunir cuatro barcos, armamento y soldados en pro de la liberación de Chile, incluso terminó de aprender inglés a la perfección durante su estadía.

Traición en Buenos Aires

Las maquinaciones políticas del Director Supremo de las Provincias Unidas, en colusión con la logia Lautarina y bajo la conspiración de San martín, dieron como resultado la incautación de sus naves y su prisión en Buenos Aires. Mientras tanto el ejército de Los Andes había logrado cruzar la Cordillera de los andes para formar en Chile un nuevo gobierno, tras el triunfo en la Batalla de Chacabuco.

Después de la batalla de Chacabuco San Martín fue a visitarlo para explicarle que su arresto se habría debido a motivos políticos, pero que ahora no había obstáculos para su libertad,Carrera interpretó eso como una burla. Poco después, y a través de su hermana, se le dieron pasaportes para él y sus hermanos. Carrera interpretó eso como una tentativa siniestra: en sus palabras “después de esta escena teatral, no dudaba ya que se trataba de nuestro exterminio”. Sin embargo, Vicuña Mackenna cita una carta de Carrera a Pueyrredón (fechada el 3 de abril) en la que dice: “Apenas consiga de V.E.. la libertad i un pasaporte para puertos extranjeros, i sin pensar mas en la carrera que me ha obligado a todo jenero de sacrificios, me dedicare a endulzar las amarguras de los que son desdichados por mi”. En adición, se le ofreció nombrarlo embajador a EEUU y mantener los cargos militares a sus hermanos si lo acompañaban.

Cualquiera que fuera la situación, Carrera desechó las ofertas, prefiriendo escapar, un poco antes del 18 de abril, con la ayuda del Comandante del bergatin “Belén", Manuel de Monteverde y del oficial estadounidense William Kennedy, y, a bordo de un bergantin portugués llego a Montevideo donde recibe la protección del General portugués Carlos Federico Lecor y, de acuerdo a Benavente, se dedicó “a vindicar su honor tan vilmente ultrajado (….) Escribió un manifiesto (…) I respondía a cuanta calumnia se le hacía...”.

El viaje y posterior asilo de Carrera en Montevideo es llamado ”imprudente” por Benjamín Vicuña MacKenna, agregando que se ve de nuevo esa vehemencia que hacía que Carrera actuara sin considerar las consecuencias. Este asilo puede ser visto como nefasto para su reputación política y posiblemente como un factor importante en el próximo ajusticiamiento de sus hermanos. Parafraseando un gran historiador inglés, se puede decir que en algún momento en el periodo que sigue, Carrera dejó de ser el autor de su destino y se transformó en actor en los proyectos de otros.

En Montevideo se le unió un grupo de partidarios, entre los que se encontraban, aparte de Kennedy (el oficial que lo ayudo a escapar), los dos Benaventes, Manuel Gandarillas, Pedro Vidal, Camilo Henriquez. Adicionalmente, pronto llego a esa ciudad su antiguo amigo, el ex Director Supremo Alvear, quien aparentemente se había ahora declarado fiel sirviente de la corona y promovía el federalismo. Carrera se dedicó a organizar sus planes y a preparar su Manifiesto a los Pueblos de Chile (listo en septiembre de 1817 de acuerdo a Vicuña Mackenna, pero publicado en marzo de 1818) y a conseguir ayuda para su proyecto.

Aun cuando no se sabe cuales eran sus planes concretos, las numerosas cartas que mando a su esposa y algunos otros documentos dejan entrever algo. Le dice a ella que bastaría con “ahorcar cuatro brivones”, que “lastima que “Riquelme” (O’Higgins) no tenga mil pescuesos para medio pagar”. Le informa que ha estado en contacto con Artigas y que, “de ahí, a Chile”. Declara que Chile esta destinado a ser parte de una confederación del sur de América (Proclama a los Chilenos, Un Aviso a los Pueblos de Chile, etc). Escribe a EEUU, desde donde recibe una carta - fechada en Washington el 15 de noviembre de 1817 y mandada a través de un oficial naval del gobierno de ese país- en que se le dice que el propósito de los enviados que le llevaron la carta “es preparar el camino para el reconocimiento de la independencia de aquellos países de Sud-América que estén dispuestos a establecer gobiernos conformes al nuestro” y que “el momento favorable ha llegado, abrigo la confianza de que sabrá Ud. aprovecharlo y emplear toda su energía en hacerlo fecundo”.

La muerte de los Hermanos Carrera

Mientras tanto en Mendoza, sus hermanos,Juan José y Luis se envolvieron rápidamente en la llamada “conspiración de 1817” con el apoyo y la posible instigación de su hermana, Javiera. El plan era volver a Chile con el propósito de apresar a O’Higgins y San Martín, forzándolos a renunciar, y tomar el poder. Contaban para esto con el apoyo de sus partidarios en Chile, sector que creían era considerable y que estaba a su espera. Esos planes estaban avanzados en junio de 1817, los conspirados incluso se habían repartido los puestos del futuro gobierno: Manuel Rodríguezsería “dictador en lo político”. El General Miguel Brayer (quien había llegado con José Miguel y ahora daba servicio en el ejército libertador) estaría a cargo del ejército. José Miguel sería enviado de nuevo a EEUU a organizar una nueva flota. Luis, a la cabeza de una de las columnas armadas de sus partidarios que se organizarían en Santiago, capturaría a O’Higgins mientras Juan José, al mando de la otra, se reservaba la captura y juicio militar de San Martín. A principio de ese mes los conjurados empezaron a viajar, por separado y en grupos pequeños a Santiago. A fines del mismo, los siguió Luis de Carrera, disfrazado de mozo de un oficial de apellido Cárdenas. Y, finalmente, el 8 de agosto, Juan José, como amigo y compañero de viaje de un 'impresor',sin embargo el plan comenzó a desbaratarse rápidamente, aun antes de que todos los implicados pudieran cruzar la cordillera, declarandolos culpables de los delitos de "lesa patria" y "actos contra la plaza" y condenados a muerte por el gobernador de Mendoza.

En 1819 un enfervorecido Carrera juró venganza por la muerte de sus hermanos, de Rodríguez y por todas las penurias que tuvo que soportar su familia y, con redoblado ardor, continuó su acción. Desde Montevideo enviaba panfletos a Buenos Aires y a las Provincias Unidas, que propiciaban el estado federativo y denunciaban los, de acuerdo a Carrera, intentos de José de San Martín y Juan Martín de Pueyrredón de establecer una monarquía.

Se sabe que Jose Miguel Carrera, durante 1817, había estado preparando una campaña de publicidad contra los gobiernos “unitarios” en Argentina y en Chile. Se sabe que estuvo en contacto con Artigas, quien fue uno de los principales promotores del federalismo en las provincias del Río de la Plata y que, de acuerdo a sus planes, “de ahí a Chile”. Se sabe que contaba con el apoyo de EEUU para establecer gobiernos “conformes” al de ese país. Se sabe que, después de 1819, se dedicó a luchar para establecer a Alvear como presidente de una Argentina federal.

Parece entonces posible especular que el plan era lograr, a través de Artigas, el apoyo de la Liga Federal a fin de establecer a Alvear como presidente de una federación en las provincias unidas, lograr el reconocimiento de EEUU para esa entidad y, con el apoyo de esos gobiernos, y el de sus partidarios entre los militares y civiles en Chile mismo, invadir a ese país a fin de integrarlo a una Federación del Sur. Podría ser que en esos planes Carrera se reservaba, a menos para empezar, el papel de cerebro estratégico, a cargo de una campaña política y relaciones con gobiernos y fuerzas exteriores.

Mientras en Chile, el antiguo patricio don Ignacio de la Carrera, ya muy debilitado, era hostigado por O'Higgins, primero obligándole a pagar la deuda que contrajo José Miguel en Estados Unidos para armar su flota, no importando que hubiera sido requisada por Argentina, y después forzándole a pagar los gastos de la ejecución de sus hijos Juan José y Luis, último golpe que le destrozaría el corazón. Don Ignacio, de 86 años, ya sin fuerzas se echó a morir, y dos meses después de este incidente fallecería el 22 de junio de 1819.

Federacion o muerte

Luego de esto, un enfervorizado Carrera abandona Montevideo e inicia su guerrilla en las provincias de Santa Fe y Entre Ríos, contra Buenos Aires, llegando incluso a tomar dos veces la capital argentina, sin embargo, rechazo el cargo de director supremo, su objetivo real era llegar a Chile y poder librarlo de la masonica Logia Lautaro, sin embargo no logra el apoyo esperado en Argentina, mas logra que el ahora Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, el general Manuel de Sarratea llegue a un entendimiento con los líderes federales, entendimiento en el cual Carrera participó y sus intereses fueron considerados: Carrera participa en el Tratado del Pilar, el que da término a la Constitución unitaria de 1819, y consagra el régimen federal en Argentina. El Tratado concede soldados, armas y equipo con los que organiza su nuevo "Ejército Restaurador", mas este no es del todo agrado de la nueva federacion argentina. Así pues, Carrera estaba a cargo de un grupo armado relativamente pequeño (cerca de 500 hombres) pero bloqueado cerca de Buenos Aires. Decidió internarse en las pampas con la esperanza de poder cruzar la cordillera hacia Chile. Fue ganando adeptos entre los indígenas, quienes llegaron a nombrarle "Pichi-Rey" ("pequeño rey").

La Locura

Con su propio Ejercito, se dedica a hacer una guerra sangrienta, de exterminio, no contra las autoridades sino contra las poblaciones civiles en la Provincia de Buenos Aires, específicamente en el sur de Argentina, acciones que no podían tener otro resultado que la pérdida de cualquier simpatía que pudiera tener entre las autoridades y la población civil, y no solo en esa provincia.

Incentivó el ataque del cacique Yanquetruz, a la localidad de Salto, en Buenos Aires (aunque sin tomar parte), el 3 de diciembre de 1820, oportunidad en la que la indiada destruyó buena parte de la población, asesinando a los hombres y esclavizando como botín de guerra a las mujeres.61 Los pueblos de Rojas, Lobos y Chascomús también fueron asaltados. En febrero de 1821 abandona las tolderías de los ranqueles y se dirige a Chile solicitando libre paso a los gobernadores de Córdoba y de San Luis, pero éstos se niegan y lo enfrentan militarmente. Venció al gobernador cordobés general Juan Bautista Bustos en Chajá y al gobernador de San Luis, coronel Luis Videla en Ensenada de las Pulgas, ocupando la ciudad de San Luis. Intentó luego unirse a las fuerzas del gobernador de Entre Ríos general Francisco Ramírez, pero al no querer acompañarlo éste a Chile, retornó a San Luis después de vencer a fuerzas mendocinas en Río Cuarto, mientras que Ramírez fue derrotado y muerto en Río Seco el 10 de julio de 1821.

El 30 de agosto de 1821 fue derrotado en Punta del Médano por las fuerzas del coronel José Albino Gutiérrez.

Su Muerte

Pese a que intentó replegarse a Jocolí con sus tropas, es traicionado por algunos de sus seguidores y oficiales, los que insurreccionaron la tropa y, tomándolo prisionero junto con José María Benavente y Felipe Álvarez, es entregado al coronel mendocino Gutiérrez. Enjuiciado y condenado a muerte por numerosos crímenes fue fusilado cerca del mediodía del 4 de septiembre, en la plaza de Mendoza, por orden de Tomás Godoy Cruz. Durante su estancia en la presión de Mendoza escribe una carta a su amada esposa: "Mi adorada pero muy desgraciada Mercedes: un accidente inesperado, y un conjunto de desgraciadas circunstancias me han traído a esta situación triste: ten resignación para escuchar que moriré hoy a las once, sí mi querida, moriré con el sólo pesar de dejarte abandonada con nuestros cinco tiernos hijos en un país extraño, sin amigos, sin relaciones, sin recursos - Más puede la providencia que los hombres!" . Durante esa ejecución,demostró gran valor personal, solicitando no se le vendaran los ojos, que se apuntara donde estaba su mano (sobre su corazón) y estar de pie, todo lo cual le fue negado. En el paredón dijo firme ante el pelotón de fusilamiento y todos aquellos que miraban al ejecucion en la plaza "Pido a las generaciones futuras que algún día reivindiquen mi nombre, ya que muero como un bandido en tierra extraña."A continuación, el se limpió cuidadosamente algunas motas de las mangas de su casaca militar y gritó: "¡Muero por la libertad de América!."

Y así muere Jose Miguel Carrera Verdugo, un 4 de septiembre de 1821, con él, todas las esperanzas de una "Federación del Sur" que pudo haber cambiado el destino de Chile y Argentina, "el primero en decir libertad en Chile, sin reyes ni tiranos"

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