Monumento del Llano Amarillo

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Monumento del Llano Amarillo
El Monumento del Llano Amarillo es un obelisco que se encuentra en el margen de la carretera de San Amaro, junto al polvorín de Valdeaguas, a los pies del Monte Hacho, en Ceuta (España). De estética monumentalista, el monolito reproduce los escudos de la Falange y del águila de San Juan, a la que imita en su forma.

Historia

Es un monumento conmemorativo del "Juramento del Llano Amarillo", episodio previo al inicio de la Guerra Civil Española, por el que los generales sublevados en Marruecos, liderados por Juan Yagüe Blanco, concretaron los últimos detalles del levantamiento contra la marxista Segunda República Española.

Con ocasión del fin de unas grandes maniobras realizadas en el valle de Ketama, en la cordillera del Rif (5-13 de julio de 1936, entre 15.000 y 18.000 hombres, según las fuentes), tuvo lugar este encuentro, del que después se recordaría que los militares gritaron la consigna: "¡Café!" (¡Camaradas, arriba la Falange Española!).

Como símbolo del "juramento antes de la batalla", el episodio fue considerado un adecuado motivo de propaganda, y se decidió erigir el obelisco, con fecha inscrita del 12 de julio de 1936. El monumento fue proyectado por Francisco Hernanz Martínez, y su realización corrió a cargo del escultor ceutí Bonifacio López Torvizco. Un análisis histórico de este monumento aparece en la obra Arquitectura y urbanismo español en el norte de Marruecos, publicado en el año 2000 por Antonio Bravo Nieto.

Agresiones

En 1956 sufrió un acto vandálico de carácter reivindicativo organizado y financiado por el político y banquero catalán exiliado en Tánger Josep Andreu Abelló, y llevado a cabo por cinco miembros del Partido Comunista español.

Más tarde, el gobierno español decidió trasladar pieza a pieza el monumento a la plaza fuerte de Ceuta.

Desde entonces ha seguido siendo objeto de actos vandálicos como pintadas. El Llano Amarillo es uno de los monumentos y símbolos franquistas que aún sobreviven, con un debate abierto y enconado entre diversas partes: los que exigen su eliminación y los que abogan por su mantenimiento, apoyados en diversos argumentos sólidos, como los historiadores locales J.L. Gómez Barceló y Francisco Sánchez.

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