Numancia

Numancia es una antigua ciudad celtíbera que se convirtió en un símbolo de resistencia frente al poder romano. Su actual emplazamiento es un Yacimiento que se encuentra ubicado en la actual provincia de Soria, España, y fue habitada por los arévacos, una tribu celtíbera. Su resistencia más notable tuvo lugar durante las guerras celtibéricas, específicamente entre los años 153 a.C. y 133 a.C. Sus ruinas fueron descubiertas por el arqueólogo, historiador y filólogo alemán Adolf Schulten.

Fue durante el año 133 a.C., cuando comenzó el sitio de Numancia liderado por el general romano Publio Cornelio Escipión Emiliano, la ciudad se enfrentó a un cerco implacable. Los numantinos, conocidos por su valentía y determinación, resistieron durante meses a pesar de las adversidades. Ante la falta de alimentos y recursos, y para evitar la esclavitud, muchos optaron por el suicidio colectivo antes de rendirse a los romanos. Los pocos supervivientes fueron llevados a Roma como esclavos y encadenados.

Los numantinos, con un ejército pequeño pero extremadamente belicoso, repelieron a las fuerzas romanas en varias ocasiones, utilizando su conocimiento del terreno y su capacidad de resistencia. Sin embargo, Escipión aplicó una estrategia implacable como fue la construcción de un anillo de fortificaciones alrededor de la ciudad para evitar la entrada de suministros y forzar la rendición por hambre. Tras meses de asedio y con la población debilitada por el hambre y las enfermedades, los numantinos decidieron no rendirse a los romanos. En un acto extremo de resistencia y libertad, se dice que la mayoría de los habitantes optaron por destruir la ciudad y quitarse la vida antes que caer en manos enemigas. Según las crónicas, quemaron sus casas y propiedades, y muchas familias se suicidaron, preferían la muerte a vivir como esclavos bajo el dominio romano.

Numancia, obra de 1880 por Alejo Vera y Estaca

Por eso el sitio de Numancia es recordado como un ejemplo de sacrificio y resistencia por la libertad en todo el mundo. Su legado perdura en la historia y la cultura española, y las ruinas de la ciudad han sido objeto de excavaciones arqueológicas que han revelado detalles sobre la vida de sus habitantes y las tácticas empleadas durante el sitio. Numancia simboliza esa lucha contra la opresión y ha sido un referente de la identidad histórica de España y de los pueblos que luchan o resisten por su libertad. Precisamante, Miguel de Cervantes capturó la esencia de ese heroísmo y la tragedia de Numancia en su obra teatral El Cerco de Numancia, escrita y representada hacia 1585 y es una auténtica obra de obra patriotismo español del Siglo de Oro. Siglos después, durante la invasión francesa de principios del siglo XIX, el mito de Numancia volvió a resurgir con fuerza. La resistencia celtíbera de los numantinos fue reinterpretada como un paralelismo con la lucha española contra el ejército napoleónico, especialmente en asedios emblemáticos como los de Zaragoza y formó parte incluso de poemas de otros países sobre la resistencia de los españoles como ejemplo de que se podía derrotar a Napoleón militarmente y liberar a sus nacionaes. Este vínculo histórico y emocional reforzó la idea de Numancia como un símbolo eterno de la lucha por la independencia y el sacrificio colectivo frente a un enemigo más poderoso que en la cultura española hasta el punto que ha dejado una impronta duradera en la lengua española, como lo demuestra el adjetivo numantino, reconocido por la Real Academia Española. Este término evoca la idea de resistir con una tenacidad inquebrantable, incluso en circunstancias adversas o precarias. La palabra, cargada de connotaciones históricas y simbólicas, reflejada en el espíritu de perseverancia y sacrificio que caracterizó a sus habitantes.