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Paolo di Nella
Paolo di Nella fue un joven militante y responsable del Fronte della Gioventú, estructura juvenil del Movimiento Social Italianoque fue asesinado el 02 de febrero de 1983 en Roma a manos de un grupo izquierdista. Murió 7 días después del ataque,los cuales estuvo en coma.
Sumario
Los años ochenta
Durante los años ochenta el clima político va cambiando lentamente, la ola devastadora de violencia de los años setenta se va agotando. Las hordas de comunistas sólo subsisten como pocos grupos de terroristas armados, acorralados por un Estado que se ha decidido a capturarlos sólo cuando venía "levantado demasiado el tiro".
El resto de la masa de revolucionarios fracasados estaba dispersa: algunos consumidos por las drogas sicodélicas, otros que hacían carrera en los partidos democráticos, quien pasaban a ser pequeños burgueses o quienes, en cambio, ponían su “ferocidad" al servicio del gran capital. Así, las agresiones, los acosos y las palizas de matones en grupo se disipan.
Pero no desaparecen del todo. Por otra parte tanta violencia, tan cultivada, y además, aceptada por los medios de comunicación y casi siempre desde la impunidad, no puede desaparecer de la mañana a la noche.
El sueño de Paolo
El último arrebato mortal de tanto odio se registra en Roma, en la noche entre el 2 y el 3 de febrero de 1983, cuando dos autónomos agredieron a golpes de garrotes a Pablo di Nella, dirigente provincial del Fronte della Gioventú.
A Paolo le gustaba su barrio, y precisamente en nombre de este amor había programado una batalla por la expropiación de Villa Chigi, a la cual quería destinar como funcionamientote un centro social y cultural. Para hacer participar a los habitantes del barrio en esta batalla social, el 3 de febrero comenzó una colecta de firmas.
El ataque
Paolo, comprometido en primera persona con la iniciativa, había dedicado gran parte de la jornada del 2 de febrero a elaborar panfletos para repartir casa por casa. La distribución comenzó a las 22 horas. Durante el recorrido, Pablo y la joven militante que lo acompañaba, notaron algunas presencias sospechosas. Hacia las 0.45 Paolo se disponía a colocar unos manifiestos sobre una valla situada en una franja central de la Plaza Gondar. En ella aparecieron dos jóvenes y tan pronto como Paolo volteó la espalda para poner el engrudo, se dirigieron corriendo hacia él. Uno de ellos lo golpeó ferozmente en la cabeza. Luego, huyeron por la calle Lagotana. Paolo, aún aturdido por el golpe, se acercó a su auto, desde donde la chica que lo acompañaba había observado impotente la escena.
Después de haberse enjuagado la herida en una fuente, Paolo dejó en la sede partidaria los manifiestos y el cubo de cola. Hacia la 1.30, volvió a casa. Sus padres le vieron lavarse el cabello y quejarse. Llamaron a una ambulancia, pero llegó cuando ya Paolo estaba en coma. Sólo en horas de la noche mañana del día después, el 3 de febrero, Paolo fue operado, y fueron retirados dos hematomas y un tramo del cráneo fracturado.
Las primeras investigaciones fueron llevadas a cabo con extrema superficialidad por parte del dirigente de la Digos romana encargado del caso, el doctor Marchionne. No fueron en efecto ni registros, ni interrogados por parte de la policía los dirigentes de la Autonomia Operaia del barrio Africano. La chica que estaba con Paolo, única testigo de ataque, fue interrogada por los investigadores que, más que a la constatación de hechos, parecían interesados por la estructura organizativa del Fronte della Gioventú y a los nombres de sus dirigentes, quizá para dar vida a la ridícula historia de "contienda interna".
La noche del 9 de febrero, a las 20,05, después de siete días en coma, la solitaria lucha de Paolo contra la muerte llegó a su fin. Se sucedieron días de fuerte tensión, en que por fin los investigadores del caso se decidieron, al menos aparentemente, a dar fin a las investigaciones. Terminaron por fin con algunas pesquisas en las casas de los más conocidos exponentes de los colectivos autónomos de Valmelaina y del Africano.
Los sospechosos
Uno de los máximos sospechosos era Corrado Quarra, identificado por diferentes agresiones a chicos de la derecha. Después de haber intentado varias veces de sustraerse al encuentro con los magistrados, comportamiento que no hizo más que confirmar las sospechas sobre él, fue detenido por el caso la noche del 1 de agosto de 1983. En un reconocimiento a la americana con varios sospechosos en fila, Daniela, la chica que estaba con Pablo esa noche, lo reconoció como el agresor.
En consecuencia de policía dictaminó una orden de captura por homicidio voluntario agravado. Después de tres meses de silencio, el 3 de noviembre, la chica fue convocada para el segundo reconocimiento. Concentrándose en las características del agresor al que había visto hacía ya tres meses, Daniela reconoció a un segundo hombre de la lista, no pudiendo reconocer a Quarra.
Esa fue la trampa para Daniela: en este punto el juez instructor, doctor Calabria, dijo a la chica que, si se había equivocado en el segundo reconocimiento podía haberse equivocado también en el primero. Fue un discurso destinado a facilitar la excarcelación del Quarra que sucedió el 28 de diciembre. Este absolución, que marcó el fin de las investigaciones sobre el asesinato de Paolo, fue dejado en el más absoluto silencio. Si se tuvo alguna noticia fue sólo el 30 de mayo de 1984, gracias a un comunicado del Fronte della Gioventú.
Paolo di Nella quedará en la memoria de la derecha italiana como uno de los tantos héroes no ajusticiados en aquellos años de violencia izquierdista.