Pascua de Sangre

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Pascua de Sangre: los judíos de Europa y los asesinatos rituales (título original: Pasque di Sangue. Ebrei d'Europa e omicidi rituali) es un libro de 2007 escrito por el historiador italiano-israelí Ariel Toaff. La obra estudia el papel de la sangre de niños en la cultura judía medieval, señalando que habitualmente se le asignaba usos terapéuticos, mágicos y alquímicos, pese a que muchos rabinos lo prohibían.

El autor

Ariel Toaff (Ancona, Italia, 1942) es hijo del rabino Elio Toaff, quien fue considerado la máxima autoridad de la colectividad judía italiana durante la segunda mitad del siglo XX. Especializado en la historia de los judíos centroeuropeos e itálicos, es docente e investigador en la Universidad Bar-Ilan de Israel.

Contenidos del libro

Usando el método de la microhistoria, Pascua de Sangre indaga y analiza la historia social y cultural de los judíos del noreste de Italia durante el periodo renacentista.

Capítulo I

El autor describe y caracteriza a la colectividad judía en la República de Venecia de fines del siglo XV. Señala que la misma estaba dividida en dos grandes grupos: uno arraigado en la región desde hacía siglos y el otro recientemente instalado tras migrar de tierras germánicas. Las diferencias entre ambos grupos son notorias, pues los judíos provenientes del norte están mucho mejor organizados que los judíos de viejo arraigo, y pronto no sólo recaudan fortunas con su sistema de préstamos, sino que también negocian con las autoridades locales para obtener una serie de privilegios legales a cambio de ayudarlos a conspirar contra sus enemigos y competidores.

Capítulo II

Se narra la historia de Marcucchio y Salamoncino de Piove, dos criminales judíos protegidos por las autoridades venecianas. Ambos se dedican al contrabando, pero están autorizados para cometer otro tipo de delitos si su situación lo requiere.

Capítulo III

Luego de reconstruir la estructura de la colectividad judía veneciana en el Renacimiento y de explicar cual era el papel de los judíos en las operaciones criminales de la época, el autor introduce a la figura de David Mavrogonato. Se trata de un judío contrabandista de Creta, que durante el juicio de Simón de Trento en 1475 y 1476 testificó sobre sus actividades, afirmando que, entre los productos que ingresaba al mercado negro local, había sangre de niño. Obviamente esta llegaba coagulada, y sus compradores la adquirían para convertirla en un polvo que usaban como parte de rituales mágicos. En ese mismo juicio, otro judío afirma que Salomon de Piove -el padre de los dos criminales aludidos en el capítulo anterior- solía adquirir la sangre que Mavrogonato importaba para preparar el pan y el vino que se consumía durante las Pascuas.

Reacciones

La obra de Toaff prueba que entre los asquenazíes existía la costumbre de consumir sangre de niños, pues era un elemento que formaba parte de su farmacopea. Sin embargo también asegura que, dado el valor simbólico que tenía el tejido humano, algunos individuos le daban un uso ritualístico, especialmente durante las Pascuas, donde la sangre aparece como un motivo de diversos relatos sobre el asunto.

Una gran cantidad de rabinos en Italia e Israel acusaron a Toaff de ser un judío renegado o disidente, que con su obra validaba los mitos que existen sobre los asesinatos rituales judíos y justificaba el desprecio que las naciones le manifiestan a los judíos. Otro grupo importante de historiadores de raza judía, por su parte, atacaron a su colega sosteniendo que su metodología era inválida, ya que, básicamente, el capítulo III del libro esta fundamentado en testimonios de judíos que -según se sospecha- habrían sido víctimas de la tortura. Periodistas y políticos israelíes también agredieron a Toaff, solicitando muchos de ellos que fuera suspendido o expulsado de su puesto académico.

Junto con todas las críticas e insultos, el historiador también fue amenazado de muerte por fundamentalistas.

Aunque la universidad para la cual Toaff trabajaba aceptó su investigación afirmando que defendían la libertad académica, aún así el libro fue retirado de la venta a menos de un mes de haber llegado a las librerías. Al año siguiente su autor produjo una segunda edición en la que corregía algunos errores y aumentaba párrafos para sostener que el uso de sangre humana en rituales judíos había sido un fenómeno minúsculo, sólo ejecutado por un puñado de rabinos extremistas que usaban la religión para cubrir actos criminales.

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