Paula Hitler

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Paula Hitler
Tumba de Paula Hitler

Paula Hitler nació el 21 de enero de 1896 y falleció el 1 de junio de 1960. Fue la hermana menor de Adolf Hitler. Ella y su hermano fueron los únicos que alcanzaron la mayoría de edad, de los seis hijos de Klara Pölzl y Alois Hitler. Falleció a los 64 años.

Infancia

Paula Hitler nació en Hartfeld, Austria en 1896. Nunca se casó ni tuvo hijos. Su padre tenía 60 años en el momento de su nacimiento y falleció cuando Paula tenía 6 años. Su padre, Alois, provenía de Waldviertier, en la baja Austria. Paula no conoció a ninguno de los miembros de la familia de su padre, pero sí se relacionó con los familiares de su madre.

La madre de Paula también provenía de Waldviertel y era hija de granjeros de Spital cerca de Veitra, donde había nacido el 12 de agosto de 1860, falleciendo más tarde en 1907, momento culminante para la vida y relación de los hermanos Hitler, ya que desde aquel momento, Adolf Hitler jamás retornaría al hogar familiar, y por mucho tiempo dejaría de ver a su hermana Paula.

Los años de juventud y la relación con su hermano

Desde que Adolf Hitler dejara la casa materna en 1908, no lo volvió a ver hasta 1921, oportunidad en la que al reencontrarlo le manifestó que no había tenido ni idea sobre qué había sido de él en esos años, ni siquiera después de la Primera Guerra Mundial. Hitler le había donado la mitad de la pensión de cincuenta coronas -que como hijo, le correspondían de la pensión de su padre- para que Paula pudiera continuar con su educación.

En 1921, Hitler fue a encontrarse con ella con el expreso propósito de verla, comportándose entonces de manera encantadora e incluso llevándola de compras. Pero a pesar del reencuentro no continuó viendo a Hitler regularmente.

Cerca de un año después de su visita de 1921, volvió a verlo, yendo juntos a visitar la tumba de sus padres cerca de Linz. Volvió a verlo nuevamente en Munich, en el año 1923, tiempo antes del Putsch de la Cervecería; en esta ocasión, Paula no notó que las actividades políticas le hubieran causado a Hitler un cambio en su forma habitual de ser.

De nuevo visitó a Hitler en el departamento que éste habitaba en la Dirsch Strasse, en Munich, tiempo durante el cual no tuvo ningún contacto con personas del círculo político de Hitler, a excepción de Franz Xavier Schwarz, quien entonces era el tesorero del partido. La siguiente oportunidad en que vuelve a ver a Hitler, durante el acto de conmemoración del día de la fundación del NSDAP que tuvo lugar en Núremberg, Paula estuvo presente. Adolf Hitler al igual que Paula, sólo se habían relacionado con familiares de la línea materna, en especial con las familias Schmied y Koppenstin.

Paula solía escribir a Adolf Hitler por su cumpleaños una carta de salutación, a la cual Hitler le respondía con una nota de agradecimiento.

Paula no tuvo un trato fluido con su media hermana Angela Hamitzon, puesto que vivía casada y con hijos en Dresden, encontrándose con ella años más tarde a su llegada al Hotel Berchtesgadener Hof unos días antes de producirse la llegada de los soldados norteamericanos a ese lugar.

Paula tuvo contacto con Hitler algunas veces en Viena, otras en Berlín. Desde 1941 en adelante, Paula no volvió a tener contacto personal con Hitler.

Anschluss

En razón de volverse conocido su vínculo familiar con Adolf Hitler había sido despedida de su puesto en una compañía de seguros radicada en la ciudad de Viena; pagándole Hitler de su bolsillo desde ese momento y hasta el día del Anschluss (Anexión de Austria y Alemania) a Paula la suma de 250 marcos mensuales para su subsistencia. Años más tarde Paula continuó desempeñándose en diversas ocupaciones sin importancia pero bajo el falso apellido de "Frau Paula Wolff".

En una oportunidad pudo conocer personalmente a Eva Braun pero no sostuvo relación alguna con ella. Tampoco Paula Hitler fue afiliada o militante del NSDAP.

Paula luego pudo continuar trabajando en Austria, bajo el apellido Wolff, y a pesar de ello Hitler no dejó de atender su situación económica, a partir de 1938 dobló el aporte que le pagaba de 250 a 500 marcos mensuales y en la Navidad de cada año le agregaba una suma de 3000 marcos. Todos estos aportes fueron pagados por Hitler de su propio peculio y depositados en un banco a nombre de Paula hasta el día de la muerte de Hitler.

En los últimos años del régimen nacionalsocialista, Paula trabajó como secretaria en un hospital lo cual era conocido por Hitler, manifestándole éste su total conformidad con dicho empleo y especialmente con el hecho que lo hubiera conseguido ella misma por sus propios esfuerzos. Más tarde Paula abandonó este trabajo por razones de salud viviendo los últimos días de la guerra en la localidad de Berchtesgaden en el hotel Berchtesgaden Hof, hasta el momento del arribo de los soldados norteamericanos, quienes la retuvieron largo tiempo, interrogándola en varias oportunidades.

Con la ayuda económica de su hermano, Paula adquirió entre los años 1941 y 1942 una pequeña casa en Weitten, Wachau, una vieja villa que Paula fue restaurando sin la ayuda de ningún arquitecto; dicha casa más tarde fue expropiada por los rusos al momento de la ocupación. Paula era dueña también de un pequeño departamento de dos habitaciones en Viena, ocupado por los norteamericanos. Ambas propiedades jamás le fueron devueltas; lo mismo le ocurrió con sus ahorros personales depositados en el banco. Por esta razón, Paula tuvo que vivir desde entonces de la caridad de sus amistades.

Después de la guerra

Al no ser miembro del NSDAP ni haber desempeñado tareas políticas debía estar fuera del plan general de desnazificación impulsado por los aliados en la Alemania dividida.

Luego de que Paula fuera liberada por el servicio de inteligencia del ejército norteamericano, regresó a Viena para trabajar en una tienda de arte y artesanía. En diciembre de 1952 se mudó a Berchtesgaden, donde vivió en un apartamento de dos habitaciones para luego mudarse a la ciudad de Hamburgo, donde falleció el 1 de junio de 1960. Paula fue enterrada en Bergfriedhof, Berchtesgaden.

En la parte final de su primera declaración testimonial ante las tropas norteamericanas se puede leer que refiriéndose a su hermano Adolf Hitler, Paula expresó: "...El destino final de mi hermano me afectó muchísimo. Él fue mi hermano, no importa qué haya ocurrido. Su final me trajo una indescriptible tristeza como hermana..." (en este punto de su declaración la señorita Hitler rompió en llanto y la interrogación finalizó) según señaló el oficial interrogador.

Declaración

El 01 de mayo de 1957, en Berchtesgaden, Paula Hitler publicó una declaración dirigida a la prensa alemana controlada por los judíos en apoyo a su hermano.

"Caballeros – Nunca olviden esto: Sus nombres se olvidarán por completo incluso antes de que sus cuerpos se pudran en la tierra. Pero el Nombre Adolf Hitler seguirá siendo una luz en la oscuridad.

Ustedes no podrán ahogar su memoria con su asqueroso dinero y no podrán estrangularlo con sus asquerosos dedos entintados. Su nombre existirá para siempre en cientos de miles de almas. Ustedes son muy insignificantes para siquiera tocarlo.

Él amaba Alemania. Él se desgastó por Alemania. Cuando luchó por honor y respeto, el luchó por el honor alemán, por el respeto hacia Alemania, y cuando no hubo nada más, el dio su vida por Alemania.

¿Que han dado ustedes? ¿Cuál de ustedes daría su vida por Alemania? Lo único que a ustedes les importa son las riquezas, el poder, y una vida de lujos infinitos. ¿Cuándo ustedes piensan en Alemania, piensan en complacer sus sentidos sin responsabilidad y sin cuidados?.

Recuerden esto: La absoluta solidaridad en palabra y hechos del Führer le garantizan su inmortalidad. El hecho de que la amarga lucha por la grandeza de Alemania no fue coronada con el éxito, como la de Cromwell en Gran Bretaña tiene mucho que ver con la mentalidad de las personas involucradas.

Por un lado el carácter del hombre inglés es esencialmente injusto, gobernado por los celos, autosuficiente, y carece de consideración. Pero nunca olvida que es un inglés, leal a su gente y a su corona. Por otra parte ustedes con su necesidad de reconocimiento que no es en primer lugar ante el alemán.

Por lo tanto a ustedes no les importa, ustedes seres insignificantes, si destruyen la nación entera. Su único pensamiento que los guía es y siempre será, ‘Yo primero’, ‘Yo segundo’ ‘Yo tercero’. En su carencia de valor, ustedes jamás pensarán en el bien de la nación. ¿Y con esa filosofía tan patética pretenden impedir la inmortalidad de un gigante?"

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