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Por la Patria, el Pan y la Justicia
Por la Patria, el Pan y la Justicia fue un eslogan falangista creado por Ramiro Ledesma pero popularizado en gran medida por unas palabras pronunciadas por José Antonio Primo de Rivera en el discurso del teatro Liceo, de Ávila, el día 11 de enero de 1936. En el cual diría "No gritemos más "abajo" y sí gritemos, como hace siempre la Falange, "arriba". Arriba España, como expresión entera de un contenido espiritual y humano: la Patria, el pan y la justicia."
Aunque la frase es obra de Ramiro Ledesma apareciendo primero en "La conquista del Estado" y luego en la publicación JONS, en 1935 diría: "He aquí esas dos palancas: una la idea nacional, la Patria como empresa histórica y como garantía de existencia histórica de todos los españoles; otra, la idea social, la economía socialista, como garantía del pan y del bienestar económico de todo el pueblo".
En la publicación de 1933 de las JONS dirían: Habrá, pues, que hincharse de coraje, de razón y de voluntad, y luego, a flechazo limpio, dar a todos una orden de marcha, imperativa y férrea, a salvarse, quieran o no, tras de la Patria, El Pan y La Justicia, según reza la consigna central y fundamental de las JONS.
Los tres pilares básicos de "la patria, el pan y la justicia", serian definidos cada uno de forma individual al día siguiente del discurso de José Antonio, el 12 de Enero de 1936, al desarrollarse el comunicado de la Junta Política de Falange Española de las J.O.N.S. titulado "Por España Una, Grande y Libre; Por la Patria, el Pan y la Justicia" publicado en Arriba, núm. 28, de 16 de enero de 1936.
Luego el día 26 de Enero, en el Teatro Pereda de Santander el discurso de José Antonio terminaría diciendo que: "la España del pan para el obrero y de la justicia para todos sí que merece todos los sacrificios. Con diputados, sin diputados o contra los diputados la tendremos. Y entonces sí que cerraremos el paso a quien pretenda destruirla; pero no con nuestros votos, sino con nuestros brazos, con nuestros pechos, con nuestras armas."
De esa forma se cerró la génesis de la frase central de uno de los más famosos carteles de la guerra civil.