Prioridad de paso
Sumario
- 1 PRIORIDAD DE PASO EN INTERSECCIONES VIALES
- 2 Nota remitida
- 3 ANTECEDENTES
- 4 Posición del conductor.
- 5 Cambio del sentido de circulación.
- 6 SENTIDO DE CIRCULACIÓN VIAL Y PRIORIDAD DE PASO.
- 7 Visibilidad
- 8 Rotondas
- 9 Avenidas y arterias principales
- 10 Ramas de acceso a autopistas.
- 11 Rutas pavimentadas
- 12 Uniformidad de la norma.
- 13 CIRCULACIÓN FERROVIARIA.
- 14 Enlaces externos:
PRIORIDAD DE PASO EN INTERSECCIONES VIALES
Nota remitida
Señor (A quien corresponda)
S/D
Referencia: Ley de Tránsito
Prioridad de paso
De mi consideración:
Me dirijo a Ud. en relación con el tema de la referencia. Como es de su conocimiento, la actual Ley de Tránsito establece la circulación vehicular por el carril derecho y establece a su vez como prioridad de paso al vehículo que se acerca por la derecha a una encrucijada vial o bocacalle.
La prioridad de paso estaba establecida con anterioridad al cambio en el sentido de circulación, que era por el carril izquierdo. Cuando se invirtió el cambio de circulación, no se modificó la prioridad de paso, a pesar de tener una estrecha relación. Considero que la incompatibilidad entre ambas normas, provoca inconvenientes de transito y accidentes viales que podrían evitarse con una modificación al respecto.
En la nota que le adjunto se describen los antecedentes y se dan los argumentos que entiendo justifican dicha modificación de las normas de la Ley de Tránsito, a los efectos que Ud. crea correspondan.
Lo saludo con atenta consideración.
Ing. Leonardo Castagnino
ANTECEDENTES
Posición del conductor.
En los vehículos de tracción a sangre la posición del conductor era sobre el dado derecho del coche, por una cuestión operativa. En esa posición, el conductor portaba las riendas en su mano izquierda y quedaba su brazo diestro libre para azuzar los animales de tracción con algún instrumento apropiado, pudiendo maniobrar el mismo por fuera del carro o coche.
Con la aparición del automóvil, por uso y costumbre se mantuvo la posición del chofer sobre el lado derecho del vehículo, que, en principio eran sin cabinas cerradas. Al incorporase la palanca de cambios, se lo hizo a la derecha del conductor para facilitar su maniobra con la mano diestra, de manera que la misma fue colocada en forma externa al costado del vehículo, ubicada en el llamado estribo o pescante. Por la posición del conductor, éste tenía mejor visibilidad hacia la derecha, de manera que en las encrucijadas o bocacalles, cedía el paso al vehículo que se acercaba desde ese lado, quien tenía la prioridad del paso.
Cambio del sentido de circulación.
Cuando se dotó a los vehículos de cabina cerrada, la posición de la palanca de cambios impedía la apertura y cierre de la puerta, de manera que la palanca fue posicionada al centro del vehículo. Esta nueva posición de la palanca obligaba al conductor a maniobrarla con su mano izquierda, generalmente menos hábil, de manera que en algunos países también se cambió luego la posición del manubrio o volante, colocándolo para maniobrarlo con el conductor sentado a la izquierda del vehículo, y con la palanca de cambio a su derecha.
Esta nueva posición del conductor producía ciertos inconvenientes de visibilidad, sobre todo al efectuar maniobras de sobrepaso en caminos de doble circulación, ya que el vehículo que marchaba delante le impedía visualizar al que se acercaba en dirección opuesta a su marcha. Esto llevó a que se adoptara la circulación del tránsito por el carril derecho, inversa al sentido de circulación anterior.
SENTIDO DE CIRCULACIÓN VIAL Y PRIORIDAD DE PASO.
Como quedó dicho, distintas circunstancias llevaron a que se adoptara el sentido circulación por el carril derecho, pero sin embargo no se cambió la reglamentación de la “prioridad de paso”, que siguió siendo para el vehículo que se acerca a la bocacalle por la derecha. Esto tiene varias dificultades, a saber:
Visibilidad
En la nueva ubicación a la izquierda, el conductor tiene mejor visibilidad hacia ese lado, ya que hacia la derecha la visión puede verse dificultada por elementos del propio vehículo, como es el espejo retrovisor interior o parante de parabrisas o por elementos que porte el acompañante, de manera que lo lógico sería que le ceda el paso al que se acerca desde la izquierda, que a su vez tiene menor visibilidad hacia uno.
Rotondas
En las rotondas la norma invierte “prioridad de paso”, y la tiene el que circula por la izquierda. Esto se debe a que los vehículos que ingresan a una rotonda lo hacen siempre desde la derecha, y si conservaran la prioridad de paso, la rotonda se vería imposibilitada de evacuar el tránsito y produciría el atascamiento del mismo. Este cambio de la prioridad de paso en rotondas contradice lo que los conductores han incorporado como acto reflejo de dar prioridad al que circula por la derecha. Suelen verse vehículos detenidos en la rotonda esperando que pase el que ingresa a la rotonda, que lo hace siempre por la derecha.
Avenidas y arterias principales
Algunas avenidas tienen prioridad de paso sobre las calles transversales. Al acercarse a la bocacalle, el vehículo que circula por la avenida lo hace siempre desde la izquierda respecto al vehículo que circula por la transversal, de modo que si la avenida tiene prioridad, se invierte la norma de la “prioridad de paso derecha”, a la que los conductores se encuentran habituados. Por otro parte, el conductor que circula por una calle transversal, al acercarse a una avenida debería saber de antemano si dicha avenida tiene prioridad de paso o se conserva la norma habitual, de que el que circula por la derecha, a pasar tiene derecho. La prioridad de paso que pueda tener o no una avenida, no puede ser conocida por la generalidad de los conductores.
Ramas de acceso a autopistas.
Un caso similar a lo que ocurre en rotondas y avenidas, sucede en las ramas de acceso a autopistas, donde la prioridad de paso la tiene el que circula por los carriles troncales o principales, a pesar de aproximarse por la izquierda, y no los de la rama, aunque lo hacen siempre por la derecha.
Rutas pavimentadas
Lo mismo sucede en rutas nacionales o provinciales y caminos pavimentados, donde la prioridad la tiene el que circula por la arteria principal sobre el que lo hace por el camino secundario, que no tiene prioridad paso aunque siempre se aproxima desde la derecha.
Uniformidad de la norma.
Como vemos, la “prioridad de paso” del vehículo que circula por la derecha se ve modificada en varios casos, como avenidas, caminos principales, rotondas y ramas de acceso. Esta circunstancia tiene el inconveniente que es contraria al acto reflejo que el conductor adoptó por uso y costumbre de aplicar las reglas de tránsito establecidas. Por otro lado el conductor debe conocer de antemano si las arterias que deba atravesar tienen o no prioridad sobre aquélla por la que circula con su propio vehículo. Si en cambio se adoptara la prioridad de paso para los vehículos que circulan por la izquierda, esa norma seria general y se mantendría invariable en todos los casos.
CIRCULACIÓN FERROVIARIA.
El sentido de circulación ferroviaria se ha mantenido invariable por la vía izquierda, debido a que el cambio de sentido de circulación obligaría a costosos cambios y adaptaciones, sobre todo en lo que hace a la señalización visual o lumínica, sistema de cambios o dispositivos de seguridad.
Esta circunstancia de mantener el sentido de circulación ferroviaria por la izquierda, produce conflictos o incompatibilidades con el tránsito vial, que llegan incluso a provocar accidentes con pérdidas de vida o bienes materiales de importancia. El caso típico de estos accidentes se produce cuando un vehículo o peatón se dispone a cruzar un paso ferroviario de doble vía, en cuyo caso, al cruzar la primer vía, instintivamente mira hacia la izquierda como lo hace habitualmente en una arteria vial; sin embargo la formación ferroviaria de la primer vía se acerca desde la derecha, a la inversa a como lo hacen los vehículos en las arterias viales.
Si se invirtiera el sentido de circulación ferroviaria, se compatibilizaría con el sistema vial. Un estudio serio sobre esta circunstancia podría determinar la relación costo beneficio del cambio, teniendo en cuentas los costos de modificaciones ferroviarias versus la disminución de accidentes y el correspondiente ahorro de pérdidas materiales y de vidas.