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Rosas y Malvinas
Sumario
El intento diplomático
Muchos acusan a Rosas de entreguista por el hecho de haber ofrecido a los ingleses las Malvinas por el pago del empréstito adeudado. Esa acusación, es no conocer la picardía y astucia diplomática de Rosas.
Si bien hubo litigios desde tiempo atrás, lo cierto es que para 1829 la Confederación ejercía la ocupación y el derecho sobre las islas, sin cuestionamientos.
Para esa fecha, un grupo de comerciantes ingleses interesados en la explotación ovina y de trafico marino, liderados por Mr John Thwaites, incitan a Woodbine Parish, que roba roba los documentos y antecedentes que se encontraban en el Archivo de Gobierno de Buenos Aires y el diecinueve de noviembre de 1829 escribe al Foreign Office que las islas, de alto valor estratégico para el Foreign Office, deben ser obtenidas para Inglaterra, en “pago” del empréstito Baring.
Forbes, representante norteamericano, denuncia la maniobra destacando el valor estratégico. Inglaterra entonces decide tomarlas por la fuerza.
La ocupación se produce durante el gobierno de Balcarce, y a mediados de 1833 se comenta en Londres que el gobierno argentino retiraría su representante, lo que preocupa a los comerciantes.
Instalado Rosas en el poder, nunca consentirá la ocupación, sino que trata de recuperarla con picardía diplomática; en efecto, se las ofrece en transacción por el empréstito a los ingleses en forma extraoficial a través de Moreno, para que , en caso de ser aceptado el ofrecimiento, fuera rechazado por la Legislatura provincial, pero quedaría el reconocimiento ingles sobre los derechos de la provincia.
Similar estrategia usaría respecto a la Patagonia, que los ingleses no reconocían como nuestra. Esto surge claramente de la interpretación de una carta dirigido por David Robertson de la casa central Baring, a Ferdinand White, representante de Baring en Buenos Aires:
“Ud. no desconocerá que Rosas ofreció arrendar una porción de la Patagonia a la Casa Baring a manera de una seguridad colateral por esta deuda. Los señores Baring declinaron considerar la cuestión a causa, según yo creo, de que tenía dudas sobre si la Patagonia pertenecía a Buenos Aires y se supone que una de las razones por la cuales Rosas hizo el ofrecimiento fue conseguir de Inglaterra la sanción de los derechos de Buenos Aires a la Patagonia”. Cabe aclarar que Baring no era solo uno financista usurero, sino que además era un asesor financiero del gobierno ingles.
Lamentablemente esta vez la astucia de Rosas no alcanzo a engañar la experiencia del la diplomacia pirata. Por otro lado, Rosas peleaba en dos frentes al mismo tiempo.
La educacion en las escuelas rosistas
El francés Alfred Brossad, que acompañó a conde Walewsky en la misión diplomática de 1847, como no podía ser de otra manera, criticó a la enseñanza rosista. Entre las críticas que formuló, dice que una de las cuestiones más largamente tratadas en el programa de geografía fuera la siguiente: “Demostración de los derechos perfectos de la Confederación Agentina sobre Paraguay, sobre la costa patagónica y las islas Malvinas; derechos injustamente rebatidos y desconocidos por las potencias europeas”
El francés criticaba a la educación rosita por enseñar precisamente lo que nunca debió dejarse de enseñar.
Mensajes a la Legislatura
El representante inglés ante al Confederación Argentina, John Henry Mandeville, al informar a su gobierno el 3 de enero de 1838 sobre la inauguración de una nueva sesión de la Sala de Representantes de Buenos Aires , comenta a propósito del mensaje del gobernador Rosas a los mienmbros de la Legislatura:
“Luego atiende a la ya gastada cuestión de la injusticia de su ocupación por Gran Bretaña, sin recibir, me atrevo a decir, mucha simpatía del público con excepción de las pocas personas que han especulado con la instalación de una propiedad en ese lugar. Seguramente eso ocupará un párrafo anual en cada mensaje hasta que el tema muriera de cansado, al menos que una causa sin méritos induzca al gobierno a avivar el tema para escudarse tras él...”(G-Y.p.43)
Es evidente que la política británica siempre fue la misma...