Discursos memorables de Hitler

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Hitler durante un discurso

Año 1923

"Derrotaremos a los enemigos de Alemania"

10 de abril de 1923

¡Mis queridos compatriotas, hombres y mujeres alemanes!

En la Biblia está escrito: "Lo que no es ni caliente ni frío lo quiero escupir de mi boca". Esta frase del gran Nazareno ha conservado hasta el día de hoy su honda validez. El que quiera deambular por el dorado camino del medio debe renunciar a la consecución de grandes y máximas metas. Hasta el día de hoy los términos medios y lo tibio también han seguido siendo la maldición de Alemania. La situación de nuestra patria, según la condición geográfica una de las mas desfavorables en Europa, fue comprendida en realidad por primera vez, por el pequeño estado prusiano, odiado, un rival en sentido espiritual y material para todos los pueblos circundantes, le quedo reservado a este pequeño estado modelo llegar a ser el adalid del pensamiento alemán hasta aquella unión de los troncos alemanes que en el fondo, a pesar de dos guerras ganadas, aun no era una unión.

Aun hoy somos el pueblo menos apreciado de la tierra. Un mundo de enemigos se alza contra nosotros y el alemán debe decidirse también hoy si quiere ser un soldado libre o un esclavo blanco. Las precondiciones bajo las cuales solo puede desenvolverse una estructura estatal alemana han de ser por consiguiente: unión de todos los alemanes de Europa, educación para la conciencia nacional y la disposición de poner todas las fuerzas nacionales enteramente al servicio de la nación.

Estas, solamente, son las condiciones fundamentales bajo las cuales podemos vivir en el corazón de Europa. El anciano gigante de la vida estatal alemana, Bismarck, ha mantenido totalmente esta línea directriz, y cuando él se fue vino el dominio de los términos medios, de lo tibio. En lugar de representación de intereses patrios se hizo política dinástica, en lugar de política nacional, la internacionalización. Las palabras-impacto de "echar un puente entre todos los antagonismos", de fraternización, de tregua y otras similares minaron la fuerza del pueblo alemán hacia adentro y hacia afuera. La judaización fue la consecuencia inmediata de esta política tibia, la judaización de la nación alemana, porque el judío no renuncia a su propia nacionalidad.

Industrialización, conquista económica pacifica del mundo fueron otros objetivos, según los cuales se procedió, sin tener en cuenta que no existe ninguna política económica sin espada, ninguna industrialización sin poder. Hoy no tenemos ya una espada en el puño, ¿Donde tenemos entonces una política económica exitosa? Inglaterra ha reconocido muy bien este primer principio de la vida estatal, de la salud estatal, y actúa desde hace siglos de acuerdo al fundamento de convertir fuerza económica en poder político, y el poder político debe a su vez, a la inversa, proteger la vida económica. El instinto de conservación del estado puede construir una economía; pero nosotros quisimos conservar la paz mundial en lugar de defender con la espada los intereses de la nación, la vida económica de la nación, y de abogar sin consideraciones por las condiciones de vida del pueblo.

Y en esto participan por igual todos los partidos del actual parlamentarismo. Los demócratas quieren salvar la democracia aunque Alemania sucumba por ello. Por la democracia afirma el demócrata que quiere morir, por lo general nunca se llega tan lejos. Una enormidad seria para él si la democracia sucumbiera. En la práctica se desarrollo, gracias a esta idea que conduce a la paralización del pueblo, el dominio de la bolsa y de los manejos bursátiles.

El centro representa la idea de la solidaridad de un determinado credo. Otros pueblos, por fanáticamente que piensen y actúen de acuerdo a los principios de su credo, son en primer término hijos de su pueblo y recién después abogan por una confesión determinada.

La socialdemocracia representa intereses político-mundiales; pero un proceder conjunto con los trabajadores de todo el mundo, por cierto, solo es posible en base a un mutuo respeto y posición de igualdad. El alemán debe ser en primer término un alemán, así como el inglés es un inglés, si quiere ganarse el respeto de los otros; y este respeto existe hoy en día menos que nunca. No se trata de si el obrero alemán se declara solidario con los obreros de otros países, sino si el obrero de otros países quiere declararse solidario con el obrero alemán.

Por lo demás el pueblo alemán no quería ser internacionalista. El mejor corazón del alemán dejo ir a la guerra hace nueve años a incontados millones entusiastamente, y hoy los obreros de Essen, cuando ametralladoras francesas tabletearon en aquel funesto sábado dentro de sus filas, no fijaron su mirada en la solidaridad internacional, sino sobre Alemania y sobre aquel día que alguna vez llegara a ser el día de la venganza.

Debido a la mediocridad y debilidad de los partidos parlamentarios sobrevino, lógicamente, la mediocridad de los gobiernos. De esta manera, a partir del momento en que debía ser mantenida la "paz mundial" bajo cualquier circunstancia, por necesidad natural debió desarrollarse la guerra mundial. Hubiéramos podido concertar alianzas con metas firmes y grandes; con decisiones a medias no se lo puede hacer, y los canallas que anteriormente reflexionaron, y ponderaron ahorraron y fueron tacaños, tiran hoy millones sin provecho para el pueblo alemán*. Todo estaba bajo el signo de la mediocridad, de la tibieza, hasta la lucha por la existencia en la guerra mundial y más aun la concertación de la paz. Y hoy la continuación de la política a medias de entonces ha llegado a ser triunfo. El pueblo unido entre sí en la ardua lucha, y aclaro que en la trinchera no había partidos ni confesiones, ha sido desgarrado por el dominio de los intermediarios rapaces y pillos. La reconciliación y la compensación de los antagonismos, por cierto vendrían pronto si a toda "la compañía" se la colgara. Pero es que los intermediarios rapaces y pillos son "ciudadanos" y lo que es aun más importante, adeptos de aquella religión que el Talmud santifica.

No es el proletario quien ha llegado a ser señor, sino que el judío galiztiano se puso en el lugar de reyes que van cayendo. Ahora ya hace mas de cien años que esta trabajando en la desintegración de los estados europeos; siempre ha encontrado auxiliares y los encuentra aun hoy: severing aquí, poincare alla! No se hubiera podido hacer nada contra un pueblo de setenta millones si previamente no se le hubiera quitado la fuerza. Y el que quita al pueblo este poder de decisión interior es el culpable del hundimiento de la nación.

Hace tres años he declarado en este mismo lugar que el derrumbe de la conciencia nacional alemana también arrastrara conjuntamente al abismo la vida económica alemana. Porque para la liberación se requiere más que política económica, se requiere mas que laboriosidad, ¡para llegar a ser libre se requiere orgullo, voluntad, terquedad, odio, y nuevamente odio!

¿Qué se puede esperar de los gobiernos? Ellos sueñan con un milagro. Ellos sueñan con negociar, pero ¡para negociar se requiere poder! Una delegación con refuerzos de cuero en las rodillas va a París, trae de allí la decisión como don de gracia que allí es dictada por un poder superior, y la Nación Alemana da las gracias a la delegación por su "sentido del tacto", por su "sabia mesura", por su comportamiento en el "sentido de la mas auténtica democracia", y el pueblo sucumbe a consecuencia de ello. Aun se puede comprar carbón, aun no ha desaparecido el último marco de oro. Tres cuencas carboníferas ya han sido enajenadas por dinero, pero yo creo que no nos será ahorrado aplicar a nosotros la sentencia de Clemenceau que rezaba: "Me batiré delante de París, en París y detrás de París". Por cierto con una pequeña modificación: no nos quisimos batir delante del Ruhr, no nos quisimos batir en el Ruhr, tendremos que batirnos detrás del Ruhr. Los hambrientos que en los tiempos venideros clamaran por pan no serán alimentados por el munchester post y los 20 millones de alemanes que se dijo están de más en Alemania, deberán enfrentarse con un terrible destino. Y cada cual deberá preguntarse: ¿también estarás tú entre ellos?

La hoz, el martillo, la estrella y la bandera roja ascenderán sobre Alemania; pero Francia no devolverá el territorio del Ruhr. ¿Qué se puede hacer contra estos dos terribles peligros que amenazan con aniquilarnos? Desde arriba no viene el espíritu, el espíritu que purifique Alemania, que con escoba férrea limpie el gran establo de la democracia. Hacer esto es el cometido de nuestro movimiento. No ha de gastarse en superfluas batallas oratorias, sino que el estandarte con el disco blanco y la esvástica negra será enarbolado sobre toda Alemania el día que será el día de la liberación de todo nuestro pueblo.

Año 1932

"Llamamiento a la nación"

(Traducción del texto muy pobre, ver video para una transcripción acertada)

El gran momento de la decisión ha llegado. El destino ha asignado aquellos en el poder hoy en día más de trece años para ser probados y comprobados. Ellos hicieron su peor condena, ellos mismos confiesan que el fracaso de sus esfuerzos por el tipo de propaganda que utilizan hoy en día. Una vez que afirmaron que gobernarían Alemania mejor en el futuro de lo que había sido en el pasado, pero sus resultados son sólo que Alemania y el pueblo alemán aún están vivos. En aquellos días de noviembre de 1918, solemnemente se comprometieron a llevar a nuestro pueblo, y en particular al trabajador alemán, hacia un mejor futuro económico. Hoy en día, después de haber tenido casi catorce años para mantener su promesa, no pueden citar un solo grupo profesional alemán como testigo de la benevolencia de sus acciones. El campesino alemán es pobre; la clase media está en ruinas; las esperanzas sociales de muchos millones de personas se destruyen; una tercera parte de todos los hombres y mujeres alemanas empleables está en el paro y por lo tanto sin ingresos; Reich, los distritos y las provincias son apalancadas; finanzas están en desorden en todos los ámbitos; y todos los tesoros están vacías!

¿Qué más podrían ellos han destruido? Lo peor, sin embargo, es la destrucción de la confianza en nuestro Volk, la eliminación de todas las esperanzas y toda confianza. En trece años que no han tenido éxito en la movilización de los poderes dormidos en nuestro Volk de cualquier manera posible; ¡al contrario! Fuera de su miedo al despertar de la nación, que han jugado los unos contra los otros: la ciudad contra el condado, el trabajador de servicio contra el funcionario, el trabajador manual contra el oficinista, el bávaro contra el prusiano, la católica contra los protestantes, y así sucesivamente, y al revés. El activismo de nuestra raza solamente se consumía internamente; lo que quedaba hacia el exterior eran fantasías: fantásticas esperanzas de una conciencia cultural, la ley internacional, la conciencia mundial, conferencias embajador, la Liga de las Naciones, la facción Segunda Internacional, la facción III Internacional, Solidaridad Proletaria, etc.- y el mundo nos trató en consecuencia. De este modo Alemania se deterioró lentamente, y sólo un loco puede esperar que las fuerzas que causaron esta en el primer lugar ahora podría traer una resurrección. Si las partes presentes en serio quieren salvar a Alemania, ¿por qué no hecho ya? Si hubieran querido salvar a Alemania, ¿por qué fue abandonada? Si los hombres de estas partes honestamente destinados a hacerlo, entonces sus programas deben haber sido malo. Sin embargo, si sus programas eran buenos, entonces o bien ellos mismos no quieren realmente una resurrección, o que deben haber sido ignorante o demasiado débil. Ahora, trece años más tarde, después de haber destruido todo en Alemania, el tiempo finalmente ha llegado para su propia eliminación. Sea o no existen partidos parlamentarios de hoy o no, no es significativo; lo esencial es evitar que la nación alemana cae completamente en la ruina. Por lo tanto, a la conquista de estos partidos es nuestro deber, porque a fin de que de existir, deben romper en repetidas ocasiones a la nación. Durante años han convencido al trabajador alemán que sólo podía salvarse a sí mismo. Ellos engañan a los campesinos durante años afirmando que sólo su organización le ayudaría. La clase media iba a ser arrebatado de las fauces de la ruina por los partidos de la clase media y la economía por los partidos de comercio. La Católica se vio obligado a buscar su refugio con el partido Center y el protestante con el socialista Servicio Cristiano Volk. Al final, incluso el dueño de casa tenía su propia representación política, al igual que el inquilino, el trabajador asalariado, y el funcionario. Sin embargo, estos experimentos en astillando la nación en clases, clasifica, profesiones y confesiones y al líder de pieza por pieza para el futuro de la felicidad económica han fracasado por completo. Incluso en el día que se fundó nuestra Movimiento Nacionalsocialista, ya estábamos gobernados por la convicción de que el destino del individuo alemán está inseparablemente ligada a la suerte de la nación entera. Cuando Alemania se desintegra, el trabajador no va a florecer en la buena fortuna social y tampoco lo hará el empresario; el campesino no salvará a sí mismo a continuación; ni tampoco la clase media.

No, la ruina del Reich, la decadencia de la nación, significa la ruina y la decadencia de todos! Ni un solo grupo religioso y no un solo clan alemán podrán escapar de compartir la suerte general. En el día de nuestro Movimiento Nacional Socialista se fundó, habíamos sido durante mucho tiempo la certeza de que no era el proletariado que sería vencedor de la burguesía, y no a la burguesía que sería vencedor sobre el proletariado, pero que las grandes finanzas internacionales debe convertirse en última instancia, la único vencedor sobre ambos. Y eso es lo que ha llegado a pasar!

Reconociendo esta desintegración, formé un nuevo movimiento hace trece años con un puñado de personas que en su definición ya era una proclamación de la nueva comunidad de personas. No hay socialismo que no tiene el poder del espíritu a su disposición; sin buena fortuna social que no está protegido por el vigor de una nación e incluso encuentra su condición en el mismo.

Y no hay nación, y por lo tanto no hay nacionalismo si el ejército de millones de personas que trabajan con sus intelectos no están unidas por el ejército de millones de personas que trabajan con sus puños, el ejército de millones de campesinos. Mientras el nacionalismo y el socialismo marchan como ideas separadas, serán derrotados por las fuerzas unidas de sus opositores. Ese día, cuando ambas ideas se funden en una sola, que se convertirá en invencible!

¿Y quién va a negar que, en un momento en que todo lo que en Alemania se está cayendo a pedazos y degeneración, cuando todo en el mundo de los negocios y la vida política está llegando a un punto muerto o llegando a su fin, una sola organización ha experimentado un repunte enorme y milagrosa? Con siete hombres comencé esta tarea de la unificación alemana hace trece años, y hoy en día más de trece millones están de pie en nuestras filas. Sin embargo, no es el número que cuenta, pero su valor interno!

Trece millones de personas de todas las profesiones y filas-trece millones de trabajadores, campesinos e intelectuales; trece millones de católicos y protestantes; miembros de todas las provincias y alemanes tribus han formado una alianza inseparable. Y trece millones han reconocido que el futuro de todos se encuentra sólo en la lucha conjunta y los éxitos conjuntos de todo. Millones de campesinos se han dado cuenta de que lo importante no es que ellos comprenden la necesidad de su propia existencia; más bien, es necesario para alumbrar a las otras profesiones y ámbitos de la vida como al campesino alemán, y para ganarlos para su causa.

Y millones de trabajadores se han dado cuenta de manera similar hoy que, a pesar de todas las teorías, su futuro no está en algún "Internationale", pero en la realización por parte de su otro Volksgenossen que, sin campesinos alemanes y los trabajadores alemanes, simplemente no es poder alemán. Y millones de intelectuales burgueses, también, han llegado a la conclusión de lo insignificante de sus propias ilusiones son si las masas de millones que componen el resto del Volk no finalmente comprender la importancia de la clase intelectual alemán.

Hace trece años nosotros los nacionalsocialistas se mofaron y se rieron-hoy risas nuestros oponentes se apartó por las lágrimas! Una comunidad fiel de las personas se ha planteado que superar gradualmente los prejuicios de clase locura y la arrogancia de rango. Una comunidad fiel de las personas que se resuelve para asumir la lucha por la preservación de nuestra raza, no porque está formado por bávaros o prusianos o los hombres de Württemberg o Sajonia; no porque sean católicos o protestantes, trabajadores o funcionarios, burgueses o asalariados trabajadores, etc., sino porque todos ellos son alemanes.

Dentro de este sentimiento de solidaridad inseparables, el respeto mutuo ha crecido, y desde este respecto ha llegado a un entendimiento, y desde esta comprensión de la tremenda fuerza que nos mueve a todos. Nosotros los nacionalsocialistas tanto marchamos en todas las elecciones con el compromiso único que tendremos, al día siguiente, una vez más tomar nuestra labor para la reorganización interna de nuestro cuerpo político. Porque no estamos luchando sólo por los mandatos o los puestos ministeriales, sino más bien para el individuo alemán, a quien queremos y uniremos juntos una vez más para compartir inseparablemente un solo destino común.

El Todopoderoso, que nos ha permitido en el pasado para aumentar de siete hombres a trece millones en trece años, permitirá además estos trece millones para convertirse una vez al pueblo alemán. Es en este Volk que creemos que, para este Volk luchamos; y si es necesario, es a este Volk que estamos dispuestos, como los miles de compañeros que tenemos ante nosotros, a comprometernos en cuerpo y alma.

Si la nación hace su deber, entonces llegará el día en que nos restituye: un Reich en el honor y la libertad de trabajo y el pan!

Año 1933

Llegada al gobierno

30 de enero de 1933: Discurso del Führer con motivo de la toma de la cancillería tras la victoria electoral.

Compatriotas alemanes... el 30 de enero se formó un nuevo gobierno nacional. Yo, y conmigo el movimiento nacionalsocialista nos hemos incorporado a él. Siento, que el objetivo por el que tanto he luchado en los años pasados ha sido alcanzado.

Cuando terminó la guerra en 1918, yo era igual que muchos millones de otros alemanes, no responsable de las causas de la guerra, no responsable de la conducción de la guerra, y no responsable de la situación política de Alemania. Yo solo era un soldado entre otros ocho o diez millones de otros soldados.

Hubo un tiempo en el que un alemán solo podía estar orgulloso del pasado; cuando el presente causaba vergüenza. Con el declive de la política extranjera y la decadencia del poder político comenzó el derrumbamiento interno, la disolución de nuestras grandes organizaciones nacionales, y la decadencia y corrupción de nuestra administración. ¡Y así comenzó el declive de nuestra nación! Todo esto fue causado por los hombres de noviembre de 1918.

Y ahora vemos cómo se derrumban clase tras clase. Las clases medias están desesperadas, centenares de miles de vidas están arruinadas, año tras año la situación se hace más desesperada. Decenas de miles se declaran en quiebra, y ahora el ejército de los desempleados comienza a engrosarse...uno, dos, tres millones... cuatro millones... cinco millones... seis millones... siete millones... Si, hoy en día podría ser de siete a ocho millones.

¿Cuánto tiempo puede continuar esto? Estoy convencido de que debemos actuar ahora si no queremos llegar demasiado tarde. Por consiguiente, he decidido, el 30 de enero, utilizar a mi Partido, antaño de siete hombres y ahora de doce millones, para salvar a la nación...y a la patria.

Tal y como yo trabajé durante catorce años para construir este movimiento y hacerlo crecer desde siete hombres a doce millones, ¡así trabajaré!, ¡así trabajaremos todos, para la resurrección de la nación alemana! Pueblo de Alemania: dadnos cuatro años, y juro que del mismo modo que he ocupado el poder, también lo abandonaré. ¡No lo he hecho buscando una recompensa! ¡Lo he hecho por vosotros!

Año 1934

"El triunfo de la Voluntad"

Artículo principal: El Triunfo de la Voluntad

Nüremberg, 1934.

El sexto día del partido del movimiento esta llegando a su fin lo que para millones de alemanes fuera de nuestras filas apareció como una muestra de fortaleza política, para cientos de miles de luchadores fue, a la postre mas, la gran reunión personal y espiritual de veteranos luchadores y camaradas en lucha y, quizá, para parte de vosotros desafiados por el impulso cortes de esta revista a muestro partido retornaran con embravecidos corazones a los días en los que fue difícil ser nacionalsocialista.

Cuando nuestro partido lo componían únicamente siete miembros ya tenía dos principios. Primero, seria un partido con una verdadera ideología y segundo, seria intransigentemente el primer y único poder en Alemania. Tuvimos que permanecer en la minoría ya que movilizamos los elementos más valiosos de lucha y sacrificio en la nación que siempre no han estado en la mayoría, sino más bien en la minoría. Y como estos son los racialmente mejores de la nación alemana pueden en la más alta autoestima reclamar el liderazgo del pueblo y el imperio. El pueblo alemán supeditándose a si mismo a este liderazgo en creciente numero. El pueblo alemán es feliz sabiendo que una visión constantemente variable ha sido remplazado por una posición fija. Cualquiera que se considere portador de la mejor sangre y a sabiendas lo aprovecha para lograr el liderazgo, nunca lo abandonará. Hay siempre una parte del pueblo que sobresale como luchadores realmente activos y mas se esperan de ellos que de millones de compatriotas camaradas de la población en general, para ellos no es simplemente suficiente poner la promesa: “Yo creo”, si no más bien la aseveración “Yo lucho”. En el porvenir el partido será la fuente del liderazgo político para el pueblo alemán. Lo adoctrinará y, a la postre, organizara duro como el acero. Moldeable en sus estrategias y adaptable en su totalidad. Sera una escuela, como una orden santa hermandad para lideres políticos. Debe resaltarse, sin embargo que todos los alemanes honrados se convierten en Nacionalsocialistas, solo los mejores Nacionalsocialistas sin embargo, son Camaradas del Partido. Una vez, nuestros enemigos nos inquietaron y persiguieron y, de vez en cuando, quitaron de en medio los elementos inferiores del movimiento por nosotros. Hoy debemos examinarnos y extirpar de entre nosotras filas los elementos que se han transformado en dañinos que por consiguiente, no tienen sitio con nosotros. Es nuestro deseo y nuestra voluntad que este estado y este imperio duren por mil años. Podemos estar felices de saber que este futuro nos pertenece enteramente.

Cuando los mayores entre nosotros vacilen, la juventud se pondrá firme y se mantendrá hasta que sus cuerpos se corrompan. Solo luego, si nosotros en el partido con nuestra más dócil diligencia llegamos a ser la más alta encarnación del pensamiento nacionalsocialista entonces el partido se materializará como un eterno e indestructible pilar del pueblo alemán y del imperio. Entonces nuestro glorioso y admirable ejército veterano, orgulloso, portador del estandarte de nuestro pueblo que esta igualmente dispuesto a la tradición defenderá el liderazgo político y al partido. Y entonces estas dos instituciones por igual moldearan el hombre alemán y, por ende, lo fortalecerá y cargara sobre sus hombros el estado alemán, el imperio alemán. A estas horas, decenas de miles de nuestros camaradas del partido están partiendo ya de la ciudad mientras muchos de ellos reviven en sus memorias la concentración a pesar de todo otros ya planean la siguiente revista. Y otra vez el pueblo vendrá y acudirá y se fascinara nuevamente y dichoso y se motivara, por la idea y el movimiento se alimentara dentro de nuestro pueblo. Y con el movimiento ¡Esta el símbolo de la eternidad!

¡Larga vida al movimiento Nacionalsocialista!

¡Larga vida a Alemania!.

Año 1935

"Discurso desconocido"

Alemania, Essen, 1935

(Mas información aquí [1])

Si consideráis mi trabajo como justo, si creéis que he trabajado mucho, que he trabajado, que me he comprometido en estos años con vosotros, si consideráis mi trabajo como justo, que he utilizado mi tiempo decentemente en el servicio de mi pueblo, denme su voto ahora... ¡Si la respuesta es SÍ! entonces apuesten por mi, como yo aposte por vosotros.

Año 1937

"A la Juventud Hitleriana"

Hitler se dirige a las Juventudes Hitlerianas en Núremberg.

Alemania, Nüremberg, 1937

Esta mañana me dijeron nuestros hombres del tiempo que para hoy tendríamos una situación atmosférica borrascosa. Bien, mis muchachos y muchachas, esta situación atmosférica la ha tenido Alemania durante 15 años y también el Partido lo ha tenido. Por encima de un decenio, sobre el movimiento no ha lucido el sol, era una lucha en la cual sólo la esperanza podía salir victoriosa. La esperanza de que al final en Alemania luciría por fin el sol. Y el sol ya luce. A vosotros hoy no os sonrie el sol, pero no es ningún problema, porque nosotros hemos querido educar una nueva juventud, no sólo para los días de sol, sino también para los días de tormenta.

Yo daría por fracasada toda la educación que el Nacionalsocialismo está prestando si el resultado de esta educación no fuera una Nación que en todo momento, inclusive en los más difíciles días, no permaneciese unida. Esta Nación, mi juventud, sois vosotros, en el futuro. La juventud hoy tiene unos ideales distintos a los que poseía en tiempos anteriores. En lugar de una juventud que antaño era educada para el placer, crece hoy una juventud que es educada para la entrega, para el sacrificio; pero en especial, para el fortalecimiento de un cuerpo sano, con facultades de resistencia. Por eso, para nosotros, los nacionalsocialistas, aquellos tiempos de lucha, a pesar de que el sol no luciera, eran bonitos. Nosotros queremos luchar una y otra vez por esto y pedirle a la Providencia que mantenga a nuestro Pueblo sano y firme y que le de a nuestro pueblo el sentido para una verdadera libertad y que mantenga en él, siempre despierto, el sentimiento del honor. Nosotros no queremos pedir a la Providencia el que nos haga libres, o el que nos regale la libertad, sino sólo que haga de nosotros un pueblo como debe ser, de forma que nosotros mismos podamos en cualquier tiempo conquistar nuestra posición que nos corresponde en el mundo. Posición que es la que necesita un pueblo libre. Nosotros no queremos ningún regalo, sólo pedimos la gracia de poder entrar en un combate honrado. Entonces, la Providencia, podrá decidir si nuestro pueblo se ha ganado esta vida o no y cuando yo os veo a vosotros, yo pienso que este pueblo también en el futuro se habrá ganado su libertad y con ello su honor y su vida.

Nunca la dirección de esta juventud estará en manos de otros que no hayan salido de la Idea y del Movimiento. Él os ha formado, de él tenéis el uniforme y a él serviréis. Así como vosotros hoy estáis frente a mí, de esta manera las jóvenes generaciones se encontraran, año tras año durante siglos, frente a los Führers venideros. Y siempre demostrara su adhesión a esta Alemania que hoy nosotros hemos ganado. Alemania, Sieg Heil !!

Año 1939

"Nacionalsocialismo y religión"

Alemania, Berlín, 30 de enero de 1939

Extractado de "Hitler y la Iglesia"

Uno de los cargos que en las llamadas democracias se levanta contra nosotros es que la Alemania nacionalsocialista es un Estado enemigo de la religión. Frente a esa afirmación quisiera hacer ante todo el pueblo alemán la siguiente declaración solemne:

Primero: En Alemania no se ha perseguido hasta ahora, ni se perseguirá tampoco a nadie a causa de sus convicciones religiosas.

Segundo: Desde el año 1933, el Estado nacionalsocialista ha puesto a disposición de las dos iglesias, católica y protestante, las sumas siguientes: durante el período presupuestario de 1933, ciento treinta millones de marcos; en 1934 ciento setenta millones; en 1935 doscientos cincuenta millones; en 1936 trescientos veinte millones; en 1937 cuatrocientos millones y por último en 1938, quinientos millones de marcos.

Aparte de estas cantidades, las Iglesias han recibido anualmente ochenta y cinco millones de marcos procedentes de los diversos países alemanes y siete millones de parte de los municipios. Debe indicarse además que las Iglesias, después del Estado, son los mayores propietarios territoriales en Alemania. El valor de estas propiedades excede los diez mil millones de marcos y las rentas producidas por las mismas se evalúan en más de trescientos millones anuales; a lo que hay que agregar innumerables donaciones y legados y sobre todo los resultados de las colectas efectuadas en las iglesias. Por último las Iglesias en el Estado nacionalsocialista, están libres de todo impuesto.

A decir verdad, constituye una mentira incalificable el querer pretender, como lo hacen ciertos politicastros extranjeros, el que el estado nacionalsocialista es enemigo de toda religión; pero si las iglesias consideran como verdaderamente insoportable la situación en que hoy se encuentran, el Estado nacionalsocialista no tendrá inconveniente alguno en realizar en cualquier momento la definitiva separación de la Iglesia y el Estado, tal como ya se ha verificado en Francia, en Estados Unidos y en otros países. Quisiera formular solamente la siguiente pregunta: cuáles son las cantidades que durante ese mismo espacio de tiempo han entregado Francia, Inglaterra o Estados Unidos a sus respectivas Iglesias de los fondos públicos? El Estado nacionalsocialista no ha cerrado ninguna Iglesia ni ha impedido el ejercicio de culto alguno, ni jamás pretendido influencia en forma alguna ni la liturgia ni credo alguno. El Estado hará entender claramente a aquellos eclesiásticos que entienden que su misión consiste en molestar al Reich, que no tolerará, que persona alguna le ataque y que si los eclesiásticos se ponen fuera de la ley habrán de ser sometidos al imperio de la misma al igual que cualquier ciudadano que hubiese cometido el mismo delito y debe hacerse resaltar, sin embargo, que existen miles de sacerdotes de las confesiones cristianas que de modo inmejorable cumplen sus deberes religiosos que aquellos otros instigadores políticos a que me he referido, y sin que jamás hayan entrado en conflicto alguno con las leyes del Estado.

Si ciertos estadistas demócratas del extranjero se hacen cargo exageradamente de la defensa de ciertos sacerdotes alemanes, ello no puede responder más que a una razón política, ya que esos mismos estadistas enmudecieron cuando en Rusia cientos de miles de eclesiásticos fueron exterminados, callando también cuando en España decenas de millares de sacerdotes y religiosos eran asesinados o quemados vivos por los comunistas; mientras que, a raíz de estas matanzas, numerosos voluntarios nacionalsocialistas y fascistas se habían puesto a disposición del General Francisco Franco, con el fin de preservar a Europa de cualquier nueva expansión de la amenazadora ola de sangre bolchevique. Alemania ha tomado parte en el conflicto español precisamente para salvar la cultura europea y la verdadera civilización del peligro de la destrucción bolchevique y ha secundado el movimiento del General Franco solamente por el ardiente deseo de verle conseguir libertar a España del comunismo. No es, por lo tanto, la simpatía o la piedad hacia los religiosos "perseguidos" lo que puede haber provocado el interés de los ciudadanos de ciertos estados democráticos en pro de algunos sacerdotes alemanes que se han puesto fuera de la ley sino en primer y único lugar el apoyar a quienes se oponen al Estado alemán.

Una vez más, es preciso subrayar, que nosotros protegemos siempre al eclesiástico, siervo de Dios, pero tendremos que proceder contra aquellos que por su conducta se convierten en enemigos del Reich".

Al ejército del Reich

Discurso ante el Reichstag en 1939

Alemania, Berlín, 1 de septiembre de 1939

(Extractado del diario Völkischer Beobachter)

El Estado polaco rechazó la regularización pacífica de las relaciones civiles, tal como lo he deseado. En vez de ello ordenó la movilización.

Los alemanes en Polonia fueron acosados por medio de un sangriento terror y despojados de sus hogares y de sus campos.

El número de violaciones de nuestras fronteras, intolerables a una gran potencia, demuestra que Polonia ya no está dispuesta a respetar por más tiempo las fronteras del Reich alemán.

Con el fin de poner fin a estas actividades, no me queda otro camino que contestar a la fuerza con la fuerza. De ahora en adelante dirigiré la lucha por el honor y por los derechos vitales del pueblo alemán con firme determinación.

Espero que cada uno de los soldados cumpla con su deber hasta el fin, de acuerdo con el espíritu de la gran tradición del eterno soldado alemán. No olviden, en cualquier situación, que son los representantes de los nacionalsocialista de la Gran Alemania.

Viva nuestro pueblo y nuestro Reich!

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