Federico Ibarguren

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Federico Marcelo Ibarguren Aguirre (San Isidro, Argentina; 18 de febrero de 1907 - Ibídem, 1 de abril de 2000) fue un abogado e historiador argentino.

Era hijo del intelectual y político nacionalista Carlos Ibarguren, y por lo tanto hermano de Carlos Federico Ibarguren.

Biografía

Juventud

Ibarguren se formó como abogado en la Universidad de Buenos Aires. Asistió también a los Cursos de Cultura Católica, en donde los tuvo como profesores a Leonardo Castellani y a Julio Meinvielle.

Cercano al grupo de conservadores que editaba La Fronda y al grupo de nacionalistas que editaba La Nueva República, Ibarguren participó en 1928 de la fallida campaña en contra del retorno a la presidencia de Hipólito Yrigoyen.

Influenciado por Roberto de Laferrère se unió a la Liga Republicana, organización militante que contribuiría con el estallido de la Revolución de 1930. Posteriormente acompañó como secretario privado a su padre a Córdoba, cuando aquel fuese designado interventor federal de la provincia por el presidente José Félix Uriburu.

Militancia nacionalista y católica

Durante la década de 1930 fue un activo militante del nacionalismo argentino. Participó de los intentos de crear coaliciones de fuerzas patrióticas como Guardia Argentina y Nacionalismo Argentino, colaboró con las revistas Sol y Luna, Nueva Política, Nuestro Tiempo y Criterio, y fue uno de los primeros miembros de número del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas.

Estuvo involucrado en varios episodios en los que le tocó confrontar contra las hordas izquierdistas, en algunos casos con más violencia que en otros. Asimismo fue parte de una cofradía dirigida por Zacarías de Vizcarra que, en 1934, tuvo la misión de controlar que los terroristas subversivos no atacasen en Buenos Aires mientras se desarrollaba el Congreso Eucarístico Internacional.

En febrero de 1943 participó del Congreso de la Recuperación Nacional, llevando la propuesta de que los patriotas argentinos debían unirse para apoyar una candidatura presidencial de su padre en las elecciones de ese año -la cuales, al final, no se realizaron.

Revolución del 4 de Junio de 1943

Ibarguren apoyó a la Revolución del GOU. A raíz de ello Alberto Baldrich lo convocó junto a Nimio de Anquín, Ramón Doll, Adolfo Silenzi de Stagni y otros distinguidos intelectuales para que se sumase a un equipo de trabajo que debía implementar un sistema de gobierno en la provincia de Tucumán basado en los principios doctrinarios del nacionalismo.

Inicialmente ocupó el puesto de Fiscal de Estado, desde donde lanzó una campaña para erradicar a la usura en la provincia y otra para reprimir a los agitadores comunistas que conspiraban en contra del régimen. Sin embargo un mes después fue designado al frente de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán.

En enero de 1944, después de que el gobierno argentino anuciase la ruptura de relaciones con Alemania y Japón, Ibarguren renunció a su cargo, no sin antes firmar su último decreto mediante el cual se disponía que todas las banderas de la ciudad fuesen izadas a media asta en señal de duelo nacional. El gesto le costó caro a Ibarguren, pues fue encarcelado y procesado junto a Carlos García Puló y Santiago de Estada por haber realizado esa acción de crítica al gobierno.

De todos modos el castigo fue sólo simbólico, ya que pocos meses después David Uriburu, el interventor federal en la provincia de Corrientes, le solicitó que se uniera a su equipo de gobierno, cargo que finalmente declinó para asumir un puesto de funcionario en el Consejo Nacional de Educación.

A partir de 1945 comenzó a colaborar con la Alianza Libertadora Nacionalista, movimiento que terminó apoyando la candidatura presidencial de Juan Domingo Perón.

Años peronistas

Al igual que muchos otros intelectuales nacionalistas, Ibarguren fue convocado por el nuevo régimen para que trabajase como docente universitario -en su caso le tocó desempeñarse en la cátedra de Historia Argentina de la Universidad Nacional de La Plata. Para la fecha ya tenía experiencia como docente no sólo por su paso por varias escuelas secundarias, sino también por los cursos que había llegado a dictar en la Universidad Libre Argentina que habían creado Héctor Bernardo, Amancio González Paz y Cecilio Morales.

Su empresa intelectual consistía en promover el desarrollo de la cultura histórica, pero desde el punto de vista de la argentinidad misma y no desde una ideología particular. Por ello además de los trabajos de índole académica, también escribió otros artículos que circularon en publicaciones de la época como las revistas Dinámica Social y Sexto Continente.

En 1954 se sumó a la Organización Popular por la Repatriación de los Restos del General Rosas para solicitarle a las autoridades correspondientes que se transportasen los restos mortales del Restaurador desde Inglaterra hacia la Argentina, algo que tardaría 35 años en materializarse.

Intelectual argentinista

Durante los años de la Revolución Libertadora, Ibarguren estuvo involucrado junto con Mario Amadeo, Juan Carlos Goyeneche, Máximo Etchecopar, Juan Pablo Oliver y Marcelo Sánchez Sorondo en la publicación de la revista Azul y Blanco, la cual ganó mucha popularidad y estimuló la formación del Partido Azul y Blanco -al cual el historiador se afilió.

Desplazado de su cargo en la UNLP por el nuevo régimen, se dedicó a trabajar en el Poder Judicial como secretario de un juzgado. De todos modos no aminoró su actividad intelectual, sino todo lo contrario: fue en ese periodo en donde publicó varios libros, destacándose especialmente aquellos que versan sobre la revisión de la historia de la Revolución de Mayo.

Ibarguren creó y dirigió a la revista Junta Grande en 1963. También fue colaborador de Verbo, La Hostería Volante, Jauja y Tiempo Político. Por invitación de Sánchez Sorondo se unió al Movimiento de la Revolución Nacional en 1968, y por pedido de Manuel de Anchorena se integró a la Comisión Nacional pro Repatriación de los Restos del Brigadier General Don Juan Manuel de Rosas al año siguiente.

La aparición de Cabildo en 1973, año de retorno del peronismo al poder, le sirvió al nacionalismo argentino para contar nuevamente con un importante órgano de difusión. Ibarguren se incorporó a la empresa por pedido de su amigo Ricardo Curutchet para que aportara su visión sobre el pasado y el presente argentino. La colaboración del historiador con el grupo que producía Cabildo lo llevó a adherirse primero a la Liga de la Restauración Argentina y luego al Movimiento Nacionalista de Restauración, agrupaciones políticas dirigidas por Curutchet. Asimismo fue integrante de la Comisión de Defensa de la Fe de Siempre que coordinaba Curutchet junto a Roberto Gorostiaga y que fue fundamental para permitir el arraigo en la Argentina de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X.

En 1975 el sacerdote Raúl Sánchez Abelenda, a la sazón decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, designó a Ibarguren como responsable del Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. Diego Luis Molinari. Ello significó el regreso del historiador revisionista a los claustros universitarios, para hacer en ese espacio lo que venía haciendo en otras instituciones privadas como el Centro de Estudios Argentinos, el Centro de Estudios Superiores San Alberto Magno, el Centro de Estudios Hispano-Americanos de Buenos Aires y el Centro de Estudios Nuestra Señora de la Merced. Sin embargo sólo permaneció allí hasta mayo de 1976, época en la que renunció ante el cambio de autoridades y la reestructuración de la UBA. Posteriormente la Universidad del Salvador y la Universidad de Belgrano lo contratarían para dictar cursos a sus estudiantes. La Academia Sanmartiniana, a su vez, lo terminaría incorporando como miembro en reconocimiento por su extensa labor de difusión de la verdad histórica.

Ibarguren, en sociedad con Elías Zarrauf Rafiaa, creó en 1984 a la revista Patria Argentina para ampliar las voces nacionalistas ante el avance del marxismo cultural en su país. Por el abordaje que desde esa publicación se hacía sobre la Cuestión Judía, en 1995 un juez involucró a Ibarguren en la realización del atentado de 1994 contra la AMIA, pero, obviamente, no encontró evidencia alguna que lo vinculase al episodio.

El historiador falleció a una muy avanzada edad en abril de 2000.

Obra

La aristocracia y la cultura, el primer libro de Ibarguren, es un opúsculo de inspiración maurrasiana y donosiana escrito con el fin de exhotar a los jóvenes de la Liga Republicana para que emprendiesen el combate contra el embrutecimiento del espíritu, producido por el exceso de materialismo, racionalismo y naturalismo.

El tradicionalismo vertebra la obra revisionista de Ibarguren. Sus libros acerca de la Revolución de Mayo -Así fue Mayo, Mayo en ascuas y Las etapas de Mayo y el verdadero Moreno- analizan el periodo como un enfrentamiento entre subversivos y reaccionarios, ante quienes surgirá un tercer grupo de hombres, los patriotas, que encarnan una fuerza superadora que sintetiza a la tradición y al progreso, la cual produjo a figuras como Cornelio Saavedra, José de San Martín, José Gervasio Artigas y Juan Manuel de Rosas.

Su libro Orígenes del nacionalismo argentino ha llegado a convertirse en una fuente de consulta sobre el tópico, pues constituye una radiografía del surgimiento de las falanges nacionalistas y un recuento de las conspiraciones que agitaron a su país en la década de 1930. Construido a partir de los diarios que el autor escribió entre 1927 y 1937, se relata allí el nacimiento de una vocación de servicio a la Argentina.

Nuestro Ser Nacional en peligro es quizás su obra más recomendada. Escrito como un compendio de su sabiduría nacionalista, el libro señala como la Argentina pasó de ser una nación de católicos militantes al botín del contubernio judeo-masónico-comunista, que busca subvertir a la cultura occidental.

Bibliografía

  • La aristocracia y la cultura. Buenos Aires: Liga Republicana, 1934.
  • Rosas y la tradición hispanoamericana. Buenos Aires: Autoedición, 1942.
  • Lecciones de historia rioplatense. Buenos Aires: Talleres Padilla y Contreras, 1947.
  • Así fue Mayo. 1810-1814. Buenos Aires: Theoria, 1956.
  • Avivando brasas. Buenos Aires: Theoria, 1957.
  • Mayo en ascuas. Buenos Aires: Theoria, 1961.
  • Las etapas de Mayo y el verdadero Moreno. Buenos Aires: Theoria, 1963.
  • José Gervasio Artigas: adalid de la independencia argentina. Buenos Aires: Theoria, 1964.
  • Orígenes del nacionalismo argentino. Buenos Aires: Celsius, 1969.
  • La historia argentina. Buenos Aires: Universidad de Belgrano, 1977.
  • Nuestra tradición histórica. Buenos Aires: Dictio, 1978.
  • Nuestro Ser Nacional en peligro. Buenos Aires: Vieja Guardia, 1987.
  • Rosas, caudillo pacificador. Buenos Aires: Patria Argentina, 1990.

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