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Agatángelo Soler
Sumario
Biografía
Juventud
Agatángelo Soler era nieto de José Soler, un farmacéutico que se desempeñó como alcalde de Alicante entre 1884 y 1885 en representación de los liberales. De niño fue criado en un ambiente fuertemente católico gracias a la influencia de su madre, que provenía de una familia ligada al carlismo.
Se unió tempranamente a la Federación de Estudiantes Católicos y colaboró con las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista. En 1933, siendo un adolescente de apenas 15 años, participó de la convocatoria para crear la sección alicantina de la Falange Española.
Combatiente
Al iniciarse la Cruzada de Liberación Nacional fue tomado prisionero por los republicanos, quienes lo sometieron a un consejo de guerra por su militancia falangista. Evitó el fusilamiento gracias a la intervención del abogado José Guardiola. Fue alistado en el Ejército Popular de la República y enviado al Frente de Extremadura. Estando allí consiguió desertar y sumarse al Bando Nacional.
Fue parte de las tropas que, comandadas por Gastone Gambara, liberaron la ciudad de Alicante, que se había convertida en el último reducto de los rojos. Gracias a su intervención, Guardiola y otras personas se salvaron de morir fusilados.
Concluida la contienda bélica, ingresó a las Congregaciones Marianas y se ubicó en Madrid para formarse como farmacéutico en la Universidad Central. Sus convicciones falangistas le permitieron convertirse en dirigente del SEU, asumiendo el puesto de tesorero de la organización.
En 1941 suspendió sus estudios para sumarse a la División Azul, unidad militar con la que partió a tierras rusas para combatir al comunismo. Estuvo 18 meses en los campos de batalla, siendo evacuado de regreso a España en 1943.
Alcalde de Alicante
Tras licenciarse en Madrid, retornó a Alicante para trabajar en la farmacia familiar. Siendo delegado del Movimiento Nacional en el municipio, en 1949 fue electo concejal por el tercio de entidades. Tres años después lo nombraron procurador en las Cortes franquistas.
En 1954 accedió al cargo de alcalde de Alicante, en sustitución de Francisco Alberola Such. Soler, que trabajó siempre sin recibir una remuneración monetaria, fue un gestor muy activo. Hermoseó el Paseo de la Explanada, restauró al Castillo de Santa Bárbara y creó los ascensores para acceder a él, compró los terrenos en El Altet para construir un aeropuerto, y mejoró las playas del Postiguet, Albufereta y San Juan. Junto con Pedro Zaragoza, el alcalde de Benidorm, inventó el nombre de Costa Blanca para promocionar el turismo y presionó para conseguir que el gobierno levantase la prohibición sobre los bikinis.
En el plano cultural creó varios premios para mecenar a los artistas españoles: el "Carlos Arniches de Teatro", el "Gabriel Miró de Novela" y el "Óscar Esplá de Música".
Soler, fiel al ideario joseantoniano, también tuvo una alta conciencia social. Así fue que impulsó la creación del barrio popular Virgen del Remedio, el cual nació para dotar de viviendas cómodas y baratas a los migrantes (mayormente manchegos) que llegaban a la ciudad seducidos por el crecimiento económico.
Asimismo en 1962 le solicitó al gobierno nacional que enviara barcos a la ciudad argelina de Orán para ayudar a evacuar a los pieds-noirs que habían caído en las garras del Frente de Liberación Nacional (FLN). Una vez acogidos en la ciudad, Soler les concedió una serie de beneficios para que pudiesen arraigarse en Alicante.
Dimitió como alcalde en 1963 para demostrar su disconformidad ante la nueva ley promovida por la tecnocracia que recortaba las autonomías municipales. Al año siguiente fue relevado como procurador en las Cortes.
Retorno a la escena política
Soler retornó a las Cortes en 1967, siendo también nombrado como Consejero Nacional. Se alineó con el sector más disconforme con el rumbo que estaba tomando el franquismo, llegando a ser unos de los 19 procuradores que votó en contra de la Ley de Sucesión, la cual disponía que Juan Carlos de Borbón fuese nombrado como heredero del trono de España.
Se opuso en ese periodo también al avance de la especulación inmobiliaria, sosteniendo que si bien el turismo era esencial para la economía del país, esta actividad debía regularse para que no destruyese al estilo de vida nacional y perjudicase el bienestar de los españoles.
Sus ideas contrarias a la monarquía borbónica en particular y a la institución monárquica en general, lo llevaron a volverse cada vez más confrontativo con los jerarcas franquistas al punto que, luego de una fuerte discusión que mantuvo contra Laureano López Rodó en 1971, perdió nuevamente su cargo de procurador.
Últimos años
Ya fuera del gobierno, Soler retomó sus actividades como farmacéutico -las cuales, de hecho, nunca había abandonado completamente. Fue además un activo colaborador del Hospital Perpetuo Socorro y presidente de la Caja de Ahorros Provincial.
En 1977 dirigentes de FE de las JONS le ofrecieron el primer puesto en su lista para concejales de Alicante, pero el farmacéutico terminó declinando la oferta (aunque si manifestó públicamente su apoyo al partido).
Publcó algunos libros de memorias e historia de Alicante, además de escribir esporádicamente columnas sobre política en los diarios Información y ABC.
Falleció a los 77 años en su hogar del barrio alicantino de La Albufereta.
Bibliografía
- Historias de la Plaçeta de Sant Cristófol. Alicante: Autoedición, 1973.
- Un entierro a la Federica. Alicante: Autoedición, 1975.
