Fondo de ayuda a Metapedia, 2018: Internet es el principal campo de batalla de la Metapolítica de nuestro tiempo. ¡Ayúdanos! | |||
| |||
|
Brigadas Negras
Las Brigadas Negras o Brigate Nere en italiano, fueron las milicias de camisas negras que fueron el resultado de la voluntad expresa manifestada en el Congreso de Verona de "escuadristizar el partido" fascista republicano.
Ejército sin galones
¿Qué fueron las Brigadas Negras? Será el propio Pavolini, en diciembre de 1944, el que lo explique: "Las BRIGADAS NEGRAS son un ejército sin galones, estando nosotros, escuadristas, persuadidos de que un comandante es tal si manda y si se le obedece independientemente del grado que tenga. El único galón es el ejemplo (...) Las Brigadas Negras no son el Partido que va hacia el pueblo, es una milicia de Partido que es pueblo, una milicia obrera y revolucionaria, de mecánicos, de artesanos, de jornaleros, de pequeños empleados, en lucha a muerte contra las plutocracias aliadas de los bolcheviques y contra los plutócratas que subvencionan a los bandidos' (...) Las Brigadas Negras son una familia, esta familia tiene un antepasado: el Escuadrismo; un blasón: el sacrificio de la sangre; una progenitora: la Idea fascista; una guía, un ejemplo, una devoción absoluta y un afecto supremo: Mussolini".
Las Brigadas Negras tomarán, además, cada una el nombre de un caído del fascismo republicano. Así, la "Aldo Resega" de Milán, la "Muti" de Ravenna, la "Ghiselini" de Ferrara, etc.
Historia
Transformar a todo el partido en un único y compacto cuerpo armado es un pensamiento que se apodera de Pavolini desde los inicios de su secretariado. Existía, sí, ya una Milicia, la Guardia Nacional Republicana (GNR) de Renato Ricci, ex dirigente de la Opera Nazionale Balilla, y firme partidario de la politización y fascistización del Ejército; al punto de haber tenido un violento enfrentamiento personal con el mariscal Graziani, ministro de Defensa y defensor a ultranza de la "apoliticidad" de los militares profesionales.
Sin embargo, la GNR carecía de hombres y recursos adecuados para desempeñar sus tareas con eficacia. La idea de armar a los militantes del partido y redimensionar militarmente toda su estructura política aparece nuevamente con fuerza a principios del verano de 1944, cuando los aliados, tras haber tomado Roma, se lancen sobre la toscana.Pavolini mandará armar a los militantes florentinos y creará en todo el territorio ocupado núcleos de "resistenza nera", a fin de hostigar a las fuerzas enemigas.
La defensa de Florencia, por parte de escuadras militarizadas de camisas negras, será una de las más bellas y dramáticas páginas de la historia de la RSI. El 20 de julio de 1944 estalla el fallido complot militar contra Hitler. El 25 de julio (fecha ya de por sí significativa) se hace público el decreto de constitución del Cuerpo Auxiliar de las Camisas Negras, que será más conocido como "Brigadas Negras" en contraposición a las brigadas de partisanos, católicos, liberales, socialistas y comunistas que infestan ya el territorio de la república de Salo. Su Comandante general no es otro que el mismo secretario del Partido. Su Estado Mayor, la propia dirección política del PFR. Los comisarios federales serán sus comandantes de brigada negra, y comandantes de escuadra los comisarios de fascio y de distrito. No existen distintivos de grado. El uniforme es el del Partido, completado con jersey negro de lana y una gorra montañera negra con el símbolo de la calavera. No será ésta, la única creación personal del secretariado del partido durante el año 44.
El Ente Fascista de Asistencia (ENF), destinado a socorrer a las familias golpeadas por la tragedia de la guerra, y el Servicio Auxiliar Femenino (SAF) organismo que centralizaba el esfuerzo de guerra de las mujeres fascistas republicanas, serán dos directas emanaciones orgánicas de la línea revolucionaria del PFR. El modelo organizativo de las Brigadas Negras está próximo al del Ejército Rojo ideado por Trotsky. Como Trotsky -afirma Pavolini- debemos transformar el partido en un ejército revolucionario. Fiel a su estilo, el nuevo Comandante General de las Brigadas Negras, se pone inmediatamente en marcha. Recorre infatigablemente la zona todavía controlada por la RSI junto con su fiel guardaespaldas, De Benedectis, a lomos de su veloz Alta Romeo descapotable, visitando y arengando a todos sus nuevos brigadistas. Su popularidad en la base del partido armado es ya considerable. Leal, pobre y valeroso. Hasta el final.
Del arrojo del otrora delicado poeta, da buena cuenta la siguiente anécdota. Durante una visita a las escuadras piamontesas de las Brigadas negras en agosto del 44, Pavolini y otros mandos políticos y militares son sorprendidos por el ataque de efectivos armados de una banda partisana. Se produce un encarnizado tiroteo y Pavolini -metralleta en mano- se lanza contra los bandidos, que a su vez emboscan a los fascistas. Se producen bajas, entre ellas, las del propio Pavolini herido por la metralla de una granada lanzada por los partisanos. Estos no reconocen entre los heridos al Comandante de las Brigadas Negras. La ausencia obligatoria de distintivos en el uniforme de los brigadistas negros evita su captura. Horas después es rescatado y, tras una corta convalecencia, se incorpora de nuevo a la lucha política.
Viejos y nuevos escuadristas reconocen ya en él al jefe carismático y valeroso que necesitan. Sobre las Brigadas Negras se ha extendido el mismo manto de silencio que el que ha cubierto al propio Pavolini por parte de aquellos que han reivindicado genéricamente la herencia del último fascismo social y republicano.